Cuba y el hambre
18NOV 2009 11:59
De que en Cuba el pueblo se muere de hambre, se dice hasta el cansancio en la radio, la prensa y en la televisión de Miami y se repite tantas veces, que hasta en otras partes del mundo también se lo llegan a creer. Lo afirman y lo confirman con tanta vehemencia como que cada mañana sale el sol.
Todos allá y acá de las 90 millas que nos separan, saben que es mentira que en Cuba el pueblo se muere de hambre. Como tampoco es cierto como se ha llegado a afirmar en el colmo de la más delirante exageración, que los cubanos deambulan por las calles de la isla famélicos, desnutridos a punto de desfallecer en el asfalto, como si fueran espectros vivientes, resucitados de los campos de concentración de la Alemania de Hitler de cuando los terribles años de la II Guerra Mundial.
Fue el propio genio perverso de la propaganda hitleriana Nazi, Joseph Goebels, quien dijo mucho antes que los imaginativos publicitarios norteamericanos de “Madison Avenue” lo copiaran, “que una mentira repetida mil veces, llegaba a convertirse en verdad”. Y eso es lo que ha ocurrido con la campaña montada contra Cuba, según la cual sus habitantes se mueren de hambre porque allí no hay nada que comer.
Es cierto- no vamos a negarlo- que los cubanos de la isla pasan grandes dificultades- las mil y unas trampas- para resolver el desayuno, almuerzo y cena de cada día. Eso nadie lo puede ocultar. Pero lo que se llama “Hambre” con H mayúscula, como la que se padece en tantas y tantas naciones del llamado Tercer Mundo, eso en Cuba no pasa.
Pero lo dicen y lo repiten tantas veces los voceros del anticastrismo furibundo de Miami, que hasta ellos mismos han llegado a creer que su mentira es verdad.
La más evidente desmentida a tamaña exageración de que los cubanos viven bajo el imperio de hambre, no hay ir a buscarla a La Habana. Basta con venir a Miami, a la otra orilla de las 90 millas que nos separan de Cuba.
Todavía acá estamos esperando- y llevamos 50 años así- ver arribar a tierras norteamericanas, procedente de Cuba a un compatriota flaco, desgarbado, desnutrido, enclenque , enfermo y famélico que sirva como prueba concreta, fehaciente e irrefutable, del hambre desoladora que azota a la isla tal como afirman los medios de comunicación que se dedican a la muy lucrativa industria del anti-castrismo feroz. Parece que la mentira tiene pies y camina hasta por encima del mar, porque hasta de Cuba “Disidentes” y Blogueros” se hacen eco de tal falsedad
Dicen que en Cuba no hay pan ni galletas, que no hay carne, ni pollo, ni arroz, ni frijoles, ni manteca ,ni aceite, ni leche, ni huevos, ni tomates, ni plátanos, ni frutas, ni viandas, ni cebollas, ni ajo, ni ajíes, ni azúcar, ni sal. En otras palabras que en Cuba no hay nada de nada, absolutamente nada que se pueda adquirir para sentarse a la mesa a comer. Solo “Jineteras” y ron.
Si todo eso fuera verdad, habría que preguntarse ¿cómo se produce ese “milagro cubano” que permite a un pueblo sobrevivir con “hambre” tal y presentar a la vez tan altos índices médicos de salud corporal? Si en Cuba nada hay que comer y si el “hambre” diezma a la población de la isla ¿cómo es que nunca hemos leído en la prensa anti-castrista de Miami que un cubano procedente de la isla, en busca de su “bistec” de carne de res- a eso le llaman en Cuba el “sueño americano”- haya tenido que ser llevado a un hospital a causa de famélica desnutrición?
La palabra “Hambre”, lo que se llama HAMBRE con letra mayúscula, si alguna vez la hubo en Cuba, fue durante los difíciles años noventa, cuando la economía de la isla se desplomó a los niveles más bajos de su historia, en lo que se llamó “Periodo Especial en Tiempos de Paz”.
Del “hambre” que hoy se pasa en Cuba, que no nos vengan con “cuentos chinos”, que bien sabemos lo que es un cubano detrás de un bistec de carne de res.
Fuente:http://www.elmundo.es/america/blogs/90-millas/2009/11/18/cuba-y-el-hambre.html
18NOV 2009 11:59
De que en Cuba el pueblo se muere de hambre, se dice hasta el cansancio en la radio, la prensa y en la televisión de Miami y se repite tantas veces, que hasta en otras partes del mundo también se lo llegan a creer. Lo afirman y lo confirman con tanta vehemencia como que cada mañana sale el sol.
Todos allá y acá de las 90 millas que nos separan, saben que es mentira que en Cuba el pueblo se muere de hambre. Como tampoco es cierto como se ha llegado a afirmar en el colmo de la más delirante exageración, que los cubanos deambulan por las calles de la isla famélicos, desnutridos a punto de desfallecer en el asfalto, como si fueran espectros vivientes, resucitados de los campos de concentración de la Alemania de Hitler de cuando los terribles años de la II Guerra Mundial.
Fue el propio genio perverso de la propaganda hitleriana Nazi, Joseph Goebels, quien dijo mucho antes que los imaginativos publicitarios norteamericanos de “Madison Avenue” lo copiaran, “que una mentira repetida mil veces, llegaba a convertirse en verdad”. Y eso es lo que ha ocurrido con la campaña montada contra Cuba, según la cual sus habitantes se mueren de hambre porque allí no hay nada que comer.
Es cierto- no vamos a negarlo- que los cubanos de la isla pasan grandes dificultades- las mil y unas trampas- para resolver el desayuno, almuerzo y cena de cada día. Eso nadie lo puede ocultar. Pero lo que se llama “Hambre” con H mayúscula, como la que se padece en tantas y tantas naciones del llamado Tercer Mundo, eso en Cuba no pasa.
Pero lo dicen y lo repiten tantas veces los voceros del anticastrismo furibundo de Miami, que hasta ellos mismos han llegado a creer que su mentira es verdad.
La más evidente desmentida a tamaña exageración de que los cubanos viven bajo el imperio de hambre, no hay ir a buscarla a La Habana. Basta con venir a Miami, a la otra orilla de las 90 millas que nos separan de Cuba.
Todavía acá estamos esperando- y llevamos 50 años así- ver arribar a tierras norteamericanas, procedente de Cuba a un compatriota flaco, desgarbado, desnutrido, enclenque , enfermo y famélico que sirva como prueba concreta, fehaciente e irrefutable, del hambre desoladora que azota a la isla tal como afirman los medios de comunicación que se dedican a la muy lucrativa industria del anti-castrismo feroz. Parece que la mentira tiene pies y camina hasta por encima del mar, porque hasta de Cuba “Disidentes” y Blogueros” se hacen eco de tal falsedad
Dicen que en Cuba no hay pan ni galletas, que no hay carne, ni pollo, ni arroz, ni frijoles, ni manteca ,ni aceite, ni leche, ni huevos, ni tomates, ni plátanos, ni frutas, ni viandas, ni cebollas, ni ajo, ni ajíes, ni azúcar, ni sal. En otras palabras que en Cuba no hay nada de nada, absolutamente nada que se pueda adquirir para sentarse a la mesa a comer. Solo “Jineteras” y ron.
Si todo eso fuera verdad, habría que preguntarse ¿cómo se produce ese “milagro cubano” que permite a un pueblo sobrevivir con “hambre” tal y presentar a la vez tan altos índices médicos de salud corporal? Si en Cuba nada hay que comer y si el “hambre” diezma a la población de la isla ¿cómo es que nunca hemos leído en la prensa anti-castrista de Miami que un cubano procedente de la isla, en busca de su “bistec” de carne de res- a eso le llaman en Cuba el “sueño americano”- haya tenido que ser llevado a un hospital a causa de famélica desnutrición?
La palabra “Hambre”, lo que se llama HAMBRE con letra mayúscula, si alguna vez la hubo en Cuba, fue durante los difíciles años noventa, cuando la economía de la isla se desplomó a los niveles más bajos de su historia, en lo que se llamó “Periodo Especial en Tiempos de Paz”.
Del “hambre” que hoy se pasa en Cuba, que no nos vengan con “cuentos chinos”, que bien sabemos lo que es un cubano detrás de un bistec de carne de res.
Fuente:http://www.elmundo.es/america/blogs/90-millas/2009/11/18/cuba-y-el-hambre.html
Última edición por Rojo y Furioso el Mar Abr 26, 2011 10:10 pm, editado 2 veces