No sabía cómo titular a esto que quiero escribir, al menos es un título simple que expresa lo que siento por él.
Quería explicar parte del sentimiento que tengo por el Che, y si se animan otros hombres y mujeres a expresarlo, me gustará mucho leerlo. Es buena la objetividad, la rigurosidad, pero en un foro comunista, no puede faltar una expresión natural de sentimientos, porque ser comunista le hace al ser humano más humano, y aquello sin lo cual no eres persona digna, es el sentimiento, sí, aquello que compartimos, con perros y monos, entre otros.
Cuando era una niña, ya estaba el Che pintado en los cuadros hechos por mi padre. Era algo especial pues yo entraba a la habitación, que mi padre dedicaba exclusivamente a pintar, y me encontraba con ese hombre pintado. Todo para mí sucedía un poco de perfil. Porque yo no sabía, ni quién era el Che, ni que mi padre era mi padre. Sí, la realidad supera la ficción. Un día, mi madre se fue a vivir con mi padre (se cumplió mi deseo, pa que digan que no existe dios, jajaja) de que ese amigo de mi madre fuese mi padre). A la semana de vivir con él me enteré de que era mi padre. Yo tenía 7 años. !Qué suerte ser la hija de un seguidor del Che! nacido tan solo un año antes. Creo que la generacién esa de hombres ha sido interesante: mi padre, Fidel Castro, Paco Rabal, Noam chomsky, el Che... gente que cree en la vida.
Lo que no sabía es que yo compartía espacio con el Che, en un cuadro pintado por mi padre. Por eso cuadro mi hermano y yo nos hemos peleado, decíamos que lo queríamos, aunque al otro le tocasen cosas más caras de dinero, como la enciclopedia Espasa Calpe. Mi padre, tan contento, claro. En el cuadro, está el hombre en el cielo y en la tierra. En el cielo hay 3 hombres: el Che, Marx y Lenin. Además, bien pintados. Mi padre era un excelente pintor. En la tierra, un solo hombre, "el hombre", un hombre gigante, pero dormido, tumbado en el suelo con las piernas abiertas. A un lado de él, Don Quijote y Sancho Panza, al otro, Jesucristo crucificado y, a sus pies, todos los borregos a su alrededor (un rebaño de ovejas). Entre las piernas Caperucita Roja, con su cestita, cogiendo flores del campo. La cara dela niña es la mía. El título es Alba Roja, porque al fondo, en el horizonte, aunque el hombre siga domido, va amaneciendo. Hasta el alba roja pone en la lápida de mi padre. Y uno de los nombres que pensé para mi hija fue Amanecer, otro Libertad, pero finalmente le puse el nombre de mi hermano que había muerto a la edad de Miguel Hernández, y leyendo sus poesías en voz alta en el hospital. El nombre de mi hermano pero en femenino, que por cierto es ruso. Y por cierto, no es Catiusca, Catiusca sí es el nombre que me querían poner en mi casa cuando nací pero no lo permitió el registro que solamente admitía nombres católicos, así que llevo el mismo nombre pero en castellano.
Pues bien, cuando muera podré decir que estoy inmortalizada junto al Che, al menos en un cuadro jajaja, que por cierto es tan grande que el lienzo, enrollado, hay que abrirlo al menos entre dos personas. Pensé en mandárselo a Julio Anguita cuando murió su hijo, por cierto, a la misma edad que mi hermano, 32, unos meses antes, muerte que nos dolió a los dos.
Mi encuentro amoroso con el Che siguió y aumentó con los años hasta que un día me puse a leer su biografía y ahí, ya, me enamoré de él.
Además que fue como lo digo, me enamoré literalmente, sentía que le quería profundamente y no faltaba ni siquiera atracción sexual.
Sigo debajo por si no cabe.