Mis propósitos con este hilo es despejaros cualquier duda que podáis tener respecto a mi ideología y documentarme directamente mediante preguntas referidas a vosotros, sobre el marxismo.
Me gustaría que se respetara la libertad de expresión con todo aquel disidente ideológico. No vengo aquí a repetir propaganda de multinacionales o afamados escritores, sino a transmitiros mi opinión. Os trataré desde el respeto, y espero que hagáis lo mismo.
Sin más, os acerco una serie de pequeños textos sobre qué opinamos los liberales de una serie de temas:
¿Qué piensan los liberales de las leyes contra el juego, la pornografía, las drogas y otros "delitos" sin víctimas?
Los liberales están en contra de las regulaciones que prohíben o limitan las actividades que sólo afectan a quienes las ejecutan y que no violan los derechos de terceros. Se trata de acciones que el Estado tipifica como "delitos" no porque haya una víctima identificable sino porque no se ajustan a los estándares morales arbitrariamente definidos por el gobierno. Las disposiciones contra la producción, la venta, la posesión o el uso de material pornográfico, drogas, alcohol... la leyes que regulan el juego, la prostitución, las relaciones sexuales consentidas entre adultos... son intentos de imponer por la fuerza unos valores morales determinados a la sociedad.
Los liberales consideran que los individuos son dueños de sí mismos y que tienen derecho a actuar libremente, de acuerdo con sus particulares principios morales, con la única limitación de no violar idéntico derecho en los demás. En tanto que los "delitos" sin víctima por definición no violan los derechos individuales de nadie, suponen una interferencia ilegítima por parte del Estado en la vida de las personas, a quienes corresponde juzgar si una acción concreta es moralmente digna o indigna.
¿Si las drogas se legalizaran, ¿no aumentaría con ello el número de adictos?
No necesariamente. Un buen ejemplo lo tenemos en la Prohibición del alcohol y otras sustancias en los Estados Unidos en los años veinte del siglo pasado.
Cuando finalmente se abolió esta prohibición el consumo de alcohol no se disparó. Lo que sucedió fue que el crimen organizado que se había formado entorno al mercado negro se vino abajo. Cuando en Holanda se legalizaron las drogas blandas, el consumo de drogas duras cayó. De todos modos tenemos que entender que en la medida en que cada cual es responsable de sus actos, si consideramos que debe ser el Estado quien se ocupe de prevenir a los individuos de que sean responsables de sus vidas, serán aún más irresponsables. La legislación anti-drogas ha creado más irresponsables mientras que, por ejemplo, el consumo libre de alcohol en España ha permitido ir creando un control individual mayor ya que en ausencia de control estatal, es la sociedad la que excluye y discrimina a quienes abusan de ciertas conductas que se consideran mal vistas. Este control es mucho más efectivo que la mera prohibición.
¿Pero si se deja absoluta libertad a los empresarios, ¿no se perpetuará la discriminación salarial que afecta a las mujeres?
Si las mujeres recibieran sueldos más bajos que los hombres y fueran igual de productivas, los empresarios ávidos de beneficios contratarían mujeres en lugar de hombres (obteniendo igual productividad a un coste menor), hasta que la demanda de mujeres elevara sus salarios y se igualaran a los de los hombres. Por tanto, el que persistan diferencias salariales entre hombres y mujeres en el mercado sugiere que las mujeres (consideradas en su conjunto, generalizando pues) no están siendo discriminadas sino retribuidas de acuerdo con su menor productividad en el trabajo (menos años de experiencia laboral por maternidad y cuidado de los niños, preferencia por horarios flexibles o tareas menos riesgosas con salarios más bajos, entre otras causas, podrían explicar esa disparidad). En el mercado libre los salarios tienden a equipararse a la productividad marginal. Por ello la liberalización es el mejor antídoto contra la discriminación laboral de las mujeres (y de cualquier otro colectivo), pues aquellas que reciban un salario inferior a su productividad por motivos sexistas probablemente serán contratadas por empresarios que tengan más afán de lucro que ansias discriminatorias.
¿En base a qué niegan los liberales derechos sociales fundamentales
Los liberales defendemos abiertamente los derechos de toda persona a la vida, a la libertad y a la propiedad privada. Estas son las condiciones indispensables para el progreso humano. Y para respetar estos derechos no hay que hacer nada. Basta con que uno se abstenga de agredir al prójimo: no matar, no esclavizar, no robar. Pero a nadie se le obliga a salvar la vida del otro. A uno no le condenarán si un desconocido con el que jamás ha tenido relación muere.
Sin embargo, para respetar los llamados 'derechos sociales', como el salario mínimo o la educación pública, ya no basta con abstenerse de no agredir; uno ha de renunciar a la libertad de gestionar su propiedad privada. Ya no vive y trabaja para si sino para los receptores de las ayudas. Por lo tanto, estos 'derechos sociales' no son una prolongación sino una negación de los derechos individuales.
¿Por qué los liberales están en contra del salario mínimo?
Porque produce paro. Cuando un empresario y un trabajador se ponen de acuerdo y realizan un contrato de trabajo es porque ambos piensan que salen ganando con el acuerdo. El empresario considera más valiosa la labor realizada que el dinero del sueldo y el empleado tiene más interés en la paga que en el tiempo y esfuerzo que le cuesta.
Si se pone un salario mínimo, los empresarios directamente dejarán de contratar a empleados para puestos que consideren menos importantes que el dinero que les cuesta dicho salario mínimo. Y las personas que podían desempeñar esos trabajos se quedarán sin ellos. Como nadie trabajaría por tan poco si pudiera conseguir algo mejor, eso significa que esas personas no tendrán un trabajo similar con algo más de sueldo sino que no tendrán ningún empleo. Cuantos más derechos sociales se otorgan, más se retrocede en el respeto de los derechos individuales de los ciudadanos y más difícil se hace el progreso.
¿La sanidad privada no favorecería sólo a los ricos?
Supon que una persona tiene un sueldo de 100.000 pesetas brutas. En realidad cobra unas 120.000-130.000 pesetas (pongo el ejemplo español), pero esa otra cantidad va a la seguridad social.
Tú no estás disponiendo de ese dinero, sino que se destina a un uso que a lo mejor no quieres y a un único gestor sin que tengas capacidad de elección.
Si de esas 20.000 pesetas, 10.000 las dedicas a un fondo de pensiones, tendrás una mejor pensión que la pública.
Si dedicas las otras 10.000 pesetas a un seguro privado, en lugar de atenderte en La Paz, al precio que están los seguros privados, es posible que lo hagan en el Ruber o La Zarzuela. Con un sistema privado nos beneficiaríamos todos de la competencia entre las empresas privadas.
Hay que tener en cuenta que el sueldo medio (en doce pagas) en España supera las 230.000 pesetas, y que parte del dinero que no nos ha quitado la seguridad social se va a pagar seguros privados de salud.
En resumen, no hace falta ser un potentado para que la sanidad privada te salga mejor y más barata.