A finales de los años 80 del pasado siglo y gracias al largo combate del pueblo marroquí y de sus militantes (en particular, el combate de los prisioneros políticos y de sus familias), y a la emergencia de un nuevo contexto internacional con el fin del conflicto Este-Oeste propicio a la lucha para los derechos humanos y la democracia, ciertos derechos democráticos, limitados y bajo control, pudieron ser ganados en Marruecos.
Para sacar provecho de este nuevo contexto, los militantes provenientes del Movimiento Marxista Leninista Marroquí clandestino se reagruparon para fundar entidades políticas legales que pudieran continuar y desarrollar la lucha democrática.
Sin embargo, aparecieron divergencias importantes correspondientes a la naturaleza y a los límites de esta “abertura” democrática, las bases ideológicas de la entidad política a crear, la naturaleza del régimen y las evoluciones en curso.
Mientras que los militantes provenientes de la organización marxista-leninista “Ilal Amam” (Adelante) defendían la idea de que la naturaleza despótica y teocrática del poder no había cambiado (los fundamentos de la Constitución legalizan este estado de hecho), y que los derechos democráticos adquiridos, arrancados bajo la presión de la lucha en un contexto internacional favorable, pretendían también y ante todo facilitar la integración de la economía marroquí en la globalización capitalista cuyo coste social es enorme (privatización del sector público, desmantelamiento de los servicios sociales públicos, abertura a los capitales extranjeros, etc.), y que la profundización de los derechos democráticos adquiridos necesitaba el desarrollo y el refuerzo de las luchas, otros militantes cedieron a los de cantos de sirena del juego político (elecciones, instituciones supuestamente “democráticas”) y aparcaron sus reivindicaciones democráticas, por miedo a que fuera el fundamentalismo el único que sacara partido de los avances democráticos.
Es en este marco que Vía Democrática fue fundada en el año 1995 por un grupo de militantes de la organización marxista-leninista “Ilal Amam” y por militantes de organizaciones de masa simpatizantes del Movimiento Marxista Leninista Marroquí (sindicalistas, militantes de derechos humanos, etc.).
El objetivo de Vía Democrática es la construcción del socialismo como sociedad que acabe con el capitalismo y la explotación del hombre por el hombre. La realización de este objetivo supremo pasa, en la etapa histórica actual, por la lucha por la liberación nacional de la hegemonía imperialista, del bloque de las clases dominantes que está a su servicio y por la edificación de una sociedad democrática. Vía Democrática considera que la realización de las tareas en la fase actual, hacia la construcción del socialismo, exige que la clase obrera y las masas trabajadoras en general tomen la dirección del combate, en alianza con las demás clases populares. Y apoyándose sobre las organizaciones autónomas de las masas populares. Es por eso que Vía Democrática centra sus esfuerzos hacia el desarrollo de tres procesos ligados entre si: el proceso de construcción de la organización política autónoma de la clase obrera y de las masas trabajadoras, el proceso de desarrollo y unificación de las organizaciones de las masas populares, y el proceso de construcción de la alianza de las clases populares.
En el plano ideológico, Vía Democrática adopta el marxismo como método de análisis y teoría del cambio revolucionario en evolución y enriquecimiento constantes, a la vista de la práctica militante y del progreso científico. Considera que la construcción del socialismo no se realizará según un modelo preestablecido, sino gracias al movimiento real que destruirá el capitalismo y edificará, en su lugar, un modelo de organización social, donde la producción y los modos de producción estén bajo el control y el dominio de los productores libres y al servicio de la humanidad entera.
Vía Democrática está abierta a las enseñanzas de las luchas de los pueblos por su liberación de todas las formas de opresión y de alienación, así como a las ideas progresistas en el ámbito de los derechos humanos en su universalidad y globalidad, y en particular, los que contemplan los derechos de las mujeres, las libertades públicas, la defensa del medioambiente y de la paz en el mundo.
Desde su creación, Vía Democrática ha llevado un combate sin concesión alguna contra las ilusiones de la “alternancia” (entrada en el gobierno en el 1998 de la principal fuerza de oposición, la Unión Socialista de las Fuerzas Populares, en las condiciones dictadas por el régimen), que se ha reducido a una simple captación por el poder de algunos notables de l’USFP. A continuación, con la llegada al trono del nuevo monarca, Vía Democrática fue victima de los eslóganes oficiales como el de la “reconciliación nacional” (mientras tanto, seguía la represión a varias fuerzas de la oposición, los crímenes políticos se quedaban en total impunidad y ninguna luz se hizo sobre las desapariciones), el de la “nueva era” (mientras tanto, la monarquía rechazaba todo cambio de una constitución que legaliza el poder absoluto del rey y el despotismo del aparato de estado, el makhzen), o bien el del “desarrollo humano” (mientras que la globalización capitalista conjugada a la rapacidad del bloque de clases dominantes, rentistas, parasitarias, conducían a una rápida deterioración de la condición de la aplastante mayoría de la población).
Estas evoluciones tuvieron las siguientes consecuencias:
Debilitamiento de las fuerzas sociales que han apostado por las políticas del poder y que se han integrado en ellas: una parte de la izquierda, el movimiento amazigh que se dividió en cuanto a la posición a tomar con respecto a la creación del Instituto Real por la Cultura Amazigh, el movimiento de las mujeres que fue dislocado tras las débiles reformas del código de la familia, el movimiento sindical cuya direcciones burocráticas aplicaron, unilateralmente “la paz social”¡por miedo a que las luchas conllevaran una fuga de los inversores!
Incremento de las luchas en todas las regiones del territorio, incluso en las más alejadas, y boicot masivo de las elecciones legislativas del 2007, como respuesta de las masas populares a su empobrecimiento y como expresión de su profunda desaprobación de las instituciones supuestamente “democráticas”.
Las evoluciones mostraron que si el poder pudo domesticar una gran parte de las fuerzas políticas, sindicales u otras, al mismo tiempo, éste les ha debilitado y desvinculado de sus bases sociales directamente afectadas por las repercusiones de la globalización capitalista.
Para hacer frente a esta situación, el régimen iba a recurrir a los siguientes medios:
Crear a partir de cero un nuevo partido (Partido de la Autenticidad y Modernidad), bajo la batuta del amigo del rey, Fouad Ali Al Himma, incorporando en él al personal político de varios partidos de la administración, así como algunos renegados de la “izquierda” y a los “activistas” más oportunistas de la sociedad civil, de forma que llenará el vació que se reveló en las elecciones.
Estrechar el cerco de la represión contra la prensa y todos los movimientos de la protesta.
La inconsistencia de una parte de la izquierda, el debilitamiento de los movimientos sociales (sindicatos, asociaciones, etc.), mientras que las luchas populares conocen un desarrollo, han conducido a nuestra organización a adoptar la siguiente consigna: Por una dirección firme del combate por la liberación nacional y la democracia. Esta dirección debe estar compuesta por las fuerzas que hayan resistido al proyecto del Makhzen o que lo hayan combatido, así como por militantes provenientes de las luchas populares actuales.
Vía Democrática está muy presente en varios frentes de luchas que presentamos a continuación:
La lucha social: por la presencia de militantes de Vía Democrática en los sindicatos, y en algunos casos, en sus direcciones, y en varios comités de apoyo a las luchas sociales; por su combate contra el liberalismo salvaje (privatización, liberalización, desreglamentación, leyes reaccionarias contra el nuevo código del trabajo, etc.); por su acción en las coordinadoras en contra de la subida de los precios y por la defensa de los servicios sociales públicos, en el movimiento de los/as diplomados/as en paro, así como en los sindicatos de ingenieros y de la enseñanza superior.
La lucha por los derechos humanos: por sus posiciones valientes en contra de las violaciones de los DDHH y del tratamiento que de las mismas hace el régimen, así como por la implicación constante y eficaz de sus militantes en el movimiento de defensa de los DDHH como principio de base.
La lucha por la democracia: por su denuncia de la actual democracia de fachada y su participación activa en el boicot de las elecciones, a través del que se reclama la puesta en marcha de elecciones libres y honestas sobre la base de una constitución democrática elaborada por una asamblea constituyente.
La lucha contra la dependencia de Marruecos con respecto al imperialismo: las relaciones militares y securitarias (con las maniobras militares comunes, la cooperación contra el “terrorismo”, las reuniones de la OTAN en el país, etc.), las relaciones políticas y económicas (con el proyecto del Gran Oriente Medio y del África del Norte, el Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos y la Unión Europea, el Proyecto de la Unión por el Mediterráneo, etc.).
La lucha para que la constitución reconozca la lengua amazigh como lengua oficial y la cultura amazigh como cultura nacional, y para que las regiones, con sus especificidades regionales, se beneficien al máximo de su posible autonomía.
Consciente que este combate necesita la unión del máximo de fuerzas, Vía Democrática está tejiendo alianzas con las siguientes agrupaciones:
Las fuerzas de la izquierda parlamentaria no gubernamental en el marco de la Unión de la Izquierda Democrática (Rassemblement de la Gauche Démocratique).
Las fuerzas de la izquierda radical (trotskistas, corrientes estudiantiles, etc.) en el marco de la Alianza de la Izquierda Radical (Alliance de la Gauche Radicale).
Al mismo tiempo, Vía Democrática llama a la constitución de un frente por la lucha por la democracia y contra el liberalismo salvaje.
En razón de sus posiciones radicales y valientes, del compromiso e implicación de sus militantes en estas luchas, Vía Democrática es el blanco de constantes estorbos a su actividad y represión dirigidas por el poder, con la privación de su acceso a los medios públicos audiovisuales, la interdicción y represión salvaje de la concentración organizada el 04 de abril de 2009 para protestar contra la OTAN en la ocasión de su 50º aniversario, y de las concentraciones organizadas el 06 de junio de 2009 en ocho regiones para llamar al boicot de las elecciones comunales y protestar contra la privación del acceso a los medios públicos, así como con las detenciones de militantes durante la distribución de octavillas llamando al boicot de las elecciones, de los que siete han sido perseguidos y presentados al tribunal que les ha absuelto.
Las relaciones en el seno de Vía Democrática permiten dedicar un espacio importante a la democracia. Como ejemplo, el comité nacional, que es la más alta instancia después del congreso nacional, se reúne cada tres meses para debatir todas las cuestiones y tomar decisiones que impliquen a todos los miembros y que deben ser aplicadas por todos. Algunas de las grandes cuestiones son debatidas en las secciones, así como en las conferencias locales y nacionales, antes de ser zanjadas en el Consejo Nacional o en el Congreso Nacional.
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