JoseKRK escribió:Indignado escribió:Hace años me contó un señor que vivía en Suiza que, antes de la caída del muro, iba de vez en cuando a la antigua Checoslovaquia. Un día tomó un taxi. El taxista no paraba de rasgar la caja de cambios cada vez que cambiaba una marcha, éste le preguntó por qué, si es que estaba mal el coche, y el taxista le respondió que lo hacía a propósito porque cada vez que se estropeaba el coche lo mandaban a su casa y él seguía cobrando su sueldo. Pasaban meses hasta que le llegaba un nuevo taxi y volvía a hacer lo mismo. Seguro que se pueden adoptar medidas ante estas cosas, pero esta picaresca haría mucho daño en multitud de ámbitos. Y no creo que con formación se arreglaran estas cosas. Seguro que había cientos de taxistas que hacían bien su trabajo, una cosa no quita la otra. ¿Pero cuantos asalariados del Estado socavarían constantemente al mismo? Lo dejo como apunte al debate, me vino el recuerdo y quería comentarlo.Bueno, aunque se sale del tema, creo necesarias unas aclaraciones al mensaje de este forero de arriba; pero aún así, las aclaraciones enlazan con el asunto de la escasez relativa de coches de uso personal en los países del antiguo COMECON o de la autodenominada "Comunidad Mundial de Países Socialistas".
Esa desidia en el trabajo, incluso ese sabotaje cotidiano a pequeña escala individual (que multiplicado por decenas de miles de trabajadores, se convierte en un problema social de gran dimensión) también sé que se daba, por ejemplo en la República Popular de Polonia.
Creo que las causas de ese fenómeno indeseable, enlazan con algo de lo que ya ha dicho el camarada SS-18 anteriormente, referiéndose al desfase, que llegó a ser escandaloso, entre la producción de medios de producción (el Sector Primario de la Producción -lo que se denomina a menudo como "industria pesada"-) y la producción de bienes de uso y consumo directo, que son una necesidad de las masas para el aumento de su bienestar y satisfacción, indudablemente.
Si alguien lleva decenas de años currando duro a cambio de recibir poco más que la satisfaccón de las necesidades básicas, en un estancamiento prolongado de sus niveles personales de consumo y de bienestar, así como en un estancamiento y hasta deterioro progresivo evidente de la sociedad en que vive -que considero que fue planificado a propósito por la incipente burguesía que ya se estaba fraguando-, pierde interés en trabajar y confianza en el modelo social en que vive. Eso es de cajón y eso sucedió en buena parte de los países que siguieron el ejemplo de desarrollo soviético, carcomido ya desde dentro por el fenómeno del revisionismo y copados los órganos de poder, que deberían de ser populares y de carácter proletario y socialista, por una incipiente burguesía -que es en buena parte la que ahora, tras el desmontaje del modelo "socialista" ya corrompido, es propietaria de los medios de producción locales en la actualidad-.
El hecho de que el trabajador tuviera asegurado siempre un nivel mínimo de vida e ingresos (en la R.P. de Polonia había en los setenta y ochenta un dicho popular que, traducido aproximadamente, decía: "De pie o tumbado, salario asegurado"), contribuyó a agravar el problema, que no a causarlo; pero una sociedad que sea o se llame socialista, jamás puede permitir que un trabajador se quede sin medios de vida, tenga o no trabajo, ya que es obligación de la sociedad el proporcionárselo. El problema era el que he explicado someramente.
Así se fomentaba con éxito el descontento popular y la progresiva enemistad de las masas trabajadoras con el modelo social, que se les presentaba machacona y falsamente como ¨socialista" y hasta como "antesala del comunismo, que ya estamos construyendo, pues acabamos hace años la construcción de la sociedad completamente socialista y estamos ya en la fase de edificar poco a poco el Comunismo", como se hacía en la URSS, por ejemplo.
De este modo, las condiciones subjetivas para la estocada final estaban servidas, junto con las condiciones objetivas, que estaban maduras desde hacía bastantes años por el progresivo desvío de la construcción social desde el Socialismo que se logró en las primeras décadas tras la Revolución de Octubre, hacia un Capitalismo cada vez más evidente, que se ofreció a los ojos de las masas populares como la salida más "natural y óptima" al estancamiento, aparentemente producido por la ineficacia del sistema socialista construido, debidamente disfrazada, eso sí, como "Democracia y reformas democráticas".
Es algo parecido, salvando las diferencias, a lo que está sucediendo en España, por ejemplo, con los servicios públicos que aún están gestionados por el Estado: se les boicotea económicamente y administrativamente para que funcionen cada vez peor, la gente se enfade con la situación y entonces se les presenta la "receta salvadora": la privatización descarada o encubierta como "servicio público pero con gestión privada".
Por tanto, ese fenómeno que tu amigo observó con ese taxista de la antigua Checoslovaquia y que llegó a ser frecuente en buena parte de los países de la Europa Central y Oriental en la época de la URSS y el COMECON, no era debido "al Socialismo", sino a su ausencia progresiva y a su boicoteo planificado desde diversos órganos de poder infestados de burgueses en potencia o de hecho, pero semiclandestinos.
De hecho, durante las épocas en que aún se construía más Socialismo del que se destruía en esos mismos países, esos fenómenos eran anecdóticos en vez de habituales, pues las masas trabajadoras veían año tras año los progresos en la satisfacción de sus necesidades, muy acusadas y urgentes tras la destrucción brutal causada por la II Guerra Mundial Interimperialista y que eran rápida y eficazmente cubiertas, no sin grandes sacrificios y trabajo duro, pero que rendía frutos a ojos vista.
El desencanto, al menos en la R.P. de Polonia empezó a ser patente a partir de los años setenta, en que cada vez iba siendo más evidente para las masas trabajadoras que les estaban tomando el pelo en buena medida. Pero hasta entonces, no había oposición significativa al sistema y el nivel de satisfacción general con él era muy alto, aún desde posicones siempre críticas, como corresponde a países con ciudadanos con un buen nivel cultural y de formación y acostumbrados a obtener frutos visibles por sus esfuerzos.
Salud y espero que haya sabido hacerme entender con esta parrafada.
¿Insinúas que los trabajadores parásitos del bloque del este estaban organizados y respondían ante la burguesía? ¿o simplemente satisfacían sus necesidades primarias porque no veían el fruto de la constancia y el esfuerzo?
De todas formas, esto es darle una buena porción de ración al liberalismo, así que no se puede quedar en una simple queja.
¿Cómo se podría evitar esta situación?