[size=12]Las manos curtidas en el campo y en la fábrica, curtidas por las intensas horas de trabajo al sol, por el ritmo acelerado de la industria, curtidas por la oscura historia de sufrimiento y sangre que acarrean los trabajadores de la empresa Ledesma, esta vez pararon a Blaquier.
Más de veinte años sin aliento, comiéndose las penas, tragándose la bronca… Bronca que atraviesa la historia desde principios del siglo XX, desde la apertura de la empresa, que hasta el día de hoy no ha cesado de tratar brutalmente a los trabajadores. Son bien conocidas, por ejemplo, las condiciones fraudulentas con que esta empresa reclutaba a los campesinos indígenas dela Puna, de Bolivia o a los tobas que eran traídos desde el Chaco. Asimismo son muy conocidas las condiciones infrahumanas en que vivían y laboraban aquellos trabajadores, que para la empresa valían menos que una bestia de carga.
Tampoco podía faltar en la historia de Ledesma, su vinculación con la dictadura militar del ’76: la persecución, el Apagón, la desaparición de más de 40 compañeros obreros y estudiantes. Y es que Ledesma fue parte activa de ese plan genocida de la burguesía “nacional” y el imperialismo que liquidó en el país a toda una generación de luchadores para preservar la santa propiedad privada y su dominación como clase, que empezaba a ser cuestionada por la insurgencia obrera de la que los trabajadores ledesmenses eran parte.
Por este historial y puesto que hacía más de 20 años que la fábrica no paraba (desde las huelgas del ’88-‘89), el paro de 24 horas que se realizó el pasado jueves 7 de julio (en simultáneo con el paro de los obreros del Ingenio La Esperanza,La Mendietay El tabacal de Salta) fue histórico.
La medida de fuerza, que fue votada masivamente en las asambleas del sindicato azucarero de Ledesma y del sindicato de los trabajadores frutales (SITRAFRUL) y que se realizó en demanda de un salario digno y mejores condiciones de trabajo, tuvo un alto acatamiento tanto en la fábrica como en el campo.
Los obreros del campo llegaron a movilizar, por la mañana realizaron una importante movilización por las calles de Libertador -y junto con los de la fábrica que se plegaron- marcharon a las puertas del ingenio.
Más allá de que la gerencia de la empresa minimizó la importancia de la medida, este paro es en cierta medida un punto de inflexión. Los trabajadores, tras muchos años de silencio y quietud, se atrevieron a darle un párate a la superexplotación a la que están sometidos.
Desde el PTS apoyamos activamente el paro mediante volantes y la difusión en los medios de comunicación; también nuestros compañeros en Libertador piquetearon nuestra prensa La Verdad Obrera que fue bien recibida por los trabajadores.
En estos momentos se sabe que los trabajadores del citrus se encuentran en conciliación obligatoria, no hay novedades sobre la fábrica. Más allá del desenlace que tenga este conflicto, el paro del 7 de julio va a quedar como ejemplo para todos los trabajadores jujeños y del país que padecen la precariedad y la persecución policíaca como la que sufrieron por décadas los obreros de Ledesma.
Es una tarea de toda la juventud que se reivindique revolucionaria difundir la lucha y rodearla de solidaridad. Desde la juventud del PTS en el FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores) saludamos la lucha de los obreros de Ledesma y todos los obreros del azúcar que pararon ese día histórico.
(http://derechoalaherejia.wordpress.com/2011/07/14/ledesma-los-obreros-pararon-a-blaquier/)[/size]