A los comunistas, el proletariado internacional y las masas oprimidas del Mundo.
La verdad irrefutable y de aplicación universal del Marxismo-Leninismo-Maoísmo, nos enseña que, cuando los enemigos de los principios y objetivos del proletariado y las masas nos tacan, eso es bueno, pues quiere decir que hemos deslindado bien los campos entre los enemigos de la lucha del proletariado y la reacción y todos sus acólitos. Más, cuando sus ataques se tornan aún mucho más virulentos, eso no solo es bueno, si no fabuloso; pues eso significa que no solo hemos deslindado los campos entre el enemigo y nosotros, si no que nuestros avances en las tareas y objetivos que nos guían, están obteniendo éxitos innegables.
Los últimos ataques vertidos contra el Presidente Gonzalo desde las páginas de “El Diario Internacional”, dirigido por el oportunista L. Arce Borja, ni son nuevos, ni nos extrañan. Si ni nuevos ni extraños son las carencias de análisis y argumentaciones ideológicas y políticas, desde que a finales de los ochenta comenzara sus ataques, por omisión y tergiversación, a la figura del Presidente Gonzalo, ¿dónde reside la novedad?
Persistiendo en su derrotero oportunista, la única novedad reside en la solicitud que hoy, desde las páginas de su publicación, se hace al Estado Peruano para librarle de la carga que le supone mantener vivo al Presidente Gonzalo, sin que el Estado presidido por uno de los mayores genocidas de la historia reciente del Perú pueda negar su aureola de mantener los principios demo-liberales.
Pero, no confundamos al Sr. L. Arce Borja con los puestistas, anarquistas o revisionistas, que en su día compusieron el “Bloque escisionista”, puesto que ni tan siquiera llega a la condición que le situaría en las filas, aunque malas, del proletariado. Su condición no es más que la de un vil plumífero oportunista que, con su populismo rampante, pretende seguir sirviéndose de la lucha de su pueblo.
Los comunistas, el proletariado y los pueblos y naciones oprimidos del Mundo, deberíamos hacernos las siguientes preguntas: ¿a quién o quiénes beneficiaría en lo inmediato la desaparición física del Presidente Gonzalo?
Reflexiones sobre el revisionismo, el oportunismo y la lucha de dos líneas.
La historia y experiencias del proletariado internacional, nos han demostrado que el revisionismo surge, principalmente, del propio seno de las filas organizadas del proletariado. Primero, distorsionando y negando la táctica, metas y objetivos del proletariado, impidiendo y truncando el desarrollo de la revolución proletaria, para pasar a negar en su desarrollo abiertamente, si no se le combate, los principios del Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
Por otra parte, el oportunismo, pese a ser el último derrotero del revisionismo, tiene su raíz en las frustraciones de la pequeña y media burguesías.
Pese a los esfuerzos del imperialismo dominante en el Mundo actual por suavizar y ocultar la división y lucha de clases, ésta persiste y se desarrolla, se camufla bajo nuevos y cambiantes tintes, avanza y retrocede, pero persistirá mientras no sean barridos los hoy principales perpetuadores, el imperialismo y la reacción, implantemos el socialismo y avancemos y entremos todos a la futura sociedad comunista. Esta lucha de clases existente en el Mundo, se refleja al seno de la organización de vanguardia del proletariado, al seno del Partido Comunista, como lucha de dos líneas.
Los revisionistas y oportunistas, en cualesquiera de sus manifestaciones, que se desarrollan en el seno de las filas del proletariado, buscan constantemente socavar e impedir el avance, lo cual no es bueno en absoluto para el Partido y la senda que ha de seguir el proletariado hacia la revolución. Por lo tanto, ni deben, ni pueden ser consentidos ni permitidos entre nuestras filas. Nuestra tarea ha de ser la de desentrañar la raíz de toda manifestación de dichas posiciones, barriendo su fondo, puesto que al seno un Partido Comunista no debe ser consentido el ejercicio de la oposición. Los comunistas hemos de aclarar, sustentar y fundamentar las luchas contra las diversas posiciones que se manifiesten a nuestro seno, diferenciando las posiciones antagónicas de las no antagónicas, extrayendo lo bueno y correcto que se manifieste en cada una de las diferentes líneas que se den, en el caso de que lo haya. Pero, cuando las manifestaciones de las diferentes líneas que se den, antes de que se estructuren, se dediquen únicamente a imputar, socavar y, en definitiva, a impedir el avance, debemos combatir, barrer y derrotar sin miramientos dichas posiciones. La línea roja proletaria, la única línea que busca el avance, solo se impone al seno del Partido luchando y derrotando a las líneas contrarias que surgen en su seno. ¿Acaso los avances logrados por nuestra clase, en toda su ya larga historia, no han sido precedidos de grandes luchas internas?
Las diversas expresiones de desarrollo de líneas contrarias al seno de Partido surgen, fundamentalmente, en momentos en los que han de implementarse saltos, avances o repliegues, en el desarrollo de la construcción partidaria o de la revolución, sea por causas internas o externas. Así ha ocurrido en los diversos momentos de nuestro proceso de desarrollo de la reconstitución. Así le ocurrió a nuestro Partido hermano, el PCP, en la década de los noventa, tras el giro estratégico al que se vio avocado tras la detención del Pte. Gonzalo y la Dirección Central Histórica, donde hubieron de desarrollar Nueva Estrategia, nueva LPG, nueva PG, nueva Táctica, nuevo trabajo de construcción, de trabajo de masas, etc., una nueva línea que hubo de imponerse en lucha derrotando la línea anterior. Así ha ocurrido, más recientemente, en el Partido Comunista del Nepal (Maoísta) y, actualmente, en el Movimiento Revolucionario Internacionalista.
¿Qué es lo fundamental para la línea roja proletaria?
Desarrollar una correcta lucha de dos líneas, teniendo claro que se ha de imponer derrotando las líneas contrarias. No negar los principios que nos guían, no abandonar ni desviarse de la luminosa meta del dorado comunismo, tener las ideas muy claras y bien fundamentadas, con objetivos políticos cristalinos que sirvan a la clase, las masas y el Partido.
Por el contrario, las posiciones contrarias, unas toman lo nuevo de forma conservadora, pretendiendo mantener las posiciones que ya no sirven al momento político del desarrollo de las tareas de la revolución y se alían con las posiciones en las que anidan otros criterios y rumbos.
Al principio, se manifiestan como simples ideas, pasando a ser criterios, desviaciones y convertirse en líneas que, finalmente se estructuran al seno del Partido, ¿cuál es su objetivo principal en que culminan estas posiciones? Implantar los cuatro cambios, puesto que en definitiva, las líneas que denominamos derechistas o izquierdistas, son el reflejo de las ideas del imperialismo y la reacción en nuestro seno y siempre buscan el control y liquidación del Partido y la revolución, y así impedir l revolución o servir a la restauración de la vieja sociedad capitalista.
Sus métodos más utilizados son los de desviar al Partido hacía discusiones bizantinas, otros se dedican a la charlatanería barata, hablan para darse ínfulas, hacen gala de sus pasados momentos de gloria, emplean, en definitiva la inútil palabrería carente de contenido ideológico y político para hacernos perder el tiempo y desviarnos del las tareas centrales que exigen cada momento político dado. Tratan de que el Partido se pierda en una maraña boscosa adornada de supuestas discusiones de principios, aparentemente serias, para erigirse en tribuna, tratando de impresionar para cuestionar hipócritamente y de forma artera auto-exaltarse únicamente en función de alcanzar exclusivamente expectativas personales.