Después de publicar un amplio análisis sobre el resurgimiento del nacionalismo y la intención de EE.UU. de querer levantar un muro en su frontera con México, los indígenas mayas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llamaron a la rebeldía en contra de las políticas xenófobas que ya se dan en el mundo.
"Llamamos a organizarse con autonomía, a resistir y rebelarse contra las persecuciones, detenciones y deportaciones. Cada ser humano tiene derecho a una existencia libre y digna en el lugar que mejor le parezca, y tiene el derecho a luchar para seguir ahí", dijeron.
En un nuevo comunicado, el EZLN, la organización indígena que se alzó en armas en el estado mexicano de Chiapas justo el día en el que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, argumenta que el actual modelo económico global se basa en la crisis y la guerra. Para volver a legitimarse ante sus pueblos, los gobiernos de los países poderosos comienzan a retraerse detrás de murallas.
Esas murallas, explican los insurgentes, no son solo físicas, también son culturales y legales; además, tienen la intención de crear un mundo "donde solo quepan los que arriba".
El EZLN denunció entonces lo que implican estas fronteras: "Para quienes hacen funcionar las máquinas y hacen nacer a la tierra (obreros y campesinos), las fronteras siguieron y siguen siendo lo que siempre han sido: cárceles".
Desde 1994, el zapatismo se ha convertido en un referente mundial del anticapitalismo y las reivindicaciones sociales apartidistas. Su aparición ante un mundo unipolar después del colapso de la Unión Soviética dio un aire a los movimientos sociales de todo el mundo.
Casi al terminar el 2016, propusieron junto con otros 500 pueblos indígenas de México la creación de un Concejo Indígena de Gobierno que irrumpa en las elecciones presidenciales del país en el 2018, fuera del sistema de partidos políticos. Hace 10 años emprendieron una iniciativa llamada 'La Otra Campaña' y en el 2001 la Marcha del color de la Tierra, a la que, por ejemplo asistió el Nobel de literatura José Saramago, y que tenía como intención el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a su autonomía en la Constitución de México.
También en el 2016 lanzaron un medio de comunicación llamado 'Gieta: medio para armar', para dar cuenta de los efectos del modelo económico global en el territorio mexicano.
América no volverá a ser grande de nuevo
Si bien el EZLN recordó que los pueblos originarios viven una guerra que "lleva siglos", primero con la cruz y luego con "la religión del capital", sostuvieron que desde el Consenso de Washington hace 20 años, la globalización neoliberal no trajo una aldea planetaria, como sostenían sus teóricos, sino la disolución de los Estados.
"Lo único que se mundializó fue el mercado y, con él, la guerra. Las fronteras se multiplican dentro de cada territorio, no solo las que pintan los mapas. También y, sobre todo, las que levantan la corrupción y el crimen hecho gobierno", explican.
Sin embargo, advierten los guerrilleros mayas, las grietas ya se muestran en esos muros. Y son abiertas por los desplazados de las guerras: "van haciendo grietas en los muros hechos y por hacer".
"El pensamiento de arriba les prometió un mundo sin fronteras, y su resultado es un planeta atiborrado de trincheras chovinistas", agregan los zapatistas, haciendo referencia al libre mercado y al ascenso de la derecha mundial y el fascismo nacionalista de los últimos años.
Los gobernantes ahora, dice el zapatismo, se repliegan detrás de la fórmula de la xenofobia, el racismo y el sexismo: "La salvación de arriba es anglosajona, blanca, creyente y masculina".
Pero el EZLN advirtió: "América no volverá a ser grande de nuevo. El sistema llegó ya al punto de no retorno".
Las propuestas
Ante este escenario, los zapatistas llamaron a no permanecer indiferentes y a participar en la campaña mundial "Frente a los muros del Capital: la resistencia, la rebeldía, la solidaridad y el apoyo de abajo y a la izquierda", cuyas actividades aparecerán en el sitio Enlace Zapatista.
También emplazaron a resistir y rebelarse en contra de la política impulsada por EE.UU., pero también a solidarizarse y apoyar a quienes verán "atacadas sus vidas, libertades y bienes":
"Sea apoyándolos para que regresen a sus hogares, sea creando santuarios o apoyando los ya existentes, sea con asesorías y apoyos legales, sea con paga, sea con las artes y las ciencias, sea con festivales y movilizaciones, sea con boicots comerciales y mediáticos, sea en el espacio cibernético, sea donde sea y como sea".