Definición de islamofobia
El Runnymede Trust* identifica ocho componentes para caracterizar al Islam:
- monolítico, estático e insensible al cambio;
- tiene valores diferentes a los de otras culturas y religiones;
- es inferior a las sociedades occidentales;
- brutal, irracional, primitivo, sexista, violento, agresivo, amenazador, apoya al terrorismo y choca con la civilización occidental;
- una ideología utilizada para lograr ventaja política o militar;
- critica irracionalmente los valores occidentales;
- justifica prácticas discriminatorias que excluyen a los musulmanes de la corriente principal de la sociedad y
- cree que la hostilidad anti-musulmana es natural y normal.
Un informe del año 2004 de la Comisión Británica sobre Musulmanes e Islamofobia titulado “Islamophobia: issues, challenges and action” [“Islamofobia: problemas, desafíos y acción”] afirmaba que 1.6 millones de musulmanes británicos viven “de una dieta de muerte, hipocresía y negligencia que está traumatizando y radicalizando a toda una generación. ¿Qué nos depara el futuro?”, preguntaba. ¿Cómo puede una Gran Bretaña laica dar cabida a musulmanes religiosos?¿Qué se ha hecho para contrarrestar los efectos debilitantes de la islamofobia?¿Por qué ha habido una ausencia de acciones oficiales?. “¿Por qué el movimiento antirracista es tan reticente a tratar los prejuicios, el odio y la discriminación basados en la religión?”. ¿Está institucionalizada la islamofobia occidental y a qué coste?
Las sociedades occidentales están dirigidas por hombres blancos, generalmente cristianos, de las clases media y superior. Son responsables de servir a todos los ciudadanos, sin embargo las personas blancas no musulmanas institucionalizan la islamofobia en vez de denunciarla y de eliminarla.
Es un término nuevo para un viejo temor que existe en Europa desde el siglo XVIII. Desde la década de 1960 es clave la presencia de 15 millones de musulmanes europeos occidentales, varios millones más que en Estados Unidos. Otro factor son las guerras por los recursos naturales, fundamentalmente petróleo y gas. Otros factores incluyen las ideas erróneas acerca del Islam, al que equivocadamente se asocia con la violencia y el terrorismo, así como la explotación de esto para obtener ventaja política. Los reportajes de los medios occidentales contribuyen entonces avivando el temor y la hostilidad, y describiendo a los musulmanes de forma tópica como peligrosos y amenazantes.
En Estados Unidos destacados académicos como Bernard Lewis y Samuel Huntington promueven la tesis del choque de civilizaciones, según el cual Huntington afirma que el problema subyacente de Occidente “no es el fundamentalismo islámico. Es el Islam, una civilización diferente cuyo pueblo está convencido de la superioridad de su cultura y obsesionado con la inferioridad de su poder”.
El 22 de octubre de 2001 un artículo de Edward Said publicado en The Nation titulado “The Clash of Ignorance” [“El choque de la ignorancia”] criticaba a ambos académicos y los calificaba de ideológicamente “beligerantes”. Citando el análisis de Huntington de 1993, “The Clash of Civilization?” [“¿Choque de civilizaciones?”] y el de Lewis de 1990, “The Roots of Muslim Rage” [“Las raíces de la cólera musulmana”], Said afirmaba que ambos hombres tratan la identidad y cultura islámicas a la manera de los “dibujos animados”, “donde Popeye y Pluto se pegan sin piedad” y prevalece el más “virtuoso”. Ellos y otros como ellos se basan en estereotipos, no en la razón o en análisis bien fundados, y siembre van hombro con hombro con Hollywood y los principales medios de comunicación.
Huntington afirmaba también: “Las ideas occidentales de individualismo, liberalismo, constitucionalismo, derechos humanos, igualdad, libertad, el imperio de la ley, democracia, libre mercado y separación de Iglesia y Estado a menudo tienen poca resonancia en las sociedades islámicas”. De hecho, “los valores occidentales” son un reflejo invertido de lo que afirmaba IHuntington.
En un ensayo publicado en 2002 de Paul Weyrich y William Lind titulado “Why Islam is a Threat to America and the West” [“ Por qué el Islam es una amenaza para Estados Unidos y Occidente”] se calificaba al Islam de quinta columna y religión de guerra. En septiembre de 2001 la suscitadora de odios Ann Coulter escribía: “Deberíamos invadir sus países, asesinar a sus dirigentes y convertirlos al Cristianismo. Acaso no fuimos meticulosos acerca de localizar y castigar sólo a Hitler y sus más altos cargos. Bombardeamos las ciudades alemana y matamos civiles. Era la guerra. Y esto es la guerra”.
En noviembre de 2001 Franklin Graham (hijo de Billy Graham) declaró en NBC Nightly News que “el Islam es una religión muy malvada y perversa”.
En febrero de 2002 Pat Robertson afirmó que los musulmanes “quieren coexistir hasta que pueden controlar y dominar, y entonces, si es necesario, destruyen. No se puede decir que la religión musulmana sea una religión de paz. No lo es”.
También en febrero de 2002 el fiscal general [estadounidense] John Ashcroft calificó al Islam de “religión en la que Dios te exige que envíes a tu hijo a morir por Él. El Cristianismo es una fe en la que Dios envía a su hijo a morir por ti”.
Desde entonces hasta ahora esto no ha disminuido, con destacadas figuras y noticias de los medios difundiendo odio y miedo, apoyando las guerras imperialistas globales. Comparando una dicotomía Occidente/Oriente, Edward Said escribió sobre colonizadores frente a colonizados, “lo familiar (Europa, Occidente, nosotros) y lo extraño (Oriente, el este, ellos)”. Lo fuerte contra lo débil. Lo superior contra lo inferior. La creencia de que el poder actúa correctamente, sin importar lo equivocado que esté, lo destructivo o lleno de odio que sea.
La profesora Deepa Kumar trabaja activamente en el movimiento social por la paz y la justicia global. También dirige investigaciones sobre la guerra, el imperialismo, la globalización, laq clase, el género y los medios, incluyendo cómo estos tratan al Islam.
En su reciente ensayo titulado Framing Islam: The Resurgence of Orientalism During the Bush II Era aborda los acontecimientos posteriores al 11 de septiembre y explica la reaparición del extremismo del “choque de civilizaciones”. Bajo Bush II y Obama esto se convierte en “una cuestión de sentido común”, en una lógica política dominante.
Kumar consideraba cinco mitos post 11 de septiembre “claves y que se dan por sentados”:
(1) el Islam es monolítico. De hecho, tal como se practica en decenas de países es diverso con muchas ramas sunníes y chiíes.
(2) es excepcionalmente sexista. De hecho, ni más ni menos que todas las demás religiones. El dogma cristiano afirma que Eva fue creada de la costilla de Adán. En un tiempo se quemaba en la hoguera a las mujeres europeas y estadounidenses por brujas. Les costó cien años de lucha tener derecho a votar. Siempre se ha atacado sus derechos, incluyendo los que tienen sobre sus cuerpos, ya que los fascistas cristianos promueven el dominio masculino de género.
(3) es inherentemente violento e intolerante, el término “jihad” se usa erróneamente para connotar guerra santa. De hecho, se refiere tanto a una lucha interna para vencer la propia debilidad como a una menor por la supervivencia y la defensa.
(4) la mente musulmana es incapaz de razonar y de hacer ciencia. El 12 de septiembre de 2006 el Papa Benedicto XVI equiparó al Catolicismo con la razón y afirmó que el Islam carecía de ella. Muchas otras personas antes que él defendieron el mismo argumento que era entonces tan espurio y racista como ahora.
(5) “Occidente difunde democracia mientras que el Islam genera terrorismo”. A consecuencia de ello la civilización occidental debe modernizarlo y dominarlo. Estados Unidos, por supuesto, desdeña las libertades democráticas y prefiere a déspotas fáciles de cooptar en vez de la justicia y la liberación sociales.
Kumar lucha contra los mitos por medio de análisis académicos y pone en evidencia lo odiosos y falsos que son.
En una entrevista del 22 de septiembre de 2010 analizaba la islamofobia en Estados Unidos y afirmaba que prevalecen el temor y la animadversión hacia los musulmanes. “Sin embargo, no creo que esto provenga de los estadounidenses ordinarios, sino que más bien (tras el 11 de septiembre) los medios dominantes y la elite política han contribuido a generar una actitud hacia los musulmanes que ha sido muy negativa”. Muy recientemente los extremistas del Tea Party lo explotaron. Otro grupo llamado “Stop Islamization of America” [Alto a la islamización de Estados Unidos] promueve la idea de que “los musulmanes están conspirando para hacerse con el poder en Estados Unidos”.
La películas, los principales medios de comunicación y grupos que promueven el odio han manipulado a los estadounidenses ordinarios. “Cada país que trata de obtener el consentimiento de sus ciudadanos para la guerra debe construir un enemigo al que temer y odiar”. Los altos cargos de Bush utilizaron el Islam de forma muy similar a cómo las tácticas de la Guerra Fría vilipendiaron a los comunistas y a cómo se denigró e insultó a los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. “Hoy se considera que todos los musulmanes son responsables de los hechos que tuvieron lugar el 11 de septiembre”, el fomento del odio y el miedo sustituyen a la verdad, con Hollywood y los reportajes de los medios principales a la cabeza.
Especialmente las películas describen a los “hombres árabes como brutales, violentos y chabacanos, y a los países con una mayoría musulmana como incivilizados, misóginos, irracionales y no democráticos”. Los reportajes de los principales medios de comunicación toman esto y “siguen el ejemplo de 'los principales definidores de noticias', esto es, personas que son los dirigentes políticos y económicos clave”. Han “etiquetado ampliamente a la comunidad musulmana como una comunidad en la que no se puede confiar y anti-estadounidense”. Los medios dominantes se hacen eco de ello.
El 10 de enero titulaba un artículo publicado en Monthly Review “How to Fight Islamophobia and the Far Right, in Europe and the United States” [“Cómo luchar contra la islamofobia y la extrema derecha, en Europa y Estados Unidos”, en el que afirmaba:
“Una tendencia alarmante [barre] Europa”. Los partidos de extrema derecha atacaron a los musulmanes y a los inmigrantes para “ganar votos en muchos países de Europa”. Se vio en Francia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, los Países Bajos, Suecia, Finlandia, Grecia, Hungría, Bulgaria, Letonia, Rumania y Eslovaquia, tiempos difíciles para el cambio, incluido en Estados Unidos.
“A lo que estamos asistiendo es a un movimiento populista de extrema derecha que empieza a manifestar racismo en su misma esencia”. Es tanto electoral como de base, “y se fundamenta en intimidar a las comunidades musulmanas y de inmigrantes latinos”. La islamofobia incita a la histeria de la “guerra contra el terrorismo” y “sirve a la agenda interna de la extrema derecha de manera similar a lo que se ha hecho en Europa”.
Un pusilánime enfoque centrista “únicamente fortalece a la extrema derecha”, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Luchar contra la islamofobia exige ponerla al descubierto “como una táctica de chivo expiatorio de un sistema en crisis”. Sin embargo, imponerse exige “alternativas políticas y económicas a la guerra”, pero no hay que esperar que los medios dominantes las promuevan.
El artículo de Kumar publicado en el número de marzo/abril de 2007 de International Socialist Review titulado “Islam and Islamophobia” explicaba cómo en el año anterior hubo incesantes ataques a los musulmanes. Hoy no es diferente. Su amenaza común “es una visión polarizada del mundo”, la lucha clásica del bien contra el mal que retrata hiperbólicamente a un Occidente democrático contra un primitivo e incivilizado Islam, que desea crear “un imperio islámico desde Europa hasta el sudeste de Asia”. No importa que personas de todas las religiones y etnias de todas partes del mundo quieran justicia social, libertad y paz.
Los orientalistas, sin embargo, consideran a Oriente “dinámico, complejo y siempre cambiante”, mientras que el Islam “es estático, primitivo y despótico”. Necesita “la intervención occidental para provocar un cambio progresista”, algo que las sociedades islámicas no pueden hacer por sí mismas.
Kumar argumenta que “luchar contra la islamofobia y desafiar el racismo estadounidense en relación a los pueblos de Oriente Próximo es una condición previa esencial para que resurja un movimiento contra la guerra fuerte”. Una de sus mayores debilidades ha sido su incapacidad o falta de voluntad psra desafiar la islamofobia. “De forma bastante literal nuestro futuro depende de la creación de este movimiento”. El cambio progresista depende de unas bases de paz, igualdad de la justicia y libertades democráticas, logros que por el momento no están a la vista.
Stephen Lendman vive en Chicago y su correo electrónico es [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Su blog es sjlendman.blogspot.com.
* N. de la t.: Runnymede Trust es un think tank británico fundado en 1964 que se dedica a la investigación y defensa de temas como la etnicidad y diversidad cultural, con los objetivos declarados de luchar contra la discriminación racial, de influir en la legislación y promover la multietnicidad en el Reino Unido.
Fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]