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    Relato de un viaje a la China actual

    Granma
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    Relato de un viaje a la China actual Empty Relato de un viaje a la China actual

    Mensaje por Granma Lun Oct 10, 2011 5:11 pm

    La otra cara del camarada Mao Zedong

    Por Yolí J. Núñez O.

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    El Ejército Rojo no teme la prueba de la larga marcha,
    Mil montañas y diez mil ríos para él no significan nada.
    Para él, las cinco cordilleras, ondulan como livianas olas
    y los picos de la montaña de Wumen se deslizan como bolas de barro
    Tibios son los acantilados que perforan la niebla, lavados por el río Arenas de Oro…
    Frías son las cadenas de hierro que atraviesan el Dadú
    Feliz esta el ejército de ver las nieves infinitas del Minshan
    Y cuando las cruzamos nace una sonrisa en cada rostro

    (La Gran Marcha, por Mao Zedong)


    Pocos minutos ha que en el aeropuerto de Sydney les dije a Jesús y a Helen “hasta luego”. Ahora estoy sentado al lado de una pareja que sólo habla mandarín, en Air China. El perfil del resto de los pasajeros era predominantemente asiático, por lo que reflexioné: Si fuese cierto lo que me enseñaron en la escuela: En los países llamados comunistas, a la gente se le prohíbe salir o regresar, ¿Por qué en estos vuelos viajan tantos chinos?…

    Después de casi 12 horas de vuelo, escuché: “Señores pasajeros: nos acercamos al aeropuerto de Beijing… temperatura 10 grados… Deseamos excelente estadía, Gracias por volar con Air…” 20 minutos más tarde, Mr. Lí y Sun Shu, padre y amiga de Helen respectivamente, me reciben con una ligera sonrisa y un fuerte apretón de manos… Sun me preguntó en inglés: “¿Es Ud. el Sr. Núñez?”. “Por supuesto que todavía soy”, le contesté, sin ocultar mi emoción. “Lo reconocí por la gorra tricolor y la chaqueta de piel blanca, Helen no se equivocó”, me dijo la joven china en el hall de llegada.

    Aprovecho para visitar la toalet, la cual observo cuidadosamente: todo limpio y con un alto automatismo en cada una de las operaciones que deben hacer sus visitantes. Por cualquier sitio se nota orden y pulcritud.

    Mientras Mr. Li conducía rumbo a la gran ciudad, pude contemplar las espectaculares autopistas y avenidas, rodeadas de árboles en su mayoría, jardines con bellísimas flores, en inmensas plazas, e iluminadas fuentes y monumentos históricos de diferentes épocas. Inmensos edificios oficiales y de corporaciones, muy bien conservados y sembrados en las impetuosas vías de comunicación. Miles de vehículos, motos y bicicletas se desplazan cual gacela en un océano de limpieza impresionante. Curiosamente no observé ni el primer día, ni en ningún otro, gran embotellamiento en el tránsito terrestre.

    A la par de la observación visual que hacía a la ciudad, me vino el recuerdo de algunas lecturas sobre la China gobernada por los políticos feudales-capitalistas, hasta finales de la década de los años 40, es decir, antes que triunfara la revolución socialista dirigida por Mao Zedong y otros líderes del PCCh:

    a) Población de 540 millones de habitantes

    b) Millones de personas durmiendo en las calles, hambrientos, desnutridos, enfermos y desempleados

    c) Esperanza de vida de 35 años

    d) Alta exclusión social, cuyo símbolo histórico parece ser la Ciudad Prohibida

    e) Altas tasas de mortalidad infantil

    f) Predominio de la población campesina sobre la clase obrera

    g) Bajo nivel industrial

    h) Tecnología de cuarta categoría y niveles de exportación poco competitivos.

    En general, el atraso era evidente. Los resabios de las dinastías y la incipiente oligarquía del dinero dominaban sin contemplación la escena política, económica y social del país.

    Después de cruzar media Pekín, llevamos a Sun Shu a la universidad, luego llegamos al hotel. El Sr. Li me hizo señas (Él sólo habla mandarín) para que lo siguiera a la habitación reservada. Unos minutos más tarde hizo un gesto que me sugería que era hora de apagar la TV y caer en los brazos de Morfeo. Por la mañana juntó sus cuatros dedos de la mano derecha y los movió cerca de sus labios, en señal que debíamos ir a desayunar. Verifiqué el costo de la habitación por cinco noches: US$ 250 ó 1750 yuanes, en total (Lo que cuesta una noche en Sydney).

    Mientras tanto, Helen y Jesús, desde Sydney, nos informan sobre algunos viajes organizados que me correspondía tomar para los primeros tres días en Pekín:

    a) La Ciudad Prohibida (conjunto de edificaciones que expresan la arquitectura y las costumbres de las dinastías que precedieron a la República de China, iniciada en 1911)

    b) La Gran Muralla (inmensa fortificación de más de 8.000 Km, fortaleza contra la invasión de los nómadas Xionnu de Mongolia y Manchuria, su construcción comenzó en el siglo V a.c.)

    c) Plaza Tiananmen (considerada como el centro de esparcimiento y debate político más grande de Beijing y posiblemente del mundo, con capacidad para múltiples eventos)

    d) El palacio de la Seda (Donde se le muestra al turista el origen, procesamiento y uso adecuado de un océano de variedad de seda)

    e) La Casa del Té (Donde se promueve la cultura de esta infusión, incluyendo su muy variadas vajillas y conexas tradiciones

    f) El Palacio de las Perlas (sitio dedicado a la fabricación, distribución y venta de joyas elaboradas con este material, allí demuestra el procesamiento de variados tipos y clases de perlas)

    g) El Parque de las Pandas (se exhibe este exótico animal, sus costumbres y su historia)

    h) La Ciudad Olímpica (Supermodernas construcciones e instalaciones donde se realizaron las Olimpiadas del año 2008. Resalta el “Nido de Pájaros” y el Centro Acuático Nacional de Pekín. Ambas son expresión del adelanto actual de la China)

    l) El barrio Huton (antigua urbanización de calles muy estrechas y donde la atracción turística es pasear en coches jalados por ciclistas, aunque se puede ver el trabajo de famosos artesanos, artistas populares y otras curiosidades de este típico lugar). Por cierto, estando en este barrio, una turista australiana me confesó: “Mr. Núñez, Ud. no tiene nada que admirarse aquí, toda este supuesto progreso viene de las Olimpiadas del 2008, es decir, China siempre ha sido siempre atrasada, lo que pasa es que los comunistas saben hacer muy bien su propaganda… lo que sí reconozco que estoy comprando muy barato”.

    Me quedé en silencio… no quise polemizar con el pensamiento de la Reina…

    Con la ayuda de Mr. Lí, visité otros sitios de interés:

    a) Museo Militar de China (Extraordinaria muestra de la historia, arte y técnica militar de China de todos los tiempos, bien diseñado, donde se pueden ver armas y accesorios desde un centímetro de largo, hasta varios metros de largo o de ancho)

    b) La Opera de Pekín (espectáculo artístico-musical de gran calidad. La jóven Xu Chen, quien habla inglés nos sirvió de interprete)

    c) El Parque Chino de las Etnias (tiene la representación de 56 grupos étnicos)

    d) El Mausoleo de Mao Zedong (impresionante edificación en cuyo interior está expuesto el cuerpo del líder máximo de la Revolución China. Allí se le rinden los últimos honores y para su entrada se pueden invertir hasta tres horas, en ordenadas y largas colas de fervientes admiradores)

    e) Famosos restaurantes (con hasta 300 platos para seleccionar, comida bien elaborada y balanceada, entre tantos, “la olla caliente” (hot pot), el pato pequinés, todos a precios muy solidarios, en un ambiente confortable, de extremada atención y de impecable limpieza. La mayoría de las mesas tienen centros circulares rodantes. Después de observar lo apetitoso con que comen los chinos, me surgió una interrogante: ¿Por qué la mayoría de ellos no engorda?

    En los breves recorridos por algunos centros comerciales, pudimos constatar que existe una gran variedad de tradicionales y modernos artículos de múltiples usos, a precios realmente económicos, de atractiva funcionalidad y calidad. Los centros de atención a la salud y cultura estética se han diseminado por todas partes. Los privilegios de la belleza estética que ostentaban los habitantes de la Ciudad Prohibida se han extendido a millones de mujeres e inclusive a los hombres.

    Féminas vestidas a lo tradicional o a lo occidental engalanan con su elegancia las calles, museos, parques y demás sitios de diversión para el turismo nacional e internacional. Mientras observo los grandes almacenes, me vienen a la memoria tesis de Mao, de hacer la revolución poniendo el acento en el campesino, por ser la mayoría, los más necesitados y poseer indiscutibles valores nacionalistas. Como sabemos, esto le funcionó.

    Sin embargo, hoy en día, el ambiente ha cambiado, y en las grandes ciudades, millones de campesinos se convirtieron en obreros industriales, artesanos, artistas, profesores, y general profesionales y técnicos que permiten que esta nación se haya transformado en la principal acreedora de EEUU, con un alto producto interno bruto, una balanza comercial y de pagos bastante favorable, donde la esperanza de vida para el año 2008 superó los 73 años.

    En la China actual, a pesar de que todavía existen millones de pobres y de problemas importantes por resolver en regiones apartadas de la capital, habitan más de 1.300 millones de habitantes y se ha constituido en un punto de referencia comercial, industrial, tecnológico, cultural y militar para todo el planeta. ¿Es esto una realidad o una ficción, que en los 60 años de revolución China dejó de ser un atrasado país feudal y se convirtió en una gran nación donde se combina la economía socialista con el modo de producción capitalista y otras formas de propiedad?

    ¿Se cumplió en gran parte el “Gran Salto” propuesto por Mao a finales de los años 50? ¿Será necesaria otra Revolución Cultural en el escenario del siglo XXI? En todo caso, ¿De cual tipo de revolución se estaría hablando? ¿Habrá alguna esperanza real de suprimir la explotación del hombre por hombre? ¿Cuál de las leyes de la dialéctica propuestas por los padres del socialismo científico explican este desarrollo descomunal del socialismo chino?

    Cuando fuimos a Tiananmen (Plaza de la Paz Celestial) e hicimos la cola para ver el cadáver viviente de Mao Zedong, pudimos constatar la asistencia de miles de personas aguantando el inclemente sol que durante casi tres horas nos tocó esperar para llegar al histórico mausoleo. No cabe duda de que el comandante Mao sigue siendo el líder político, ideológico y militar de millones de chinos y de otros continentes. Esta es una procesión permanente, extremadamente ordenada, alegre pero con alta sobriedad.

    No cabe duda que el tiempo que cubrió la existencia del presidente Mao, fue siempre esplendoroso y estimulante en su lucha incansable por lograr cambiar el rumbo de la historia china. Sabemos que no siempre Mao triunfó con todas sus propuestas y batallas. Se conoce que sufrió importantes derrotas, pero su perseverancia, su firmeza y valentía estuvieron siempre más allá de las circunstancias adversas.

    Ni la despiadada guerra desatada por el Kuomintang contra los revolucionarios y pueblo en general, ni la sangrienta ocupación japonesa amilanaron el temple de acero de este gran timonel y maestro del pueblo chino.

    Al final, en el último día de mi breve gira, mientras Mr. Li conducía su coche japonés vía aeropuerto, a medida que avanzábamos no pude evitar regresar mi imaginación hacia aquellos pájaros olímpicos que desde su nido contemplaban a las estrechas y pintorescas calles de Huton, llenas de soñadores bicicleteros.

    En mi mácula y más allá, había quedado gravada la imagen del insigne guerrero en posición horizontal en Tiannanmen, el recuerdo de los estruendosos aplausos a los agraciados artistas de la ópera de Pekín, los vientos helados que movían la empinada montaña que alberga la Gran Muralla, el agraciado cocinero preparando el suculento pato pequinés, la resignación de centenares de peregrinos adoradores de Buda en su mágico templo, los impresionantes dragones de la fantasía, los sueños y de la realidad, que por todas partes adornaban la ciudad y su extraordinaria arquitectura.

    En fin, atrás quedaba la inolvidable, embrujadora e inigualable Pekín y con ella China, que quién sabe si tendré alguna otra oportunidad de volver a sentirlas como una mezcla de almíbar y de interrogantes que no dejan de impactar mi conciencia….

    Pero… a la par que mi sensibilidad atormentaba y congratulaba mi espíritu, volví a dialogar en silencio con Mr. Li y le “expresé”: privilegiado Ud. por vivir en este tiempo histórico en su impresionante China. Nosotros también en Venezuela, aunque en pequeño, vivimos el nuestro… Así es el mundo, cargado de pequeños y grandes, de conservadores y de soñadores, de justos e injustos, de pacifistas y guerreristas, de rebeldes y futuristas. Li parece escucharme, pero no dice nada, luce pensativo, conduce sereno rumbo a la despedida… no se detiene, oportunidad que aprovecho para hacerle nuevas preguntas:

    ¿Cree Ud. que ahora que en China, domina la tecnología y la industria, se acortará la distancia entre las mayorías de menores recursos y las minorías que poseen una parte de los medios de producción en su país? ¿Realmente el índice de Gini seguirá disminuyendo en los próximos 20 años? ¿Al cabo de cuanto tiempo cree Ud. que desaparecerá la pobreza de China?… Por supuesto, no respondió. Mr. Lí continuó guardando silencio… pues yo no parlo mandarín y él sólo habla ese idioma…

    La despedida: hacemos el “Check out” e inmediatamente nos dirigimos a la zona donde debo despedirme de Mr. Lí. Un fuerte apretón de manos, y repito varias veces, Xiee Xiee (gracias) Mr. Lí… me volteo y camino con el ceño comprimido, tratando de contener la emoción causada por un momento de mi vida que quien sabe volverá… El avión está a punto de partir… pero de lo que sí estoy seguro es que con la creciente ola de cambios revolucionarios en Latinoamérica y el Caribe, millones de combatientes y turistas irán a visitar a China, en son de paz y de cooperación mutua…

    Mientras tanto, allá lejos del aeropuerto, en su hall del último respeto, se queda reflexivo, envuelto con la aureola del sueño eterno, el gran poeta y comandante Mao, rodeado por un poco más de 1.300 millones de seres que todos los días estudian, trabajan y luchan por seguir creciendo sin pretensiones imperialistas, y con ausencia de poses egocéntricas provincianas… Es entonces cuando vuelvo en mí y “descubro” la otra cara de Mao: feliz por la gran nación que ayudó a construir-desarrollar y cuestionador por cuanta desviación pudiese haber en la Gran Marcha que todavía queda por andar…

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    Mensaje por JuanSebastian Lun Oct 10, 2011 5:39 pm

    Esta muy bueno el relato. Quisiera algun dia visitar China.
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    Mensaje por GAZGRAFF Lun Oct 10, 2011 6:27 pm

    Esta super bueno el relato Very Happy

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