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Una de las hipótesis fundamentales de la física moderna, y en particular de la Relatividad Especial, parece haber quedado en entredicho: se han encontrado evidencias que apuntan a que el electromagnetismo, una de las cuatro fuerzas de la Naturaleza, no se comporta en todo el Universo exactamente igual que en nuestra vecindad.
Ya hace un año el catedrático John Webb y su equipo publicaron un artículo (Arxiv) apuntando en esta dirección, pero ahora presentan nuevas medidas (artículo) que apoyan sus conclusiones.
Su experimento ha consistido en medir espectros de absorción de quásares lejanos vistos a través de galaxias (más de 300), lo que les permite determinar la constante de estructura fina (el famoso alfa=1/137) que se tiene desde principios del siglo XX por constante universal. Su valor es sumamente importante pues determina básicamente las órbitas que seguirán los electrones dentro de un átomo, por lo que minúsculas diferencias podrían cambiar las propiedades químicas de los elementos.
Lo que han encontrado es que el valor de alfa varía gradualmente, creciendo en una dirección desde nuestra posición y decreciendo en la opuesta. El siguiente vídeo de los autores representa su método de medición:
Habrá que esperar para que la comunidad científica proponga nuevas teorías que expliquen este hecho, aunque los autores adelantan que las posibilidades incluyen un modelo de Universo mucho más grande de lo que se pensaba (hasta podría ser infinito).
Una de las hipótesis fundamentales de la física moderna, y en particular de la Relatividad Especial, parece haber quedado en entredicho: se han encontrado evidencias que apuntan a que el electromagnetismo, una de las cuatro fuerzas de la Naturaleza, no se comporta en todo el Universo exactamente igual que en nuestra vecindad.
Ya hace un año el catedrático John Webb y su equipo publicaron un artículo (Arxiv) apuntando en esta dirección, pero ahora presentan nuevas medidas (artículo) que apoyan sus conclusiones.
Su experimento ha consistido en medir espectros de absorción de quásares lejanos vistos a través de galaxias (más de 300), lo que les permite determinar la constante de estructura fina (el famoso alfa=1/137) que se tiene desde principios del siglo XX por constante universal. Su valor es sumamente importante pues determina básicamente las órbitas que seguirán los electrones dentro de un átomo, por lo que minúsculas diferencias podrían cambiar las propiedades químicas de los elementos.
Lo que han encontrado es que el valor de alfa varía gradualmente, creciendo en una dirección desde nuestra posición y decreciendo en la opuesta. El siguiente vídeo de los autores representa su método de medición:
Habrá que esperar para que la comunidad científica proponga nuevas teorías que expliquen este hecho, aunque los autores adelantan que las posibilidades incluyen un modelo de Universo mucho más grande de lo que se pensaba (hasta podría ser infinito).