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    GKB - UJC EH - Sobre el parlamentarismo y las elecciones del 20N

    EH Gorria
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    Mensaje por EH Gorria Sáb Nov 19, 2011 4:50 pm

    Sobre el parlamentarismo y las elecciones del 20N


    I

    El parlamentarismo es la forma actual de dominio de la burguesía sobre la clase obrera revestido con un disfraz de pluralidad y participación popular. Bajo el agónico imperialismo actual, en el que los famosos mercados dictan descaradamente el proceder de los Gobiernos, el parlamentarismo ha dejado de ser un medio por el que obtener ciertas reformas para la clase obrera. En todo caso la lucha ahora está en mantener las conquistas de los últimos 40 años y elevar la movilización y la acción de las masas como principal método de lucha de la clase obrera contra la burguesía y su poder político.

    En el marco de la lucha de clases la actitud de los comunistas hacia el parlamentarismo ha sido siempre el de utilizarlo como tribuna de agitación revolucionaria, para denunciar las maniobras antipopulares y como apoyo secundario de la acción de masas del proletariado y sus organizaciones. Los comunistas no entramos en los parlamentos para sustentar el sistema con nuestra presencia y apoyar tal o cual iniciativa, sino para destruirlo desde dentro. Tenemos claro que bajo el socialismo, la dictadura del proletariado se dota de sus propias estructuras democráticas.

    Pero esto no quiere decir que debamos participar en determinados procesos obligatoriamente. Hay momentos en los que se impone el boicot activo en cualquiera de sus variantes atendiendo a varios factores: el movimiento histórico, el desarrollo de la lucha de clases, la existencia del Partido de la Revolución y su influencia sobre las masas. En este sentido la cuestión del boicot está directamente subordinado a nuestro objetivo estratégico de instaurar el socialismo y la dictadura del proletariado. Así, en una época de ascenso revolucionario, cuando la clase obrera está en marcha organizando su propio poder, cuando la lucha revolucionaria de las masas es un hecho, el boicot tiene mucho sentido por cuanto supone un ataque a la legalidad vigente y al derrocamiento del régimen. El boicot también puede y debe implementarse cuanto a través del parlamentarismo, las fuerzas de la reacción pretenden tirar atrás cualquier avance revolucionario.

    En este sentido, conviene detenerse en la posición hecha pública recientemente por el PCOE, que llama a la abstención. Afirman que "no es el momento de quemarse en esa tarea (la parlamentarista), sino en la de hacer que la clase se fortalezca organizativamente". Y añaden, "a tenor del desarrollo organizativo y político actual de nuestra clase y de los Partidos Marxistas-Leninistas, que todos los esfuerzos y todos los recursos tienen que empeñarse en la organización de la clase trabajadora para la consecución del Socialismo y de la Dictadura del Proletariado". Conocida es la labor desarrollada por estos camaradas en su entorno através de las Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores y en su ámbito de influencia quizás sea esta una táctica correcta, la de centrarse en organizar y reforzar ámbitos de participación clasistas, sin despreciar otras opciones, como ellos mismos admiten.

    Lo dicho hasta ahora conformaría una táctica revolucionaria correcta respecto a las elecciones dentro de una democracia parlamentaria. Pero históricamente también se han dado desvíos respecto a la misma, materializados en un antiparlamentarismo por principio o en la llamada al boicot o la abstención en abstracto sin considerar el progreso de la clase obrera respecto a las posiciones del partido.

    Quienes defienden esta posición niegan cualquier tipo de participación en las instituciones burguesas con el fin de mantener la "pureza" de la clase obrera y de sus organizaciones y parten de una definición errónea del actual Estado español al calificarlo de "dictatorial" y "fascista". Es característico de anarquistas, autónomos y en cierta medida de izquierdistas y oportunistas enrolados en el comunismo.

    En el caso de quienes se identifican como comunistas, niegan de esta forma el trabajo parlamentario revolucionario y basan su opinión en un concepto de partido de vanguardia totalmente erróneo.

    La propia Internacional Comunista se manifestó en contra de este tipo de posiciones al afirmar con justicia que "no es sino una doctrina infantil e ingenua que no resiste a la crítica, resultado a veces de una sana aversión por los politicastros parlamentarios, pero no ve la posibilidad del parlamentarismo revolucionario. Además, esta opinión se basa en una noción completamente errónea del papel del partido, al que se considera un sistema descentralizado de grupos insuficientemente ligados entre sí y no como vanguardia obrera centralizada y organizada para el combate". Y añadía, "el boicot de las elecciones y del parlamento, así cono el abandono del mismo, son particularmente admisibles cuando existen condiciones que permiten el paso inmediato a la lucha armada para la conquista del poder".

    En el polo opuesto a los izquierdistas encontramos a organizaciones que se han acomodado al sistema y a las que ya no les avergüenza declarar que se puede llegar "casi" al socialismo a través de la Constitución española, a través de progresivas reformas del sistema capitalista sin derrocarlo. Fue el Coordinador General de IU y dirigente del revisionista PCE Cayo Lara, quien afirmó en octubre pasado lo siguiente: “Al socialismo o casi al socialismo se puede llegar con la Constitución, ya que los artículos del 128 al 131 hablan de la planificación de la economía, del acceso de los trabajadores a los medios de producción, de que el Estado puede tener una banca pública y nacionalizar empresas”. ¿Acaso otorgan el Premio Nóbel por "casi" escribir un buen libro? Lejos queda ya para los herederos del eurocomunismo la destrucción del régimen capitalista, la toma del poder por parte de los trabajadores y, en definitiva, la revolución y el socialismo.


    II

    No son necesarias dos semanas de campaña electoral para conocer las mentiras y falsas verdades con las que intentan engañar a la clase obrera los políticos del sistema capitalista. Cualquiera de las fuerzas con opciones de conseguir representación en el Congreso y el Senado representan los intereses de clases y sectores sociales diferentes de la clase obrera o, en el mejor de los casos, no son capaces de dar una salida revolucionaria a las aspiraciones de los trabajadores como clase.

    A estos comicios la clase dominante presenta un fuerte y unido bloque de poder (PP-PSOE y PNV-CiU) que está de acuerdo en lo fundamental y subordinado al capital monopolista. Por debajo, encontramos el grupo de los representantes de la pequeña burguesía y de la aristocracia obrera (IU, ERC, BNG), antiguos partidos obreros o radicales, que hace tiempo fueron absorbidos por el sistema.

    Frente a todos ellos, la izquierda revolucionaria, digna de tal nombre, presenta un frente dividido y confuso, mezcla de radicalismo pequeñoburgueses en parte y núcleos que recogen la tradición revolucionaria de la clase obrera: comunistas, izquierda abertzale, trotskistas, anticapitalistas, izquierda radical. Este grupo presenta una profunda atomización de siglas y, salvo Amaiur, no tendrá representación parlamentaria.

    La presencia de la izquierda abertzale en estas elecciones se debe sin duda a su cambio de tactica y estrategia política y está por ver el beneficio que sacará la clase obrera vasca de su presencia en el Parlamento. No cabe duda de que se trata de una fuerza socialdemócrata, radical en algunos de sus planteamientos, pero que tiene como objetivo principal una independencia sin variación del sistema económico que soporta el Pueblo Trabajador Vasco, motivado por la falta de un proyecto estratégico revolucionario para la clase trabajadora de muchos de sus miembros y por su persistencia en un modelo socialista sólo en el continente, como es el Socialismo del Siglo XXI.

    Como ha quedado patente más arriba, uno de los principales destacamentos maxista leninistas del Estado ha optado por impulsar la abstención activa en base a su planteamiento de reforzar las organizaciones de caracter obrero. Otros, como el PCPE, han apostado por presentar el máximo número posible de candidaturas de su partido llegando al 80% del censo electoral, con la intención de utilizar los comicios como altavoz y ligar las masas a un discurso revolucionario. El PCE(ml), por su parte, forma parte de una coalición llamada Republicanos, que pretende poner sobre la mesa el debate monarquía-república.

    En el caso de los comunistas, la cuestión de la atomización de siglas, candidaturas y posicionamientos es si cabe más grave, pues no somos capaces de presentar un frente unido ante la clase trabajadora, y no sólo en la cuestión electoral. Esto es debido en algunos casos al sectarismo y personalismos aún persistentes en varios destacamentos, la falta de un proyecto y programa comunes y, sobre todo, a la carencia del Partido Comunista como partido de la revolución y la clase obrera. Se impone la unidad de los comunistas en todos los frentes sobre la base de un trabajo unitario y el debate ideológico.


    III

    A modo de conclusión podemos señalar que las elecciones del 20 de noviembre se presentan en plena agonía del imperialismo y con un capitalismo español quebrado en su sistema productivo. Además, no por casualidad, los rectores de la democracia española han establecido ahora un requisito más para poder presentar una candidatura, la firma del 1% del censo electoral de cada provincia. El único objetivo de esto es impedir la participación en igualdad de oportunidades de las fuerzas revolucionarias y controlar a quienes se avala para, en un futuro, ejercer posibles acciones de represión.

    El uso que se le de por parte de los comunistas al parlamentarismo, incluso en la actual situación de atomización, debe ser en un sentido revolucionario. La escasa influencia que tenemos aún entre las masas nos permite optar por el boicot activo para reforzar las posiciones conquistadas entre la clase obrera o utilizar las elecciones como altavoz para vincular las masas a un discurso revolucionario.

    La falta de un referente revolucionario, comunista, entre las candidaturas que se presentan en Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa es de lamentar, ya sea por falta de capacidad u otras razones de los marxistas-leninistas vascos, en este caso, para cumplir con los objetivos arriba mencionados.

    En este sentido, nuestro primer cometido es reforzar los destacamentos comunistas que actuamos en las cuatro provincias. Debemos aumentar nuestro nivel de coordinación y trabajo unitario en los frentes de masas y también en el ideológico, teniendo como principal deber la construcción del Partido Comunista, como vanguardia del Pueblo Trabajador Vasco. En esta labor no caben sectarismos ni personalismos de ningún tipo.

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    GKB - UJC EH - Sobre el parlamentarismo y las elecciones del 20N Empty Re: GKB - UJC EH - Sobre el parlamentarismo y las elecciones del 20N

    Mensaje por katkhus_2 Dom Nov 20, 2011 3:12 pm

    Muy buen comunicado si señor, hace un buen analisis de las tacticas del PCPE, el PCOE y el PCE(m-l) y de lo que realmente necesita el pueblo vasco.

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