Una monarquía soviética
Por Wilfo, militante de Iniciativa Comunista
El pasado 9 de diciembre, salió publicado en el diario Público uno de esos artículos-basura a los que, por desgracia, nos tiene acostumbrados a leer la línea socialdemócrata de dicho periódico. El artículo en cuestión, firmado por el periodista Juan Carlos Escudier llevaba el sugerente y provocativo titulo de "una Casa Real muy soviética". Entre otras lindezas, el breve y escasamente argumentado articulo se permitía, para criticar a la Casa Real monárquica y fascista española, nada menos que compararla con la URSS y, de hecho, llegar a definir al heredero de Franco como "estalinista".Tal cantidad de sandeces, majaderías y barbaridades en solo 4 párrafos; increíble, pero cierto y posible.
Y es que en los últimos años, el "diario de los rojos" Público, como decían que era cuando nació, ha dado un irreversible paso continuado no ya sólo hacia el revisionismo ideológico, sino ya abiertamente, en algunos casos hacia posturas abiertamente derechistas y reaccionarias que le llevan a coincidir, en muchos casos, ideológicamente con lo mas rancio y casposo de la derecha en el estado español.
Después de que este diario se quitara de encima a Rafael Reig en el año 2009 por tener una linea ideológica excesivamente izquierdista, los bandazos ideológico-políticos de Público, salvando contadas colaboraciones honrosas ocasionales, le han llevado a publicar y dar vía libre a las más absurdas y ridículas posturas, desde luego injustificables e intolerables en un medio supuestamente de izquierdas.
Ya no sólo por haberse alineado con las posturas mas anticomunistas posibles en el 20 aniversario del derrumbe del Muro de Berlin, o por estar constantemente criticando a la revolución cubana, o incluso por haber aceptado el "todo vale" después del anuncio del cese de las armas de E.T.A. y haber homenajeado en sus páginas a torturadores, criminales y asesinos fascistas como Meliton Manzanas y Carrero Blanco, sino también por haber abierto la veda al diario a la colaboración de personajes siniestros cuya orientación ideológica es, cuanto menos, cuestionable.
Hasta en su propio enlace de la noticia, algunos lectores de Escudier afirmaban "el asco que le produce a esta persona todo lo rojo y lo bien que se vive en la mentira de la socialdemocracia".
Y es que, los comunistas, estamos ya más que acostumbrados a que la socialdemocracia, desde finales del siglo XIX y especialmente durante el ciclo revolucionario de octubre en el siglo XX, se alinee si ningún problema con los sectores más anticomunistas y conservadores a lo largo y ancho de todo el mundo, con tal de combatir a su verdadero enemigo que, obviamente no es el capitalismo, sino el comunismo, y la dictadura del proletariado.
Como nos enseñaba Lenin, la socialdemocracia, al final, acude al ataque anticomunista sin vacilaciones. Ya lo demostraron en 1917 en Rusia, cuando la socialdemocracia de Kerensky se dio la mano de la burguesía, del capitalismo y del zarismo para combatir a los bolcheviques. También lo demostraron en 1918-1919 en Alemania, cuando los socialdemócratas de Ebert sacaron a la calle los tanques liderados por los futuros nazis alemanes para masacrar a los comunistas y asesinar salvajemente a los lideres del proletariado, Liebneckt y Luxemburg.
Aquí en España, primero el carrillismo claudicante y luego la socialdemocracia prietista-felipista, no dudaron un instante en darse la mano entre ellas, con la burguesía y el estado fascista, para meterle a la clase obrera por la boca los restos del fascismo que aun quedaban en forma de monarquía, para que así aceptaran el nuevo régimen, mera continuación maquillada del anterior, bajo la amenaza golpista de la extrema derecha callejera, cuartelaria y parlamentaria.
Pero para el señor Escudier (y para Público también en tanto que tolera artículos como éste), todos estos antecedentes golpistas de la actual monarquía le parecen muy "estalinistas y soviéticos".
La verdad, seria interesante oír a dicho personaje su definición de ambos términos. Para los comunistas, ambos términos son sinónimo de avance social, de progreso, de sanidad y educación públicas y de calidad, de derecho de autodeterminación, de participación democrática, de propiedad colectiva de los medios de producción, de justicia social, de vivienda y empleo dignos, y en general, de república, de autodeterminación y de socialismo.
Sin embargo, monarquía en España, es sinónimo de imposición ilegal por obra y gracia de un dictador fascista y asesino, de corrupción, robo y latrocinio, de cárcel de pueblos, de injusticia, impunidad, privatización y recortes sociales, de bipartidismo caciquil y antidemocrático, de no tener vivienda, de casi 5 millones de parados, de formas obsoletas, anacrónicas y antidemocráticas de gobierno, de abstencionismo y rechazo al sistema, de desigualdades sociales y hegemonía burguesa y capitalista, de constitución antidemocrática impuesta por el miedo castrense y no votada por la mayoría del pueblo y en general de conservatismo, reacción, y capitalismo.
La verdad es que, viendo el significado real de ambas definiciones, uno tiene que preguntarse, ¿de que manera pueden casar ambos términos?
Solamente estas ideas caben en la fantasía socialdemócrata, como buenos aliados de la burguesía capitalista, con el objetivo de darle otra vuelta de tuerca más a la la única ideología que traerá le verdadera emancipación a la clase trabajadora y a los pueblos de todo el mundo; el marxismo-leninismo y la dictadura revolucionaria del proletariado.
Wilfo, militante de Iniciativa Comunista
http://www.iniciativacomunista.org/venceremos/spip.php?article983
Por Wilfo, militante de Iniciativa Comunista
El pasado 9 de diciembre, salió publicado en el diario Público uno de esos artículos-basura a los que, por desgracia, nos tiene acostumbrados a leer la línea socialdemócrata de dicho periódico. El artículo en cuestión, firmado por el periodista Juan Carlos Escudier llevaba el sugerente y provocativo titulo de "una Casa Real muy soviética". Entre otras lindezas, el breve y escasamente argumentado articulo se permitía, para criticar a la Casa Real monárquica y fascista española, nada menos que compararla con la URSS y, de hecho, llegar a definir al heredero de Franco como "estalinista".Tal cantidad de sandeces, majaderías y barbaridades en solo 4 párrafos; increíble, pero cierto y posible.
Y es que en los últimos años, el "diario de los rojos" Público, como decían que era cuando nació, ha dado un irreversible paso continuado no ya sólo hacia el revisionismo ideológico, sino ya abiertamente, en algunos casos hacia posturas abiertamente derechistas y reaccionarias que le llevan a coincidir, en muchos casos, ideológicamente con lo mas rancio y casposo de la derecha en el estado español.
Después de que este diario se quitara de encima a Rafael Reig en el año 2009 por tener una linea ideológica excesivamente izquierdista, los bandazos ideológico-políticos de Público, salvando contadas colaboraciones honrosas ocasionales, le han llevado a publicar y dar vía libre a las más absurdas y ridículas posturas, desde luego injustificables e intolerables en un medio supuestamente de izquierdas.
Ya no sólo por haberse alineado con las posturas mas anticomunistas posibles en el 20 aniversario del derrumbe del Muro de Berlin, o por estar constantemente criticando a la revolución cubana, o incluso por haber aceptado el "todo vale" después del anuncio del cese de las armas de E.T.A. y haber homenajeado en sus páginas a torturadores, criminales y asesinos fascistas como Meliton Manzanas y Carrero Blanco, sino también por haber abierto la veda al diario a la colaboración de personajes siniestros cuya orientación ideológica es, cuanto menos, cuestionable.
Hasta en su propio enlace de la noticia, algunos lectores de Escudier afirmaban "el asco que le produce a esta persona todo lo rojo y lo bien que se vive en la mentira de la socialdemocracia".
Y es que, los comunistas, estamos ya más que acostumbrados a que la socialdemocracia, desde finales del siglo XIX y especialmente durante el ciclo revolucionario de octubre en el siglo XX, se alinee si ningún problema con los sectores más anticomunistas y conservadores a lo largo y ancho de todo el mundo, con tal de combatir a su verdadero enemigo que, obviamente no es el capitalismo, sino el comunismo, y la dictadura del proletariado.
Como nos enseñaba Lenin, la socialdemocracia, al final, acude al ataque anticomunista sin vacilaciones. Ya lo demostraron en 1917 en Rusia, cuando la socialdemocracia de Kerensky se dio la mano de la burguesía, del capitalismo y del zarismo para combatir a los bolcheviques. También lo demostraron en 1918-1919 en Alemania, cuando los socialdemócratas de Ebert sacaron a la calle los tanques liderados por los futuros nazis alemanes para masacrar a los comunistas y asesinar salvajemente a los lideres del proletariado, Liebneckt y Luxemburg.
Aquí en España, primero el carrillismo claudicante y luego la socialdemocracia prietista-felipista, no dudaron un instante en darse la mano entre ellas, con la burguesía y el estado fascista, para meterle a la clase obrera por la boca los restos del fascismo que aun quedaban en forma de monarquía, para que así aceptaran el nuevo régimen, mera continuación maquillada del anterior, bajo la amenaza golpista de la extrema derecha callejera, cuartelaria y parlamentaria.
Pero para el señor Escudier (y para Público también en tanto que tolera artículos como éste), todos estos antecedentes golpistas de la actual monarquía le parecen muy "estalinistas y soviéticos".
La verdad, seria interesante oír a dicho personaje su definición de ambos términos. Para los comunistas, ambos términos son sinónimo de avance social, de progreso, de sanidad y educación públicas y de calidad, de derecho de autodeterminación, de participación democrática, de propiedad colectiva de los medios de producción, de justicia social, de vivienda y empleo dignos, y en general, de república, de autodeterminación y de socialismo.
Sin embargo, monarquía en España, es sinónimo de imposición ilegal por obra y gracia de un dictador fascista y asesino, de corrupción, robo y latrocinio, de cárcel de pueblos, de injusticia, impunidad, privatización y recortes sociales, de bipartidismo caciquil y antidemocrático, de no tener vivienda, de casi 5 millones de parados, de formas obsoletas, anacrónicas y antidemocráticas de gobierno, de abstencionismo y rechazo al sistema, de desigualdades sociales y hegemonía burguesa y capitalista, de constitución antidemocrática impuesta por el miedo castrense y no votada por la mayoría del pueblo y en general de conservatismo, reacción, y capitalismo.
La verdad es que, viendo el significado real de ambas definiciones, uno tiene que preguntarse, ¿de que manera pueden casar ambos términos?
Solamente estas ideas caben en la fantasía socialdemócrata, como buenos aliados de la burguesía capitalista, con el objetivo de darle otra vuelta de tuerca más a la la única ideología que traerá le verdadera emancipación a la clase trabajadora y a los pueblos de todo el mundo; el marxismo-leninismo y la dictadura revolucionaria del proletariado.
Wilfo, militante de Iniciativa Comunista
http://www.iniciativacomunista.org/venceremos/spip.php?article983