por Razion Miér Dic 21, 2011 1:54 pm
En la revista Sudestada (argentina) hay una nota interesante sobre el vaquerito, pero lamentablemente, no se consigue en internet mas que la previsualización.
Ahora dejo algo que encontré al pasar en internet.
EL VAQUERITO
21/08/10
Roberto Rodriguez Fernandez
Cuentan que un día llegó a la Sierra Maestra, en el oriente cubano, deseoso de incorporarse a la lucha insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Venía descalzo. La Heroína de la Revolución, Celia Sánchez Manduley, le dio unos zapatos grabados de estilo mexicano y se colocó un sombrero de campesino. Con su imagen pintoresca llamaba la atención y, tal vez para identificarlo, nació el sobrenombre del El Vaquerito.
SU VIDA
Su niñez pobre y campesina transcurrió en una finca de la actual provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba. Apenas disfrutó de la escuela y los libros y en medio de vicisitudes tuvo que contribuir al sustento hogareño como repartidor de leche, dependiente en un bar, vendedor ambulante y otros oficios.
Era un muchacho alegre, locuaz, bromista, que atraía por sus ocurrencias, pero con un alto sentido de la responsabilidad para la causa revolucionaria. Por eso logró ganarse la confianza de sus compañeros de armas y la aprobación del líder Fidel Castro, como máximo jefe de la Comandancia General del Ejército Rebelde.
Con asombrosa naturalidad derrochaba coraje y audacia en las misiones que se le encomendaba. El Comandante Ernesto Che Guevara, quien dirigía la Columna 8 Ciro Redondo, lo designó jefe del Pelotón Suicida, una pequeña y selecta tropa catalogada como “ejemplo de moral revolucionaria”.
EL ATAQUE FINAL
Cuando ese destacamento guerrillero realizaba la toma de la ciudad de Santa Clara, importante plaza militar del régimen ubicada en el centro de la Isla, El Vaquerito recibió la orden de atacar a la Estación de Policía.
Se combatía casa por casa. Logró llegar hasta una azotea cercana a la posición enemiga y desde allí disparaba su fusil. Sus compañeros le gritaban que se protegiera tirándose al suelo, pero no lo hizo.
Una bala lo impactó en la cabeza y cayó mortalmente herido.
Casi sin vida lo llevaron de inmediato a la Comandancia de las fuerzas rebeldes y allí murió.
Al conocer la noticia de su muerte, el Ché expresó con breves palabras la valía de aquel héroe: “Me han matado cien hombres”.
Faltaban entonces pocas horas para el luminoso primero de enero de 1959 que abrió la definitiva independencia para los cubanos, la misma por la cual luchó y cayó
El Vaquerito.