LA SANGRIENTA REPRESIÓN NO VA A PARAR LA GUERRA POPULAR Y LA REVOLUCIÓN EN LA INDIA (MENSAJE DEL CPI)
LA SANGRIENTA REPRESIÓN NO VA A PARAR LA GUERRA POPULAR Y LA REVOLUCIÓN EN LA INDIA Las fuerzas reaccionarias hindúes (la burguesía burocrática y no burocrática, los terratenientes y su Estado, con sus ejércitos, mercenarios, bandas blancas, agencias de "cooperación" que pasan información al Estado en torno al proceso revolucionario…) están respondiendo al avance de la Guerra Popular dirigida por el Partido Comunista de la India (Maoísta) (PCI-Maoísta) y a la organización de las masas oprimidas con una sangrienta y despiadada guerra contrarrevolucionaria caracterizada por la represión generalizada de los sectores populares organizados y el asesinato selectivo de los dirigentes políticos que encabezan dicho proceso revolucionario. Como parte de esta guerra contrarrevolucionaria las fuerzas policiales y paramilitares han asesinado a un dirigente y miembro del Politburó del PCI (Maoísta), Mallojula Koteshwar Rao alias Kishenji, en un falso encuentro el 25 de noviembre en los bosques de Burishol en Jangalmahal, Bengala. Dichas fuerzas policiales y paramilitares están asesoradas y dirigidas desde la sombra por las agencias de inteligencia del imperialismo (CIA, Mossad,etc.). La reacción y los medios de comunicación de la burguesía, como siempre, han desinformado sobre dicho asesinato presentándolo como fruto de un enfrentamiento armado. Sin embargo todos los indicios apuntan a que fue detenido, fuertemente torturado y finalmente asesinado a sangre fría. Su cuerpo presenta numerosas marcas de tortura y heridas. Según el poeta revolucionario Varavara Rao fue detenido durante 24 horas durante las cuales le torturaron salvajemente. La forma en que fue asesinado Kishenji tiene muchas similitudes con el asesinato en 2010 de el portavoz maoísta Cherukuri Rajkumar, alias Azad. También se da la siniestra circunstancia que antes de ambas muertes el estado indio había realizado propuestas de "conversaciones de paz" con los maoístas y que en ambos casos los interlocutores del PCI (Maoísta) han sido salvajemente asesinados. La selectiva eliminación de los dirigentes de los movimientos revolucionarios es una lección bien aprendida por las clases gobernantes indias de sus amos imperialistas, especialmente de los Estados Unidos. Con dichos asesinatos demuestran cuales eran las verdaderas intenciones detrás de estas propuestas de «conversaciones de paz» que no eran más que trampas para poder eliminar a los dirigentes del movimiento revolucionario y derrotar la Guerra Popular. Está demostrado que estas propuestas de «conversaciones de paz» buscan o bien la rendición o bien el aniquilamiento de la insurgencia. En el caso de Nepal consiguieron la rendición y reinserción de la insurgencia. Hoy cuando muchos izquierdistas, oportunistas y revisionistas defienden y apoyan la conveniencia de las «conversaciones de paz» estos hechos ponen a las claras a donde llevan las mismas. Estos cantos de sirena en torno a la paz son en el fondo odas a la paz de los cementerios en ésta época de guerras y revoluciones. Un revolucionario nunca es enterrado, siempre perdurara en el recuerdo por su compromiso inquebrantable con los más oprimidos y explotados, y su ejemplo sera seguido por muchos más en todo el mundo. Hoy los camaradas de la India han recibido un duro golpe con el asesinato del camarada Kishenji pero la Guerra Popular persistirá y la represión lejos de ahogarla la extenderá. ¡Condenamos energicamente este vil asesinato de la reacción hindú! ¡Llamamos a redoblar el Apoyo a la Guerra Popular en la India! ¡Apoyar la Guerra Popular en la India va indesligablemente unido a la lucha a muerte contra el revisionismo, el oportunismo y el centrismo! ¡Nuestra más profunda solidaridad con el PCI (Maoísta) y con el pueblo oprimido de la India! ¡Viva la Guerra Popular en la India!
Comité Proletario Internacionalista
LA SANGRIENTA REPRESIÓN NO VA A PARAR LA GUERRA POPULAR Y LA REVOLUCIÓN EN LA INDIA Las fuerzas reaccionarias hindúes (la burguesía burocrática y no burocrática, los terratenientes y su Estado, con sus ejércitos, mercenarios, bandas blancas, agencias de "cooperación" que pasan información al Estado en torno al proceso revolucionario…) están respondiendo al avance de la Guerra Popular dirigida por el Partido Comunista de la India (Maoísta) (PCI-Maoísta) y a la organización de las masas oprimidas con una sangrienta y despiadada guerra contrarrevolucionaria caracterizada por la represión generalizada de los sectores populares organizados y el asesinato selectivo de los dirigentes políticos que encabezan dicho proceso revolucionario. Como parte de esta guerra contrarrevolucionaria las fuerzas policiales y paramilitares han asesinado a un dirigente y miembro del Politburó del PCI (Maoísta), Mallojula Koteshwar Rao alias Kishenji, en un falso encuentro el 25 de noviembre en los bosques de Burishol en Jangalmahal, Bengala. Dichas fuerzas policiales y paramilitares están asesoradas y dirigidas desde la sombra por las agencias de inteligencia del imperialismo (CIA, Mossad,etc.). La reacción y los medios de comunicación de la burguesía, como siempre, han desinformado sobre dicho asesinato presentándolo como fruto de un enfrentamiento armado. Sin embargo todos los indicios apuntan a que fue detenido, fuertemente torturado y finalmente asesinado a sangre fría. Su cuerpo presenta numerosas marcas de tortura y heridas. Según el poeta revolucionario Varavara Rao fue detenido durante 24 horas durante las cuales le torturaron salvajemente. La forma en que fue asesinado Kishenji tiene muchas similitudes con el asesinato en 2010 de el portavoz maoísta Cherukuri Rajkumar, alias Azad. También se da la siniestra circunstancia que antes de ambas muertes el estado indio había realizado propuestas de "conversaciones de paz" con los maoístas y que en ambos casos los interlocutores del PCI (Maoísta) han sido salvajemente asesinados. La selectiva eliminación de los dirigentes de los movimientos revolucionarios es una lección bien aprendida por las clases gobernantes indias de sus amos imperialistas, especialmente de los Estados Unidos. Con dichos asesinatos demuestran cuales eran las verdaderas intenciones detrás de estas propuestas de «conversaciones de paz» que no eran más que trampas para poder eliminar a los dirigentes del movimiento revolucionario y derrotar la Guerra Popular. Está demostrado que estas propuestas de «conversaciones de paz» buscan o bien la rendición o bien el aniquilamiento de la insurgencia. En el caso de Nepal consiguieron la rendición y reinserción de la insurgencia. Hoy cuando muchos izquierdistas, oportunistas y revisionistas defienden y apoyan la conveniencia de las «conversaciones de paz» estos hechos ponen a las claras a donde llevan las mismas. Estos cantos de sirena en torno a la paz son en el fondo odas a la paz de los cementerios en ésta época de guerras y revoluciones. Un revolucionario nunca es enterrado, siempre perdurara en el recuerdo por su compromiso inquebrantable con los más oprimidos y explotados, y su ejemplo sera seguido por muchos más en todo el mundo. Hoy los camaradas de la India han recibido un duro golpe con el asesinato del camarada Kishenji pero la Guerra Popular persistirá y la represión lejos de ahogarla la extenderá. ¡Condenamos energicamente este vil asesinato de la reacción hindú! ¡Llamamos a redoblar el Apoyo a la Guerra Popular en la India! ¡Apoyar la Guerra Popular en la India va indesligablemente unido a la lucha a muerte contra el revisionismo, el oportunismo y el centrismo! ¡Nuestra más profunda solidaridad con el PCI (Maoísta) y con el pueblo oprimido de la India! ¡Viva la Guerra Popular en la India!
Comité Proletario Internacionalista