bandadaroja escribió:Razión.
Yo tengo algunos criterios la respecto.
Cierto es que Mariátegui habla al respecto, pero lo fundamental en él es analizar no el tema racial o cultural sino el problema de la “base”, en este caso el problema de la tierra. Es decir subordinaba el aspecto racial al problema material. Abolir la feudalidad.
Desde luego que el problema material aglutina expresiones que pueden tener características raciales. Ya lo explicaba anteriormente con el problema de la colonia, la feudalidad y el racismo como arma de sojuzgamiento y explotación.
Cuando uno estudia a Mariátegui es fácil ver que é aborda el problema del indígena como un elemento de clase “aglutinador” y que el comportamiento de estos tiene mucha objetividad porque el indígena campesino, por ejemplo, se oponían al gamonalismo independientemente del aspecto racial del gamonal, sea blanco, mestizo, etc.
Precisamente, lo que quiero plantear es que estos deben ser incluídos en el programa revolucionario, no son simples "minorías", y conforman en algunos países un porcentaje considerable del pueblo, por lo tanto se hace imposible hacer una revolución sin ellos, dado que sino serán parte de la contrarrevolución. Al muchas veces tratarse de países atrasados, con relaciones semifeudales, se plantea una problemática similar a la que debieron (con diferencias y todo, ya que el modo de producción capitalista pisa fuerte) enfrentar los revolucionarios de la independencia.
Por otra parte respecto a lo que dice R3flechas, no estoy de acuerdo en que no pueda ser considerado el problema del indio, como un problema de opresión cultural/nacional, dado que por ejemplo en el caso de los Mapuches, están reivindicando desde hace ya unos años el tema de "la nación Mapuche". Claro está que no estoy de acuerdo con el hecho de crear un nuevo Estado nación en los territorios argentino-chileno, pero debería apuntarse como objetivo de la creación del Estado Socialista, a incorporar a estos pueblos al mismo, es decir, permitir su idioma, cultura, organización autónoma (entiéndase sin existencia de explotación o dominación, y por dentro del Estado Socialista). En el caso de la tierra, en Argentina, por ejemplo, no sería dificultoso conceder a las comunidades extensiones para que trabajen la tierra colectivamente; si pensamos que en la misma, hay una densidad de población de menos de 1 habitante por km2, y que la tierra se encuentra mayoritariamente en manos extranjeras o de grandes terratenientes. Lo que hay que cuidar es lo de no fomentar tribalismos entre diferentes comunidades, esto último ha sido superado por varias organizaciones, que no reclaman solo por "su comunidad" sino que lo hacen extensivo a las otras (pese a que hace 200-500 años se hayan matado entre ellas).
Con respecto a que muchos buscan la resolución de sus problemas en el marco constitucional, dentro del mismo creo que se pueden dar avances como por ejemplo, lo realizado en Bolivia. El problema racial en estos países es jodido, recuerdo ver como blancos de la oligarquía, atacaban a un trabajador por ser "indio y trabajador", existe esa doble opresión.
Leía un importante documento de unos camaradas del Ecuador. Llo cierto es que decían que el problema del indio y del negro en el norte de ese país era muy peculiar.
Los indígenas y los negros (para efecto del análisis) entiendo tienen muchos choques violentos entre ellos. Buscar una justificación a esta pelea centenaria era complejo, sin embargo ellos tienen una ponencia que se simplifica en los roles que tenías estos dos actores dentro de la producción.
En los cañadulzales del norte del Ecuador se asentaron los Jesuitas. Ellos trajeron a los negros en condiciones de esclavos bajo la premisa de ser fuertes y duros para el trabajo físico. Sin embargo esas tierras eran trabajadas por indígenas campesinos. Los jesuitas pusieron a sus esclavos a realizar tareas de control, que además eran los llamados a castigar a los “indios” “vagos”, o a aquellos que no cumplían correctamente sus labores agrícolas.
Entonces qué vemos?, peones agrícolas que eran vejados por otros que cumplían roles de control pero que circunstancialmente eran de raza negra. El odio se generalizó y se transmitió culturalmente hasta nuestros días.
Aquí se presenta otro escenario, los indígenas eran tolerantes al yugo de los jesuitas pero intolerantes a quienes los agredían con azotes y otros medios. Es decir se refleja que aún desde las organizaciones básicas de la producción en la colonia hasta la actualidad, inclusive para estas comunidades el factor racial no es importante, sino las condiciones operativas en la producción.
Considero que los riesgos de abordar el problema de clases desde la perspectiva religiosa puede arrastrar a la balcanización de las sociedades como las nuestras llenas de contradicciones y matices de fácil reivindicación para cualquier clase so pretextos raciales y religiosos.
Interesante lo que comentas del Ecuador. Eso y respecto a lo de tu último párrafo, es precisamente lo que hay que tratar de evitar, pero considero que abordado el problema desde una perspectiva de clase, se puede lograr; es similar a mi entender a la lucha por la liberación nacional, se debe abordar desde una concepción de clase, y no de chauvinismos.