LAS CONCEPCIONES ANTIMARXISTAS DE LOS REVISIONISTAS SOVIÉTICOS SOBRE EL PROBLEMA DE LAS CONTRADICCIONES EN EL SOCIALISMO
texto de Vasillaq Kureta (docente en el Instituto de Estudios Marxista-Leninista)
publicado en Revista “Albania Hoy” - Tirana, Albania, año 1989
por cortesía de tovarich Dzerjinskii
publicado en el Foro en dos mensajes
---mensaje nº 1---
Un nuevo desarrollo cobraron los puntos de vista de los revisionistas soviéticos a partir de los años 80 y hasta el presente. Esto está relacionado en primer lugar con el hecho de que el capitalismo en la Unión Soviética atravesaba momentos de profunda crisis en todos los aspectos, un período de fracasos en todos los campos, de propagación de lacras sociales tales como el paro, el alcoholismo, la criminalidad, el burocratismo, la exacerbación de las contradicciones antagónicas extendida a todos los campos de la vida. En tales circunstancias, las clases dominantes en el Poder buscaron en el frente filosófico un inmejorable apoyo «teórico» a la aplicación de la política revisionista. De modo particular se hicieron tentativas para pasar de las teorías abstractas de las contradicciones a su análisis concreto, con el fin de servir mejor a la política de clase de la burguesía soviética. Se ha confirmado lo que decía el camarada Enver Hoxha que la realidad capitalista de la Unión Soviética desgastará y arrancará la máscara de la teoría del socialismo desarrollado de los revisionistas soviéticos. Los dirigentes revisionistas en la Unión Soviética exigieron insistentemente una adaptación de la teoría de las contradicciones a los procesos y fenómenos de la sociedad soviética. El XXVII Congreso del PC revisionista soviético, criticando el frente filosófico y el de las ciencias sociales en su conjunto, por su atraso en el conocimiento de los problemas de la vida, planteó la tarea y dio la orientación de «resolver los problemas de las contradicciones en las condiciones del socialismo». Esta era una directa exigencia a la filosofía revisionista soviética para contribuir a la aplicación de la política revisionista, y actualmente a la llamada «reestructuración» de la sociedad soviética.
1. SOBRE EL LUGAR Y EL PAPEL DE LAS CONTRADICCIONES EN EL SOCIALISMO
Marx y Engels han argumentado científicamente que el origen del movimiento de la materia y de los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad son las contradicciones que se hallan en su seno. Los filósofos revisionistas se oponen, por sus fines políticos y de clase, a esta concepción fundamental de la dialéctica marxista. En la literatura revisionista hallamos puntos de vista de los más dispares que niegan este papel y esta función de las contradicciones de la sociedad socialista. Así, a partir de los últimos años de la década de los 50, se propugno la idea de que las contradicciones no corresponden a la esencia de la sociedad socialista, a su base y su sistema estatal, que las contradicciones están relacionadas únicamente con el pasado histórico, con las condiciones exteriores o con deficiencias en determinados eslabones del sistema de relaciones dé producción y en el aparato del Estado.
Los filósofos revisionistas soviéticos afirman que en la sociedad socia lista «el principio rector absoluto no es la lucha de los contrarios, sino su unidad»(2). Esto se debe, según ellos, a que «en el socialismo la dialéctica de las contradicciones ha cedido el lugar a la dialéctica de la armonía», que excluye las contradicciones sociales»(3). Del mismo modo, afirman que «...a diferencia del capitalismo donde la unidad es relativa y el antagonismo absoluto, en el socialismo la unidad adquiere un carácter absoluto»(4). Algunos autores revisionistas se atienen al punto de vista de que la ley de la unidad y de la lucha de los contrarios pierde en el socialismo «los contrarios y la lucha» y del mismo modo que el imperialismo está privado de unidad, por oposición en el socialismo se excluye la lucha de los contrarios»(5).
Otros afirman que la tesis leninista sobre el carácter relativo de la unidad y el carácter absoluto de la lucha de los contrarios, no es aplicable en el socialismo, que «esta sólo tiene relación con determinada sociedad de clases, donde las contradicciones antagónicas asumen el carácter de los contrarios sociales los cuales se excluyen mutuamente»(6). En la literatura soviética se ha propagado ampliamente al punto de vista según el cual, la fuerza motriz de desarrollo de la sociedad no son las contradicciones, sino «sólo la unidad y la colaboración».
El socialismo es inseparable de sus contradicciones. Negar las contradicciones en el socialismo significa frenar el proceso histórico. Al contrario, las contradicciones en el socialismo tienen carácter objetivo, emanan de la propia dialéctica de su desarrollo. Un factor que frena el proceso de desarrollo histórico no son las contradicciones en sí, sino las diversas dificultades que surgen a lo largo de la lucha por resolver dichas contradicciones, bajo la acción de los factores objetivos y subjetivos.
También en el socialismo, como recalca el camarada Enver, el desarrollo es «un proceso relativamente prolongado, que se efectúa a través de la lucha de los contrarios», el desarrollo de la sociedad socialista se efectúa por el «surgimiento y la solución de las diversas contradicciones (…) También en el socialismo, a pesar de haber sido eliminada la propiedad privada y desarrollarse la sociedad de manera consciente, como consecuencia de que los hombres viven y actúan en condiciones y circunstancias distintas motivadas por la existencia de diferencias esenciales entre las clases amigas, entre la ciudad y el campo, entre el trabajo manual y el intelectual, etc., nos enfrentamos a intereses, aspiraciones y pensamientos diferentes, a una serie de contradicciones»(7).
La sociedad socialista es el organismo vivo que está en continuo movimiento y desarrollo. Rasgo distintivo de éste es su perfeccionamiento y evolución interrumpidos y en constante ascenso. A lo largo de todo el proceso histórico de nacimiento y desarrollo de la sociedad socialista, como lo demuestra también la experiencia histórica, existen contradicciones que surgen y se resuelven continuamente. Estas contradicciones, que tienen un carácter antagónico y no antagónico, las encontramos en todas las esferas de la vida económica, política e ideológica.
En la sociedad socialista, en la que las relaciones socialistas de producción, por su propia esencia, están liberadas de la opresión y la explotación, son características las contradicciones no antagónicas. Pero por diversas razones y motivos en la sociedad socialista, incluso tras la construcción de la base económica del socialismo, existen asimismo contradicciones de carácter antagónico. También en el socialismo las contradicciones constituyen siempre una relación de contrarios, de unidad y lucha de los contrarios.
La dialéctica marxista ha argumentado que la unidad y lucha de los contrarios están en relación dialéctica, rigurosamente definida. Sin esta relación no puede concebirse su existencia. Por eso, minimizar el terreno de la lucha de los contrarios y tanto más negarlo significa negar la propia contradicción.
Es conocida la tesis de la filosofía marxista-leninista de que la lucha de los contrarios y solamente ella es el origen del propio movimiento y desarrollo. Pero con justa razón surge la pregunta: ¿acaso no viene fortaleciéndose la unidad del pueblo en la sociedad socialista? Esto no puede negarse en absoluto. Esta unidad es una realidad viva en nuestra sociedad socialista. Pero esto es otra cosa. Esta unidad es resultado y consecuencia de la solución de las contradicciones por medio de la lucha de los contrarios, a través de la lucha de clases.
Esta lucha de los contrarios, esta lucha consecuente de clases fortalece la cohesión, la unión, la unidad, porque excluye los fenómenos que se oponen a la unidad, amplía el marco de los intereses comunes entre las personas en la sociedad socialista. No puede lograrse la unidad, conservarla y tanto menos desarrollarla apartándola de la lucha de los contrarios, de la lucha de clases.
El objetivo antimarxista de los revisionistas soviéticos de deformar la filosofía marxista-leninista los ha llevado a transformar el contenido de la ley de la unidad y la lucha de los contrarios en el socialismo.
Pretenden que esta ley fundamental de la dialéctica sea formulada como «ley de la unidad y de los aspectos y tendencias contradictorias»(8.). Para ellos la ley de la unidad y la lucha de los contrarios en el socialismo y el comunismo no actúa. Esto, según ellos, ocurre porque en la actualidad se está pasando de la prehistoria de la humanidad a su verdadera historia. Por consiguiente, arguyen, se está operando asimismo el paso de la unidad y la lucha de los contrarios a la ley de la unidad de los aspectos contradictorios, sin lucha de los contrarios. La ley de la unidad y la lucha de los contrarios, según ellos, es «un caso particular, no evolucionado de la ley de la contradicción».
Según los filósofos revisionistas soviéticos las leyes de la dialéctica, y por lo tanto también esta ley, fueron formuladas por Marx y Engels, «utilizando el material de la historia de las formaciones antagónicas», es decir cuando la sociedad socialista no existía. De este modo, según se expresan, las leyes de la dialéctica reflejaron el nivel de las relaciones sociales concretas y el nivel del conocimiento humano de ese momento.
De hecho, no es en absoluto verdad que lo descubierto por Marx y Engels tenga valor sólo para las formaciones antagónicas. Descubrieron el carácter general de esta ley fundamental de la dialéctica. La ley de la unidad y la lucha de los contrarios obra en la naturaleza, en la sociedad y en las ideas, actúa en todas las formaciones económico-sociales. El carácter específico de su acción en el socialismo no niega de ningún modo su carácter universal.
Por otro lado, ¿por qué se niega la contribución aportada por Lenin y Stalin en la elaboración de su contenido en las condiciones de la sociedad socialista? La deformación de la historia y las sofisticaciones les hacen falta a estos seudo filósofos para sus concepciones revisionistas.
Absolutizar la unidad de los contrarios, apartarla de la lucha de los contrarios, negar los contrarios y la lucha de los mismos en la sociedad socialista, como hacen los revisionistas soviéticos, tienen como fuente sus objetivos de dar un contenido filosófico al oportunismo político e ideológico, a la negación de la lucha de clases y de la revolución.
2. SOBRE EL CARACTER DE LAS CONTRADICCIONES EN LA SOCIEDAD SOCIALISTA
La cuestión del carácter de las contradicciones en la sociedad socialista es un problema bastante delicado para los revisionistas soviéticos. La realidad socio-económica de la Unión Soviética está colmada de profundas contradicciones de carácter antagónico. El proceso de aburguesamiento de la sociedad soviética en todos sus poros se realizó plenamente. Actualmente se desarrollan fenómenos y profundos males típicos de la sociedad capitalista como las crisis, el paro y la exacerbación de las contradicciones sociales. La Unión Soviética es una verdadera cárcel de pueblos y naciones. La polarización de clases se desarrolla ininterrumpidamente, la corrupción de la burocracia estatal y del partido, de la propia clase burguesa dominante está ampliando continuamente sus dimensiones. La revuelta de las masas oprimidas se extiende y aumenta continuamente. Desde este punto de vista las teorizaciones de los revisionistas soviéticos sobre las contradicciones en el socialismo tienen una base que no es en ningún modo socialista. Esto constituye una contradicción real que facilita el desenmascaramiento de estas teorizaciones que tratan de encubrir esta realidad capitalista, de justificar la política revisionista. A pesar de estar aderezadas con frases marxistas y con referencias a Marx y Lenin, sus teorizaciones están en plena oposición con la teoría marxista-leninista y con la práctica revolucionaria.
Las deformaciones y las teorizaciones de los revisionistas modernos sobre el carácter de las contradicciones en la sociedad socialista se apoyan en sus tesis de que supuestamente el período de transición concluye con la construcción de la base económica del socialismo. Esta tesis la confirmó también el XXVII Congreso y el programa aprobado por éste. Los clásicos del marxismo-leninismo han explicado científicamente los límites históricos de la extensión del período de transición y su contenido. Apoyándose en este significado y en la experiencia histórica la dirección del PTA acentúa que «el período de transición se inicia con el derrocamiento del Estado burgués, la instauración del Estado de dictadura del proletariado y concluye con la supresión de las clases, la extinción del Estado, el establecimiento del principio «a cada cual según sus necesidades»(9). El desarrollo de la sociedad socialista es un proceso que se realiza por etapas. En este proceso histórico de desarrollo, como han previsto los clásicos y tal como confirmó nuestra experiencia, existe una etapa histórica, tras la cual se liquidan la propiedad privada y las clases explotadoras y se construye la base económica del socialismo.
Además, la sociedad socialista se construye en las condiciones de la existencia de clases amigas. A pesar de que su existencia constituye la característica fundamental de la sociedad socialista, ésta no se ha transformado aún en sociedad comunista. Por tanto, siguen habiendo remanentes de las clases derrocadas que actúan, existen remanentes de las ideologías extrañas en la conciencia del individuo, sigue ejerciéndose poderosamente la presión ideológica burgués-revisionista sobre las personas y no ha desaparecido la posibilidad de que surjan elementos y grupos hostiles, que, como demuestra la experiencia histórica, no es algo abstracto sino un posibilidad real.
En esta etapa hay también contradicciones concretas que la caracterizan. Aquí se plantea el siguiente problema teórico: ¿qué carácter tienen las contradicciones que residen en la base del desarrollo histórico de la sociedad socialista tras la conclusión de la etapa de la construcción de la base económica? ¿Qué tipo de contradicciones caracterizan a la sociedad socialista en la etapa de la completa construcción de la sociedad socialista?
Según los revisionistas soviéticos, tras la construcción de la base económica del socialismo, se realiza la construcción completa y definitiva de la sociedad socialista. En estas circunstancias no puede hablarse de contradicciones antagónicas. «La experiencia de la Unión Soviética, — escribe el revisionista Butenko, — demuestra que con el nuevo éxito cualitativo en el desarrollo de la sociedad socialista, puede distinguirse un período histórico en el que el socialismo realiza la victoria completa y definitiva, cuando se logra la unidad social y política de la sociedad. Precisamente a esta nueva situación cualitativa está ligada la transformación del Estado de dictadura del proletariado en Estado de todo el pueblo. En esta etapa en el interior de la sociedad no hay ni puede haber contradicciones sociales de carácter antagónico»(10). La negación de las contradicciones antagónicas, haciendo pasar por «socialista» la actual realidad capitalista en la Unión Soviética, se hace con la intención de desviar la atención de las profundas contradicciones antagónicas que corroen la actual sociedad soviética, para justificar la negación de la lucha de clases.
Los revisionistas soviéticos pretenden presentar la negación de la contradicción antagónica en la sociedad socialista tras la construcción de la base económica del socialismo como un punto de vista de los clásicos del marxismo-leninismo. «Acerca de la cuestión de si en las condiciones donde se ha construido el socialismo pueden existir contradicciones — escriben J. Granin y M. M. Sapunov, — que en esencia son antagónicas, los clásicos del marxismo-leninismo, como se sabe, han respondido negativamente»(11). Para argumentar este punto de vista traen a colación una afirmación de Marx que dice que «...las relaciones burguesas de producción constituyen la última forma del proceso social de la producción»(12). No puede negarse el hecho de que las relaciones de producción no están liberadas de toda forma de opresión y explotación del hombre por el hombre. Están por encima de la propiedad socialista y por esta razón el rasgo característico de estas relaciones de producción es la contradicción antagónica. Esto dice también Marx en la mencionada afirmación, haciendo una diferencia entre todas las anteriores formas de las relaciones de producción apoyadas en la propiedad privada, Marx jamás ha afirmado que la sociedad socialista se libera de toda suerte de antagonismos. Ha afirmado asimismo la idea de que la sociedad socialista «apenas surge de la sociedad capitalista conserva aún, desde todo punto de vista económico, moral y intelectual, vestigios de la vieja sociedad, de cuyo seno ha surgido»(13).
La práctica demuestra que estos vestigios se conservan durante un largo tiempo incluso tras la construcción de la base económica del socialismo, porque a lo largo del período de transición hasta llegar al comunismo existe la posibilidad del surgimiento de nuevos elementos burgueses y de la restauración del capitalismo. La lucha por evitarlos tiene carácter antagónico.
Siguiendo el camino capitalista, la sociedad soviética se gangrena cada vez más y las plagas del capitalismo y las contradicciones que la corroen toman un carácter cada vez más agudo. Esto obligó a la dirección soviética empezando por los años 80 a hablar cada vez más frecuentemente de «fenómenos negativos» y de «plagas sociales». Sobre esta base, recurriendo a la demagogia para encubrir la realidad capitalista, salieron con la teoría de Gorbachov de la «reestructuración de la sociedad soviética» y apelan a su cuerpo de filósofos para que justifiquen teóricamente la política revisionista.
texto de Vasillaq Kureta (docente en el Instituto de Estudios Marxista-Leninista)
publicado en Revista “Albania Hoy” - Tirana, Albania, año 1989
por cortesía de tovarich Dzerjinskii
publicado en el Foro en dos mensajes
---mensaje nº 1---
Un nuevo desarrollo cobraron los puntos de vista de los revisionistas soviéticos a partir de los años 80 y hasta el presente. Esto está relacionado en primer lugar con el hecho de que el capitalismo en la Unión Soviética atravesaba momentos de profunda crisis en todos los aspectos, un período de fracasos en todos los campos, de propagación de lacras sociales tales como el paro, el alcoholismo, la criminalidad, el burocratismo, la exacerbación de las contradicciones antagónicas extendida a todos los campos de la vida. En tales circunstancias, las clases dominantes en el Poder buscaron en el frente filosófico un inmejorable apoyo «teórico» a la aplicación de la política revisionista. De modo particular se hicieron tentativas para pasar de las teorías abstractas de las contradicciones a su análisis concreto, con el fin de servir mejor a la política de clase de la burguesía soviética. Se ha confirmado lo que decía el camarada Enver Hoxha que la realidad capitalista de la Unión Soviética desgastará y arrancará la máscara de la teoría del socialismo desarrollado de los revisionistas soviéticos. Los dirigentes revisionistas en la Unión Soviética exigieron insistentemente una adaptación de la teoría de las contradicciones a los procesos y fenómenos de la sociedad soviética. El XXVII Congreso del PC revisionista soviético, criticando el frente filosófico y el de las ciencias sociales en su conjunto, por su atraso en el conocimiento de los problemas de la vida, planteó la tarea y dio la orientación de «resolver los problemas de las contradicciones en las condiciones del socialismo». Esta era una directa exigencia a la filosofía revisionista soviética para contribuir a la aplicación de la política revisionista, y actualmente a la llamada «reestructuración» de la sociedad soviética.
1. SOBRE EL LUGAR Y EL PAPEL DE LAS CONTRADICCIONES EN EL SOCIALISMO
Marx y Engels han argumentado científicamente que el origen del movimiento de la materia y de los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad son las contradicciones que se hallan en su seno. Los filósofos revisionistas se oponen, por sus fines políticos y de clase, a esta concepción fundamental de la dialéctica marxista. En la literatura revisionista hallamos puntos de vista de los más dispares que niegan este papel y esta función de las contradicciones de la sociedad socialista. Así, a partir de los últimos años de la década de los 50, se propugno la idea de que las contradicciones no corresponden a la esencia de la sociedad socialista, a su base y su sistema estatal, que las contradicciones están relacionadas únicamente con el pasado histórico, con las condiciones exteriores o con deficiencias en determinados eslabones del sistema de relaciones dé producción y en el aparato del Estado.
Los filósofos revisionistas soviéticos afirman que en la sociedad socia lista «el principio rector absoluto no es la lucha de los contrarios, sino su unidad»(2). Esto se debe, según ellos, a que «en el socialismo la dialéctica de las contradicciones ha cedido el lugar a la dialéctica de la armonía», que excluye las contradicciones sociales»(3). Del mismo modo, afirman que «...a diferencia del capitalismo donde la unidad es relativa y el antagonismo absoluto, en el socialismo la unidad adquiere un carácter absoluto»(4). Algunos autores revisionistas se atienen al punto de vista de que la ley de la unidad y de la lucha de los contrarios pierde en el socialismo «los contrarios y la lucha» y del mismo modo que el imperialismo está privado de unidad, por oposición en el socialismo se excluye la lucha de los contrarios»(5).
Otros afirman que la tesis leninista sobre el carácter relativo de la unidad y el carácter absoluto de la lucha de los contrarios, no es aplicable en el socialismo, que «esta sólo tiene relación con determinada sociedad de clases, donde las contradicciones antagónicas asumen el carácter de los contrarios sociales los cuales se excluyen mutuamente»(6). En la literatura soviética se ha propagado ampliamente al punto de vista según el cual, la fuerza motriz de desarrollo de la sociedad no son las contradicciones, sino «sólo la unidad y la colaboración».
El socialismo es inseparable de sus contradicciones. Negar las contradicciones en el socialismo significa frenar el proceso histórico. Al contrario, las contradicciones en el socialismo tienen carácter objetivo, emanan de la propia dialéctica de su desarrollo. Un factor que frena el proceso de desarrollo histórico no son las contradicciones en sí, sino las diversas dificultades que surgen a lo largo de la lucha por resolver dichas contradicciones, bajo la acción de los factores objetivos y subjetivos.
También en el socialismo, como recalca el camarada Enver, el desarrollo es «un proceso relativamente prolongado, que se efectúa a través de la lucha de los contrarios», el desarrollo de la sociedad socialista se efectúa por el «surgimiento y la solución de las diversas contradicciones (…) También en el socialismo, a pesar de haber sido eliminada la propiedad privada y desarrollarse la sociedad de manera consciente, como consecuencia de que los hombres viven y actúan en condiciones y circunstancias distintas motivadas por la existencia de diferencias esenciales entre las clases amigas, entre la ciudad y el campo, entre el trabajo manual y el intelectual, etc., nos enfrentamos a intereses, aspiraciones y pensamientos diferentes, a una serie de contradicciones»(7).
La sociedad socialista es el organismo vivo que está en continuo movimiento y desarrollo. Rasgo distintivo de éste es su perfeccionamiento y evolución interrumpidos y en constante ascenso. A lo largo de todo el proceso histórico de nacimiento y desarrollo de la sociedad socialista, como lo demuestra también la experiencia histórica, existen contradicciones que surgen y se resuelven continuamente. Estas contradicciones, que tienen un carácter antagónico y no antagónico, las encontramos en todas las esferas de la vida económica, política e ideológica.
En la sociedad socialista, en la que las relaciones socialistas de producción, por su propia esencia, están liberadas de la opresión y la explotación, son características las contradicciones no antagónicas. Pero por diversas razones y motivos en la sociedad socialista, incluso tras la construcción de la base económica del socialismo, existen asimismo contradicciones de carácter antagónico. También en el socialismo las contradicciones constituyen siempre una relación de contrarios, de unidad y lucha de los contrarios.
La dialéctica marxista ha argumentado que la unidad y lucha de los contrarios están en relación dialéctica, rigurosamente definida. Sin esta relación no puede concebirse su existencia. Por eso, minimizar el terreno de la lucha de los contrarios y tanto más negarlo significa negar la propia contradicción.
Es conocida la tesis de la filosofía marxista-leninista de que la lucha de los contrarios y solamente ella es el origen del propio movimiento y desarrollo. Pero con justa razón surge la pregunta: ¿acaso no viene fortaleciéndose la unidad del pueblo en la sociedad socialista? Esto no puede negarse en absoluto. Esta unidad es una realidad viva en nuestra sociedad socialista. Pero esto es otra cosa. Esta unidad es resultado y consecuencia de la solución de las contradicciones por medio de la lucha de los contrarios, a través de la lucha de clases.
Esta lucha de los contrarios, esta lucha consecuente de clases fortalece la cohesión, la unión, la unidad, porque excluye los fenómenos que se oponen a la unidad, amplía el marco de los intereses comunes entre las personas en la sociedad socialista. No puede lograrse la unidad, conservarla y tanto menos desarrollarla apartándola de la lucha de los contrarios, de la lucha de clases.
El objetivo antimarxista de los revisionistas soviéticos de deformar la filosofía marxista-leninista los ha llevado a transformar el contenido de la ley de la unidad y la lucha de los contrarios en el socialismo.
Pretenden que esta ley fundamental de la dialéctica sea formulada como «ley de la unidad y de los aspectos y tendencias contradictorias»(8.). Para ellos la ley de la unidad y la lucha de los contrarios en el socialismo y el comunismo no actúa. Esto, según ellos, ocurre porque en la actualidad se está pasando de la prehistoria de la humanidad a su verdadera historia. Por consiguiente, arguyen, se está operando asimismo el paso de la unidad y la lucha de los contrarios a la ley de la unidad de los aspectos contradictorios, sin lucha de los contrarios. La ley de la unidad y la lucha de los contrarios, según ellos, es «un caso particular, no evolucionado de la ley de la contradicción».
Según los filósofos revisionistas soviéticos las leyes de la dialéctica, y por lo tanto también esta ley, fueron formuladas por Marx y Engels, «utilizando el material de la historia de las formaciones antagónicas», es decir cuando la sociedad socialista no existía. De este modo, según se expresan, las leyes de la dialéctica reflejaron el nivel de las relaciones sociales concretas y el nivel del conocimiento humano de ese momento.
De hecho, no es en absoluto verdad que lo descubierto por Marx y Engels tenga valor sólo para las formaciones antagónicas. Descubrieron el carácter general de esta ley fundamental de la dialéctica. La ley de la unidad y la lucha de los contrarios obra en la naturaleza, en la sociedad y en las ideas, actúa en todas las formaciones económico-sociales. El carácter específico de su acción en el socialismo no niega de ningún modo su carácter universal.
Por otro lado, ¿por qué se niega la contribución aportada por Lenin y Stalin en la elaboración de su contenido en las condiciones de la sociedad socialista? La deformación de la historia y las sofisticaciones les hacen falta a estos seudo filósofos para sus concepciones revisionistas.
Absolutizar la unidad de los contrarios, apartarla de la lucha de los contrarios, negar los contrarios y la lucha de los mismos en la sociedad socialista, como hacen los revisionistas soviéticos, tienen como fuente sus objetivos de dar un contenido filosófico al oportunismo político e ideológico, a la negación de la lucha de clases y de la revolución.
2. SOBRE EL CARACTER DE LAS CONTRADICCIONES EN LA SOCIEDAD SOCIALISTA
La cuestión del carácter de las contradicciones en la sociedad socialista es un problema bastante delicado para los revisionistas soviéticos. La realidad socio-económica de la Unión Soviética está colmada de profundas contradicciones de carácter antagónico. El proceso de aburguesamiento de la sociedad soviética en todos sus poros se realizó plenamente. Actualmente se desarrollan fenómenos y profundos males típicos de la sociedad capitalista como las crisis, el paro y la exacerbación de las contradicciones sociales. La Unión Soviética es una verdadera cárcel de pueblos y naciones. La polarización de clases se desarrolla ininterrumpidamente, la corrupción de la burocracia estatal y del partido, de la propia clase burguesa dominante está ampliando continuamente sus dimensiones. La revuelta de las masas oprimidas se extiende y aumenta continuamente. Desde este punto de vista las teorizaciones de los revisionistas soviéticos sobre las contradicciones en el socialismo tienen una base que no es en ningún modo socialista. Esto constituye una contradicción real que facilita el desenmascaramiento de estas teorizaciones que tratan de encubrir esta realidad capitalista, de justificar la política revisionista. A pesar de estar aderezadas con frases marxistas y con referencias a Marx y Lenin, sus teorizaciones están en plena oposición con la teoría marxista-leninista y con la práctica revolucionaria.
Las deformaciones y las teorizaciones de los revisionistas modernos sobre el carácter de las contradicciones en la sociedad socialista se apoyan en sus tesis de que supuestamente el período de transición concluye con la construcción de la base económica del socialismo. Esta tesis la confirmó también el XXVII Congreso y el programa aprobado por éste. Los clásicos del marxismo-leninismo han explicado científicamente los límites históricos de la extensión del período de transición y su contenido. Apoyándose en este significado y en la experiencia histórica la dirección del PTA acentúa que «el período de transición se inicia con el derrocamiento del Estado burgués, la instauración del Estado de dictadura del proletariado y concluye con la supresión de las clases, la extinción del Estado, el establecimiento del principio «a cada cual según sus necesidades»(9). El desarrollo de la sociedad socialista es un proceso que se realiza por etapas. En este proceso histórico de desarrollo, como han previsto los clásicos y tal como confirmó nuestra experiencia, existe una etapa histórica, tras la cual se liquidan la propiedad privada y las clases explotadoras y se construye la base económica del socialismo.
Además, la sociedad socialista se construye en las condiciones de la existencia de clases amigas. A pesar de que su existencia constituye la característica fundamental de la sociedad socialista, ésta no se ha transformado aún en sociedad comunista. Por tanto, siguen habiendo remanentes de las clases derrocadas que actúan, existen remanentes de las ideologías extrañas en la conciencia del individuo, sigue ejerciéndose poderosamente la presión ideológica burgués-revisionista sobre las personas y no ha desaparecido la posibilidad de que surjan elementos y grupos hostiles, que, como demuestra la experiencia histórica, no es algo abstracto sino un posibilidad real.
En esta etapa hay también contradicciones concretas que la caracterizan. Aquí se plantea el siguiente problema teórico: ¿qué carácter tienen las contradicciones que residen en la base del desarrollo histórico de la sociedad socialista tras la conclusión de la etapa de la construcción de la base económica? ¿Qué tipo de contradicciones caracterizan a la sociedad socialista en la etapa de la completa construcción de la sociedad socialista?
Según los revisionistas soviéticos, tras la construcción de la base económica del socialismo, se realiza la construcción completa y definitiva de la sociedad socialista. En estas circunstancias no puede hablarse de contradicciones antagónicas. «La experiencia de la Unión Soviética, — escribe el revisionista Butenko, — demuestra que con el nuevo éxito cualitativo en el desarrollo de la sociedad socialista, puede distinguirse un período histórico en el que el socialismo realiza la victoria completa y definitiva, cuando se logra la unidad social y política de la sociedad. Precisamente a esta nueva situación cualitativa está ligada la transformación del Estado de dictadura del proletariado en Estado de todo el pueblo. En esta etapa en el interior de la sociedad no hay ni puede haber contradicciones sociales de carácter antagónico»(10). La negación de las contradicciones antagónicas, haciendo pasar por «socialista» la actual realidad capitalista en la Unión Soviética, se hace con la intención de desviar la atención de las profundas contradicciones antagónicas que corroen la actual sociedad soviética, para justificar la negación de la lucha de clases.
Los revisionistas soviéticos pretenden presentar la negación de la contradicción antagónica en la sociedad socialista tras la construcción de la base económica del socialismo como un punto de vista de los clásicos del marxismo-leninismo. «Acerca de la cuestión de si en las condiciones donde se ha construido el socialismo pueden existir contradicciones — escriben J. Granin y M. M. Sapunov, — que en esencia son antagónicas, los clásicos del marxismo-leninismo, como se sabe, han respondido negativamente»(11). Para argumentar este punto de vista traen a colación una afirmación de Marx que dice que «...las relaciones burguesas de producción constituyen la última forma del proceso social de la producción»(12). No puede negarse el hecho de que las relaciones de producción no están liberadas de toda forma de opresión y explotación del hombre por el hombre. Están por encima de la propiedad socialista y por esta razón el rasgo característico de estas relaciones de producción es la contradicción antagónica. Esto dice también Marx en la mencionada afirmación, haciendo una diferencia entre todas las anteriores formas de las relaciones de producción apoyadas en la propiedad privada, Marx jamás ha afirmado que la sociedad socialista se libera de toda suerte de antagonismos. Ha afirmado asimismo la idea de que la sociedad socialista «apenas surge de la sociedad capitalista conserva aún, desde todo punto de vista económico, moral y intelectual, vestigios de la vieja sociedad, de cuyo seno ha surgido»(13).
La práctica demuestra que estos vestigios se conservan durante un largo tiempo incluso tras la construcción de la base económica del socialismo, porque a lo largo del período de transición hasta llegar al comunismo existe la posibilidad del surgimiento de nuevos elementos burgueses y de la restauración del capitalismo. La lucha por evitarlos tiene carácter antagónico.
Siguiendo el camino capitalista, la sociedad soviética se gangrena cada vez más y las plagas del capitalismo y las contradicciones que la corroen toman un carácter cada vez más agudo. Esto obligó a la dirección soviética empezando por los años 80 a hablar cada vez más frecuentemente de «fenómenos negativos» y de «plagas sociales». Sobre esta base, recurriendo a la demagogia para encubrir la realidad capitalista, salieron con la teoría de Gorbachov de la «reestructuración de la sociedad soviética» y apelan a su cuerpo de filósofos para que justifiquen teóricamente la política revisionista.
---fin del mensaje nº 1---
Última edición por pedrocasca el Vie Jun 07, 2013 12:23 pm, editado 2 veces