"El objetivo del Gobierno es luchar contra el paro y parar la sangría de desempleo", explicó la ministra de Empleo, Fátima Báñez, al término del Consejo de Ministros semanal.
"Se respetarán los derechos adquiridos con anterioridad por los trabajadores", precisó la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Saénz de Santamaría, quien aseguró que el objetivo de la reforma es la contratación de nuevos trabajadores," con especial atención a los jóvenes y los parados de larga duración".
Báñez calificó de "histórica" la modificación del mercado laboral y recordó que ésta es "la tercera reforma estructural importante" del Gobierno del PP, tras la reforma presupuestaria para lograr el déficit cero en el año 2020 y la del sector bancario para sanearlo de sus activos inmobiliarios problemáticos.
Ahora, el Gobierno afronta otro punto débil de la economía española, el desempleo, que llegaba al 22,85% de la población activa al término de 2011. Esta tasa es casi tres veces más elevada que en 2007, cuando el paro alcanzó un mínimo histórico del 7,95%, gracias al auge del sector inmobiliario. El desempleo de los menores de 25 años alcanza el 48,6%.
El anterior Gobierno del PSOE aprobó en julio de 2010 una reforma laboral que introdujo un nuevo tipo de contrato en que las indemnizaciones por despido pasaban a 33 días de salario por año trabajado, e incluso a 20 en caso de despido por causas económicas. Pero esta nueva forma de contratación fue poco utilizada y el contrato tradicional, con 45 días de indemnización, seguía siendo el más usual. La nueva reforma lo suprime y aplica los 33 días a todos los asalariados.
Las pequeñas y medianas empresas se beneficiarán así de una deducción fiscal de 3.000 euros por el primer trabajador de menos 30 años que contraten, mientras que los desempleados que sean contratados por ellas podrán combinar 25% de su subsidio con su sueldo durante un año.
El Banco de España, la Unión Europea y el FMI, preocupados por el creciente desempleo, presionaban a España para que reformara cuanto antes un mercado laboral considerado demasiado rígido.
En realidad, "lo que tenemos que corregir es un mercado muy dual, con una parte muy rígida y otra muy flexible, a 180 grados de la primera", considera Rafael Doménech, analista del instituto BBVA Research, señalando el abismo entre los inamovibles convenios colectivos de los contratos fijos y la desprotección de los temporales.
"Hay que flexibilizar la negociación colectiva e intentar acercar el costo de despido entre trabajadores que tienen contratos permanentes y los que tienen contratos temporales", coincide Raúl Ramos, profesor de la Universidad de Barcelona.
Previamente, los sindicatos y la patronal ya habían alcanzado un acuerdo de moderación salarial para 2012-2014, que limita el alza de los sueldos al 0,5% en 2012 y al 0,6% en 2013 y 2014. "La reforma laboral me va a costar una huelga", reconoció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también sorprendido por un micrófono en Bruselas.
Frente a un alud de medidas de rigor sin precedentes, el malestar social no deja de crecer en España, donde casi cada semana hay una gran manifestación. Decenas de miles de funcionarios se volvieron a manifestar el martes en Madrid, donde estaba convocada una nueva protesta para el viernes por la tarde.
http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jZxNaxJ7fFre0T1Af_ukPLK3_aXA?docId=CNG.f9f4f0addf849d751a4613291862664d.3c1
Y esto solo acaba de empezar. Este gobierno fascista va a destruir en poco tiempo lo poco que quedaba ya de las conquistas heroicas que conseguió el proletariado a base de lucha y sufrimiento.