Aunque incipientes, las reformas de Raúl Castro han permitido autogestión y generación de empleo.
uando Ojacy Curbello y su esposo abrieron un restaurante en su casa de La Habana, a fines de diciembre, no llegó ni un solo cliente. Fue un debut decepcionante para Bollywood, el primer restaurante de comida india en la capital cubana, y Curbello temía que su sueño de sacar provecho de las reformas económicas del gobierno comunista de Raúl Castro se derrumbara.
Pero se corrió la voz, los clientes llegaron y en poco tiempo el lugar estaba lleno. Ahora pueden rechazar gente o atender comensales en la mesa familiar, y terminaron contratando a más personas.
Planean aumentar la capacidad de su local y están ampliando su casa, construida en la década de 1950, para agregar mesas y un bar.
"Es increíble lo rápido que ha despegado", dijo una sorprendida Curbello junto a su marido, Cedric Fernández, un londinense de ascendencia ceilandesa. La historia de Bollywood muestra cómo la vida está cambiando lentamente en Cuba desde que Castro puso en marcha una serie de limitadas reformas económicas en el 2010 para fomentar la autogestión privada.
Castro dio el derecho, con algunas restricciones, a comprar y vender casas y carros por primera vez desde la revolución de 1959. Quienes aspiran a ser agricultores pueden arrendar la tierra al Gobierno. Los pequeños emprendedores pueden hacer contratos con empresas estatales y gobiernos locales. Así, cada vez más cubanos están iniciando sus propios negocios mientras el Gobierno, ávido de dinero, recorta el gasto público y aumenta los impuestos.
Los trabajadores privados, conocidos como 'cuentapropistas', venden alimentos, ofrecen servicios y variados bienes en sus casas o en mesas ubicadas en las aceras.
Cifras oficiales indican que ya hay más de 371.000 'cuentapropistas', frente a los 157.000 que existían antes de que Castro diera luz verde a la iniciativa privada, en septiembre del 2010. El ministro de Economía, Adel Yzquierdo Rodríguez, aseguró que este año se crearán hasta 240.000 nuevos trabajos no estatales.
Y habrá más cambios. Esteban Lazo Hernández, un funcionario del Partido Comunista, dijo que en los próximos cinco años el 50 por ciento de la actividad económica de Cuba pasará al sector no estatal, frente al 5 por ciento actual.
Pero no es una transición al capitalismo y la reforma política no forma parte del plan gubernamental. Su objetivo es mantener al Partido Comunista en el poder al estimular un sector privado más grande y una burocracia estatal más pequeña y eficiente. Cuba dice que desarrolla su propio modelo, como lo hizo China hace 30 años, aunque a una escala mucho más modesta. ¿Funcionará este plan? Esa es la gran incógnita.
Última edición por Platon el Lun Ago 20, 2012 9:44 pm, editado 1 vez