Refloto porque el hilo me parece bueno.
Otra causa consiste, a mi juicio, en un defecto antropológico del proyecto socialista debido al componente utópico del marxismo. Se creyó que el hombre medio, sólo con darle oportunidad de vida con necesidades básicas aseguradas y posibilidades de crecimiento propio, estaría contento
Ésto es un muñeco de paja, en ningún momento el marxismo afirma que la satisfacción de necesidades materiales lleve a la felicidad, sino que es requisito previo pero no único para la misma. Prueba de ello es que quien deje de comer no va a experimentar ninguna felicidad en un plazo de dos semanas.
Un obrero "sobreenseñado", aunque descontento con su trabajo, tendrá una vida más plena y encontrará la compensación de la rutina laboral fuera de su empresa. Muy humano pero muy utópico. Precisamente los jóvenes descontentos y aburridos que no encontraron compensación adecuada, de todos los grupos sociales. han sido la base de movimientos radicales aprovechados por las fuerzas antisoviéticas. Hay que reconocer la verdad: un joven ingeniero que hace dos años se aburría en su puesto de tornero, hoy, helado junto a la boca del metro y tratando de vender unos CDs, está feliz. El se siente empresario, aventurero, luchando en la selva de la "economía de mercado"...
Eso es por el idealismo del ingeniero imaginario en todo caso, porque no tiene empresa, aventura tampoco (sobrevivir vendiendo en la calle es tan repetitivo como cualquier otro oficio no creativo), lo que sí hará es luchar por su vida desde los márgenes de la economía formal. No tomemos a los elementos patológicos como ejemplo de nada, la persona promedio (ésto sí es la realidad), prefiere matarse en el trabajo a la
aventura del TopManta.
En el mundo real los ingenieros son de otra pasta. El motivo para estudiar una ingeniería o cualquier otra titulación del mismo nivel es cobrar más que en puestos de menor cualificación, en los que además la mano de obra abunda y es más reemplazable. El error es realmente no establecer cuotas de formación para un sociedad y una economía, es decir, necesitar cada año a 1.000 ingenieros nuevos y formar a 9.000; ésto va a bajar los salarios de los mismos y además los menos competentes o conectados (ya me entendéis) acabarán en puestos inferiores igualmente. No hace falta irse a la URSS para ver ésto, España aún tiene carreras de ingeniería Industrial y la gente sigue pagando las matrículas cada año, ojito, hablamos de personas que realmente creen que el tejido industrial español los va a contratar en otras CCAA que no sean País Vasco y Cataluña. Una vez se citan con la realidad y ven que no son especiales asumen que van a trabajar en algo peor y que los años de formación en ingeniería fueron en vano... vale, imagínate feliz a un frustrado así, no puedes.
Muy educados y cultos los nuevos cubanos pero no les gusta currar de peón; si los cambios en latinoamérica no hubiesen ofrecido una salida laboral a los excedentes médicos cubanos, (fuera del Cuba como asistentes o dentro del país como docentes para el "turismo universitario"), estos se hubiesen convertido en una bomba de relojería para la Revolución.
Ésto es cierto, sin la "fuga de cerebros" que tuvimos en España buena parte de la población española sería más "subversiva", pero se fueron a buscar la vida fuera. Vamos, que éstas cosas poco tienen que ver con el socialismo como tal y mucho con las varias formas de organizar la economía dentro de los límites del propio capitalismo (incluida su oferta y demanda de trabajadores).
El verdadero cáncer del estado soviético era su monopolio y su forma de encarar el mercado. Por un lado las empresas soviéticas al final de la URSS no tenían motivos para el I+D+I, toda la demanda que hubiera la satisfacían sí o sí las mismas compañías siempre. Por el otro lado, el mercado soviético, por más grande que fuera, no facilitaba situaciones en las que aprovecharse de la fortaleza o debilidad de otras economías. China ha corregido ambos errores y por eso el PCCH sigue en el poder, por más que cada vez estén más formados sus habitantes, ésto por cierto, demuestra el idealismo del modelo soviético frente a la comprensión materialista de la historia y de la economía que tiene China (la cual no tuvo mejores cartas el siglo pasado).