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    La biosfera muere y empieza el nacimiento de la Noosfera (un movimiento dialectico)

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    La biosfera muere y empieza el nacimiento de la Noosfera (un movimiento dialectico) Empty La biosfera muere y empieza el nacimiento de la Noosfera (un movimiento dialectico)

    Mensaje por Leningrado Sáb Sep 25, 2010 12:22 am

    Documento de Posición, Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos
    Presentado por el Instituto de Investigación Galáctica – Fundación para la Ley del Tiempo
    Enunciado del Problema
    “... no es científico aceptar el concepto de la biosfera, y rechazar el de la noosfera. La noosfera es tan parte de la Tierra como lo es cualquier otra esfera, tal como la hidrosfera. De hecho, en virtud de ser la causa de la mayoría de las aflicciones ecológicas y el asiento de toda acción ecológica, la noosfera debería ser, desde el punto de vista del ecologista, la capa más crucial. Su salud y su protección de la perversidad del hombre debería ser una de sus preocupaciones. Porque obviamente la polución noosférica es la fuente de toda polución.”
    P. R. Masani, “The Ecology of the Noosphere ...” (1995)
    Cuando se dice que “la polución noosférica es la fuente de toda polución,” estamos hablando del rol de la capa de pensamiento humano en el esquema (a nivel de sistemas integrales) del diseño planetario. Este diseño constituye una dinámica evolutiva. Al traer la noosfera a la discusión de la crisis biosférica, estamos reconociendo que, a menos que pongamos nuestras mentes a pensar en el significado y la naturaleza de la noosfera, no vamos a resolver la crisis biosférica. Primero que todo, esto significa reconocer el impacto de la capa de pensamiento humano en todos los ciclos biogeoquímicos - evolutivos y dinámicos - del sistema de la Tierra.
    “PREOCÚPATE. PREOCÚPATE MUCHO.” La nota de portada de la revista Time del 3 de abril de 2006, con un reportaje especial sobre el cambio climático, pide a gritos tu atención: “El cambio climático no es un problema futuro vago; ya está dañando al planeta a un ritmo alarmante. He aquí cómo te afecta a ti, a tus hijos, y a sus hijos también.”
    Por el modo en que Time presenta el reportaje, podrías pensar que el cambio climático es el villano, desviando por consiguiente la atención de la idea de que el calentamiento global pudiera ser una función de la polución noosférica. El daño que emana del agotamiento humano de los recursos, y la emisión consecuente de gases de invernadero, no hubiesen ocurrido si la capa de pensamiento humano - la noosfera - no hubiera primero desarrollado los conceptos de la tecnología de máquinas y el consumo de combustibles fósiles o la energía atómica requeridos para operar este vasto complejo, la tecnosfera. Debemos entender que la característica distintiva del elemento humano en la biosfera, es la capacidad para simultáneamente evolucionar y luego participar en la capa de pensamiento del planeta, la noosfera.
    Sin entender el significado y el propósito evolucionario de la noosfera en tanto la mente autorreflexiva o la capa mental del planeta, no comprenderemos verdaderamente los tipos de soluciones necesarias para reestablecer un futuro viable para el planeta. Como indica P. R. Masani, hasta ahora, “el movimiento ecológico se ha quedado corto, siendo el impedimento el desdén hacia la noosfera.” Esto es muy relevante. Igual que la mayoría de los humanos son apenas conscientes de ser miembros funcionales - o disfuncionales - de la biosfera, muy pocos son conscientes de estar participando en un campo mental colectivo llamado noosfera.
    La noosfera es el campo mental que damos por sentado como el ambiente psicológico común a todos. Este ambiente mental, inconscientemente contenedor, está cargado de supuestos, y, dependiendo de la parte del mundo en que te encuentres, puede estar lleno de flagrantes contradicciones. Los supuestos mentales de un granjero de Iowa pueden ser muy diferentes de los de un campesino de las provincias interiores de China, y mucho más de uno de Irán. Sin embargo, no importa en dónde estemos, nosotros generalmente asumimos que lo que suponemos, cualquier otro lo hace también, y que si alguien supone en forma diferente, es él quien está equivocado, y no nosotros. Ésta es la inconsciencia de la noosfera.
    Al considerar la Tierra como un sistema integral, debemos asumir ahora la responsabilidad por los pensamientos que creamos y que cargan al campo mental o capa pensante de la Tierra con las causas reales de todo lo que nos aflige a nosotros y al planeta. No sólo debemos asumir la responsabilidad por nuestros propios pensamientos, sino que debemos darnos cuenta de la relatividad de nuestro pensamiento y de los supuestos en relación al pensamiento y supuestos de cualquier otra persona, y quizás repensar todo nuestro programa. Si pudiéramos ver la capa pensante de toda nuestra especie como una esfera cubriendo todo el planeta, la veríamos como un defectuoso tejido de retazos dividido política, religiosa e ideológicamente, moralmente obtuso, saturado de los efectos de la voracidad generadora de ganancias, y todo menos unificado. El juego de fuerzas salvajemente inconsistente e incoherente dentro de esta capa pensante, la noosfera, es lo que perpetúa e impulsa la toma de decisiones políticas, religiosas, nacionalistas y corporativas que conforman el mundo de todos los días. Hasta que no nos hagamos verdaderamente conscientes de ello, permanecerá fuera de control y continuará haciendo estragos en la biosfera.
    No es simplemente el desdén de los ecologistas por la noosfera el impedimento en la solución del problema del mundo, sino la renuencia de los científicos en general a admitir que el pensamiento humano y sus actividades subsecuentes en la biosfera podrían tener un efecto tal como el calentamiento global. Esto se debe a que la mayoría de los científicos son renuentes a investigar y ser dueños realmente de lo que está en sus propias mentes. Si la industria humana - las necesidades trastornadoras y destructoras de la tecnosfera - es la raíz del problema ambiental, entonces la raíz de la industria humana está en la mente humana. Los delfines no inventaron el reloj; lo hizo el hombre. Y el reloj provino de la mente humana. Cuando el hombre inventó el reloj, y lo volvió una parte inextricable de la noosfera, abrió la caja de Pandora de la mecanización y la política monetaria que rápidamente lo transformó, su mente y su mundo, volviéndolo el depredador dominante del planeta, saqueando despiadadamente la Tierra para lo que le demandan sus máquinas.
    Nos gustaría ver la portada de una revista con este titular:

    Polución Noosférica
    Reportaje especial: “PREOCÚPATE. PREOCÚPATE MUCHO. La polución noosférica no es un problema futuro vago; ya está dañando al planeta a un ritmo alarmante. He aquí cómo la creas y la perpetúas, y cómo tus hijos y sus hijos harán lo mismo, a menos que cambiemos nuestra mente ahora.”

    La irradiación del hombre es la hominización de la Tierra. Al irradiarse tecnológicamente por todo el planeta, el homo sapiens ha llevado inadvertidamente a la noosfera a su manifestación, o más bien, la ha extendido como una zona mental inconsciente y crepuscular que cubre el mundo entero. La noosfera humana ha tenido en el planeta un impacto que es geológico por naturaleza, provocando extinciones de especies enteras y un cambio climático sin precedentes, sin mencionar el agotamiento de los recursos vitales tales como la selva tropical húmeda, el petróleo, el plankton, y los arrecifes de coral.
    El impacto a nivel mundial del pensamiento humano, y su transformación en tecnología de máquinas, ha hecho de la noosfera un fenómeno planetario, aunque inconsciente. Ahora esta noosfera se halla en el proceso de volverse consciente. A medida que lentamente, más humanos se convencen del hecho de que nuestro pensamiento es lo que está en la raíz de la destrucción del mundo, la noosfera se acerca más a hacerse consciente. Pero primero debe pasar por una fase intermedia: la ciberesfera. Como la exteriorización de la noosfera en una red electrónica, la ciberesfera es el virtual sistema nervioso central del planeta.
    La exteriorización de la noosfera - la capa planetaria de pensamiento - empezó con los medios impresos. Luego, a través del telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión, la computadora, el fax, la PC, el teléfono celular y la Internet, el homo sapiens exteriorizó la capa de pensamiento en la ciberesfera, convirtiéndola en la noosfera virtual. Pero la extensión artificial de la capa de pensamiento todavía le permite al hombre evitar darse cuenta que está tratando solamente con sus propias manipulaciones mentales, unas ingeniosas proyecciones que simulan a una hipervelocidad de gigabytes unos mecanismos y unos procesos aún no reconocidos de su propia mente. ¿Qué si el hombre volteara su atención en la mente misma en cuanto un medio colectivo autorreflexivo, la noosfera, y quitándose el glamour de sus ingeniosos inventos, volteara hacia el interior para ver la raíz de su inventiva en él mismo? ¿Qué si al lidiar con la crisis biosférica, el humano reconociera que en realidad está tratando con una emergencia noosférica - una emergencia en el sentido de algo que necesita una atención inmediata, pero también en el sentido de algo emergiendo inminentemente - la noosfera volviéndose consciente de sí misma?
    No es tanto que la biosfera esté en crisis, pues es la noosfera la que tiene una crisis nerviosa, una buena señal de que está a punto de madurar.
    La Transición Biosfera-Noosfera: biosfera tecnosfera ciberesfera
    “Es la especie humana por sí sola la que dentro de la biosfera, induce el momento del clímax biogeoquímico. Sólo el humano entra a la zona de transición de la civilización consciente, la que, por el poder del pensamiento autorreflexivo, se convierte en un constructo cada vez más artificial de formas proyectadas dispersas por toda la biosfera.”
    Postulado 5.2, Dinámica del Tiempo
    Aunque el caos ambiental y político de la actualidad pueda parecer como un conjunto inmanejable de fuerzas y eventos desbocados, en realidad todo lo que está ocurriendo es función de un programa mayor desplegándose en una secuencia mutacional evolutiva predecible. Esta secuencia es referida como la transición biosfera-noosfera. Si entendemos que la evolución de la noosfera, de un estado inconsciente a uno consciente, es una fase cósmica o universal en la gran evolución cósmica de la mente y el espíritu, produciendo un dato referido como “planetas con noosfera,” (para utilizar la frase de Teilhard de Chardin), entonces podemos mirar la condición terrestre actual como una especie de dolor crítico de crecimiento. Estamos tratando con un estudio de caso en la evolución de un planeta con vida a uno con noosfera, es decir, la emergencia de un campo mental de una conciencia genuinamente planetaria.
    Para ser precisos, esta secuencia mutacional es referida como la transición biosfera-noosfera. Vladimir Vernadsky, uno de los co-originadores del término noosfera (1926), y el más grande proponente de la biosfera, define de manera consistente la noosfera como el resultado inevitable de la crisis de la biosfera. Esta es una crisis biogeoquímica provocada por la mecanización humana de la productividad y del aparato económico desarrollado para facilitar la industrialización global subsecuente. Para Vernadsky, esta masiva alteración humana de la biosfera era solamente el mecanismo augurando un gran cambio geológico.
    En el artículo de Vernadsky, “La biosfera y la noosfera,” publicado en la revista American Scientist (1945), el científico ruso declara que “… la noosfera es la última de muchas etapas en la evolución de la biosfera en la historia geológica…” Él luego define esta “… evolución noosférica como un pináculo cualitativo asociado con el desarrollo mental de la humanidad.” Pero aquí debemos preguntar, ¿qué quiere decir en realidad por desarrollo mental?
    De la definición de la transformación biosférica en una noosfera, debe concluirse que toda la vida tiende hacia la conciencia y hacia estados mentales más evolucionados. La tecnología no puede ser la conclusión de la vida, sino meramente una etapa intermedia que facilita la emergencia de una conciencia planetaria, primero como ciberesfera, y luego como una condición cualitativamente alterada, la noosfera real. Esto significa que la evolución está dirigida hacia el refinamiento de la sensibilidad mental y la conciencia humanas. Al definir la siguiente era geológica como la era psicozoica (la espiritualización de la materia), Vernadsky es capaz de afirmar que la emergencia de la noosfera es igual que los grandes eventos geológicos del pasado. La causa de esto es el impacto, en particular, del pensamiento científico moderno y sus aplicaciones tecnológicas.
    De acuerdo con Vernadsky, la biosfera del siglo 20 está siendo transformada en la noosfera, la cual ha sido creada, sobre todo, por el crecimiento de la ciencia, la comprensión científica, y las actividades sociales de la humanidad basadas en tal comprensión. Desde el comienzo de la era de la mecanización - el advenimiento de la frecuencia 12:60 del tiempo mecanicista - el pensamiento científico ha incrementado acumulativamente su potencial para influenciar de un modo fundamental la evolución geológica de la Tierra. Por lo tanto, la emergencia de la noosfera sólo podría ocurrir con la emergencia concomitante de la “razón científica.”
    En 1938, Vernadsky sugirió que “la reestructuración de la biosfera por el pensamiento científico y mediante el trabajo humano organizado, no es un fenómeno accidental dependiente de la voluntad de la humanidad, sino un proceso natural elemental con profundas raíces, preparado por un proceso evolutivo con una duración de miles de millones de años…”. La noosfera es entonces una función de las leyes superiores de la evolución, en lugar de una selección al azar y la supervivencia del mejor. Si el alcanzar el desarrollo mental superior es el propósito de la evolución biológica, entonces los estándares y las prioridades de la vida deben cambiarse en forma acorde. Vernadsky declara así que “… la humanidad puede y debe reconstruir el dominio de su vida por su trabajo y su pensamiento, reconstruirlo radicalmente en comparación con el pasado…”. Una verdadera reconstrucción radical tendría que empezar con la concepción de un paradigma que esté más allá del hombre económico. En lugar del homo economicus, ¿qué tal homo noosphericus? Sólo entonces nos hallaríamos sobre una base verdaderamente radical.
    Si el proceso de transformación de la biosfera en noosfera es de acuerdo a la ley natural, ¿cuál es la naturaleza de esta transición, y qué sabemos ya acerca de ella? ¿No hay, entonces, algunos principios subyacentes gobernando la secuencia mutacional, la transición biosfera-noosfera, que podamos determinar para así guiarnos mejor a través de los años turbulentos que están inmediatamente ante nosotros?
    En la percepción social neo-marxista de Vernadsky, una nueva y transformada etapa de la sociedad humana emergería en conformidad con la noosfera. Por supuesto, el advenimiento de la noosfera produciría esa nueva sociedad, pero eso sería un efecto. ¿Cuál es la naturaleza de la causa, la noosfera? Aunque Vernadsky habla de una era psicozoica venidera (la era de la noosfera), él no define realmente la noosfera como una estructura mental, salvo para hablar del triunfo del pensamiento auténticamente racional, i.e., el pensamiento que es consistente con las leyes que gobiernan la naturaleza y la evolución de la biosfera.
    Sin embargo, hasta el día de su muerte a principios de 1945, Vernadsky estuvo esforzándose por señalar, al menos a sus propios políticos y hombres de estado rusos, que el proceso de la transición biosfera-noosfera era un proceso inevitable, y que ellos debían prestar atención a ese proceso y planear consecuentemente. La implicación era que la noosfera no estaría en conformidad con los principios actuales del determinismo económico, y por lo tanto su emergencia requeriría la reconsideración del orden político y socioeconómico actual de la civilización humana. La cuestión es si la humanidad, inmersa más y más profundamente en un materialismo sin límites o precedentes que hubiera tambaleado al mismo Vernadsky, tiene aún la voluntad o la capacidad de unificarse y hacer tal cambio por decisión propia. Ésta es la verdadera cuestión, y es algo que el Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos está “poniendo sobre la mesa,” por así decirlo, para la deliberación y el pensamiento innovador de los participantes.
    Mientras tanto, en 1968, mucho después de la muerte de Vernadsky, la UNESCO patrocinó un importante simposio sobre la biosfera, el único evento que ha sido organizado oficialmente. Luego, en 1972, las Naciones Unidas convocaron la primera Conferencia Sobre el Medio Ambiente en Estocolmo. Si bien esto provocó cierta preocupación respecto a la dirección de la conciencia medioambientalista, la decisión real de la humanidad se definió en la conferencia del Club de Roma, “Los Límites del Crecimiento,” el año siguiente. Fue entonces determinado por la élite corporativa el mantener el modelo estándar del mundo, esto es, continuar a la tasa actual de crecimiento industrial, aunque se percibió que para el 2020, esta tendencia conduciría a una gran crisis. Debido a la debilidad moral humana, el modelo estándar del mundo ha sido sobrepasado por el triunfo de la política monetaria, y su vástago, la globalización. Como consecuencia, estamos ahora experimentando esa crisis predicha unos pocos años “antes.”
    Debido a la aceptación del modelo estándar del mundo, no fue sino hasta 1992, 20 años después de la conferencia de la ONU sobre el medio ambiente, que la misma ONU (bajo la guía de Maurice Strong) convocó a un segundo evento relacionado con el medio ambiente: la Cumbre de la Tierra de Río. De este evento provino el concepto de “desarrollo sostenible.” Esencialmente una modificación del “modelo estándar del mundo,” el desarrollo sostenible promueve el “reverdecimiento de la sociedad industrial,” fomentando la explotación económica de los países menos desarrollados con conceptos novedosos tales como el “eco-turismo,” pero sin comprometer el estándar actual de vida de las naciones ricas. La Cumbre de Río ocurrió en el momento en que el G-7 (el Grupo de los Siete países más industrializados) estaba apenas consolidando su poder como la élite controladora del poder - el nuevo orden mundial - gobernando los asuntos de la sociedad globalizada. Esto anunció la era del triunfo de la política monetaria.
    Después de la Cumbre de 1972, vinieron el GATT, la OMC, y las reuniones anuales del G-7. Nunca antes en la historia habían emergido los ricos tan victoriosos en una escala global. El determinismo evolucionario del capitalismo se convirtió en el dogma aceptado de un nuevo tipo de imperialismo: la política monetaria. Debe entenderse la profunda contradicción que existe entre la política monetaria y el desarrollo sostenible. La política monetaria sólo puede ser a expensas de la biosfera, mientras aumenta la división entre los ricos y los pobres, los que tienen y los que no tienen.
    Como se estableció en el Primer Congreso Planetario de Derechos Biosféricos en 1996, lo que es bueno para los negocios es malo para la biosfera. Esto es porque lo que los negocios apoyan es el mega-complejo de la sociedad industrial, la artificial tecnosfera. Esta tecnosfera está definida y mantenida por un consumismo siempre devorador que depende de la transformación de los recursos naturales y mercancías en bienes industriales, una industria global de transporte, complejos urbanos, sistemas de energía masivamente contaminadores, y una vasta red electrónica de comunicación.
    La tecnosfera, como una envoltura artificial, no es sino el sistema intermediario entre la biosfera y la emergencia de la noosfera. Sin embargo, sólo en Rusia en los años 1990 se hizo el vínculo entre las políticas económicas en curso y la noosfera emergente.
    Un decreto presidencial ruso de 1996, concerniente a la transición al desarrollo sostenible, reflejaba cierta necesidad de incorporar la preocupación de Vernadsky en la política nacional. En este enunciado de política de desarrollo sostenible de 1996, la noosfera se definía como la “esfera de la razón,” la etapa que emerge de la biosfera. De acuerdo a esta declaración oficial, la emergencia noosférica describe una condición inminente del humano en la Tierra “… cuando los valores espirituales y la comprensión de la humanidad, existiendo en armonía con el medio ambiente, se convertirán en el criterio principal de la riqueza nacional e individual.” Este cambio en los valores sociales está definido como un cambio cualitativo en la naturaleza de la sociedad (rusa) de una basada en los “valores económicos y materiales” a una sociedad “fundada en valores ecológicos, espirituales y morales.” Algunos de los principios de la Asamblea Mundial Noosférica (NSEWA) que fue desarrollada en Moscú en 2002, están derivados de este enunciado de política, o se generaron a partir de él. (Ministerio de Desarrollo Económico y Comercio, 2002)
    Otros dos eventos más recientes señalaron algún tipo de despertar a la conciencia global: el “Protocolo de Kyoto” de 1997, que fijó los estándares para la disminución de las emisiones de gas de invernadero para el 2012 a los niveles de 1990; y la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de la ONU, en Johannesburgo, señalando el décimo aniversario de la Cumbre de Río de 1992. Es notable que estos dos últimos eventos se realizaran en sitios al sur del ecuador. Sin embargo, entre el gran “triunfo” de la política monetaria - cuyas políticas han sido formalizadas como la globalización de la economía del libre mercado - y la “Guerra al Terror,” que emergió en 2001, la situación actual del mundo, social y ambientalmente, no ha sino intensificado la transición biosfera-noosfera. El reloj está a punto de dar la medianoche evolutiva, el 21 de diciembre de 2012, la tan publicitada fecha final del “Gran Ciclo” del calendario maya. Tal parece que algo más debe hacerse antes de eso, aunque sólo sea para demostrar una cierta voluntad moral colectiva y una determinación para vislumbrar una solución superior y más comprehensiva para el ahora devastador problema de la polución noosférica.
    Al describir y definir los eventos y la naturaleza de la transición biosfera-noosfera, incluyendo el desarrollo y la emergencia de la tecnosfera desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hay otro factor, no considerado por Vernadsky, que debe tomarse en cuenta, y es la emergencia de la ciberesfera. Aunque incluye la industria electrónica de comunicaciones de teléfonos móviles y computadoras en general, la Internet es la forma final que define la ciberesfera. Aunque prevista desde la era del Sputnik en 1957, (algo llamado ARPANET fue creado por el Departamento de Defensa de EEUU en 1969) fue el desarrollo de la World Wide Web (la “telaraña o red mundial”) a finales de los 1990 el que llevó a la Internet a su manifestación tal como la conocemos ahora, y lanzada oficialmente a la ciberesfera.
    Como la consolidación de la actividad mental y la comunicación humanas en un solo campo planetario operado tecnológicamente, la ciberesfera es la etapa artificial final antes de la emergencia de la noosfera como la estructura gobernante real de la siguiente etapa de la evolución. Pero como es ahora, la ciberesfera, y la Internet en particular, es la principal fuente de la polución noosférica. Como la explosión cacofónica final de la Torre de Babel, la Internet hace todo disponible, desde las enseñanzas más esotéricas hasta las formas más explícitas de la pornografía, la democratización definitiva de los valores y del mercado global. El resultado es la pérdida final de todo significado, aunque sólo sea porque todos están hablando al mismo tiempo y nadie puede decir cuál es el tema de la conversación.
    La ciberesfera actual es en esencia lo que Marshall McLuhan concibió en los años 1960s como “la aldea global.” Como escribió McLuhan en la introducción a su texto más famoso, Entendiendo los Medios (1964), “Hoy en día, después de más de un siglo de tecnología eléctrica, hemos extendido nuestro sistema nervioso electrónico hasta ser un abrazo global, aboliendo tanto el espacio como el tiempo en lo que concierne a nuestro planeta. Rápidamente nos acercamos a la fase final de las extensiones del hombre: la simulación tecnológica de la conciencia…”. Adelantada unos treinta años a su tiempo, la aldea global de McLuhan es igualmente una definición de la ciberesfera, “la simulación tecnológica de la conciencia.”
    Incluso antes de McLuhan, Pierre Teilhard de Chardin, quien junto con Vernadsky y Jules LeRoy, acuñó el término de noosfera, también percibió que la siguiente etapa evolutiva estaría mediada por una red electrónica global de comunicación. En el proceso de alcanzar el estado transmaterial y místico de la noosfera, Teilhard de Chardin previó claramente la fase de la ciberesfera y la aldea global como la gestación del cuerpo místico de Cristo, la culminación o Punto Omega de la evolución humana. En su visión, Teilhard vio el planeta entero “salpicado de puntos luminosos, cada una de esas estrellas correspondiendo a algún laboratorio o algún aparato alrededor de los cuales el humano, mediante su carga de energía y su unión, estaba siendo transformado aquí y ahora en algún ‘isótopo’ neo-humano, hasta que la hasta ahora oscura faz del planeta empezó a brillar con la ultrahumanidad … agitándose en movimiento: no con el movimiento monótono de un firmamento, sino con el movimiento creativo de una galaxia involutiva.” (Teilhard de Chardin, La Activación de la Energía, pp. 352-53)
    La Internet desempeña esta función, la creación de una aldea global, en donde alrededor de algún aparato - la PC o el teléfono celular - el humano está transformándose en un neo-humano (la etnosfera), o más apropiadamente, el homo noosphericus. La ciberesfera producida por la Internet, el teléfono celular y el fax, es una noosfera esquelética, una porción terriblemente aleatoria y auto-organizada de la conciencia humana hablándose a sí misma en una diversidad anárquica de voces. Pero para que la evolución ocurra en la conciencia, en una escala igual a la extensión del planeta, se requiere de mucha más intencionalidad que la actitud liberal del giga-complejo de Internet. Ya se ha logrado una cierta unificación psicotécnica que elimina todas las fronteras nacionales, pero todavía debe alcanzarse un estado mental superior. Después de todo, la Internet es sólo una herramienta, y aunque despliega una noosfera aleatoriamente ideada en la acumulación de virtualmente cualquier pieza de conocimiento que haya habido, no define realmente, en sí misma, el futuro, la noosfera.
    Necesariamente, siendo la condición evolucionada de la conciencia de la totalidad misma de la vida (y no sólo la regurgitación enciclopédica histórica del conocimiento por parte del humano), la noosfera está por encima y más allá de cualquier herramienta. La noosfera es verdaderamente de la mente, la invisible envoltura mental o de inteligencia del planeta en tanto cuerpo celeste entero. Como tal, la noosfera es completamente de la mente, y de una dimensión de la mente que apenas hemos sido capaces de pensar o captar.
    En otra parte, Teilhard de Chardin presentó otra imagen provocadora, al definir la noosfera como “un solo y vasto ciclotrón cuyo efecto específico fuera producir, en vez de energía nuclear, energía psíquica en un estado continuamente más reflexivo… para producir el ultrahumano {homo noosphericus}”. (de Chardin, La Activación de la Energía, p. 349)
    Esta concepción supone la noosfera como una estructura real, o como una expresión energética requiriendo de una estructura - un ciclotrón psíquico, por así decirlo - para producir “energía psíquica en un estado continuamente más reflexivo.” En tanto que la noosfera de Vernadsky es neo-marxista, la de Teilhard de Chardin es neo-cristiana, y decisivamente psico-espiritual en esencia. La liberación de la energía psíquica, el plasma de la noosfera, podríamos decir, es para acercarse a la “cristianización” de la humanidad. En otra parte (La Energía Humana, p. 51, 1969), el paleontólogo jesuita escribe: “El mundo daría un gran salto hacia Dios si todos los enfermos a la vez convirtieran sus penas en un deseo común de que el Reino de Dios madure rápidamente a través de la conquista y de la organización de la Tierra.” Esto es, la conquista de las estructuras humanas aberrantes que son la causa de la enfermedad, y la subsecuente reorganización de la Tierra de acuerdo a principios supermentales.
    Aquí debemos hacer una pausa para considerar que la noosfera es un tipo de organismo o estructura, pero de una naturaleza puramente cuatridimensional (mental) que ha escapado a nuestra propia comprensión debido a que nuestra baja nube noosférica ha estado completamente inmersa en la intolerante unidimensionalidad de los paradigmas fisicalistas tridimensionales. La polución noosférica no es sino las múltiples y parlanchinas formas de pensamiento - la algarabía - atestadas en esta ilusión infradimensional de que lo físico es la única realidad. Esta ilusión es la que tiene atrapada a la mente de la humanidad hasta este mismo día, la causa de todos sus males y aflicciones. Asumiendo que éste sea el caso, entonces la emergencia noosférica augurada por el clímax de la crisis biosférica en el 2012 es más que un cambio cualitativo en la sociedad humana; es más bien un cambio dimensional de conciencia para el que la mayoría de nosotros no estamos bien preparados para comprender o siquiera considerar: un verdadero Punto Omega.
    Más aun, si la biosfera está regulada por ciertas leyes que son consistentes con los procesos biogeoquímicos intrínsecos a las estructuras de la materia viva y su sostén, ¿no debería haber también leyes que gobernasen el funcionamiento de la noosfera? Si la materia viva está definida como la totalidad de los organismos vivos presentes en la Tierra en cualquier momento, ¿qué acerca de una conciencia viva? ¿Qué si la conciencia fuese en realidad una estructura cósmica inherente a las condiciones evolutivas de la vida que logran una escala planetaria de interactividad? Esta estructura noosférica ya está realmente en su lugar, de forma invisible, y ha estado moderando los ciclos evolutivos y geológicos desde la emergencia o aparición de la vida en este planeta. Ha estado esperando la maduración de la conciencia humana para que esté apropiadamente en forma para la siguiente línea evolutiva, el superhumano, el homo noosphericus, en espera ahora en los camerinos del teatro del mundo, listo para hacer su debut.
    La capa humana de pensamiento que funciona a lo largo de toda esta cubierta noosférica como una masa caótica de contradicciones sin examinar, traducidas ahora en el “ruido” electrónico del ciberespacio, obedece sólo a las leyes del determinismo histórico. Pero la noosfera no es en realidad una función del determinismo histórico. Es la potencialidad de un tipo de actividad mental - procesos de pensamiento de una vibración elevada - que se hace evidente una vez que los procesos inferiores de pensamiento histórico-deterministas han sido agotados; entonces habrá la terminación de la polución noosférica. Más allá de ese momento cumbre, la noosfera, latente con sus propias leyes, se manifestará de una forma que es hoy inconcebible. La humanidad, por una vez, funcionará como un solo organismo unitario coordinado por la telepatía, hasta ahora sólo virtual e inherente, cubierta por estructuras mentales mecanicistas y artificialmente tecnológicas y procesos emocionales profundamente incrustados e históricamente condicionados.
    Pensando acerca de la Noosfera - La Solución Noosférica.
    La edad de las Naciones ha pasado.
    Ahora, a menos que deseemos perecer,
    debemos sacudirnos nuestros viejos prejuicios
    y construir la Tierra.
    Teilhard de Chardin, La Energía Humana, 1969, p. 37
    El Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos representa en realidad el punto crítico en la transición biosfera-noosfera, cuando está claramente entendido que la solución real a la crisis biosférica es la emergencia de la noosfera; de ahí la emergencia noosférica.
    La noosfera es realmente el advenimiento de un cambio cualitativo/dimensional en nuestra contextura evolutiva, el paso de una civilización técnica a la conciencia psicotécnica, la transición del hardware y software electrónicos a la telepatía y la cultivación de tecnologías telepáticas. Este es el significado real de la noosfera. En este sentido, la noosfera es la estructura de la futura conciencia en evolución del planeta, esto es, la conciencia de toda la vida, pero esto sólo hasta cuando la humanidad asuma su responsabilidad por el rol que juega en relación a toda la vida de la cual es el agente que refleja la inteligencia cósmica.
    En tanto que la crisis biosférica demanda que actuemos en el nivel de la tercera dimensión, para que esa acción sea en última instancia efectiva, debe estar informada desde el nivel más alto y sintetizador de la conciencia. Por eso es imperativo que estudiemos y entendamos el significado de la noosfera, el término clave en el paso evolutivo conocido como transición biosfera-noosfera.
    Actualmente no hay una definición convenida de la noosfera que esté por encima y más allá del nivel más genérico, de esfera mental planetaria, lo que emerge de la biosfera. Esto es porque no hay aún un campo de estudio coherente, la ciencia noosférica, la investigación científica de la naturaleza y estructura de la noosfera. Ciertamente, igual que hay una ciencia de la biosfera, hay una ciencia de la noosfera, y todo el tiempo que gastamos hoy en crear bombas inteligentes y cohetería, más bien lo transformaremos, en el futuro más inmediato, en una investigación científica de las leyes y los principios que gobiernan la noosfera.
    Ahora mismo, podemos extrapolar que la noosfera representa la suma de todo el pensamiento humano conjuntado como una estructura o esfera planetaria, junto con la capacidad cognitiva contenida dentro de sus propios procesos intrínsecos. Igual que la mente tiene sus leyes de la lógica y la razón, y un lenguaje y una gramática, así también la noosfera tiene su lógica y gramática determinantes y guías, que quizás tengan mucho que ver con funciones y leyes matemáticas intrínsecas que regulan la multiplicación y propagación de la vida, así como con principios de resonancia morfogenéticos hasta hoy desconocidos. De hecho, podemos llegar a entender la necesidad de la noosfera como el subyacente e inconsciente mecanismo regulador o guía del proceso evolutivo biosférico. Esta es la función real de lo que es descrito como el banco psi {La Tierra en Ascenso (1984), El Factor Maya (1987), El Tiempo y la Tecnosfera (2002)}. Lo que estamos presenciando en el escenario del mundo actual es la noosfera volviéndose manifiesta o haciéndose consciente.
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    La biosfera muere y empieza el nacimiento de la Noosfera (un movimiento dialectico) Empty Re: La biosfera muere y empieza el nacimiento de la Noosfera (un movimiento dialectico)

    Mensaje por Leningrado Sáb Sep 25, 2010 12:24 am

    Si la noosfera es la etapa de la evolución que toma el lugar de la biosfera, entonces debe concebirse como siendo una etapa o secuencia mutacional radicalmente aparte de todas nuestras conceptualizaciones actuales, cargadas como están del desarrollo milenario del materialismo histórico que ha creado la etapa presente de la civilización, la globalización. Desde una perspectiva planetaria de sistemas integrales, esta globalización es en realidad un equilibrio inestable en proceso de emerger a una coherencia planetocósmica, la noosfera.
    Vista de esta forma, la transición biosfera-noosfera es realmente la crisis de unas corrientes civilizacionales inconscientemente convergentes que están produciendo una cubierta tecnosférica que altera a todo el planeta, unificada por una etapa intermedia conocida como ciberesfera. En este momento todo el dinamismo caótico todavía no se ha resuelto en la noosfera. Es en este punto en el que debemos estar listos para aceptar un punto de vista elevado, con el fin de colocarnos en alineación con una comprensión de la noosfera desde su propia perspectiva. Sólo entonces comenzaremos a ver la posibilidad, e incluso la necesidad, de desarrollar una ciencia noosférica para complementar a una ciencia de la biosfera que restauraría una sensibilidad moralmente normativa entre la especie humana. O quizás, mediante tal ciencia, podríamos incluso concebir nuestra mutación hacia una especie completamente nueva, el homo noosphericus.
    En esa completa reconcepción de las soluciones a nuestra crisis actual, debemos hacer avanzar nuestro pensamiento al nivel de la conciencia cósmica. Desde esta perspectiva, que es genuinamente extraterrestre - afuera o de más allá de la Tierra - la noosfera es la característica principal de una civilización cósmica de Tipo I. Esto es, el advenimiento de la noosfera es lo que caracteriza la primera etapa, la etapa planetocósmica, de la civilización cósmica. Aquí debemos entender que la Civilización Cósmica es una unidad, distribuida y dispersada uniformemente a través del cosmos. Cuando una civilización de seres inteligentes alcanza la elevada condición mental de la noosfera, significa que se ha permitido a sí misma mutar sus funciones cognitivas colectivas hacia una cubierta mental planetaria psicotécnica omniunificante. Este es el fundamento noosférico de una civilización cósmica de Tipo I, o de primera etapa. Tales civilizaciones de primera etapa son siempre planetarias en esencia, es decir, el organismo inteligente se ha comprendido a sí mismo como un organismo planetario unificante, habiendo vencido finalmente su sentido de separación o divisionismo territorial y tribal (nacionalista).
    Viendo la crisis noosférica bajo esta luz, podemos ser capaces de solucionarla. Esta crisis es una transición natural desde una conciencia materialista puramente tridimensional de ideologías y nacionalismos en conflicto - pero pobremente equipada para considerar una perspectiva planetaria de sistemas integrales - a la emergencia en la noosfera, un campo cuatridimensional del tiempo que incorpora las funciones tridimensionales en un orden superior. Conocido como el orden sincrónico, esta nueva estructura organizacional cósmica tiene como propósito el establecimiento de un circuito telepático para hacer progresar las funciones psíquicas colectivas más allá de la ciberesfera. Sí, la noosfera es la capa de pensamiento del planeta. No es algún fenómeno vago y amorfo, sino una estructura evolutiva cósmicamente normativa con su propia “gramática”, lógica y modos de expresión. Es lo normal de un modo galáctico de la conciencia y del ser, una etapa inevitable en la evolución de la vida biológica al organismo mental metabiológico, el orden cosmoplanetario del ser galáctico.
    Aunque pueda parecer que nos hemos desviado de cuestiones tales como el calentamiento global, el Protocolo de Kyoto, los efectos sociales y psicológicos de la Guerra al Terrorismo, el desarrollo sostenible, la extinción de especies, etc., el punto es que no podemos resolver ninguno de estos temas sin invocar un estado superior de conciencia. Y puede ser que al invocar este estado superior, debamos reconocer que no estamos solos, que nuestra civilización global no es la única civilización cósmica de etapa I en el universo entero. Y que al reconocer esto, podamos elevar nuestra conciencia a una más alta probabilidad de volvernos genuinamente planetarios. Claramente, sólo una conciencia y una sensibilidad moral más elevadas es lo que realmente nos va a ayudar.
    Hace algunos años (1971), la Conferencia CETI (por sus siglas en inglés, Communication with Extraterrestrial Intelligence, o Comunicación con Inteligencia Extraterrestre) se celebró en Yerevan, URSS, por un grupo crítico de científicos soviéticos y norteamericanos en su mayoría, encabezados por Ioseph Shklovski y Carl Sagan, aunque incluyendo también al descubridor del ADN, Francis Crack. En ese tiempo los científicos especularon que existían numerosas civilizaciones más elevadas en el cosmos. Ellos también creían que estas civilizaciones superiores (o cualquier civilización superior, para el caso), sólo podían definirse como tecnológicas en escala y naturaleza. Su premisa subyacente era que toda la vida biológica tiende a incrementarse en inteligencia, y al hacerlo, siempre evoluciona hacia civilizaciones tecnológicas que buscan contacto con otras civilizaciones tecnológicas por todo el universo. Tal era el supuesto del proyecto CETI. En ninguna parte de sus memorias hay la mención de la telepatía o de cualquier otro medio paranormal de comunicación. Sin embargo, en su síntesis interdisciplinaria, debe dársele al proyecto CETI el mérito de haber hecho un avance en la dirección de la civilización y la conciencia cósmicas.
    El proyecto CETI se desarrolló en forma paralela al proyecto SETI (por sus siglas en inglés, Search for Extraterrestrial Intelligence, o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Esta búsqueda fue llevada a cabo mediante un enorme arreglo (VLA, o Very Large Array, por sus siglas en inglés: Arreglo Muy Grande) de radio transmisores y receptores, siendo la idea de que la forma más probable con la que las civilizaciones más avanzadas pudieran tratar de contactarnos, sería mediante radiotransmisiones codificadas con algún tipo de orden o patrón que otras especies inteligentes en el universo pudieran ser capaces de captar y decodificar. Se creía también por parte de este grupo de científicos que sólo una muy desarrollada tecnología de máquinas podría resolver nuestros problemas. Pero con el inminente advenimiento de la noosfera, debemos reconsiderar si las civilizaciones superiores del universo deben ser tecnológicas en esencia, o no.
    La noción misma de la noosfera como una esfera mental indica una dirección de la evolución desde lo físico a lo no físico, desde lo material a lo mental. Para resolver nuestros problemas, necesitamos elevar nuestra inteligencia, no desarrollar más tecnología. Y si no podemos elevar nuestra propia inteligencia, debemos considerar si hay o no alguna inteligencia en algún lugar del universo que pudiera ser capaz de responder a nuestra crisis y proporcionarnos alguna ayuda. No necesariamente una ayuda material, sino una ayuda en forma de alguna sacudida o empujón mental-espiritual, que altere radicalmente nuestras percepciones y nos haga encontrar soluciones donde antes no existía ninguna.
    Solamente un humano recién evolucionado o mutado podría llevar a cabo la escala y naturaleza de la transformación que estamos requeridos de hacer con el fin de enfrentar los retos que están frente a nosotros. Hay una visión más elevada y un contexto más elevado disponibles para nosotros, y es a eso a lo que nos referimos como la conciencia cósmica. Puede ser que la conciencia cósmica sea simplemente la consecuencia de lidiar con la transición biosfera-noosfera, pero a menos que la consideremos ahora, pudiéramos perder completamente la oportunidad. Necesitamos órganos de autogobierno y autorregulación que no estén basados en supuestos a priori de nacionalismo y territorialidad, sino que incorporen plenamente los principios de la biosfera y la noosfera en evolución en estructuras correspondientes de toma de decisiones que reflejen una comprensión de la Tierra como un sistema integral. Debe hacerse un nuevo comienzo en algún lugar y de algún modo. Que empiece aquí.
    Por esta razón, el Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos aboga por el establecimiento de dos órganos de gobierno: un Congreso Planetario Biosférico, para establecer las reglas del intercambio, el comercio y la economía acordes con los principios de la biosfera (bioregionalismo y principios ecológicos de energía), y una Asamblea Mundial Noosférica, un cuerpo de gobierno o deliberación basado en el supuesto de que la conciencia cósmica es inevitable, y que por consiguiente hay que empezar ahora a preparar las formas para hacer avanzar a la humanidad a esta etapa de la evolución, la noosfera.
    Para abrir más aun el lente, e impulsar nuestro pensamiento hacia escenarios más allá de nuestro alcance actual, con el fin de que podamos estar inspirados para trascender nuestras actuales limitaciones auto-percibidas y auto-limitantes, pensemos que la crisis que estamos experimentando actualmente es meramente para evolucionarnos completamente a la primera etapa de la civilización cósmica. Más allá de esta incipiente etapa noosférica y psicozoica de civilización planetocósmica, hay tres etapas más haciéndonos señas en nuestro ascenso evolutivo hacia la inteligencia suprema. En sí mismo, lo planetocósmico representa una nueva etapa en nuestro pensamiento y auto-percepción.
    Para impartirnos un entendimiento concerniente a la etapa evolutiva en la que nos encontramos, esta perspectiva planetocósmica alinea los cuatro cuerpos y niveles definitorios del orden galáctico con los cuatro diferentes niveles o etapas en la evolución de la civilización cósmica. De esta forma, se crea un puente analógico, permitiendo que nuestro techo mental actual sea elevado por grados. Por consiguiente, definimos:
    Los cuatro tipos o etapas de la civilización cósmica
    I. Planetocósmica - Unificación psicotécnica - la noosfera. Era de grandes cambios de la Tierra y reajuste de la comunidad humana a las nuevas condiciones ambientales. La red ciberesférica transita a estructuras telepáticas. Conciencia galáctica incipiente y cultura seminal galáctica. Transformación del materialismo histórico en una ideología no materialista de conciencia cósmica. Auto-percepción humana como un organismo planetario integral, el homo noosphericus.
    II. Heliocósmica (Estelar) - “Nueva Era Solar”, emergencia del homo noosphericus como ser telepático biosolar. Conciencia galáctica estabilizada, tecnología psico-solar, regeneración psicozoica de la biosfera terrestre; comunicación galáctica extendida de dos vías; el Sol plenamente entendido como un sistema estelar en evolución, la heliosfera o heliocosmos. La civilización terrestre completamente impulsada por energía solar-plásmica.
    III. Galactocósmica - Supermente Omnigaláctica - Federación Galáctica. Aprovechamiento de la energía galáctica para la transformación de la realidad material. Capacidad para la supervisión de subsistemas en desarrollo, tales como el nuestro. Orden puramente trascendente del ser, ya no dependiente solamente de los medios materiales. Maestría en el viaje en el espaciotiempo.
    IV. Omnicósmica - Conciencia telepática universal metagaláctica y trascendental. Capacidad para la ingeniería de diseño planetario y biológico acorde con los principios del avance evolutivo superior. Operaciones puramente penta o supradimensionales con maestría y control sobre los órdenes infradimensionales del ser.
    Al considerar este orden ascendente de etapas de la civilización cósmica, debemos también agregar que una etapa importante en nuestra propia evolución mental-espiritual es el concebir una realidad futura alternativa, una que no está basada en las proyecciones de la etapa actual de la civilización tecnológica. Tal concepción es también un paso crítico en la eliminación de la polución noosférica. Una vez que veamos a través de las corrientes caóticas de la noosfera inconsciente, encontraremos un orden superior de realidad esperándonos, señalándonos la siguiente etapa de la evolución de nuestra inteligencia terrestre.
    Siete Pasos Hacia la Noosfera - La Emergencia del Homo Noosphericus, Punto Omega 2012
    Planetas con Noosfera. Los planetas llegan a esta distinción a través de una etapa evolutiva crítica final referida como la transición biosfera-noosfera. Tal transición siempre está precedida de lo que parece ser una crisis casi insuperable. El paso exitoso de tal transición depende de la evaluación comprehensiva a nivel de sistemas integrales de los factores clave que contribuyen a la crisis, y de la aplicación ulterior de la solución correcta de ingeniería de diseño, igualmente a nivel de sistemas integrales.
    Ingeniería planetaria se refiere a la sutil habilidad y elaboración de soluciones apropiadas a la percepción del planeta como una unidad cosmoeléctrica de transducción operando dentro de un sistema estelar (solar), que es el agente administrativo real de los asuntos del planeta.
    “Proyecto de Ingeniería Planetaria, Noosfera II”, Instituto de Investigación Galáctica
    Cuando comprendemos que estamos justamente ahora entrando en la primera etapa de la civilización cósmica, tenemos un contexto tanto para entender nuestra situación, así como una razón para elevarnos a un nivel superior en nuestro compromiso para resolver los problemas que están frente a nosotros, empezando con la eliminación de la polución noosférica. El acto mismo de elevarnos a este nivel superior es la noosfera estatuyéndose a sí misma a través de nosotros. Una vez que hayamos concebido dar estos pasos para reorientar el propósito y la dirección de la vida en la Tierra, las etapas superiores de la civilización cósmica pudieran estar dispuestas a volverse interactivas con nosotros, aunque no necesariamente en formas que podamos ahora imaginar.
    Existen unos pasos prácticos que podemos dar en este establecimiento o encarnación de la noosfera, los cuales constituyen una determinación sin precedentes de la voluntad humana actuando de acuerdo a la intencionalidad superior, o divina. Estos pasos constituyen una unidad intrincadamente integrada, y no pueden verse como separados unos de otros. Ellos son las medidas concretas de acción que necesitamos tomar como un cuerpo unificado como consecuencia de participar en el Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos. Estos pasos están organizados tomando en consideración los problemas esenciales y los factores causales actuales que definen la crisis biosférica. De esa forma, van directamente al blanco.
    Se reconoce que a los ojos de muchos, los pasos que concebimos enseguida pueden parecer extraños, ingenuos, o no realistas; pero en lugar de rendirse ante esa posibilidad, o de debatir interminablemente acerca de cuán realistas o irrealistas pueden ser estos pasos, es mejor ejercitar la imaginación y comenzar a determinar cómo podrían ocurrir, dónde comenzar, y con quién comenzar. Soñar lo imposible, e intentar actuar sobre ello, es mucho mejor que no tratar del todo. En ese sentido, estos siete pasos son simplemente piedras de toque para hacernos pensar en nuevas formas. Después de todo, dado el estado actual de cosas del escenario mundial, ¿qué tenemos que perder?
    Siete Pasos Hacia la Noosfera
    1. Cese al fuego y desarme universales. El precepto original del Plan de Paz y Cambio al Calendario de 13 Lunas establece que, para el propósito de observar la adopción de un nuevo estándar de tiempo global y armónico - el calendario de 13 Lunas de 28 días - el cambio de calendario es la oportunidad perfecta para llamar a un cese al fuego y desarme universales. Todos los calendarios lunares existentes deberán ser respetados y sincronizados por esta reforma. Es únicamente el calendario civil actual el que está siendo reemplazado. Establecer esta reforma tan largamente necesitada es ahora una necesidad planetaria para instituir un fundamento y una alianza comunes y completamente nuevos en el tiempo, libres de todos los condicionamientos previos, para la especie emergente, el homo noosphericus. El cambiar el calendario es un acto de voluntad colectiva que podría demostrar nuestra determinación de entrar a un nuevo tiempo de paz. Para ser efectivo, el cese al fuego deberá convocarse para una duración de por lo menos un año. Después de un año de vivir con el cese al fuego, incluso con un éxito limitado, la gente no querrá dejar lo que ya haya experimentado de paz.
    La Bandera de la Paz y los principios de la paz a través de la cultura juegan un importante papel en este proceso. Como un símbolo universalmente reconocido y reconocible, el ondear o exhibir la Bandera de la Paz indicaría una zona desmilitarizada en proceso de restauración cultural, así como la protección de cualquier sitio biosférico o monumento cultural. Al mismo tiempo, durante el cese al fuego, mediadores hábiles de cualquier tipo, portando brazaletes de tela de la bandera de la paz, podrán iniciar las negociaciones con todas las partes involucradas en cualquier tipo de conflicto militar o paramilitar, de modo que pueda comenzar la separación de las partes en conflicto. Aquí, debemos considerar que debe haber un principio de indulto y perdón universales en donde pueda dárseles a todos un nuevo comienzo.
    Todas las partes en control de armas nucleares o con capacidad armamentista serán reunidas en un sitio central para comenzar la discusión acerca de cómo empezar la eliminación de tales armas. Las agencias de paz y de desarme de las Naciones Unidas y otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales serán convocadas para participar en este proceso. El control de las así llamadas armas convencionales será luego el siguiente paso. Para imaginar un mundo sin guerras, imagina un mundo sin armas. Si todo el mundo deja sus armas al mismo tiempo, entonces todo el mundo puede caminar en paz al mismo tiempo.
    2. Desnacionalización de la Tierra. La creación de naciones arbitrarias, con fronteras ficticias y disputables, se da en total desconsideración a la unidad integral e intrínseca de la biosfera y al bioregionalismo en general, y es en realidad un obstáculo principal para el logro de la unidad humana. El lograr la disolución de las fronteras nacionales, y supervisar los métodos de llegar a un nuevo y desnacionalizado bioregionalismo, es uno de los propósitos principales del recién formado Congreso Planetario Biosférico. Al mismo tiempo que se le dé consideración a la desnacionalización de la biosfera, deberá emprenderse el estudio y la enumeración de las bioregiones naturales intrínsecas a la Tierra, junto con la formulación de principios equitativos que gobiernen estas regiones. Estos principios deberán incluir los acuerdos económicos y de intercambio que habrán de establecerse con toda la premura debida.
    Una vez que el cuerpo deliberante del Congreso Biosférico haya alcanzado un grado suficiente de claridad con respecto a los principios y procedimientos implicados en el proceso de desnacionalización, los representantes de las más de 180 naciones que existen actualmente como la Asamblea General de las Naciones Unidas, deberán ser llamados a sesionar con el Congreso Biosférico. Así, los delegados de las naciones-estado existentes podrán encontrar las formas para comenzar a cooperar unos con otros para considerar cómo podría empezar a operar un nuevo cuerpo de gobierno humano, operando con respecto a las leyes de la biosfera, en el establecimiento de un planeta libre de fronteras, y por tanto sin necesidad de ejércitos para protegerlas.
    Para llegar a esta etapa, somos conscientes de que debemos vencer nuestra fobia actual al terrorismo y a todos los asuntos de “seguridad” relacionados con este fenómeno. Pues si no hubiese naciones-estado, no habría terrorismo alguno. Si no hubiese un G-8 de élite, una OMC, y unas naciones de la Unión Europea controlando la riqueza del mundo, no habría ninguna necesidad del terrorismo. Debemos estar dispuestos a desentendernos de las ideologías que son parte y parcela del nacionalismo que está arraigado en nuestro orden mundial actual, ahora en colapso. Debemos ser capaces de afrontar el hecho de que la nación-estado no fue sino una breve y pasajera pausa en nuestra evolución hacia convertirnos en un genuino organismo planetario. El viento sopla, y los árboles crecen libres de distinciones nacionales. Que la humanidad, en su gran paso hacia el mañana, sea similarmente una criatura libre de las restricciones de las fronteras artificiales que sólo promueven temores y sospechas.
    3. Desincorporación de medios y recursos - La Operación de Rescate de la Tierra y el rol de la Asamblea Noosférica. Actualmente, todos los bienes y servicios del mundo están mediados por gigantescos carteles, bancos y monopolios de energía que anulan a la persona y amasan grandes utilidades para los pocos elitistas que los controlan. Estas estructuras y procesos deben descentralizarse y deben ser colocadas en manos de compañías locales organizadas bioregionalmente. Al mismo tiempo, los grandes carteles y corporaciones son los responsables del mantenimiento de la tecnosfera y del agotamiento de los recursos de la Tierra. Aunque no puede establecerse completamente su responsabilidad por el calentamiento global y los desastres naturales, las corporaciones multinacionales y los carteles deben compartir la carga del costo de la Operación de Rescate de la Tierra. ¿Cuál podría ser el incentivo para congregar a la élite corporativa, para que ponga su riqueza y medios en la restauración del planeta, al descentralizarse? La catástrofe global.
    Una atención creciente se le está dando a la probabilidad de catástrofes mundiales cada vez mayores. Estas catástrofes son las que hacen de la Operación de Rescate de la Tierra una etapa necesaria en la noosfera emergente. Libros como el de Lee Clarke, El Peor Caso: Terror y Catástrofe en la Imaginación Popular (2003), y el de Richard Posner, Catástrofe: Riesgo y Respuesta (2004), comienzan a anticipar una gran cantidad de posibilidades, desde un meteorito impactando la Tierra, hasta un cambio climático más rápido de lo esperado. Nótese que estos dos libros son el producto de casas editoriales serias, “académicas”, la de la Universidad de Chicago y la de la Universidad de Oxford, respectivamente. Incluso una revista tan formal como la University of Chicago Magazine (Revista de la Universidad de Chicago), presenta en su portada de junio de 2006 el titular “Un Mundo en Peligro, Expertos en Catástrofes Planifican para la Grande”.
    Ya no son simplemente los agoreros y profetas del desastre a quienes les toca predecir el “fin del mundo”. Dice la Revista de la Universidad de Chicago: “Al explorar las posibilidades catastróficas del mundo moderno, los científicos y los sociólogos explican por qué el cielo, de hecho, puede estar viniéndose abajo.” En otras palabras, en los próximos años un puesto o fuerza principal de trabajo deberá estar involucrada en la Operación de Rescate de la Tierra. Las corporaciones multinacionales podrán ser puestas a buen uso para organizar tal fuerza de trabajo, y en el proceso de descentralizarse, dar las riendas del poder a los grupos socios bioregionales. Un aspecto fundamental de este proceso, por supuesto, es la igualación de la riqueza, de regresar la riqueza a la fuente, a la tierra y a la gente de los cuales han sido tomados los recursos en primer lugar. De esta manera, el asunto de la pobreza mundial se confrontaría también directamente con una solución obvia. Hemos estado dominados por valores egoístas y el ego corporativo por tanto tiempo, que es momento para que la marea dé vuelta en la dirección del altruismo, la cooperación, el perdón y la compasión.
    La Asamblea Mundial Noosférica, en coordinación con el Banco Mundial, podría adjudicarse este proceso en forma acorde a la guía de un consejo espiritual ecuménico de ancianos sabios. La Asamblea Mundial Espiritual-Ecológica de la Noosfera (AMEEN) ya ha desarrollado una constitución para la comprensión del concepto científico de la vida. La AMEEN reconoce que el espíritu humano, en su condición espiritual-ecológica malevolente, es el desencadenante de los cataclismos terrestres. Para este fin, y en reconocimiento de la noosfera emergente, la AMEEN, a través de su constitución, ha establecido ya muchos objetivos, tareas, campos de regulación y normas legales a ser considerados en el proceso de establecer el nuevo orden de la realidad. El facultamiento de este cuerpo por el Segundo Congreso Planetario de Derechos Biosféricos, es esencial para la salvaguardia de la transición más armoniosa posible del viejo orden al tiempo nuevo.
    4. Establecimiento de los principios de la Ciudadanía Galáctica. Dependiente de los tres pasos anteriores, el cuarto, otorgar la ciudadanía galáctica libre e igual a todos los humanos, es absolutamente obligatorio. Incorporando los principios fundamentales de los derechos humanos tal como están expuestos en la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” de 1948, la ciudadanía galáctica liberaría a todos los humanos de cualquier lealtad nacionalista. Esto es referido como “ciudadanía galáctica,” porque es en reconocimiento de que la Tierra es en realidad un satélite orbital de una estrella, el Sol, el cual es un miembro de la galaxia local, la “Vía Láctea.”
    Al enfatizar la naturaleza galáctica de la realidad terrestre-solar, podríamos comenzar a sintonizarnos como especie con el hecho de que mediante nuestra crisis y trabajo conjunto global, estábamos entrando a la primera etapa o convirtiéndonos en una civilización cósmica de Tipo I, que nos habíamos graduado en el viejo orden nacionalista de lucha y competición, y estábamos en una nueva era de conciencia cósmica y cooperación planetaria. En línea con el proceso de la emergencia noosférica, empezaríamos a entendernos y a vernos como un solo organismo planetario, ya no más en necesidad de cometer suicidio por violencia y lucha, sino más bien anhelantes de sanarnos a nosotros mismos. En este cambio de clima mental, resultante de nuestra comprensión de la naturaleza y significado de nuestra ciudadanía galáctica, podríamos contemplar una razón mucho más ennoblecedora para nuestra existencia. Por ejemplo, una nueva y elevada visión y un propósito para vivir en esta Tierra podrían ser aportados por cualquiera a quien se le asignara un papel en el cuidado y custodia de la Tierra en tanto “Parque y Reserva Cultural Planetarios Galácticamente Federados.”
    La idea aquí es que, hace tiempo, nuestros ancianos y ancestros tenían a la Tierra como un reino sagrado, un patio de recreo divino, un jardín de abundancia. El advenimiento del secularismo y la industrialización materialista de los medios y la producción pusieron fin a la prevalencia de esa percepción. ¿Pero podemos decir que no había una verdad en esa percepción indígena, o que, al igual que el Sol brillando detrás de las nubes del materialismo, la realidad sagrada de la Tierra todavía no prevalece? Si sobrevivimos a los próximos años, seguramente veremos la sabiduría de considerar a la Tierra como un parque temático y una reserva cultural galácticos. Nuestros ancianos indígenas podrían acudir a guiarnos en este proceso. Si nos convertimos en una especie desnacionalizada, organizados bioregionalmente, todos nosotros teniendo la ciudadanía galáctica, y ya no más involucrados en la guerra y en la expansión o protección de nuestras fronteras, entonces, como custodios y porteros del Parque y Reserva Cultural Planetarios Galácticamente Federados, podríamos estar estimulados hacia nuevos niveles de esfuerzo creativo e ingenio servicial.
    Esta propuesta no es sino una extensión lógica del movimiento que se ha hecho recientemente para transformar la República Autónoma de Altai (Federación Rusa), en una Reserva Noosférica y Centro de Paz Planetaria a Través de la Cultura. Esto, en esencia, se está haciendo para preservar la remota tierra y cultura siberianas de los efectos de la globalización y la polución noosférica. Dado que es la globalización la que ha sido la causa de la profanación final de la Tierra, en la era post-globalización podría ser sabio asegurar la sacralidad renovada de la Tierra entera, para transformarla, de igual forma, en una Reserva Noosférica: un Parque y Reserva Cultural Planetarios Galácticamente Federados, ¡una ermita de paz intergaláctica!
    5. Desarrollo de comunidades de huertos familiares y la red de tecnología alternativa. Esto es obligatorio para empezar a bajar los niveles de las emisiones de gas de invernadero, así como para proveer de nuevas bases comunitarias para los millones de refugiados y ciudadanos marginales desplazados viviendo en los masivos ghettos urbanos. Según el Reporte del Hábitat Humano de la ONU (Nairobi), publicado en 2003, para el 2030 uno de cada tres humanos estará viviendo en una de estas barriadas en las extensiones incontroladas de las áreas urbanas. Es intolerable considerar las implicaciones de esta proyección estadística por más de un momento. ¿Por qué no se lanza ahora una campaña masiva para atender y remediar este asunto? Debemos actuar ahora, y comenzar a crear los hábitats para la humanidad que sean el componente humano más crítico de la visión de la Operación de Rescate de la Tierra.
    Como podemos apreciar, este es un asunto complicado, ligado a la esencia de la tecnosfera - trastornadora y destructora de la biosfera - en tanto organismo maquinal de escala planetaria. El consumo insaciable de la energía no renovable está íntimamente relacionado con el aumento de la población, el crecimiento de la industria del transporte, y el aumento subsecuente de las barriadas urbanas:
    "La abundancia de energía ha permitido a la población humana expandirse grandemente, multiplicándose por tres durante el periodo de vida de la actual Reina de Inglaterra {Isabel II}. Una nueva sub-especie, llamada Homo hydrocarbunum, se desarrolló ... (y) seguramente se extinguirá hacia el final de este siglo ... No estamos a punto de quedarnos sin petróleo, sino que la producción está a punto de alcanzar un pico. La transición representará una discontinuidad sin paralelo a medida que el crecimiento del pasado dé paso a la declinación del futuro."
    (C. J. Campbell, “Petroleum and People,” Population and Environment {vol. 24, no. 2), pp. 193-207 (noviembre, 2002), citado en Andrew McKillop y Sheila Newman (editores), The Final Energy Crisis, Pluto Press, Londres 2005, p.154.
    El hecho es que el pico en la producción de petróleo ocurrirá hacia el 2010. Esto significa que para el 2012, el mundo estará en un giro precipitado de consumo de energía. Y en 2035, según las proyecciones actuales, la población estará sobrepasando los ocho mil millones, mientras que la producción disponible de petróleo habrá bajado tanto como un 75% de los niveles de nuestros días. Esto creará un efecto al que Andrew McKillop se refiere como “apocalipsis 2035.” ¿Quién poseerá este petróleo remanente, y qué estarán haciendo los números crecientes de los desposeídos?
    Es virtualmente imposible imaginar al mundo en este tipo de situación sin conjurar la palabra “apocalipsis.” Este apocalipsis, sin embargo, está basado en las proyecciones estadísticas de una sola tendencia, sin necesariamente considerar muchas otras tendencias. Si uno toma en cuenta otras tendencias - calentamiento global, catástrofes naturales, confrontaciones nucleares, enfermedades, actividad incrementada de las explosiones solares - el apocalipsis pudiera estar mucho más cercano que el 2030. Una fecha más probable es 2012, el Punto Omega de la humanidad. ¿Queremos esperar a eso, o deseamos actuar?
    No es simplemente una cuestión de reducir las emisiones de las plantas industriales existentes, sino de moverse vigorosamente hacia el desarrollo de tecnologías y métodos de producción que no sean contaminantes, y que conciban la descentralización de la población humana, alejada de los congestionados centros urbanos. Brasil, como nación, está por lo menos actualmente cambiando hacia el etanol. Eso no es sino un comienzo. Los miles de millones gastados ahora en la guerra y en la industria de armas deben ser canalizados hacia este doble propósito: inversión en energía y tecnologías alternativas no contaminantes, y la creación de las comunidades de huertos familiares que serán impulsadas por estas tecnologías. Debemos empezar ahora a crear una red global de tecnologías de energía alternativa y su capacidad para ayudar al éxodo cuidadosamente llevado a cabo lejos de los centros urbanos y hacia un nuevo tipo de cultura descentralizada de huerto familiar.
    En la consideración de la nueva cultura de huertos familiares, debemos ver también el impacto económico y ecológico de una tendencia evolutiva hacia el vegetarianismo. Si las vacas no fuesen más el alimento básico de la dieta humana, la tierra que ahora se utiliza para pastura podría ser reclamada por el bosque lluvioso. Sin embargo, hay muchos asuntos complejos que deben considerarse a la luz de los detalles de las cadenas alimenticias sostenidas por la biosfera. El punto es que la energía, la producción de alimentos, y el tipo de estructura económica que existen hoy en el mundo son interdependientes. Es por esto por lo que debemos aplicar el genuino pensamiento de sistemas integrales a la solución de la transición biosfera-noosfera.
    6. Centros para la Restitución de la Mente Natural. La fascinación con la tecnología de máquinas está ligada a los efectos inmediatos de las nuevas tecnologías. Esto es, una vez introducidas en la corriente de la vida, las nuevas tecnologías nos hacen sentir como si no pudiéramos vivir sin ellas. Mira el automóvil, la Internet, el teléfono móvil; la vida sin ellos es impensable, o así parece. ¿Es cierto, como algunos científicos han conjeturado, que la civilización humana que ha producido la tecnosfera, es en realidad tan sólo una etapa intermedia e inestable para un nivel de desarrollo aun más puramente tecnológico? En 1971, Ioseph Shklovski especulaba en estos términos: “Yo también enfatizaría que el desarrollo de tales avanzadas civilizaciones cibernéticas puede describirse como un lógico desarrollo abiológico de la vida como la conocemos. Puede ser que lo que llamamos civilización sea meramente una etapa intermedia en el camino hacia una civilización mucho más avanzada, más aun, un paso intermedio e inestable.” CETI, p. 150
    Por supuesto, la civilización futura imaginada por Shklovski y sus colegas era puramente tecnológica y dominada por máquinas, en la que el humano biológico había desaparecido. En esta visión, las máquinas no sólo son extensiones de la biología humana, sino la siguiente etapa real de la evolución biológica, una evolución en la que la inteligencia artificial reemplaza a la inteligencia humana, y el humano ya no es necesario.
    Con el fin de realizar nuestro potencial humano total, debemos mirar el otro lado de esto. ¿Y si la civilización tecnológica fuese la etapa intermedia e inestable en la evolución de la conciencia superior? ¿Y si el único propósito del desarrollo de la tecnosfera fuese simplemente el de irradiar al humano por todo el planeta como un organismo genuinamente planetario, meramente en preparación para una mutación hacia una avanzada etapa unitaria de la conciencia? ¿Y si la evolución biológica tendiese en realidad hacia la evolución de la mente y el espíritu? ¿Y que la meta última de la evolución biológica fuese su propia trascendencia, no el reemplazo por robots, sino la suprema transformación y trascendencia mental-espiritual a un reino del espíritu o radiancia y luz puros?
    En tal visión, debemos contemplar la posibilidad de que la telepatía y lo paranormal, juzgados ahora por los escépticos científicos como auto-engaños fraudulentos, puedan ser los indicadores reales hacia la siguiente etapa de nuestra evolución, la unificación telepática de la conciencia, y por lo tanto de nuestro ser biológico como un solo organismo planetario. ¿No es éste el significado de la noosfera? Por lo menos, deberíamos considerar que esto es igualmente tan posible como el ser reemplazados por una raza de robots. Siendo ese el caso, tal posibilidad amerita una atención concentrada y un apoyo mayor de investigación.
    El propósito del programa CREST13 (por sus siglas en inglés, Centers for the Restitution, Investigation and Education of the Natural Mind, esto es, Centros para la Restitución, Investigación y Educación de la Mente Natural), del Instituto de Investigación Galáctica, es establecer una red telepática para anticipar la noosfera en tanto una mutación real de la conciencia. Cuando su primera etapa se complete a mediados de 2009, este proyecto de ingeniería planetaria consistirá de trece centros localizados estratégicamente en los dos hemisferios, Norte y Sur (seis en cada mitad del globo, el decimotercero cerca del Monte Kilimanjaro, en el ecuador). A través de un programa que primero entrena a los investigadores en el reconocimiento de la mente natural, esto es, la mente libre de ego y de toda conceptualización, el proyecto de ingeniería planetaria hace luego progresar la mente hacia ejercicios telepáticos coordinados con los investigadores en los otros doce centros.
    El propósito de este proyecto del IIG es doble: primero, explorar la posibilidad de crear una red telepática funcionando colectivamente - una red noosférica de seguridad -, y segundo, conducir experimentos para probar la capacidad de un campo mental telepático unificado para interactuar con el campo electromagnético de la Tierra, en particular con los flujos plásmicos de los dos polos magnéticos, la aurora boreal y la aurora austral. Algunos experimentos pioneros en esta dirección ya han sido conducidos por el grupo ISRICA (por sus siglas en inglés, Institute for Scientific Research in Cosmic Anthropoecology, es decir, Instituto para la Investigación Científica de la Antropoecología Cósmica), de la Academia Rusa de Ciencias, Novosibirsk. Bien puede ser que tales experimentos globalmente organizados tengan un profundo efecto en estabilizar la Tierra a medida que la aceleración de los eventos se acerca al punto climático del 2012. (Ver V.P. Kaznacheev y A.V. Trofimov, Cosmic Consciousness of Humanity, Problems of New Cosmogony, Tomsk 1992, especialmente “The ‘Polar Circle’ Global experiment” pp. 87-94 y “The ‘Aurora Borealis’ Global Experiment Distant-Informative Interactions in the Noosphere and their Role in the Planetary-Biospheric Homeostasis of the Earth,” pp. 129-138.)
    7. Rearme Moral. Si hay un asunto que asola la civilización global actual es la adherencia a la creencia en el relativismo, a expensas de la creencia en lo Absoluto. Este relativismo es parte de la herencia del rompimiento entre la ciencia y la teología que ocurrió en el siglo dieciocho. También es un aspecto de lo que pudiéramos llamar la democratización de la conciencia que, como la doctrina del progreso de la máquina, mayores comodidades materiales, y la economía capitalista y liberal del libre mercado, es vista como un factor inevitable e irreversible en la constitución mental y cultural de la civilización de la globalización de nuestros días.
    El efecto total de estas tendencias resulta en una sociedad totalmente secular dominada por una cultura de la opción, por un lado, y por el otro, una diversidad marcadamente anárquica de formas de expresión, epitomizada por la Internet. La multiplicidad de opciones - simplemente camina por el pasillo de un supermercado en algún centro comercial industrializado, y cuenta cuántas opciones de cereal para el desayuno puedes encontrar - y la igual multiplicidad de formas de expresión y voces expresándose, juntas crean un pantano mental de masas conocido como relativismo moral. En el relativismo moral, todo el mundo está bien, así que nadie está bien. Si hablas acerca de lo absoluto, eres o un fascista o un fundamentalista, y más probablemente te convertirás en un terrorista. De esta forma, el relativismo moral es su propia forma de tiranía, igual que la ciencia moderna, que obstinadamente rehúsa aceptar cualquier hipótesis que sugiera que existe un principio superior, Dios, el diseño inteligente, etc., y mucho menos que lo paranormal sea un campo real de estudio.
    Es muy probable que este relativismo moral sea el responsable de la caída de la sociedad moderna, porque en donde prevalece el relativismo moral, hay una pérdida de la discriminación, una degradación del gusto, una pérdida de la percepción estética, una sosa mediocridad dominada por una cibercultura de cretinos, y una industria del entretenimiento que está siempre flirteando con la pornografía, mientras te presenta más y más violencia gráfica. En 2006, el 30% de los adolescentes estadounidenses no terminarán su educación media, y los desertores se ven en cantidades crecientes como perdidos y raros en los sectores privilegiados y parques de los centros urbanos. En Tokio, por otra parte, uno de cada cuatro niños en edad escolar dice que nunca ha visto una Luna llena. Estos son los hechos de la alienación relativista.
    Las premisas básicas de la globalización favorecen este proceso de relativismo y alienación. China es la base de producción de Wal-Mart´s, en tanto que India es el productor de software de Microsoft. Muy frecuentemente, los zapatos que estás usando fueron hechos en algún país del sudeste de Asia. La desconexión entre los medios y la producción, el trabajador y el productor, nunca ha sido más grande. Esto se debe a que todo el mundo está fundamentalmente desconectado de la vida y está viviendo una abstracta ficción dominada por el teléfono celular, Internet y el automóvil.
    Quizás ya es muy tarde para rescatar al humano de hoy de las ilusiones del relativismo y de la pobreza espiritual de la vida acelerada. El glamour de la tecnología continúa en toda su intensidad y, parece, sólo una catástrofe natural o una visita extraterrestre le pondrán fin. Sin embargo, si consideráramos una campaña de rearme moral, ¿en dónde empezaríamos? En la mente, por supuesto. Si realmente entendiéramos la naturaleza de nuestra mente, no haríamos el noventa por ciento de lo que hacemos ahora. Esto, de nuevo, remite a la noosfera y la idea de los Centros para la Restitución de la Mente Natural. Existen técnicas de mente plena y son bien utilizadas, principalmente por los monjes tibetanos, unos cuantos adeptos hindúes, y algunos sufíes. ¿Y si las técnicas de entrenamiento de la mente plena se introdujeran en la educación masiva? O en las sociedades islámicas, ¿si las técnicas del Dhikr - el recuerdo de Dios - se volvieran una parte integral de la educación de todo niño y joven adulto?
    Quizás ha llegado el tiempo de considerar si somos o no espiritualmente ricos o espiritualmente pobres. Si conociésemos nuestras mentes, o reconociésemos la remembranza de Dios como nuestro ser verdadero, el faccionalismo disminuiría en gran medida, y la tolerancia y la compasión aumentarían en gran medida. Quizás leer el Corán junto con la Biblia y el Bhagavad Gita, complementado con el entrenamiento de la mente plena, inducirían una mente inquisitiva y una facultad mental discriminadora en desarrollo natural. Quizás incluso podríamos comenzar a desarrollar una espiritualidad genuinamente planetaria apropiada a nuestra especie globalizada, y esto sería también una función incipiente de la noosfera. Al menos en el sistema escolar occidental, la idea de cualquier tipo de espiritualidad en el salón de clases no está tolerada. Este es un enfoque fascista y cerrado de mente en sí mismo. ¿A qué le tememos?
    Dando el mejor paso humano al frente, quizás será correspondido con ayuda del Más Allá, algún tipo de Plan Marshall Galáctico para erradicar la pobreza espiritual de los sistemas planetarios tan fuera de camino y erráticos como el nuestro.

    “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único.”
    John Lennon, "Imagina"
    Al simplemente considerar los pasos mencionados, y de cómo comenzar con cada uno de ellos, estamos promulgando las primeras leyes o principios de la noosfera como el nuevo y unificado estado de la mente y la conciencia de la Tierra. Al enumerar y detallar en algún grado las cuestiones contenidas en los siete temas anteriores, estamos en un camino directo, “tomando el toro por los cuernos.” Todo el mundo sabe que hay un problema con el medio ambiente, la biosfera. Todo el mundo sabe qué es lo que está causando el problema. Nadie, hablando en general, está dispuesto a identificar directamente los puntos de apalancamiento para lidiar con el problema. Y generalmente nadie está dispuesto a sugerir soluciones que confronten directamente a las agencias encargadas de perpetrar el problema. Por una parte, hay demasiado temor de ser controlado por los poderes o autoridades superiores, y por la otra, aquellos con intereses creados no están dispuestos generalmente a dejar su poder. Pero damas y caballeros, estamos en una emergencia planetaria. No tengamos pelos en la lengua y no nos intimidemos ante la verdad.
    Digamos que el médico nos ha dicho que nos quedan sólo seis años de vida, a menos que deseemos hacer algo al respecto. Cambiar nuestros hábitos y estilos de vida, deshacernos de nuestras adicciones, eliminar el estrés de nuestra vida, dejar de acumular nuestra riqueza y desarrollar una actitud  caritativa y espiritual. Ir más despacio, tomar un tiempo para meditar y reflexionar sobre nuestra vida. Pasar más tiempo en la naturaleza. Hacer buenas obras que ayuden a reparar el daño causado por nuestra avaricia. Dar a los huérfanos y a los necesitados y desposeídos por la guerra y los desastres naturales. Dejar de matar gente gratuitamente, y pensar en cómo podemos reparar las vallas y ser buenos vecinos. Dejar de gastar dinero en armas de destrucción, e invertir mejor en nuevas formas de hacer cosas que ayuden a la Tierra y a la raza humana. Si hiciéramos todo esto - y más - el médico nos diría, muy bien, vas a vivir más de seis años. Quién sabe cuánto podrías vivir si hicieras todas estas cosas para mejorar la calidad de tu vida y que te regresen a la buena salud.
    Para asegurar que podemos permanecer firmes en nuestro nuevo programa de salud, podríamos convocar un Congreso Biosférico para cuidar de nuestro cuerpo y de las relaciones con la Tierra, y una Asamblea Mundial Noosférica para reparar nuestra mente y ver en cuáles nuevas direcciones desearían desarrollarse nuestra mente y nuestro espíritu. Podríamos establecer una agenda 2012 para cumplir con nuestras nuevas metas de autoayuda, y para cuándo, como organismo planetario, podríamos esperar la nueva cuenta de salud, la que diga: “Tú ya no eres homo sapiens. Te has graduado. Eres ahora homo noosphericus.
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    Mensaje por leninistacuenca Sáb Oct 30, 2010 3:36 pm

    Me gustaria sobre este ensayo de materialismo dialectico, hacerle una pregunta a todos los camaradas foreros.
    ¿la destruccion del planeta es una reaccion dialectica de la economia humana?
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    Mensaje por Demofilo Dom Oct 31, 2010 10:36 am

    Cualquier parecido del materialismo dialéctico con el artículo que nos ha dejado Leningrado es pura casualidad. El artículo es pura mística antimaterialista. La biofera no puede ni morir ni desaparecer sino sólo transformarse. La noosfera no sustituye a la biosfera; no es más que reflejar la creciente capacidad humana para influir sobre su entorno.
    Yo propongo borrar el mensaje de Leningrado.
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    Mensaje por leninistacuenca Dom Oct 31, 2010 12:58 pm

    La casualidad no existe, camarada.

    Todo cambio economico esta dentro de las leyes dialecticas, la economia actual destuye la biosfera, ya ha aniquilado inifinidad de ecosistemas, miles de especies extintas etc.
    Por lo tanto la destrucion tiene que se rpor un cambio dialectico, YA QUE TODO ES MATERIALISMO DIALECTICO.
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    Mensaje por Demofilo Dom Oct 31, 2010 1:15 pm

    Pues por eso: como la casualidad no existe, tampoco existe ningún parecido del mensaje de Leningrado y el materialismo dialéctico.
    ¿La "economía actual" ya ha aniquilado infinidad de ecosistemas y miles de especies? ¿Como por ejemplo?
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    Mensaje por leninistacuenca Dom Oct 31, 2010 2:27 pm

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    si ya en el XVII nos cargamos al Dodo, hoy en dia no sabemos ni lo que destruimos, y aun asi seguro que vas a decir que la extincion del Dodo es puro misticismo una leyenda urbana.
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    Mensaje por Demofilo Dom Oct 31, 2010 4:03 pm

    Si ya en el XVII alguien (yo no había nacido) se cargó al Dodo, no será un problema de la "economía actual" sino de algún acontecimiento de la época, ¿no te parece?
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    Mensaje por obreromadrileño Miér Ene 02, 2013 11:38 pm

    Las Extinciones masivas del Cámbrico-Ordovícico ocurrieron durante la transición entre el período Cámbrico y el Ordovícico. En aquella época la vida se concentraba enteramente en el mar. Al inicio del Cámbrico sólo existían esponjas con esqueleto y moluscos, pero hacia la mitad del Cámbrico ya había ocurrido una gran diversificación que incluía trilobites, arqueociatidos, braquiópodos, moluscos y equinodermos. Se cuentan al menos cuatro grandes extinciones durante el Cámbrico. La primera de ellas ocurrió al principio del Cámbrico, desapareciendo los trilobites más antiguos y los arqueociátidos que fueron los primeros organismos que formaban corales. El resto de las extinciones afectaron los trilobitas, braquiópodos y conodontes.

    Las dos hipótesis más aceptadas sobre las causas de estas extinciones son la llegada de un período glacial y el enfriamiento del agua unido a una reducción en la cantidad de oxígeno disponible.

    La hipótesis de la era glacial se basa en evidencia de sedimentos glaciales encontrados en América del Sur en capas del principio del Ordovícico. Este período glacial podría haber producido un descenso en las temperaturas a nivel global, produciendo la extinción de la fauna que no podía sobrevivir en esas condiciones.

    Según la hipótesis de la reducción de las concentraciones de oxígeno en las aguas marinas, causada por un enfriamiento en las aguas habría ocurrido cuando las aguas profundas y frías remontaron, produciendo variaciones en los niveles de oxígeno del agua, haciendo perecer a la fauna que solo podía vivir en ciertos estratos de la columna de agua de los mares.

    LOS NIVELES DE OXIGENO SUBIERON TANTO QUE PERECIERON FORMAS VIDA QUE OCUPABAN CASI TODO EL PLANETA, FORMAS DE VIDA PARA LAS CUALES EL OXIGENO ERA UN VENENO IGUAL QUE PARA NOSOTROS LO ES EL DIOXIDO DE CARBONO.
    Pero apartir de esta contaminacion aparecen una infinidad de nuevas especies adpatadas a alta dosis de oxigeno no solo eso sino que lo necesitaban para vivir.

    ¿Creeis que la contaminacion por dioxido de carbono que para los humanos es fatal puede provocar nuevas formas de vida adaptadas a esas condiciones?

    Otra cuestión: Cuando el hombre diseñe hombres autosuficientes que no necesiten la naturaleza, tecnohombres que con su tecnologia se extenderan a la conquista del universo.
    La ruralidad, la ecologia etc. son antiporgreisstas le ponene limites la progreso por lo tanto son reaccionarias.

    Ya podemos hacer diseños geneticos, determinar el sexo, el color de los ojos, del pelo,la latura etc. podemos determinar muhcas cosas, pero que aun son pocas, podemos mezclar diferentes animales, en un futuro no muy lejano podrmos crear humanos autosuficientes que no necesiten nada de la naturaleza, que no es otra cosa que un limite para el progreso.

    La esencia humana esta en su cerebro, que no son mas que mensajes electronicos, si la cibernetica avanza lo suficiente podremos trasladar la mente humana al mundo cibernetico, un mundo constantemente progresivo sin limites.

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