[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Ideología
Se ha escrito mucho acerca de la ideología de la serie Las aventuras de Tintín. La obra ha sido objeto de polémica, en gran parte a causa de la continua reedición de obras que fueron concebidas muchos años atrás y en un contexto enteramente diferente. Se ha tachado a Hergé de propugnar en sus álbumes puntos de vista colonialistas, racistas e incluso fascistas; se le ha reprochado su supuesta misoginia, dado que apenas aparecen mujeres en la serie; y se le ha acusado de mostrar en un álbum (Tintín en el Congo) una crueldad innecesaria ante los animales. Estas acusaciones se refieren a aspectos puntuales de algunos álbumes concretos, pero no puede decirse que sea el punto de vista predominante en la serie. En este sentido, existe una cierta "leyenda negra" de Tintín,53 a la que contribuyó sin duda el hecho de que Hergé colaborase durante la ocupación alemana de Bélgica en un diario que controlaban los nazis.54
Tintín en el Congo es el álbum en el cual está más presente la ideología colonialista y racista. En él los indígenas africanos son mostrados como indolentes y estúpidos, y Tintín adopta hacia ellos una actitud paternalista. Hergé no negó que el colonialismo estuviese presente en el álbum; era, según afirmó, lo habitual en la época:
Hice esta historia, ya se lo he dicho, según la óptica de la época, es decir, con un espíritu típicamente paternalista... que era, y lo afirmo, el espíritu de toda Bélgica.55
Otro álbum que fue tachado de racista es bastante posterior: se trata de Stock de coque. Aunque la aventura es una denuncia de la esclavitud en la que Tintín y Haddock toman nítidamente partido por los más débiles, un artículo publicado en 1962 en la revista Jeune Afrique criticó duramente su representación de los africanos,31 especialmente en cuanto a su forma de hablar. Hergé acusó las críticas, y para una nueva edición del álbum, publicada en 1967, se reescribieron algunos diálogos.
La idea del fascismo de Tintín puede estar relacionada con la actitud de su autor durante la guerra, así como con su vinculación inicial con el abate Norbert Wallez, un hombre de extrema derecha y anticomunista declarado. Los álbumes que Hergé publicó durante la guerra, sin embargo, son historias de aventuras en las que no hay alusiones a la política, ni en uno ni en otro sentido. Los críticos de la serie, escrutando minuciosamente los álbumes, han encontrado una tenue intención propagandística en La estrella misteriosa, en cuya primera versión una expedición europea compite con otra estadounidense, financiada por un neoyorquino de apellido judío que es el principal villano del álbum.
Otros álbumes, en cambio, desmienten la supuesta simpatía de Hergé por el fascismo. Antes de la guerra, en El cetro de Ottokar, hay críticas evidentes a la política expansionista de Hitler (según el autor, es el relato "de un Anschluss fracasado").9 Hergé se manifestó en contra de todos los totalitarismos, del signo que fuesen:
Mire, yo creo que todos los totalitarismos son nefastos, tanto si son de «derechas» como si son de «izquierdas», y los meto a todos en el mismo saco.9
Nunca negó, sin embargo, sus ideas conservadoras. Tal vez por ese motivo, Tintín está generalmente a favor del orden establecido, lo que no le impide prestar atención a los más desfavorecidos, y, en muchas ocasiones, tomar enérgicamente partido por ellos: los indios en Tintín en América, los chinos que sufren la opresión japonesa en El Loto Azul, o incluso los esclavos africanos de Stock de coque. A lo largo de sus viajes, Tintín muestra, en general, un interés y un respeto genuinos por las culturas no europeas, que se manifiesta también en la voluntad de Hergé de documentarse minuciosamente para la realización de los álbumes.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Como otros álbumes de la serie tiene dos versiones, la primera realizada en 1942 y la segunda en 1952.
La versión inicial de la historieta se hizo en plena guerra mundial, cuando Bélgica estaba bajo la ocupación nazi, lo que se refleja en el argumento:
El malvado empresario es un judío estadounidense llamado Blumenstein que se transformará en la segunda versión en el banquero del imaginario país latinoamericano de Sao Rico, Bohlwinkel.
La expedición fletada por el empresario no llevará la bandera de Estados Unidos en la versión definitiva aunque sí en la primera versión original.
Los científicos que componen la expedición, pertenecen todos a países del Eje o neutrales, no hay ningún científico Aliado.
Las modificaciones introducidas en 1952 suavizan un tanto el aire pronazi del argumento, aunque tampoco son sustanciales: Bohlwinkel sigue siendo un apellido judío (aunque menos reconocible que Blumenstein) y el personaje sigue teniendo los rasgos que se atribuyen a los judíos en la propaganda antisemita: gran nariz, gruesos labios...