por Català-internacionalista Jue Jun 21, 2012 9:17 pm
Antes que nada habría que aclarar qué entendemos por "izquierda revolucionaria" (o "alternativa"), puesto que es un término increíblemente ambiguo. Dentro de la clasificación derecha-izquierda pueden darse muchas arbitrariedades. Al fin y al cabo, por ejemplo, el PSOE afirma ser de izquierdas. Igual que todos los grupos anarquistas, el PCE, IU, el PCPE, IZAN-RG, Corriente Roja, la izquierda independentista, etcétera. Eso ocurre porque no existe una aceptación clara y unánime de qué es la izquierda y qué entendemos por izquierda.
Así pues, hablemos de intereses de clase, que es lo único objetivo. Si el proletariado necesita superar el capitalismo para sobrevivir (y para sobrevivir en condiciones dignas y humanas), podemos afirmar que las fuerzas progresistas (en cuanto desean el progreso de la sociedad) son aquellas que propugnan la necesaria toma del poder por parte de la clase obrera.
Bien, ahora la cuestión sería "cómo unir a las fuerzas anticapitalistas". Para mí, la unidad de la clase obrera bajo la bandera de la revolución y del progreso se logra de dos formas, necesariamente complementarias: 1) los segmentos más avanzados y conscientes de la clase obrera y de las capas populares se reúnen en un partido político que esté armado con las ideas de la clase obrera, es decir, aquellas ideas que puedan servir para satisfacer las aspiraciones de los obreros como clase. Eso es el Marxismo-Leninismo, y el partido es el comunista. 2) el resto de la clase obrera y otros segmentos de la población que pueden adherirse a la lucha contra el capitalismo, pueden ser agrupados en organizaciones de masas en las que la lucha económica esté unida con la lucha política gracias a la acción de los comunistas. Estoy hablando, por ejemplo, de crear sindicatos (o, en las condiciones concretas de nuestro país hablo de crear Comités de Unidad Obrera) para que se reúnan los trabajadores, luchen por sus derechos y en el marco de esa lucha, y gracias al trabajo político de los comunistas, también tomen consciencia de su capacidad de cambiar las cosas, de la necesidad de que tomen el poder y de la imperiosidad de acabar con el capitalismo.
Y en cuanto a la necesidad de unir las luchas a nivel internacional, es cierto que la clase obrera tiene los mismos intereses y aspiraciones en todos los países y que el internacionalismo proletario, la solidaridad internacional entre los elementos de la misma clase, es un elemento clave para lograr la victoria total. Por lo tanto es necesario, a largo plazo, una organización internacional con un papel parecido al que pudiera haber jugado la III Internacional en el pasado. Ahora bien, no olvidemos que el marco fundamental de nuestra lucha es a nivel estatal (ni nacional ni internacional: estatal) porque es a este nivel que se organiza la burguesía, con su mercado interno, sus regulaciones legales, sus fuerzas de represión, etcétera.