"La tasa de nacimientos prematuros en EEUU está entre las peores del mundo"
texto de Ellen Catalinotto (comadrona colegiada)
publicado en 2012 en Mundo Obrero (Workers World)
La tasa mundial de nacimientos prematuros está aumentando, tanto en los países industrializados como en los más pobres. Más de uno de cada 10 bebés, 15 millones, ha nacido prematuramente en 2010. Más de un millón de estos bebés morirán en el primer mes de vida, haciendo la prematuridad la principal causa de muerte del recién nacido.
Muchos/as sobrevivientes tienen incapacidades permanentes de aprendizaje, enfermedad pulmonar crónica y pérdida de visión y audición, según “Born Too Soon” (Nacido demasiado pronto), un informe sobre prematuridad publicado el 2 de mayo por la Organización Mundial de la Salud, junto con expertos/as en este campo provenientes de 11 países.
Estados Unidos ocupa la posición 130 dentro de los 184 países. Estados Unidos tiene uno de los peores índices, con 12 bebés prematuros por 100 nacimientos. Dentro de Estados Unidos, la tasa de prematuridad afroamericana de 17,5 por ciento, es más alta que las tasas estimadas de nacimientos prematuros en países devastados por la guerra y el hambre en África y Asia, y sólo ligeramente inferior que la de Malawi, que tiene la tasa más alta del mundo: 18,1 por ciento.
Existe una amplia y creciente brecha entre países ricos y pobres en la supervivencia de los bebés más frágiles. En los países de bajos ingresos, donde se producen más del 90 por ciento de esos nacimientos, las infecciones, la malaria, el VIH y las altas tasas de embarazos de adolescentes se encuentran entre las causas principales conocidas de los partos prematuros. En los países más industrializados, incluyendo a Estados Unidos, las cesáreas médicamente innecesarias y las inducciones de parto antes de que los embarazos lleguen a su término, contribuyen a los nacimientos prematuros. Sin embargo, tanto en los países ricos como en los pobres, alrededor de la mitad de los nacimientos prematuros carecen de una causa identificada. La contaminación del aire y el humo indirecto de personas que fuman son los únicos riesgos ambientales mencionados en el informe.
Muchos nacimientos prematuros pueden ser evitados mediante el acceso universal a la planificación familiar gratis — especialmente para adolescentes, mediante la atención prenatal que detecta y trata infecciones y enfermedades como la diabetes; mediante el soporte nutricional; y mediante la prevención de la violencia contra la mujer. Estas medidas de salud pública están bajo ataque por el ala derechista de la clase capitalista que promueve el mercado libre, la privatización y la austeridad en los Estados Unidos y alrededor del mundo.
Una vez que ha comenzado el proceso de parto prematuro, una inyección de corticoide a la madre que sólo cuesta $1, ayudaría a los pulmones del bebé a desarrollarse, y considerablemente reduciría los problemas respiratorios después del nacimiento. Los antibióticos podrían retrasar el parto y prevenir la infección cuando las membranas que rodean al feto se rompen antes de que el bebé esté a término.
Más de cuatro de cada cinco nacimientos prematuros ocurre entre las 32 a 37 semanas de embarazo. Una atención de apoyo de baja tecnología para estos bebés puede salvarle la vida a muchos de ellos y reducir las incapacidades. Estas medidas incluyen el contacto directo con la madre para sentir su calor, la lactancia materna temprana y exclusiva, y la limpieza y cuidado del cordón umbilical.
Los que nacen muy prematuros — de 28 a 32 semanas — o extremadamente prematuros, antes de las 28 semanas, necesitarán atención más intensiva y costosa para poder sobrevivir. Estos bebés a menudo sufren incapacidades físicas y de aprendizaje aún cuando estén atendidos en las unidades neonatales de cuidados intensivos más avanzadas.
El informe recomienda actualizar las destrezas de los/as proveedores/as de salud para que puedan cuidar a los bebés prematuros, el suministro de medicamentos y equipos esenciales a los países pobres, y profundizar el estudio sobre las causas y la prevención del parto prematuro. Con los países agobiados por la crisis económica capitalista mundial y la industria de salud con fines de lucro no se puede contar para que pongan en práctica estas recomendaciones.
Las mujeres de todo el mundo tendrán que luchar para hacerlas realidad.
texto de Ellen Catalinotto (comadrona colegiada)
publicado en 2012 en Mundo Obrero (Workers World)
La tasa mundial de nacimientos prematuros está aumentando, tanto en los países industrializados como en los más pobres. Más de uno de cada 10 bebés, 15 millones, ha nacido prematuramente en 2010. Más de un millón de estos bebés morirán en el primer mes de vida, haciendo la prematuridad la principal causa de muerte del recién nacido.
Muchos/as sobrevivientes tienen incapacidades permanentes de aprendizaje, enfermedad pulmonar crónica y pérdida de visión y audición, según “Born Too Soon” (Nacido demasiado pronto), un informe sobre prematuridad publicado el 2 de mayo por la Organización Mundial de la Salud, junto con expertos/as en este campo provenientes de 11 países.
Estados Unidos ocupa la posición 130 dentro de los 184 países. Estados Unidos tiene uno de los peores índices, con 12 bebés prematuros por 100 nacimientos. Dentro de Estados Unidos, la tasa de prematuridad afroamericana de 17,5 por ciento, es más alta que las tasas estimadas de nacimientos prematuros en países devastados por la guerra y el hambre en África y Asia, y sólo ligeramente inferior que la de Malawi, que tiene la tasa más alta del mundo: 18,1 por ciento.
Existe una amplia y creciente brecha entre países ricos y pobres en la supervivencia de los bebés más frágiles. En los países de bajos ingresos, donde se producen más del 90 por ciento de esos nacimientos, las infecciones, la malaria, el VIH y las altas tasas de embarazos de adolescentes se encuentran entre las causas principales conocidas de los partos prematuros. En los países más industrializados, incluyendo a Estados Unidos, las cesáreas médicamente innecesarias y las inducciones de parto antes de que los embarazos lleguen a su término, contribuyen a los nacimientos prematuros. Sin embargo, tanto en los países ricos como en los pobres, alrededor de la mitad de los nacimientos prematuros carecen de una causa identificada. La contaminación del aire y el humo indirecto de personas que fuman son los únicos riesgos ambientales mencionados en el informe.
Muchos nacimientos prematuros pueden ser evitados mediante el acceso universal a la planificación familiar gratis — especialmente para adolescentes, mediante la atención prenatal que detecta y trata infecciones y enfermedades como la diabetes; mediante el soporte nutricional; y mediante la prevención de la violencia contra la mujer. Estas medidas de salud pública están bajo ataque por el ala derechista de la clase capitalista que promueve el mercado libre, la privatización y la austeridad en los Estados Unidos y alrededor del mundo.
Una vez que ha comenzado el proceso de parto prematuro, una inyección de corticoide a la madre que sólo cuesta $1, ayudaría a los pulmones del bebé a desarrollarse, y considerablemente reduciría los problemas respiratorios después del nacimiento. Los antibióticos podrían retrasar el parto y prevenir la infección cuando las membranas que rodean al feto se rompen antes de que el bebé esté a término.
Más de cuatro de cada cinco nacimientos prematuros ocurre entre las 32 a 37 semanas de embarazo. Una atención de apoyo de baja tecnología para estos bebés puede salvarle la vida a muchos de ellos y reducir las incapacidades. Estas medidas incluyen el contacto directo con la madre para sentir su calor, la lactancia materna temprana y exclusiva, y la limpieza y cuidado del cordón umbilical.
Los que nacen muy prematuros — de 28 a 32 semanas — o extremadamente prematuros, antes de las 28 semanas, necesitarán atención más intensiva y costosa para poder sobrevivir. Estos bebés a menudo sufren incapacidades físicas y de aprendizaje aún cuando estén atendidos en las unidades neonatales de cuidados intensivos más avanzadas.
El informe recomienda actualizar las destrezas de los/as proveedores/as de salud para que puedan cuidar a los bebés prematuros, el suministro de medicamentos y equipos esenciales a los países pobres, y profundizar el estudio sobre las causas y la prevención del parto prematuro. Con los países agobiados por la crisis económica capitalista mundial y la industria de salud con fines de lucro no se puede contar para que pongan en práctica estas recomendaciones.
Las mujeres de todo el mundo tendrán que luchar para hacerlas realidad.