Me he encontrado con nuevas imágenes y he buscado información, esta vez de niños, sin duda la parte más amarga de la estafa capitalista:
Una entrevista a un trabajador social que habla un poco de esta situación de los niños en el gran progreso capitalista de Ukrania:
Roi Palmás/Kiev
En 1990, Víktor Kulbich comenzó su labor social en Kiev. Ahora, cuando la asociación que dirige, el Ukranian Center for Christian Cooperation, ha cumplido la mayoría de edad, puede presumir de ser uno de los centros de referencia del país en la labor con niños de la calle, mientras a título personal, es considerado como uno de los valores más influyentes de la sociedad ucraniana.
-¿En qué consiste su trabajo?
- En la asociación trabajan 17 personas y el voluntariado es básico para poder hacerlo realidad. Además de otras secciones, tenemos dos dedicadas en exclusiva al trabajo con niños. Una de ellas se centra en formar a los profesores y la otra es de trabajo social directo con ellos. Aquí ayudamos a los niños de la calle, a niños con enfermedades derivadas de Chernóbil y también a niños que viven con familias desestructuradas, a las que le falta algún miembro y a las que viven bajo el umbral de la pobreza.
-¿Cómo se concretan estas acciones?
-Uno de los programas más importantes es el de “Proyecto Niño de Navidad”, en el que participan alrededor de 500.000 menores de toda Ucrania, que reciben regalos en estas fechas. El otro, es el los campamentos de verano de la “Aldea de la esperanza”, donde pueden pasar por las instalaciones hasta 14.000 niños.
-¿Por qué ha tenido tan claro desde el primer momento que el trabajo con los niños era primordial?
-Hay varios motivos. Si hay cataclismos de la naturaleza, las primeras víctimas siempre serán los niños. En las batallas políticas, los más heridos son los niños y además, siempre que se registran conflictos familiares, los peor parados son siempre los hijos. Todo esto está influyendo mucho y muy negativamente a estos pequeños. Por ejemplo, tras el desastre de Chernóbil, los padres tenían miedo a tener hijos y cuando los tenían y padecían problemas de salud, los rechazaban. Es por eso que trabajamos con varios hospitales infantiles y ayudamos a las familias para que curen a sus hijos.
-¿Son entonces los niños de la calle su principal preocupación?
-Definitivamente, sí. Este problema existe de verdad. El Gobierno actual hizo mucho para dar más facilidades para trabajar con estos chicos y están intentando controlarlos. Cerraron muchos zulos donde dormían y los están recolocando en orfanatos, aunque son casi como cárceles y es realmente muy duro para ellos.
-¿Cómo viven estos menores?
-Los que están en orfanatos ponen todo su empeño en escaparse y vivir en la calle. Ahora ya duermen en zulos o en los pozos de la calefacción. Actualmente buscan los pisos de los alcohólicos y drogadictos. Se hacen amigos de ellos, salen por la noche a robar y a trabajar, compran comida, alcohol y le pagan el alquiler. Son menores con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años, aunque la mayoría son niñas.
-¿Y eso?
-Porque muchas madres las venden para prostituirlas y acaban así.
-¿Cuál es la principal razón para que estos chicos se vean en la calle, solos?
-Hay varias causas. La prostitución de sus madres, la incapacidad de sacar adelante una familia, la violencia, el simple abandono… La mayoría de los niños no tienen ningún tipo de documentación y al no tener papeles no pueden ni ir al médico, por eso es vital brindarles asistencia, limpieza, higiene, ropa, calzado…
-¿En que estado se encuentran?
-Bueno, lo complicado es saber en cada momento dónde están y cómo están. Son muchos y vienen al centro a comer, a lavarse o cuando tienen algún problema pero son muy celosos de sus espacios privados. Casi ninguno sabe leer ni escribir y por eso les damos clases. Llegan con la ropa destrozada, sucios y hasta con bichos porque pueden tardar un mes en aparecer. Muchos consumen pegamento, tabaco, alcohol y otras drogas desde pequeños. La policía colabora para hacerles papeles y que puedan ir a estudiar o trabajar.
-¿Y viven de día o de noche?
-Prioritariamente de noche. Muchos niños no solo roban. Hacen trabajos como descargar basura o camiones. Está prohibido el trabajo infantil pero algunos operarios se arriesgan para darle una ayuda y que puedan comer. Cuando no hacen esto andan toda la noche buscando entre los contenedores de basura. De día duermen, y lo hacen donde pueden.
-¿Cómo de extendidas están las redes de prostitución de menores?
-Considerablemente extendidas. La mayoría de las chicas son vendidas pero también existe un importante desorden entre los propios niños. Viven muchos juntos, con relaciones sexuales entre ellos y habitualmente no saben ni quienes son los padres de sus hijos. Las chicas más mayores las venden a otros países, las engañan ofreciéndoles trabajo y las mandan como esclavas sexuales a diferentes países de Europa. De hecho las estadísticas no oficiales revelan que el 40% de las prostitutas que están en Europa son de Ucrania, Moldavia, Rusia y Bielorrusia, que es casi la mitad del total. Además, las ucranianas se consideran como las más guapas y se venden y se compran muy rápido.
-¿Y qué hay de las mafias?
-En Ucrania existen realmente. En Kiev es muy difícil de ver porque es la capital y no hay granjas como en otras poblaciones. Hace poco salió un reportaje de Odesa, en el Mar Negro, y descubrieron fábricas y granjas donde trabajaban niños, encerrados, que vivían como animales. La policía le dedica poco tiempo a estas cosas y normalmente interviene solo cuando ya no hay salida y hay un peligro real.
-¿Es optimista de cara al futuro, con estos niños?
- Mi meta es darle el calor y el amor de una familia. Ya he visto casos en los que los niños han empezado una vida nueva y han olvidado todo su oscuro pasado. Hay resultados y nuestra puerta siempre estará abierta. Además, soy optimista. Este país tiene que salir de la crisis económica, social, de valores y de alma que atraviesa. Ucrania es muy rica. La gente es buena pero están dirigidos por mala gente, aunque no perdemos la esperanza de que lleguen buenos gobernadores porque esto no puede ser así siempre.
La última frase es para descojonarse. En fin, más imágenes de la barbarie.