“Muerte del viejo marxismo y resurrrección del difunto el día menos pensado del siglo XXI”
texto escrito por Francisco Fernández Buey
tomado en julio de 2012 de la web Marxismo crítico
Decía Bertol Brecht, allá por los años treinta, que el problema del marxismo es la gran cantidad de libros que se han escrito sobre el tema sin conocimiento de causa, y sobre todo, olvidando la inspiración crítica de la obra de Karl Marx. Tenía razón Brecht. Ahora, a finales del siglo XX, habría que decir que el problema del marxismo en este siglo sido en realidad la gran cantidad de adolescentes petulantes que un día se llamaron marxista y que, al hacerse mayores, atribuyeron a Marx las propias tontunas de un día. De este modo el pobre Marx ha tenido que cargar, como si fueran cosas propias, con el mayor fardo de bobadas e incoherencias que conoce la historia de la Humanidad.
Estaba escribiendo esto cuando apareció alguien para no dejarme mentir, ni siquiera exagerar: Jorge M. Reverte en El País del 30 de agosto. Reverte se cae del burro (del que viene cayéndose desde hace años, ciertamente) y descubre, a finales del siglo XX, que no es verdad que la derecha política no tenga pensamiento. Pues bien: en vez de comunicar al lector que el modesto periodista ha vivido en Babia hasta los cincuenta años (cosa comprensible y disculpable: a muchas personas les ocurre), echa la culpa de ese error a “la tradición marxista totalizadora”. He aquí, una vez más, el gran respondable (esta vez de la tontura de Reverte): “Unos cálculos matemáticos mal hechos por el padre de la teoría del valor, Carlos Marx”.
No hay aquí espacio para demostrar, por la vía matemática requerida, que Marx nunca creyó esa memez pseudoprogresista de que la derecha no tiene pensamiento y que tal memez fue precisamente, la creencia principal de la mayoría de los marxistas de catecismo que he conocido, aqui y fuera de aquí, entre los años sesenta y setenta. Pido al lector, por tanto, que me crea bajo palabra. La filología para otro día. A cambio les daré un consejo: lean a Marx, no hagan como Reverte y los demás: los sucedáneos suelen ser peores.
se puede descargar el texto completo desde el enlace: (6 páginas en buen formato pdf)
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texto escrito por Francisco Fernández Buey
tomado en julio de 2012 de la web Marxismo crítico
Decía Bertol Brecht, allá por los años treinta, que el problema del marxismo es la gran cantidad de libros que se han escrito sobre el tema sin conocimiento de causa, y sobre todo, olvidando la inspiración crítica de la obra de Karl Marx. Tenía razón Brecht. Ahora, a finales del siglo XX, habría que decir que el problema del marxismo en este siglo sido en realidad la gran cantidad de adolescentes petulantes que un día se llamaron marxista y que, al hacerse mayores, atribuyeron a Marx las propias tontunas de un día. De este modo el pobre Marx ha tenido que cargar, como si fueran cosas propias, con el mayor fardo de bobadas e incoherencias que conoce la historia de la Humanidad.
Estaba escribiendo esto cuando apareció alguien para no dejarme mentir, ni siquiera exagerar: Jorge M. Reverte en El País del 30 de agosto. Reverte se cae del burro (del que viene cayéndose desde hace años, ciertamente) y descubre, a finales del siglo XX, que no es verdad que la derecha política no tenga pensamiento. Pues bien: en vez de comunicar al lector que el modesto periodista ha vivido en Babia hasta los cincuenta años (cosa comprensible y disculpable: a muchas personas les ocurre), echa la culpa de ese error a “la tradición marxista totalizadora”. He aquí, una vez más, el gran respondable (esta vez de la tontura de Reverte): “Unos cálculos matemáticos mal hechos por el padre de la teoría del valor, Carlos Marx”.
No hay aquí espacio para demostrar, por la vía matemática requerida, que Marx nunca creyó esa memez pseudoprogresista de que la derecha no tiene pensamiento y que tal memez fue precisamente, la creencia principal de la mayoría de los marxistas de catecismo que he conocido, aqui y fuera de aquí, entre los años sesenta y setenta. Pido al lector, por tanto, que me crea bajo palabra. La filología para otro día. A cambio les daré un consejo: lean a Marx, no hagan como Reverte y los demás: los sucedáneos suelen ser peores.
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