Por el futuro de las comarcas mineras, por la dignidad de la clase obrera
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Una vez más, la burguesía europea decide de manera unilateral cómo y cuándo desmantelar la industria minera en un país lacayo al servicio del imperialismo.
Como ya ocurrió hace unos años en Inglaterra, con la terrorista ultraliberal Margaret Tatcher, el desmantelar la industria minera no es sólo una decisión económica, sino un pulso decidido contra la lucha y subsistencia de los elementos más conscientes de la clase obrera, y así lo demuestran día tras día, intentando, con ayuda de los medios de comunicación, ocultar el triunfo y la solidaridad del conjunto de las clases populares.
Teniendo claro que mantener las ayudas a la minería supondría al Estado algo menos de 200 millones de euros, demuestran que existen intereses externos tras esta decisión, como, por ejemplo, la brutal especulación que está intentando hacer Goldman Sachs almacenando carbón colombiano en Asturias para venderlo en el mercado europeo, en un futuro, mucho más caro.
Es denigrante la manera en la que el gobierno rompe de manera unilateral los acuerdos con los mineros, dejando en la calles a más de 8.000 familias y poniendo en peligro el futuro de las comarcas mineras y sin permitir que las ayudas europeas sirvan para el “reciclaje” y transformación del sector, puesto que se han estado usando para diferentes cometidos.
¿Cómo deben de sentirse las familias mineras cuando descubren que la burguesía es capaz de regalar 100.000 millones de euros para el saneamiento de los bancos que ellos mismos han hundido, y no es capaz de invertir 200 millones de euros para rescatar a esas 8.000 familias?
Las consecuencias sociológicas en las comarcas mineras serán tan desoladoras como imprevisibles, puesto que provocarán la ruina y condenarán al éxodo a todas las familias trabajadoras, especialmente a los jóvenes, que se han quedado sin ninguna alternativa de poder trabajar en su tierra.
Es hora de ganarle el pulso al capital, de demostrarle que sin los trabajadores no se mueve absolutamente nada, los mineros no pueden permitir ser guiados por los sindicatos amarillos del patrón, deben ser conscientes de cuál es su posición de clase y actuar en consecuencia.
¡Ya es hora de que la dignidad y la combatividad obrera que poseen los mineros se canalice como un poder obrero y popular, conformando el Frente Único del Pueblo, capaz de plantar cara al poder del Estado burgués, que será deslegitimado por la clase obrera!
Como ya ocurrió hace unos años en Inglaterra, con la terrorista ultraliberal Margaret Tatcher, el desmantelar la industria minera no es sólo una decisión económica, sino un pulso decidido contra la lucha y subsistencia de los elementos más conscientes de la clase obrera, y así lo demuestran día tras día, intentando, con ayuda de los medios de comunicación, ocultar el triunfo y la solidaridad del conjunto de las clases populares.
Teniendo claro que mantener las ayudas a la minería supondría al Estado algo menos de 200 millones de euros, demuestran que existen intereses externos tras esta decisión, como, por ejemplo, la brutal especulación que está intentando hacer Goldman Sachs almacenando carbón colombiano en Asturias para venderlo en el mercado europeo, en un futuro, mucho más caro.
Es denigrante la manera en la que el gobierno rompe de manera unilateral los acuerdos con los mineros, dejando en la calles a más de 8.000 familias y poniendo en peligro el futuro de las comarcas mineras y sin permitir que las ayudas europeas sirvan para el “reciclaje” y transformación del sector, puesto que se han estado usando para diferentes cometidos.
¿Cómo deben de sentirse las familias mineras cuando descubren que la burguesía es capaz de regalar 100.000 millones de euros para el saneamiento de los bancos que ellos mismos han hundido, y no es capaz de invertir 200 millones de euros para rescatar a esas 8.000 familias?
Las consecuencias sociológicas en las comarcas mineras serán tan desoladoras como imprevisibles, puesto que provocarán la ruina y condenarán al éxodo a todas las familias trabajadoras, especialmente a los jóvenes, que se han quedado sin ninguna alternativa de poder trabajar en su tierra.
Es hora de ganarle el pulso al capital, de demostrarle que sin los trabajadores no se mueve absolutamente nada, los mineros no pueden permitir ser guiados por los sindicatos amarillos del patrón, deben ser conscientes de cuál es su posición de clase y actuar en consecuencia.
¡Ya es hora de que la dignidad y la combatividad obrera que poseen los mineros se canalice como un poder obrero y popular, conformando el Frente Único del Pueblo, capaz de plantar cara al poder del Estado burgués, que será deslegitimado por la clase obrera!
Toda nuestra solidaridad con los mineros.
¡Sois ejemplo!
FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA
¡Sois ejemplo!
FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA
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