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En las últimas movilizaciones contra los recortes sociales y laborales se han ido incorporando miembros de las llamadas fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, de manera especial tras los últimos anuncios de recortes salariales a los funcionarios públicos efectuados por el gobierno del PP. Aunque han aumentado a raíz de este hecho, no es nuevo que miembros de la policía y en menor medida, de la guardia civil, participen en movilizaciones obreras, fruto de acuerdos de colaboración con los sindicatos UGT y CC.OO, CSIF, etc.… por parte de los sindicatos policiales o asociaciones de guardias civiles.
Particularmente bochornosas resultan las imágenes de algunos funcionarios –pocos, pero muy publicitados- que hace unas semanas aplaudieron a policías antidisturbios en las puertas del Congreso de los diputados, quienes en supuesta “acción de simpatía”, cambiaron sus cascos de guerra por gorras, mostrando de alguna manera su voluntad de no proceder contra los manifestantes como les es habitual: a porrazo y pelotazo limpio contra todo lo que se mueve.
Esta situación nos lleva, desde Comunistas de Castilla a denunciar la actitud parasitaria de estos sujetos, policías y guardias civiles, quienes se infiltran en manifestaciones obreras para parasitar la movilización y tratar de presentar sus reivindicaciones corporativas como un elemento más dentro de las reivindicaciones generales de la clase obrera en lucha. Quieren normalizar sus reivindicaciones como si fueran unos obreros más… Se supone que acuden a esas manifestaciones cuando no están de servicio, porque otros compañeros suyos, estos también de paisano, se infiltran en las manifestaciones obreras, especialmente en los bloques más combativos para “cumplir con su trabajo”: controlar, tomar notas y hacer fotografías de los participantes, es decir, para ejercer labores de represión del movimiento popular.
Denunciamos la intención deliberada de presentar a los policías como trabajadores, como “amigos” de la clase obrera y por tanto con intereses similares a los nuestros. Nada más alejado de la realidad: los policías, lo guardias civiles y otros servidores armados del Estado, forman parte de las fuerzas represivas y coercitivas del Estado, son el brazo armado de la clase dominante, de los mismos ricos que promueven las leyes anti obreras y promulgan los recortes sociales, en definitiva, son los perros de presa del Capital.
Conviene no olvidar las salvajes agresiones de los antidisturbios contra manifestantes, conviene no olvidar las identificaciones arbitrarias, las retenciones “preventivas”, los montajes policiales para endosar delitos inexistentes a militantes de izquierdas. Conviene no olvidar la heroica resistencia de los mineros…
No señores policías, ustedes no son trabajadores, son enemigos de la clase obrera. Tuvieron tiempo de elegir su profesión, y la eligieron…