El análisis que Marx hizo del mundo, su cosmovisión, nos mostró que como factor determinante, la infraestructura económica era la que decidía el curso que seguiría una sociedad. Desde el esclavismo hasta el capitalismo monopolista, el desarrollo incesante de los medios de producción ha ido modificando el antagonismo de clase. Desde hombres libres y esclavos, pasando por la nobleza feudal y sus vasallos hasta llegar al proletariado y burguesía actual, este desarrollo social se relaciona totalmente con el desarrollo de los medios de producción y el intercambio de los productos que estos producen.
Así pues, vemos que el factor económico tiene gran importancia en el desarrollo de las sociedades, es el factor determinante en última instancia. Sin embargo centrarnos en este factor exclusivamente para analizar la sociedad es un error, es reducir el análisis revolucionario a un ejercicio de contabilidad. Igualmente sería una muestra de estulticia separar al Marx economista del Marx revolucionario (como hace la burguesía a menudo), reducir el socialismo a la expropiación y colectivización de los medios de producción en manos de la burguesía es un análisis metafísico unilateral que aleja al movimiento revolucionario de la superestructura ideológica y ralentiza la creación de una conciencia nueva, la conciencia socialista.
A esta restricción del horizonte revolucionario a la cuestión puramente económica y principalmente enfocada hacia las reformas de este tipo la denominamos economicismo o economismo. Esta tendencia se evidenció en el ala menchevique del extinto POSDR, a la que Lenin hizo la crítica apropiada en su obra ¿Qué hacer? entre otros escritos. Podemos leer como empieza el tercer capítulo:
«Comenzaremos una vez más haciendo un elogio de Rabócheie Dielo. En su número 10 publica un artículo de Martínov sobre las discrepancias con Iskra, titulado Las publicaciones de denuncias y la lucha proletaria. "No podemos limitarnos a denunciar el estado de cosas que entorpece su desarrollo (el del partido obrero). Debemos también hacernos eco de los intereses inmediatos y cotidianos del proletariado" (pág. 63). Así formula Martínov la esencia de esas discrepancias. "Iskra… es de hecho el órgano de la oposición revolucionaria, que denuncia el estado de cosas reinante en nuestro país y, principalmente, el régimen político… Nosotros, en cambio, trabajamos y seguiremos trabajando por la causa obrera en estrecha conexión orgánica con la lucha proletaria" (ibíd.). Es forzoso agradecer a Martínov esta fórmula. Adquiere un notable interés general, porque, en el fondo, no abarca sólo, ni mucho menos, nuestras discrepancias con R. Dielo: abarca también, en general, todas las discrepancias existentes entre nosotros y los "economistas" respecto a la lucha política. Hemos demostrado ya que los "economistas" no niegan en absoluto la "política", sino que únicamente se desvían a cada paso de la concepción socialdemócrata de la política hacia la concepción tradeunionista. De la misma manera se desvía Martínov, y por eso estaremos dispuestos a tomarlo por modelo de las aberraciones economistas en esta cuestión. Trataremos de demostrar que nadie podrá ofenderse con nosotros por esta elección: ni los autores del Suplemento especial de "Rabóchaya Mysl", ni los autores del Llamamiento del Grupo de Autoemancipación, ni los autores de la carta "economista" publicada en el núm. 12 de Iskra.»
Podemos leer pues como Lenin deslinda los campos entre ellos y los economistas, representados por el menchevique Martínov. Así pues, los marxistas-leninistas debemos igualmente deslindar los campos y poner a cada uno en su lugar, luchar contra el economicismo es una tarea de la vanguardia hacia el camino de la reconstitución teórica y política del Partido Comunista.
Una vez aclarado el concepto de economicismo en su esencia, pasemos al tema que nos acaece, esto es, el economicismo demostrado por el PCPE y que roza el insulto abierto hacia su militancia (aunque parte de esta se niegue a verlo).
Múltiples muestras de la política diaria del PCPE nos muestran la importancia que le dan a la cuestión económica. Campañas como «por la salida del euro, la OTAN y la UE» en la que algunos pierden su tiempo son buena muestra de ello.
Sin acritud, ¿cómo piensa el PCPE plantear la salida del euro, la OTAN y la UE? ¿en el parlamento junto al resto de medidas económicas que plantean en su programa electoral? ¿quizá sea una aspiración futura para cuando «proclamen la República Socialista»? Nosotros no lo sabemos y tampoco nos vamos a molestar en preguntar porque, tal y como dice el Secretario de Formación de CJC (recordemos que este señor tiene en sus manos la formación de cuadros para el PCPE): «Yo opino lo que opina mi organización. Si no opina, no opino. Es centralismo democrático.» Sobran los comentarios acerca de lo que este señor cree que es el centralismo democrático. En su caso se ajusta más a la definición de un seguidismo burocrático.
Pasemos a ver algunos de los puntos que el PCPE proponía en su programa de medidas tácticas allá por las elecciones a cortes generales del 2011:
- 1.2.1. Anulación de contrarreformas laborales.
- 1.2.2 Refuerzo de la negociación colectiva. Hacia la unidad sindical de clase.
- 1.2.3 Salario Mínimo Interprofesional 1.200 euros.
- 1.2.4 Edad de jubilación a los 60 años.
- 1.2.5 Jornada laboral de 35 horas semanales sin reducción de salario.
- 1.2.6 Igualdad salarial para la mujer. Promoción en la formación laboral y en el empleo. Supresión de toda la discriminación laboral.
- 1.2.7 Plan especial de empleo juvenil.
- 1.2.8 Subsidio de paro indefinido.
- 1.2.9 Garantía de servicios básicos, luz y agua, en situaciones de paro y/o precariedad.
- 1.2.10 Ni una hipoteca ejecutada por la banca, moratoria en situaciones de precariedad y devolución de las viviendas subastadas.
¡¡¡10 puntos que tratan medidas puramente económicas!!! ¿¿¿Pero qué tienen en la cabeza estos señores???
Años y años intentando diferenciarse de IU/PCE y ahora presentan a las elecciones un programa que podría ser de Izquierda Unida perfectamente, es más, casi todas esas medidas figuran en el programa electoral de Izquierda Unida. ¡Si este es el Partido Comunista, ese que clama por organizar la Revolución Socialista e instaurar un Estado-comuna proletario, a un servidor le entran ganas de hacerse anarquista y leer a Proudhon! Pero que nadie se confunda, el marxismo-leninismo va mucho más allá de la reducción economicista que hacen estos señores de las ideas de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao y otros grandes marxistas.
Bien es cierto que el PCPE también presentó otra lista de puntos, lo que ellos denominan como «Programa estratégico». Reproduzco aquí algunas de sus rimbombantes consignas:
- 1.1.1 Proclamación de la República Socialista de carácter confederal. Ejercicio del derecho de autodeterminación.
- 1.1.2 Planificación central de la economía.
- 1.1.3 Nacionalización de la banca.
- 1.1.5 Nacionalización, y control obrero, de los sectores estratégicos de la economía: producción industrial, telecomunicaciones, reforma agraria, sector financiero, energético, etc.
- 1.1.10 Plan integral de gestión ambiental del país. Modelo de desarrollo de gestión de los recursos al servicio del pueblo y en armonía con la Naturaleza.
¿A qué se refieren estos señores con «proclamación de la República Socialista»? ¿Acaso van a establecer la dictadura del proletariado gritándolo a viva voz? ¿Dónde queda su plan para dinamitar el Estado burgués? ¿No considera a las masas capaces de comprenderlo o quizá forma parte de la «clandestinidad» del PCPE? ¿Tienen planeada ya la aplicación de la Guerra Popular o prefieren otras vías para llegar al socialismo?
Pasemos de punto porque el primero es digno de un derrame mental si no se analiza con cautela. Quizá alguien debería explicarle a la gente del PCPE la diferencia entre nacionalizar y socializar/colectivizar. No seremos nosotros quienes perdamos el tiempo en eso, pero sólo como apunte, nacionalizar no implica poner en manos de los obreros, sólo en manos del Estado, concretamente del Estado burgués. Nuevamente la vaguedad léxica a algunos les juega malas pasadas. Por cosas menos alarmantes Marx escribió Crítica al programa de Gotha, quizá algunos deberían leerse esa obra (mejor que no sea la versión prologada por Juan Ramos).
Aún así, aceptando pulpo, cocodrilo e hipopótamo por animal de compañía, se hace evidente el gran salto que existe entre los «puntos tácticos» y los «puntos estratégicos». ¿Cómo plantean estos señores realizar el salto cualitativo que existe entre su programa reformista inmediato y su «programa revolucionario»? Tampoco lo sabemos y tampoco preguntaremos, seguimos a la espera de que el PCPE saque un comunicado. Por nuestra parte sería una ofensa romper el centralismo democrático del PCPE y preguntarles acerca de algo sobre lo que la organización no se ha pronunciado. Tampoco encontramos respuesta en las tesis de su 9o Congreso, y aún habiendo encontrado algo no tenemos claro la credibilidad que tendría. Ante la retórica del 9º Congreso y su materialización visible día a día con programas electorales capta-incautos, seguidismo de los sindicatos burgueses y formación de cuadros masticada y ensalivada por el derechismo más “PCEista”, podemos concluir que entre la práctica y la teoría en el PCPE existe un antagonismo similar al existente entre la realidad del Estado burgués y el contenido de su constitución.
Primero nos presentan un programa de reformas “para ahora mismo”, que de ninguna forma podríamos llamar programa táctico ¿dónde ven ustedes puntos que hablen de la preparación de ninguna revolución o lo que ustedes llaman «proclamación de la República Socialista»? y luego, para el futuro lejano, nos presentan un vacuo programa revolucionario, una banalización del socialismo es lo que hacen estos señores.
Pero, evidentemente no debemos separar este programa de su contexto, las elecciones burguesas que tanto gustan en el PCPE, ¡30 años llevan juntos ya! ¡Pero la novia aún no cede ni un asiento! El contexto en el que se desarrolla y difunde este programa es el de las masas más atrasadas, que están más lejanas al socialismo científico. ¿Es esta justificación para el inútil programa reformista? No, desde luego que no, pero si es muestra de la estupidez que algunos cargan sobre a las masas, que consideran quizá demasiado tontas como para entender un programa que se sale del marco reformista burgués, reduciendo y redirigiendo el espontaneismo de las masas no hacia la elevación de su conciencia, hacia la comprensión de la necesidad del socialismo y la Revolución Socialista, sino hacia la manifestación sindical y hacia la unidad entorno a la urna electoral.
Así pues, vemos que el factor económico tiene gran importancia en el desarrollo de las sociedades, es el factor determinante en última instancia. Sin embargo centrarnos en este factor exclusivamente para analizar la sociedad es un error, es reducir el análisis revolucionario a un ejercicio de contabilidad. Igualmente sería una muestra de estulticia separar al Marx economista del Marx revolucionario (como hace la burguesía a menudo), reducir el socialismo a la expropiación y colectivización de los medios de producción en manos de la burguesía es un análisis metafísico unilateral que aleja al movimiento revolucionario de la superestructura ideológica y ralentiza la creación de una conciencia nueva, la conciencia socialista.
A esta restricción del horizonte revolucionario a la cuestión puramente económica y principalmente enfocada hacia las reformas de este tipo la denominamos economicismo o economismo. Esta tendencia se evidenció en el ala menchevique del extinto POSDR, a la que Lenin hizo la crítica apropiada en su obra ¿Qué hacer? entre otros escritos. Podemos leer como empieza el tercer capítulo:
«Comenzaremos una vez más haciendo un elogio de Rabócheie Dielo. En su número 10 publica un artículo de Martínov sobre las discrepancias con Iskra, titulado Las publicaciones de denuncias y la lucha proletaria. "No podemos limitarnos a denunciar el estado de cosas que entorpece su desarrollo (el del partido obrero). Debemos también hacernos eco de los intereses inmediatos y cotidianos del proletariado" (pág. 63). Así formula Martínov la esencia de esas discrepancias. "Iskra… es de hecho el órgano de la oposición revolucionaria, que denuncia el estado de cosas reinante en nuestro país y, principalmente, el régimen político… Nosotros, en cambio, trabajamos y seguiremos trabajando por la causa obrera en estrecha conexión orgánica con la lucha proletaria" (ibíd.). Es forzoso agradecer a Martínov esta fórmula. Adquiere un notable interés general, porque, en el fondo, no abarca sólo, ni mucho menos, nuestras discrepancias con R. Dielo: abarca también, en general, todas las discrepancias existentes entre nosotros y los "economistas" respecto a la lucha política. Hemos demostrado ya que los "economistas" no niegan en absoluto la "política", sino que únicamente se desvían a cada paso de la concepción socialdemócrata de la política hacia la concepción tradeunionista. De la misma manera se desvía Martínov, y por eso estaremos dispuestos a tomarlo por modelo de las aberraciones economistas en esta cuestión. Trataremos de demostrar que nadie podrá ofenderse con nosotros por esta elección: ni los autores del Suplemento especial de "Rabóchaya Mysl", ni los autores del Llamamiento del Grupo de Autoemancipación, ni los autores de la carta "economista" publicada en el núm. 12 de Iskra.»
Podemos leer pues como Lenin deslinda los campos entre ellos y los economistas, representados por el menchevique Martínov. Así pues, los marxistas-leninistas debemos igualmente deslindar los campos y poner a cada uno en su lugar, luchar contra el economicismo es una tarea de la vanguardia hacia el camino de la reconstitución teórica y política del Partido Comunista.
Una vez aclarado el concepto de economicismo en su esencia, pasemos al tema que nos acaece, esto es, el economicismo demostrado por el PCPE y que roza el insulto abierto hacia su militancia (aunque parte de esta se niegue a verlo).
Múltiples muestras de la política diaria del PCPE nos muestran la importancia que le dan a la cuestión económica. Campañas como «por la salida del euro, la OTAN y la UE» en la que algunos pierden su tiempo son buena muestra de ello.
Sin acritud, ¿cómo piensa el PCPE plantear la salida del euro, la OTAN y la UE? ¿en el parlamento junto al resto de medidas económicas que plantean en su programa electoral? ¿quizá sea una aspiración futura para cuando «proclamen la República Socialista»? Nosotros no lo sabemos y tampoco nos vamos a molestar en preguntar porque, tal y como dice el Secretario de Formación de CJC (recordemos que este señor tiene en sus manos la formación de cuadros para el PCPE): «Yo opino lo que opina mi organización. Si no opina, no opino. Es centralismo democrático.» Sobran los comentarios acerca de lo que este señor cree que es el centralismo democrático. En su caso se ajusta más a la definición de un seguidismo burocrático.
Pasemos a ver algunos de los puntos que el PCPE proponía en su programa de medidas tácticas allá por las elecciones a cortes generales del 2011:
- 1.2.1. Anulación de contrarreformas laborales.
- 1.2.2 Refuerzo de la negociación colectiva. Hacia la unidad sindical de clase.
- 1.2.3 Salario Mínimo Interprofesional 1.200 euros.
- 1.2.4 Edad de jubilación a los 60 años.
- 1.2.5 Jornada laboral de 35 horas semanales sin reducción de salario.
- 1.2.6 Igualdad salarial para la mujer. Promoción en la formación laboral y en el empleo. Supresión de toda la discriminación laboral.
- 1.2.7 Plan especial de empleo juvenil.
- 1.2.8 Subsidio de paro indefinido.
- 1.2.9 Garantía de servicios básicos, luz y agua, en situaciones de paro y/o precariedad.
- 1.2.10 Ni una hipoteca ejecutada por la banca, moratoria en situaciones de precariedad y devolución de las viviendas subastadas.
¡¡¡10 puntos que tratan medidas puramente económicas!!! ¿¿¿Pero qué tienen en la cabeza estos señores???
Años y años intentando diferenciarse de IU/PCE y ahora presentan a las elecciones un programa que podría ser de Izquierda Unida perfectamente, es más, casi todas esas medidas figuran en el programa electoral de Izquierda Unida. ¡Si este es el Partido Comunista, ese que clama por organizar la Revolución Socialista e instaurar un Estado-comuna proletario, a un servidor le entran ganas de hacerse anarquista y leer a Proudhon! Pero que nadie se confunda, el marxismo-leninismo va mucho más allá de la reducción economicista que hacen estos señores de las ideas de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao y otros grandes marxistas.
Bien es cierto que el PCPE también presentó otra lista de puntos, lo que ellos denominan como «Programa estratégico». Reproduzco aquí algunas de sus rimbombantes consignas:
- 1.1.1 Proclamación de la República Socialista de carácter confederal. Ejercicio del derecho de autodeterminación.
- 1.1.2 Planificación central de la economía.
- 1.1.3 Nacionalización de la banca.
- 1.1.5 Nacionalización, y control obrero, de los sectores estratégicos de la economía: producción industrial, telecomunicaciones, reforma agraria, sector financiero, energético, etc.
- 1.1.10 Plan integral de gestión ambiental del país. Modelo de desarrollo de gestión de los recursos al servicio del pueblo y en armonía con la Naturaleza.
¿A qué se refieren estos señores con «proclamación de la República Socialista»? ¿Acaso van a establecer la dictadura del proletariado gritándolo a viva voz? ¿Dónde queda su plan para dinamitar el Estado burgués? ¿No considera a las masas capaces de comprenderlo o quizá forma parte de la «clandestinidad» del PCPE? ¿Tienen planeada ya la aplicación de la Guerra Popular o prefieren otras vías para llegar al socialismo?
Pasemos de punto porque el primero es digno de un derrame mental si no se analiza con cautela. Quizá alguien debería explicarle a la gente del PCPE la diferencia entre nacionalizar y socializar/colectivizar. No seremos nosotros quienes perdamos el tiempo en eso, pero sólo como apunte, nacionalizar no implica poner en manos de los obreros, sólo en manos del Estado, concretamente del Estado burgués. Nuevamente la vaguedad léxica a algunos les juega malas pasadas. Por cosas menos alarmantes Marx escribió Crítica al programa de Gotha, quizá algunos deberían leerse esa obra (mejor que no sea la versión prologada por Juan Ramos).
Aún así, aceptando pulpo, cocodrilo e hipopótamo por animal de compañía, se hace evidente el gran salto que existe entre los «puntos tácticos» y los «puntos estratégicos». ¿Cómo plantean estos señores realizar el salto cualitativo que existe entre su programa reformista inmediato y su «programa revolucionario»? Tampoco lo sabemos y tampoco preguntaremos, seguimos a la espera de que el PCPE saque un comunicado. Por nuestra parte sería una ofensa romper el centralismo democrático del PCPE y preguntarles acerca de algo sobre lo que la organización no se ha pronunciado. Tampoco encontramos respuesta en las tesis de su 9o Congreso, y aún habiendo encontrado algo no tenemos claro la credibilidad que tendría. Ante la retórica del 9º Congreso y su materialización visible día a día con programas electorales capta-incautos, seguidismo de los sindicatos burgueses y formación de cuadros masticada y ensalivada por el derechismo más “PCEista”, podemos concluir que entre la práctica y la teoría en el PCPE existe un antagonismo similar al existente entre la realidad del Estado burgués y el contenido de su constitución.
Primero nos presentan un programa de reformas “para ahora mismo”, que de ninguna forma podríamos llamar programa táctico ¿dónde ven ustedes puntos que hablen de la preparación de ninguna revolución o lo que ustedes llaman «proclamación de la República Socialista»? y luego, para el futuro lejano, nos presentan un vacuo programa revolucionario, una banalización del socialismo es lo que hacen estos señores.
Pero, evidentemente no debemos separar este programa de su contexto, las elecciones burguesas que tanto gustan en el PCPE, ¡30 años llevan juntos ya! ¡Pero la novia aún no cede ni un asiento! El contexto en el que se desarrolla y difunde este programa es el de las masas más atrasadas, que están más lejanas al socialismo científico. ¿Es esta justificación para el inútil programa reformista? No, desde luego que no, pero si es muestra de la estupidez que algunos cargan sobre a las masas, que consideran quizá demasiado tontas como para entender un programa que se sale del marco reformista burgués, reduciendo y redirigiendo el espontaneismo de las masas no hacia la elevación de su conciencia, hacia la comprensión de la necesidad del socialismo y la Revolución Socialista, sino hacia la manifestación sindical y hacia la unidad entorno a la urna electoral.