PTS escribió:
Los cacerolazos y marchas que se realizaron este jueves 13 de septiembre no fueron expresión política de los intereses obreros y populares sino el de los sectores de las clases medias, en particular las más acomodadas, como intento de construir un movimiento de oposición que pueda ser canalizado por distintas variantes patronales, más allá de la forma “ciudadana” en que se presentaron estas acciones realizadas con el apoyo de los medios opositores, la Iglesia, el macrismo, sectores del propio peronismo y otras variantes reaccionarias.
El FAP y Proyecto Sur apoyan abiertamente esta movilización de derecha. Binner y Pino Solanas llegaron al colmo de igualar esta manifestación con una "pueblada" o con el "que se vayan todos" de las jornadas de diciembre 2001. A su vera, el MST de Vilma Ripoll también realiza un lamentable apoyo al cacerolazo. No nos extraña. Pese a que los votantes de centroizquierda no se movilizaron masivamente ayer, sus referentes repiten el mismo movimiento a derecha como cuando se alinearon con la Sociedad Rural en el conflicto con las patronales agrarias en 2008.
Justamente el núcleo duro de quienes se movilizaron este jueves fue el mismo sector social que en 2008 apoyó a la Mesa de Enlace agropecuaria, y hoy una parte de éste ha sido directamente afectado por algunas medidas gubernamentales, como la imposibilidad de ahorrar en dólares o el encarecimiento de los viajes al exterior, logrando que se identifiquen coyunturalmente con sus demandas otros sectores. Es el kirchnerismo, con sus medidas de regimentación política y social, con el uso discrecional de los recursos estatales para sostener el poder de su camarilla, quien le permite a estos sectores hacer demagogia “republicana” para tratar de emblocar en sus reclamos incluso a sectores de la clase trabajadora, que tienen sus propias razones para estar descontentos con el gobierno. El descontento obrero y popular con el gobierno de Cristina, que no tiene una expresión más abierta producto del enfeudamiento de las direcciones sindicales burocráticas a las variantes políticas patronales, surge de la caída de los salarios por los aumentos inflacionarios; del saqueo que constituye el cobro del “impuesto a las ganancias” a los trabajadores; de que el 75% de los jubilados cobre la mínima; de un 35% de trabajadores “en negro” y muchos más que sufren diversas formas de precarización; del despotismo patronal en todas sus formas; de tres millones de hogares sin vivienda digna; de la bronca a la burocracia sindical traidora. En suma: de que en casi una década de kirchnerismo, fueron los empresarios los que “se la llevaron en pala”, como admite la propia Cristina Fernández, mientras las pocas concesiones que recibieron los trabajadores, a pesar del fuerte crecimiento económico, hoy se van licuando una a una, mediante “ajustes” directos (como ocurre en varias provincias) e indirectos. La tragedia sería que este descontento sea canalizado por la agenda reaccionaria que le quiere imprimir la oposición patronal apoyándose en los sectores medios acomodados. Sería salir de la sartén para caer en el fuego.
En la manifestación de ayer se hablaba de falta de libertades. Pero lo que no escuchó es que en la Argentina K los perseguidos son los delegados de base antiburocráticos, los que luchan por tierra y vivienda, los que pelean contra la expoliación de la minería, los militantes de la izquierda. Que hay más de 5.000 procesados penalmente por luchar por sus derechos. Que en los últimos años murieron 18 manifestantes por luchar. Que los asesinos de Mariano Ferreyra fueron amparados por la Policía Federal y la empresa que dirige el Ferrocarril Roca, de la cual forma parte el gobierno nacional. Que el Proyecto X, denunciado por nuestros compañeros de la Comisión Interna de Kraft, es sólo la punta de lanza de una política de infiltración y espionaje a las organizaciones obreras combativas y la izquierda. Que el gatillo fácil contra la juventud explotada y oprimida aumentó exponencialmente desde que los Kirchner llegaron al poder. Que Julio López fue secuestrado por segunda vez hace seis años y el gobierno garantizó la impunidad para los criminales. Nada de ésto se escuchó en los cacerolazos de anoche.
Desde el PTS, integrante del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, oponemos a las distintas medidas de regimentación política y social que viene profundizando el gobierno, empezando por la estatización de los sindicatos (y todas las prebendas dadas a los burócratas sindicales en sus distintas variantes) y de las organizaciones estudiantiles y populares. También nos oponemos al uso discrecional por parte del gobierno de la cadena nacional, exigiendo la existencia de espacios gratuitos permanentes en condiciones igualitarias para todas las fuerzas políticas en todos los medios de comunicación, ya sean públicos o privados. Afirmando con claridad que estamos por terminar mediante la movilización obrera y popular con este régimen político y social y por un gobierno de los trabajadores, en el marco de que la mayoría de la clase obrera no comparte todavía con nosotros este objetivo, estamos por toda medida que permita la ampliación de las libertades democráticas y contra todo lo que amplíe el poder despótico y represivo del Estado capitalista, empezando por la nefasta Ley “antiterrorista” votada por el kirchnerismo. Por ello nos oponemos al intento reeleccionista del gobierno planteando la revocatoria de mandatos de todos los representantes y que estos ganen el salario promedio de un trabajador, junto con medidas como la abolición de la figura presidencial, que cuenta con verdaderas facultades de un rey sin corona. Y nos manifestamos no solo por el derecho al sufragio universal a los 16 años sino por todos los derechos para la juventud y los inmigrantes, con la mayoría de edad a partir de los 16. Estas justas demandas democráticas formales están íntimamente ligadas a la lucha por los reclamos que hacen a la vida misma de la clase trabajadora, como el fin de la precarización laboral en cualquiera de sus formas, la indexación mensual automática de los salarios de acuerdo a la inflación, el fin del “impuesto al salario”, la generalización de las asignaciones familiares, la vivienda digna para todos en base a la expropiación de los terratenientes urbanos y rurales y a un plan intensivo de construcción de viviendas para el pueblo trabajador o la nacionalización bajo administración de los trabajadores del sistema de transporte público (ferrocarril, subterráneo y colectivos), para dejar de viajar como ganado y terminar con crímenes sociales como el de Once.
Llamamos a los trabajadores, a la juventud, al conjunto de los sectores explotados y oprimidos a emprender un camino de lucha independiente del gobierno y de sus opositores patronales, imponiendo su propia agenda de reclamos. A participar de las marchas de la juventud combativa y por la aparición con vida de Jorge Julio López, y por el castigo a todos los asesinos de Mariano Ferreyra. A apoyar los reclamos y las luchas obreras. Llamamos a oponer a las distintas variantes capitalistas, la lucha por un partido de trabajadores sin patrones, para que la crisis la paguen los explotadores.
Fuente: PTS