El Indec dice que con 23 pesos alcanza para que una familia desayune, almuerce, meriende, y cene.
1. ¿Por qué el gobierno K no enfrenta la inflación?
Según el gobierno K, una familia de 4 personas puede desayunar, almorzar, merendar y cenar con $ 23 por día. Lo dice el Indec, y asegura que alcanza para pan, galletitas, carne, pollo, leche, café, té, quesos, huevos, frutas, verduras y bebidas. ¿En qué planeta vive el gobierno K? ¿Cómo puede mentir tanto para tapar que la inflación devora salarios, jubilaciones, la asignación por hijo y demás planes sociales?
Mientras crece la miseria de los de abajo, el gobierno sigue liberando los precios a los monopolios del “capitalismo de amigos”. Ahora a las petroleras, YPF, PAE, Petrobras, Total y Wintershall: venían cobrando $0,15 por metro cúbico de gas en boca de pozo, y ahora cobrarán $0,60: 300% de aumento. ¿Cuánto tardará ese brutal aumento hasta llegar a las facturas domiciliarias?
¿Por qué a las petroleras les dan el 300% de aumento, a los diputados y senadores el 100%, y a los trabajadores del subte le niegan el 28% que reclaman? ¿Por qué el gobierno le da a los monopolios el precio internacional que les permite ganancias fabulosas, y a los trabajadores les pone el “tope” del 23% en las paritarias, les recorta los salarios con el absurdo impuesto a las “ganancias”, y les quita las asignaciones familiares? Porque la política kirchnerista es que los de abajo paguen la inflación y la crisis, y los de arriba “la junten con pala”, como reconoce la presidenta en sus discursos.
Con la inflación desbocada, el gobierno gana porque recauda más impuestos, que directa o indirectamente paga el pueblo: tuvo récord de recaudación en junio y julio; por eso no le preocupa la carestía y no toma ninguna medida para frenarla.Y por el otro lado, pierde todo el pueblo porque se encarece lo que consume; pierden los salarios, las jubilaciones, los planes sociales que se desvalorizan; pierden los pequeños y medianos productores porque se encarecen sus insumos. Y también, pierden los presupuestos de salud, educación, vivienda y otros que hacen a las condiciones de vida del pueblo, porque el gobierno no actualiza esos presupuestos por la inflación. Por eso crece en las masas el malhumor, la bronca y las luchas.
2. Ya estamos en recesión
Los datos oficiales que maneja el gobierno confirmaron que el país arrastra dos trimestres consecutivos de caída de la economía (-0,2% de enero a marzo, y -2% de abril a junio), lo que técnicamente significa que la Argentina entró en recesión. Como el gobierno no tiene en cuenta la inflación real para medir esta caída, sus cifras están “infladas” un 2,5%, por lo que el bajón real de la economía sería -4,5%.
La producción automotriz había caído en junio un 34% respecto al mismo mes del 2011, por la caída de las exportaciones a Brasil; ahora también cayeron las ventas de autos nuevos y usados en el mercado interno. La industria cayó en mayo un 5,1% (dato de la UIA, respecto del mismo mes del 2011). La caída de las exportaciones a Europa y a Brasil golpea a las economías regionales. Hay miles de trabajadores con “contratos basura” despedidos.
Mientras la economía nacional se desangra, la presidenta anunció que julio había sido “record” de la recaudación de impuestos: un 28,2% más que el mismo mes del año pasado. Es la consecuencia de la inflación desbocada por la impresión de billetes de $100 a toda máquina, que se acerca al 40%. Es como echarle agua a la sopa: más billetes, en una economía en retroceso, y con un respaldo que se achica en el Banco Central, donde cada vez hay más “pagarés” del gobierno por los pesos que “le adelantan”, y los dólares que saca. Ahora pagó 2.500 millones de dólares de deuda.
Por el fracaso de la política energética K, en junio YPF importó combustibles por la cifra récord de 190 millones de dólares. No para la producción: 127 millones de dólares de eurodiesel y 40 millones de naftas premium que usan los coches caros. Solo 20 millones de gas natural.
3. La verdadera divisoria de aguas
Trabajadores del subte denuncian saqueo de Roggio y dicen “que les dejen de tirar la pelota, que se hagan cargo los dos gobiernos y se dejen de joder”. Siguen su lucha y hay que rodearlos de solidaridad (ver pág. 16). El 17 se movilizan la CCC y otras fuerzas contra la pobreza, el ajuste y la inflación. Y el fin de semana, los originarios marchan a su 6º Encuentro Nacional, con el empuje de conquistas en la lucha por la tierra y de sus condiciones de vida en las ciudades.
Macri y Cristina K, como ocurrió antes con Cristina K y Scioli con el pago del aguinaldo a estatales y docentes de Buenos Aires, se pelean por el ajuste a costa de los trabajadores y el pueblo. Además de los negocios, se pelean por ganar imagen y deteriorar a los rivales con vistas a las elecciones del 2013 y 2015. La inflación galopa, la crisis golpea duro, las “cajas” se achicaron, y ellos están “en otra”.
Otro tanto ocurre en los hospitales porteños. La ministra K Garré sacó la Policía Federal, Macri no pone la Metropolitana, y la “patota” actuó en el Santojani como si estuviera en su casa. Atrás está el negocio de la privatización de la seguridad, tanto en los hospitales como en los partidos de fútbol (que se viene ahora). Los trabajadores de la salud son los que tomaron las cosas en sus manos con el paro.
Está abierta la pelea por la sucesión presidencial, el oficialismo por su continuidad, necesita aplastar a sus rivales “de adentro”, como Scioli y De la Sota, entre otros; y de afuera, como Macri; y cada uno de esos rivales juega sus cartas. Todos, oficialistas y rivales, coinciden en seguir descargando la inflación y la crisis sobre los trabajadores y el pueblo, que es la verdadera línea divisoria de aguas en la política nacional, provincial y municipal.
Son los trabajadores del subte y los de la salud de la Capital Federal, los de la AFIP, los petroleros a los que les congelaron la paritaria, y muchos otros, los que luchan para no seguir pagando la inflación y la crisis.
4. Unidad de acción para abrirles la mano
La inflación y la crisis agudizan todas las contradicciones. Por abajo, cada vez hay más malhumor, más bronca, y más luchas, contra la política de los de arriba y su gobierno, de descargarlas sobre los trabajadores y el pueblo. Y los de arriba se pelean porque todos tienen claro que semejante crisis se puede “llevar puesto” a cualquiera de ellos.
No hay salida a la inflación y la crisis a favor del pueblo con la política K, ni la de Scioli o Macri, etc. La única manera de salir es que la paguen “los que la juntaron con pala” en el gobierno K.
Y para eso, hay que aplicar medidas como las que propone el PCR frente a la emergencia, y sus 10 puntos frente a la crisis. Lo que exige dar respuestas concretas como es el caso de las economías regionales, en las que urge que el Estado fije precios sostén, créditos promocionales y reintegros por exportación a la pequeña y mediana producción industrial y agraria. O como la puesta en marcha de los planes de un millón de viviendas y un millón de chacras.
La confluencia en las luchas de la CTA, la CGT, Federación Agraria y la CCC, con un programa de reclamos obreros, campesinos y populares, crea condiciones para forzar al gobierno, los monopolios y terratenientes a abrirles la mano. Lo que va unido a una gran batalla política en las masas para trazar la divisoria de aguas en quién paga la inflación y la crisis. Peleando por la personería del PTP, y trabajando para unir a las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, creando las condiciones para actuar en todos los escenarios, las tormentas sociales y políticas, y también las elecciones.
Para torcerle el brazo a esta política y que los trabajadores y el pueblo no sigan pagando la inflación y la crisis, hay que cambiar la correlación de fuerzas en los cuerpos de delegados de las grandes empresas y demás centros de concentración, para que los trabajadores hegemonicen esa gran batalla política, en el camino de la liberación nacional y social.
Fuente; PCR