INTERVENCIÓN PCPE EN BRUSELAS. "Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la Humanidad"
En primer lugar no queremos dejar de reconocer al KKE su esfuerzo y acierto en convocar este nuevo encuentro de Partidos Comunistas y Obreros. Gracias camaradas.
Se dice en el Manifiesto Comunista que “Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la Humanidad. Son todas expresión generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vivida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos”
Por ello es tan importante para los y las comunistas la correcta caracterización de la crisis. No es absoluto un capricho teórico abstracto alejado de la lucha de clases, es lo que determinará nuestra intervención política inmediata y futura.
Más de 5 años de crisis capitalista nos permiten caracterizarla como estructural y propia de la fase actual de desarrollo capitalista. No es un problema de determinadas políticas desarrolladas en los años previos a su estallido, ni de la mala gestión de unos u otros, no es, consecuentemente, una cuestión que se solucione sólo con un cambio de sillas dentro del sistema.
Todo lo que no sea ese análisis, todo lo que niegue este carácter estructural y hable sólo de crisis parciales negando además el papel principal de la existente entre capital y trabajo y ocultando el papel central de la clase obrera y/o negando o cuestionando la salida socialista a la crisis como única favorable a los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares, ayuda a la confusión y dificulta el avance revolucionario.
En España el reformismo político, social y sindical que engaña a las masas que luchan con una salida reformista a la crisis con absurdas propuestas idealistas que reivindican una marcha atrás hacia escenario s de crecimiento económico y derechos sociales, laborales y civiles, está agotando de forma acelerada capacidades de lucha de la clase obrera y el pueblo al no situar de ninguna de las maneras una estrategia de lucha clara orientada a la superación del sistema y marcar exclusivamente una difusa lucha “ciudadana” por la democracia, de carácter interclasista como centro de su estrategia.
Ejemplos de todo ellos son:
El movimiento de los indignados. Centrado en la regeneración de la democracia española agoniza al año y medio de levantar la Spanish Revolution. Con su agonía languidecen las esperanzas de los millones de trabajadores y trabajadoras que de buena voluntad le llenaron las plazas a la pequeña burguesía. Sólo han pasado 17 meses desde aquel 15 de Mayo de 2011 y lo que iba a cambiar la historia y las formas de organización de las masas enterrando las “caducas” herramientas de la clase obrera, no ha sido capaz de estructurar la más mínima organización. A pesar de esta evidencia, aun se está esperando la primera autocrítica de alguno de los oportunistas de todo tipo que, al unísono con el Financial Times, aplaudieron esta nueva forma de lucha y se apuntaron a ella entusiastamente.
Los sindicatos mayoritarios han cedido el liderazgo de la lucha obrera a una amplia “cumbre social” interclasista enla que está hasta el PSOE y cuya única reivindicación es la convocatoria de un referéndum sobre la aplicación de los recortes por parte del PP. Con esta medida, rehúyen la responsabilidad de convocar una nueva y necesaria Huelga General que sitúe en la producción y en la acción conjunta de la clase obrera nuestra respuesta y proclaman a los cuatro vientos que el problema es de la “derecha” y las políticas neoliberales. Más Europa y un giro social de ésta es la conclusión de su propuesta política. Noticias de hoy mismo dicen que quizás se convoque una HG para Noviembre; estaremos atentos y, sin duda, trataremos de desbordar los estrechos límites que sus convocantes establecerán.
Por último, el intento de renacer al movimiento de los indignados con las manifestaciones que estos días están cercando al parlamento diciendo que se vayan todos los políticos porque todos son iguales, abre la puerta a una agudización de la represión y el ataque a derechos básicos como el de manifestación y huelga. Cuando los medios de comunicación del sistema radian en directo y convocan a participar en estas movilizaciones, es evidente que este nuevo movimiento dirigido políticamente por sectores de la pequeña burguesía radicalizada, está cubriendo unas determinadas necesidades políticas del sistema que se orientan contra el movimiento obrero. Nuestro Partido que padece todos los días la represión por parte del estado sabe perfectamente lo irresponsable de esta actuación.
Para Bernstein el movimiento lo era todo, para los marxistas – leninistas es evidente que no lo es; que lo que determina y marca al final lo valido de una política y de una lucha es si es útil a la clase trabajadora y al pueblo o no. Si empuja en el sentido de la Historia en este periodo histórico de transición del capitalismo al socialismo, o se enmarca en alguna de las muchas variantes que ensaya el sistema para seguir manteniendo viva la barbarie capitalista.
Todas estas experiencias “movimentistas” de sólida posición ideológica anticomunista son una muestra clara de la desorientación en que vive en España una clase obrera subsidiaria en lo ideológico de la socialdemocracia y el reformismo.
Y ante esto ¿qué hacer? ¿cuál es nuestra obligación?
Impulsar una decidida y urgente intervención directa de nuestro Partido ante nuestra clase. Dirigirnos a ellos directamente como comunistas y hablarles con claridad de cual es el análisis que hacemos los comunistas y cómo entendemos nosotros y nosotras que es posible superar esta realidad de opresión que los sitúa de forma acelerada en la pobreza y en la miseria. Nuestra responsabilidad es intervenir y liderar la lucha obrera y popular. En última instancia es la lucha de masas lo que debe determinar la eficacia de nuestro trabajo y la actividad partidaria. El avance de nuestra militancia en ese terreno dependerá de su capacidad para ser reconocidos a la vez como comunistas y como dirigentes populares. No es para nada un momento de debates interiorizados y de una organización ausente de la lucha de las masas. Un comunista que no es reconocido como tal por sus compañeros de trabajo o vecinos no está a la altura de las circunstancias históricas de la lucha de clases.
Y esa intervención, que reclamamos como urgente, se debe ajustar a una táctica coherente con la estrategia y que sea capaz de elevar el nivel de conciencia de los que luchan y del pueblo en general. No nos es posible confundirlos, no podemos participar de ninguna de las maneras del engaño de que son posibles salidas sociales a la crisis en el capitalismo mediante la aplicación de políticas distintas basadas en medidas fiscales progresivas. El ejemplo del gobierno de coalición entre el PSOE e IU en Andalucía aplicando los recortes sociales con “dolor” y por “imperativo legal” es la muestra más clara de que no existen esas vías sociales de superación de la crisis. Todos los gobiernos llamados de progreso, bien sea el de Zapatero anteriormente, ahora el de Hollande o todos en los que gobierna sola o en coalición Izquierda Unida o cualquiera de los partidos del PIE demuestran nuestra afirmación.
En el PCPE definimos en nuestro último Congreso que lo primero es marcar y tener una política activa en el seno del movimiento obrero por la articulación del sindicalismo de clase. Una práctica sindical de clase que haga del rechazo al pacto social y de la convocatoria de la huelga general su seña de identidad. Al margen del carnet sindical que ostente cada uno de los trabajadores y trabajadoras que compartan con nosotros este objetivo, es necesario desarrollar una política que propicie el encuentro de los elementos más conscientes y combativos de la clase obrera. Tras su primer encuentro estatal, podemos afirmar ya que los Comités para la Unidad Obrera son una embrionaria, pero muy dinámica realidad dentro del movimiento obrero y sindical en España.
Este movimiento obrero clasista será el que habrá de nuclear una amplia alianza social que enfrentando en lo concreto las agresiones que sufrimos cada día, sitúe el horizonte del socialismo como vía definitiva de superación de la realidad que nos explota y oprime cada día. Nosotros lo hemos denominado Frente Obrero y Popular por el Socialismo y hacia su desarrollo volcamos todas nuestras capacidades organizativas y militantes.
Y para ayudar a que todo esto se convierta en una realidad, estamos desarrollando una fuerte campaña contra el €, la UE y la OTAN. Una campaña orientada, como decíamos antes, a la intervención directa del Partido y la Juventud Comunista ante nuestra clase y que su desarrollo nos permite afirmar que cuando se explica en los centros de trabajo, en la calle con los que se manifiestan contra los recortes o en los barrios ante los que viven con la dificultad creciente de llenar la cesta de la compra y llegar a fin de mes, es fácil explicar que nada se puede esperar de las instituciones y máximos representantes de este sistema que nos niega todos los derechos y nos hunde en la miseria.
Camaradas, os hacemos un llamamiento formal y solemne a que unamos todas nuestras capacidades militantes en una campaña unitaria contra el €, la UE y la OTAN. Nuestra posición de rechazo frontal a la moneda única, a la UE y a la OTAN marcan el lado de la barricada en que acabará cada uno. Algunos, como la CES o el PIE, hace ya muchos años que cruzaron este Rubicón, otros aun se debaten entre uno u otro lado de la barricada. Sin duda una actuación decidida y unitaria de los comunistas europeos en este sentido ayudará a posicionarlos correctamente.
Por último, una reflexión que consideramos esencial:
Todo lo que se está hablando en esta sala, todos los buenos análisis que se están realizando y las interesantísimas propuestas que se están haciendo, avanzarán o no, fructificarán o se quedarán en meros propósitos dependiendo fundamentalmente de un elemento: La existencia o no de un fuerte y cohesionado ideológica, política y organizativamente Partido Comunista que ejerza y sea reconocido por la clase obrera como su vanguardia política.
Ese debe ser nuestro máximo compromiso, trabajar denodadamente y sin descanso por hacer de todos nuestros partidos los elementos centrales de la lucha de clases en cada uno de nuestros países.
Muchas gracias camaradas
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En primer lugar no queremos dejar de reconocer al KKE su esfuerzo y acierto en convocar este nuevo encuentro de Partidos Comunistas y Obreros. Gracias camaradas.
Se dice en el Manifiesto Comunista que “Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la Humanidad. Son todas expresión generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vivida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos”
Por ello es tan importante para los y las comunistas la correcta caracterización de la crisis. No es absoluto un capricho teórico abstracto alejado de la lucha de clases, es lo que determinará nuestra intervención política inmediata y futura.
Más de 5 años de crisis capitalista nos permiten caracterizarla como estructural y propia de la fase actual de desarrollo capitalista. No es un problema de determinadas políticas desarrolladas en los años previos a su estallido, ni de la mala gestión de unos u otros, no es, consecuentemente, una cuestión que se solucione sólo con un cambio de sillas dentro del sistema.
Todo lo que no sea ese análisis, todo lo que niegue este carácter estructural y hable sólo de crisis parciales negando además el papel principal de la existente entre capital y trabajo y ocultando el papel central de la clase obrera y/o negando o cuestionando la salida socialista a la crisis como única favorable a los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares, ayuda a la confusión y dificulta el avance revolucionario.
En España el reformismo político, social y sindical que engaña a las masas que luchan con una salida reformista a la crisis con absurdas propuestas idealistas que reivindican una marcha atrás hacia escenario s de crecimiento económico y derechos sociales, laborales y civiles, está agotando de forma acelerada capacidades de lucha de la clase obrera y el pueblo al no situar de ninguna de las maneras una estrategia de lucha clara orientada a la superación del sistema y marcar exclusivamente una difusa lucha “ciudadana” por la democracia, de carácter interclasista como centro de su estrategia.
Ejemplos de todo ellos son:
El movimiento de los indignados. Centrado en la regeneración de la democracia española agoniza al año y medio de levantar la Spanish Revolution. Con su agonía languidecen las esperanzas de los millones de trabajadores y trabajadoras que de buena voluntad le llenaron las plazas a la pequeña burguesía. Sólo han pasado 17 meses desde aquel 15 de Mayo de 2011 y lo que iba a cambiar la historia y las formas de organización de las masas enterrando las “caducas” herramientas de la clase obrera, no ha sido capaz de estructurar la más mínima organización. A pesar de esta evidencia, aun se está esperando la primera autocrítica de alguno de los oportunistas de todo tipo que, al unísono con el Financial Times, aplaudieron esta nueva forma de lucha y se apuntaron a ella entusiastamente.
Los sindicatos mayoritarios han cedido el liderazgo de la lucha obrera a una amplia “cumbre social” interclasista enla que está hasta el PSOE y cuya única reivindicación es la convocatoria de un referéndum sobre la aplicación de los recortes por parte del PP. Con esta medida, rehúyen la responsabilidad de convocar una nueva y necesaria Huelga General que sitúe en la producción y en la acción conjunta de la clase obrera nuestra respuesta y proclaman a los cuatro vientos que el problema es de la “derecha” y las políticas neoliberales. Más Europa y un giro social de ésta es la conclusión de su propuesta política. Noticias de hoy mismo dicen que quizás se convoque una HG para Noviembre; estaremos atentos y, sin duda, trataremos de desbordar los estrechos límites que sus convocantes establecerán.
Por último, el intento de renacer al movimiento de los indignados con las manifestaciones que estos días están cercando al parlamento diciendo que se vayan todos los políticos porque todos son iguales, abre la puerta a una agudización de la represión y el ataque a derechos básicos como el de manifestación y huelga. Cuando los medios de comunicación del sistema radian en directo y convocan a participar en estas movilizaciones, es evidente que este nuevo movimiento dirigido políticamente por sectores de la pequeña burguesía radicalizada, está cubriendo unas determinadas necesidades políticas del sistema que se orientan contra el movimiento obrero. Nuestro Partido que padece todos los días la represión por parte del estado sabe perfectamente lo irresponsable de esta actuación.
Para Bernstein el movimiento lo era todo, para los marxistas – leninistas es evidente que no lo es; que lo que determina y marca al final lo valido de una política y de una lucha es si es útil a la clase trabajadora y al pueblo o no. Si empuja en el sentido de la Historia en este periodo histórico de transición del capitalismo al socialismo, o se enmarca en alguna de las muchas variantes que ensaya el sistema para seguir manteniendo viva la barbarie capitalista.
Todas estas experiencias “movimentistas” de sólida posición ideológica anticomunista son una muestra clara de la desorientación en que vive en España una clase obrera subsidiaria en lo ideológico de la socialdemocracia y el reformismo.
Y ante esto ¿qué hacer? ¿cuál es nuestra obligación?
Impulsar una decidida y urgente intervención directa de nuestro Partido ante nuestra clase. Dirigirnos a ellos directamente como comunistas y hablarles con claridad de cual es el análisis que hacemos los comunistas y cómo entendemos nosotros y nosotras que es posible superar esta realidad de opresión que los sitúa de forma acelerada en la pobreza y en la miseria. Nuestra responsabilidad es intervenir y liderar la lucha obrera y popular. En última instancia es la lucha de masas lo que debe determinar la eficacia de nuestro trabajo y la actividad partidaria. El avance de nuestra militancia en ese terreno dependerá de su capacidad para ser reconocidos a la vez como comunistas y como dirigentes populares. No es para nada un momento de debates interiorizados y de una organización ausente de la lucha de las masas. Un comunista que no es reconocido como tal por sus compañeros de trabajo o vecinos no está a la altura de las circunstancias históricas de la lucha de clases.
Y esa intervención, que reclamamos como urgente, se debe ajustar a una táctica coherente con la estrategia y que sea capaz de elevar el nivel de conciencia de los que luchan y del pueblo en general. No nos es posible confundirlos, no podemos participar de ninguna de las maneras del engaño de que son posibles salidas sociales a la crisis en el capitalismo mediante la aplicación de políticas distintas basadas en medidas fiscales progresivas. El ejemplo del gobierno de coalición entre el PSOE e IU en Andalucía aplicando los recortes sociales con “dolor” y por “imperativo legal” es la muestra más clara de que no existen esas vías sociales de superación de la crisis. Todos los gobiernos llamados de progreso, bien sea el de Zapatero anteriormente, ahora el de Hollande o todos en los que gobierna sola o en coalición Izquierda Unida o cualquiera de los partidos del PIE demuestran nuestra afirmación.
En el PCPE definimos en nuestro último Congreso que lo primero es marcar y tener una política activa en el seno del movimiento obrero por la articulación del sindicalismo de clase. Una práctica sindical de clase que haga del rechazo al pacto social y de la convocatoria de la huelga general su seña de identidad. Al margen del carnet sindical que ostente cada uno de los trabajadores y trabajadoras que compartan con nosotros este objetivo, es necesario desarrollar una política que propicie el encuentro de los elementos más conscientes y combativos de la clase obrera. Tras su primer encuentro estatal, podemos afirmar ya que los Comités para la Unidad Obrera son una embrionaria, pero muy dinámica realidad dentro del movimiento obrero y sindical en España.
Este movimiento obrero clasista será el que habrá de nuclear una amplia alianza social que enfrentando en lo concreto las agresiones que sufrimos cada día, sitúe el horizonte del socialismo como vía definitiva de superación de la realidad que nos explota y oprime cada día. Nosotros lo hemos denominado Frente Obrero y Popular por el Socialismo y hacia su desarrollo volcamos todas nuestras capacidades organizativas y militantes.
Y para ayudar a que todo esto se convierta en una realidad, estamos desarrollando una fuerte campaña contra el €, la UE y la OTAN. Una campaña orientada, como decíamos antes, a la intervención directa del Partido y la Juventud Comunista ante nuestra clase y que su desarrollo nos permite afirmar que cuando se explica en los centros de trabajo, en la calle con los que se manifiestan contra los recortes o en los barrios ante los que viven con la dificultad creciente de llenar la cesta de la compra y llegar a fin de mes, es fácil explicar que nada se puede esperar de las instituciones y máximos representantes de este sistema que nos niega todos los derechos y nos hunde en la miseria.
Camaradas, os hacemos un llamamiento formal y solemne a que unamos todas nuestras capacidades militantes en una campaña unitaria contra el €, la UE y la OTAN. Nuestra posición de rechazo frontal a la moneda única, a la UE y a la OTAN marcan el lado de la barricada en que acabará cada uno. Algunos, como la CES o el PIE, hace ya muchos años que cruzaron este Rubicón, otros aun se debaten entre uno u otro lado de la barricada. Sin duda una actuación decidida y unitaria de los comunistas europeos en este sentido ayudará a posicionarlos correctamente.
Por último, una reflexión que consideramos esencial:
Todo lo que se está hablando en esta sala, todos los buenos análisis que se están realizando y las interesantísimas propuestas que se están haciendo, avanzarán o no, fructificarán o se quedarán en meros propósitos dependiendo fundamentalmente de un elemento: La existencia o no de un fuerte y cohesionado ideológica, política y organizativamente Partido Comunista que ejerza y sea reconocido por la clase obrera como su vanguardia política.
Ese debe ser nuestro máximo compromiso, trabajar denodadamente y sin descanso por hacer de todos nuestros partidos los elementos centrales de la lucha de clases en cada uno de nuestros países.
Muchas gracias camaradas
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