12 de Octubre: ¡nada que celebrar!
Fuente y original en catalán
Hoy 12 de Octubre se cumplen 520 años desde que Colón llegó accidentalmente a América, comenzando una de las páginas más negras de la Historia. 520 años se cumplen de aquel fatídico 12 de Octubre en que empezó un genocidio imparable contra los indígenas americanos y sus culturas. Genocidio que hoy en día todavía perdura, como lo demuestra la heroica lucha del pueblo Mapuche en Chile por su derecho a la existencia como pueblo, derecho que le es continuamente negado por el Estado chileno, bajo la polivalente excusa del “terrorismo”.
520 años, en definitiva, de expolio de los recursos naturales, especialmente de oro y plata, 520 años de genocidios étnicos, de eliminación de culturas, 520 años de imperialismo; pero también 520 años de resistencia y 520 de luchas, unas victoriosas y otras no, pero siempre combatiente desde primera línea al imperialismo internacional.
Un historial como el descrito sería suficiente como para avergonzarse, como para pedir perdón por el exterminio tanto humano como cultural llevado a cabo por las clases explotadoras de la Europa occidental contra los pueblos indígenas de América.
Pero la oligarquía financiera del Estado español, heredera directa del fascismo impuesto por las armas el 1939 que celebraba el “descubrimiento” del continente Americano como “Día de la Raza”, no sólo no parece avergonzada de las masacres ocurridas, especialmente, en América Latina bajo dominio español, sino que además todavía tiene sueños imperiales sobre aquellos territorios que, más o menos lentamente, van emancipándose del imperialismo, van rompiendo vínculos con él creando un importante polo antiimperialista.
Pruebas de estos sueños imperiales, o como mínimo de la supuesta superioridad que algunos representantes de la oligarquía financiera española creen tener sobre cualquier líder sudamericano, las tenemos en el penoso “¿Por qué no te callas?” del, esperamos por poco tiempo, monarca del Estado español al presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez.
Pero también en la constante penetración de capitales españoles en tierras sudamericanas y en las agresivas reacciones que despierta entre los miembros de la oligarquía financiera cualquier tipo de nacionalización. Se ve que esto de mover capitales de un lugar al otro según el beneficio que se obtenga, exportando la miseria y la sobreexplotación allá donde estos aparecen, está muy bien, es muy “democrático” y muy “civilizado”. Ahora bien, nacionalizar un recurso, ponerlo al servicio de una nación inmersa en un tímido proceso antiimperialista cómo es Argentina, ya no está tan bien, ni resulta tan “democrático” (a pesar de estar aprobado por el parlamento argentino), ni tan “civilizado”, todo al contrario.
En definitiva, si algo favorece los intereses del imperialismo, ningún problema, todo es un camino de rosas. Pero cómo se ose cuestionar estos intereses, entonces este algo acontece una violación terrible de todo tipo de “derechos”: el de la propiedad privada, el de la libertad de empresa, etcétera. En definitiva, del derecho de la burguesía: el derecho de vivir del trabajo que hacen los otros, independientemente de las condiciones en que trabajen los explotados.
El imperialismo, por lo tanto, no sólo no se avergüenza de las masacres perpetradas en América Latina, sino que incluso “eleva” a categoría de “fiesta nacional” el comienzo, el pistoletazo de salida de tantas vejaciones y genocidios.
Pero la opresión que lleva a cabo el imperialismo no es sólo una opresión que pretende imitar el antiguo colonialismo, contra pueblos lejanos, sino también de clase, contra el proletariado, los campesinos, los estudiantes, contra el pueblo trabajador en general, y nacional, contra las naciones y los pueblos oprimidos de todo el Estado español.
La situación de miseria a que nos somete el imperialismo, los jóvenes que vivimos en el Estado español la conocemos bien: más de un 50% de paro juvenil y trabajo en condiciones inhumanas para quién lo encuentra. En definitiva: hambre y explotación. Esto es el único que puede aportarnos el imperialismo a los estudiantes y a la juventud trabajadora.
Hoy 12 de Octubre el imperialismo vuelve a recordarnos que su bota está muy presente sobre nuestras cabezas: que la opresión tanto de clase como nacional existe, por más que estas se escondan bajo el maquillaje de una democracia directamente heredera del fascismo.
Pero ya es hora de decir basta: es hora de decir basta a siglos de opresión social y nacional. Es hora de decir basta a seguir celebrando el comienzo de una barbarie que todavía hoy perdura. Es hora de decir basta a la condena de miseria y explotación que sufre la juventud trabajadora. Es hora de decir basta al excesivo aumento de los precios de la enseñanza pública, especialmente de la universidad. Es hora de decir basta a la intervención imperialista en otros países. Es hora de decir basta a la represión de aquellos que luchan para acabar con la miseria que nos impone el sistema y a la existencia de presos políticos. Es hora de decir basta a los capitalistas y a su sistema que no puede ofrecernos más que una vida de esclavos.
520 años, en definitiva, de expolio de los recursos naturales, especialmente de oro y plata, 520 años de genocidios étnicos, de eliminación de culturas, 520 años de imperialismo; pero también 520 años de resistencia y 520 de luchas, unas victoriosas y otras no, pero siempre combatiente desde primera línea al imperialismo internacional.
Un historial como el descrito sería suficiente como para avergonzarse, como para pedir perdón por el exterminio tanto humano como cultural llevado a cabo por las clases explotadoras de la Europa occidental contra los pueblos indígenas de América.
Pero la oligarquía financiera del Estado español, heredera directa del fascismo impuesto por las armas el 1939 que celebraba el “descubrimiento” del continente Americano como “Día de la Raza”, no sólo no parece avergonzada de las masacres ocurridas, especialmente, en América Latina bajo dominio español, sino que además todavía tiene sueños imperiales sobre aquellos territorios que, más o menos lentamente, van emancipándose del imperialismo, van rompiendo vínculos con él creando un importante polo antiimperialista.
Pruebas de estos sueños imperiales, o como mínimo de la supuesta superioridad que algunos representantes de la oligarquía financiera española creen tener sobre cualquier líder sudamericano, las tenemos en el penoso “¿Por qué no te callas?” del, esperamos por poco tiempo, monarca del Estado español al presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez.
Pero también en la constante penetración de capitales españoles en tierras sudamericanas y en las agresivas reacciones que despierta entre los miembros de la oligarquía financiera cualquier tipo de nacionalización. Se ve que esto de mover capitales de un lugar al otro según el beneficio que se obtenga, exportando la miseria y la sobreexplotación allá donde estos aparecen, está muy bien, es muy “democrático” y muy “civilizado”. Ahora bien, nacionalizar un recurso, ponerlo al servicio de una nación inmersa en un tímido proceso antiimperialista cómo es Argentina, ya no está tan bien, ni resulta tan “democrático” (a pesar de estar aprobado por el parlamento argentino), ni tan “civilizado”, todo al contrario.
En definitiva, si algo favorece los intereses del imperialismo, ningún problema, todo es un camino de rosas. Pero cómo se ose cuestionar estos intereses, entonces este algo acontece una violación terrible de todo tipo de “derechos”: el de la propiedad privada, el de la libertad de empresa, etcétera. En definitiva, del derecho de la burguesía: el derecho de vivir del trabajo que hacen los otros, independientemente de las condiciones en que trabajen los explotados.
El imperialismo, por lo tanto, no sólo no se avergüenza de las masacres perpetradas en América Latina, sino que incluso “eleva” a categoría de “fiesta nacional” el comienzo, el pistoletazo de salida de tantas vejaciones y genocidios.
Pero la opresión que lleva a cabo el imperialismo no es sólo una opresión que pretende imitar el antiguo colonialismo, contra pueblos lejanos, sino también de clase, contra el proletariado, los campesinos, los estudiantes, contra el pueblo trabajador en general, y nacional, contra las naciones y los pueblos oprimidos de todo el Estado español.
La situación de miseria a que nos somete el imperialismo, los jóvenes que vivimos en el Estado español la conocemos bien: más de un 50% de paro juvenil y trabajo en condiciones inhumanas para quién lo encuentra. En definitiva: hambre y explotación. Esto es el único que puede aportarnos el imperialismo a los estudiantes y a la juventud trabajadora.
Hoy 12 de Octubre el imperialismo vuelve a recordarnos que su bota está muy presente sobre nuestras cabezas: que la opresión tanto de clase como nacional existe, por más que estas se escondan bajo el maquillaje de una democracia directamente heredera del fascismo.
Pero ya es hora de decir basta: es hora de decir basta a siglos de opresión social y nacional. Es hora de decir basta a seguir celebrando el comienzo de una barbarie que todavía hoy perdura. Es hora de decir basta a la condena de miseria y explotación que sufre la juventud trabajadora. Es hora de decir basta al excesivo aumento de los precios de la enseñanza pública, especialmente de la universidad. Es hora de decir basta a la intervención imperialista en otros países. Es hora de decir basta a la represión de aquellos que luchan para acabar con la miseria que nos impone el sistema y a la existencia de presos políticos. Es hora de decir basta a los capitalistas y a su sistema que no puede ofrecernos más que una vida de esclavos.
¡12 DE OCTUBRE: NADA QUE CELEBRAR!
¡VIVA El INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS!
¡ACABEMOS CON El IMPERIALISMO, CONSTRUYAMOS EL SOCIALISMO!
COMITÉ NACIONAL DE LA FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE CATALUNYA (FJCC)
¡VIVA El INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS!
¡ACABEMOS CON El IMPERIALISMO, CONSTRUYAMOS EL SOCIALISMO!
COMITÉ NACIONAL DE LA FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE CATALUNYA (FJCC)
Fuente y original en catalán