Manifiesto
El próximo sábado 13 de octubre vamos a salir a la calle cacerola en mano en cientos de ciudades de todo el mundo (http://www.globalnoise.net/). Dado que no nos quieren escuchar, vamos a hacer ruido para mostrar nuestra repulsa a las desigualdades y la opresión de un sistema económico injusto que pone al capital por delante de las personas.
Manifestamos nuestro rechazo al pago de una deuda ilegítima y odiosa, que no es nuestra y que ha sido contraída contra los intereses de la mayoría de la población. Más del 80% del total de la deuda española es deuda privada, principalmente en manos de la banca y las grandes empresas, que la han generado obteniendo por el camino enormes beneficios de los que no han hecho partícipes al conjunto de la población.
Con las ayudas del estado a la banca, 215 mil millones de euros hasta junio de 2012, a los que hay que sumar los 100 mil del nuevo préstamo europeo, esta deuda privada se está convirtiendo en deuda pública cuyo pago se nos impone a tod@s con recortes y privaciones.
Estas ayudas, sumadas a los 412 mil millones que la banca ha recibido del Banco Central Europeo, no están sirviendo para reactivar el crédito a empresas y familias como nos dice el Gobierno. ¡Mentira! El dinero que se nos quita de nuestros servicios públicos y prestaciones sociales, y que nunca será devuelto, está siendo utilizado para tapar sus agujeros, para que la gran banca haga negocio y para que sigan especulando en los mercados financieros generando más inestabilidad global.
Las políticas de reformas, recortes y privatizaciones que se aplican en España y otros países son previamente pactadas por los gobiernos en el marco de los tratados europeos (Pacto del Euro, Pacto Fiscal, etc.) que se firman de espaldas a la población. Son los propios gobiernos los que legitiman la imposición por parte de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) de programas de ajuste macroeconómico que ponen a la ciudadanía y los estados al servicio de la banca y las grandes empresas.
En estos tratados ya se recogía la modificación de la Constitución para dar carácter prioritario al pago de la deuda por delante de cualquier otro gasto público. Ahora, el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) impone la brutal condicionalidad que tendremos que aceptar bajo el control directo de la troika por un “rescate” que se dedicará a pagar una deuda que no es nuestra.
Esto ya ha pasado antes, no es nuevo. Las políticas que hoy se nos imponen son las mismas que, bajo la denominación de “ajuste estructural”, se aplicaron hace más de 30 años en los países de la periferia. Con la excusa de la deuda se impulsaron recortes, privatizaciones, desregulaciones y liberalizaciones, se expoliaron los recursos naturales y se generó una importante crisis social y ecológica, siguiendo la misma lógica de convertirlo todo en mercancía con la que hacer negocio y obtener el máximo beneficio económico a corto plazo, para años después reconocer que “se había perdido una década”.
Frente a este ataque de las oligarquías financieras y empresariales, que se produce con la connivencia de gobiernos e instituciones internacionales, nuestra lucha no se puede limitar a defender los derechos y libertades ciudadanos logrados en las últimas décadas y que están siendo socavados por las actuales políticas “anti-crisis”; es imprescindible emprender una profunda transformación social, política y económica hacia un modelo justo y sostenible.
Por eso, el 13 de octubre saldremos a la calle a decir que esta es una deuda ilegítima y odiosa, y que no estamos dispuest@s a pagarla. Salimos a la calle a decir ¡NO DEBEMOS, NO PAGAMOS! Salimos a decirles que no aceptamos pagar su deuda, no a los recortes en sanidad, educación, prestaciones sociales y protección ambiental, no a las privatizaciones, no a las reformas laborales y el desempleo, no a los privilegios económicos, no a la especulación con la vivienda, no a los rescates y no a un Gobierno y una Unión Europea de la banca y las grandes empresas.
Exigimos la moratoria en el pago de la deuda hasta realizar una auditoría ciudadana, y repudio del pago de toda aquella deuda que resulte ilegítima por no haber repercutido en beneficio del conjunto de la población;
La determinación de responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima;
La creación de una banca pública, bajo control social, al servicio de las personas y la sociedad y no sometida a otros intereses que los generales;
La redistribución de la riqueza por medio de un sistema fiscal progresivo y justo que grave más a quien más tiene, y la persecución del fraude fiscal, así como la prohibición de operar en paraísos fiscales hasta conseguir su cierre;
El cese inmediato de privatizaciones y recortes, y el desarrollo de unos servicios públicos suficientes que garanticen la cobertura de las necesidades de toda la población;
La regulación inmediata del mercado inmobiliario para acabar con la especulación de un bien de primera necesidad, el establecimiento de la normativa legal que ampare a las personas que necesiten acogerse a la dación en pago, así como la moratoria de los desahucios y la reconversión de pisos hipotecados ejecutados y pisos vacíos para el establecimiento de un parque público de viviendas en régimen de alquiler social;
La anulación de la reforma laboral y la creación de un nuevo marco laboral que proteja los derechos de las personas trabajadoras. La implantación de salarios mínimos y rentas básicas que permitan cubrir sus necesidades a toda la ciudadanía, así como el establecimiento de salarios máximos;
La derogación de los tratados y pactos que constituyen la Unión Europea de las grandes empresas y bancos, así como la construcción de una Europa social y democrática.
Estas y otras exigencias son alternativas viables que benefician al conjunto de la población, pasos hacia un nuevo modelo al servicio de las personas. No se aplican porque los gobiernos, instituciones, bancos, grandes empresas y fortunas solo miran por sus propios intereses, contrarios a la democracia y la ciudadanía.
Sabemos que la lucha es el único camino. Sólo desde nosotr@s mism@s, desde nuestras luchas y reivindicaciones se puede generar el cambio, con el que demos un viraje absoluto a los modelos políticos y económicos que se nos imponen. Es el momento de unir todas las luchas en una, de salir a la calle a pelear por un mundo mejor que ponga en el centro la solidaridad entre las personas y los pueblos, la igualdad, la justicia social y ecológica, los derechos humanos y la vida.
¡NO DEBEMOS, NO PAGAMOS!