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Cuando yo era niño coleccionaba cromos de futbolistas. Como todos porque era lo que había. El caso es que ni entonces me gustaba el fútbol ni pese a esa formación he llegado a interesarme en ningún momento de mi vida por dicho deporte.
En su juventud uno de mis héroes intelectuales fue introducido en la filosofía de Kant ni más ni menos que por Kracauer, a la sazón amigo de su familia. Otro de mis referentes, en este caso musical recibió de pequeño clases de piano de su madre. Por supuesto que ni lo uno ni lo otro va en detrimento no ya del talento de ambos sino tan siquiera de la profunda admiración que siento por ellos. Entre otras cosas porque tanto T. Adorno como D. Shostakovich no solo demuestran lo que un entorno puede influir en nuestro ser sino también porque ambos dedicaron buena parte de su trabajo y de sus vidas a promover condiciones dignas e iguales para todos en lugar de ahondar en los condicionamientos de clase. Pero es necesario recordar que difícilmente podremos amar aquello que no nos dan a conocer o si se hace nunca con igual entusiasmo que la formación como ciudadano alienado y consumista que es en definitiva la que recibimos y lo que viene a poner de manifiesto las verdaderas intenciones de los partidos que en los regímenes demoliberales se van alternando e el poder.
El niño Allan Pettersson no se si coleccionaba cromos de futbolistas . Creo que ni eso podría. Lo que si que coleccionaba fueron golpes. De su entorno recibió también el robo por parte de su alcohólico y agresivo padre de un violín que con enorme esfuerzo había logrado comprarse tras muchas jornadas de explotación laboral infantil. Por eso quizás sus "veinticuatro canciones descalzas" no son fáciles de escuchar...o sí.
En su juventud uno de mis héroes intelectuales fue introducido en la filosofía de Kant ni más ni menos que por Kracauer, a la sazón amigo de su familia. Otro de mis referentes, en este caso musical recibió de pequeño clases de piano de su madre. Por supuesto que ni lo uno ni lo otro va en detrimento no ya del talento de ambos sino tan siquiera de la profunda admiración que siento por ellos. Entre otras cosas porque tanto T. Adorno como D. Shostakovich no solo demuestran lo que un entorno puede influir en nuestro ser sino también porque ambos dedicaron buena parte de su trabajo y de sus vidas a promover condiciones dignas e iguales para todos en lugar de ahondar en los condicionamientos de clase. Pero es necesario recordar que difícilmente podremos amar aquello que no nos dan a conocer o si se hace nunca con igual entusiasmo que la formación como ciudadano alienado y consumista que es en definitiva la que recibimos y lo que viene a poner de manifiesto las verdaderas intenciones de los partidos que en los regímenes demoliberales se van alternando e el poder.
El niño Allan Pettersson no se si coleccionaba cromos de futbolistas . Creo que ni eso podría. Lo que si que coleccionaba fueron golpes. De su entorno recibió también el robo por parte de su alcohólico y agresivo padre de un violín que con enorme esfuerzo había logrado comprarse tras muchas jornadas de explotación laboral infantil. Por eso quizás sus "veinticuatro canciones descalzas" no son fáciles de escuchar...o sí.
