Hay que distinguir entre los dos sectores que componen la vanguardia teórica: la vanguardia teórica marxista-leninista y la vanguardia teórica no marxista-leninista. La vanguardia teórica marxista-leninista es la portadora de la ideología de vanguardia, del socialismo científico depurado de elementos revisionistas, mientras que la vanguardia teórica no marxista-leninista es aquella que teniendo objetivos revolucionarios no ha aprehendido el marxismo-leninismo y por tanto no lo aplica. Esta vanguardia teórica está formada tanto por las corrientes teóricas que se autodenominen marxistas-leninistas y en realidad no lo son (revisionistas) como las que no se denominan marxista-leninistas (comunismo de izquierdas, anarquismo, etc.). La reconstitución ideológica del comunismo significa que el marxismo-leninismo recupere su posición hegemónica entre la vanguardia teórica del proletariado y el medio para logarlo es la lucha de líneas en el seno de la vanguardia para que el sector marxista-leninista de esta gane para el marxismo-leninismo a la vanguardia teórica no marxista-leninista. La reconstitución ideológica del comunismo es previa a la reconstitución política del mismo. Es decir, la línea de masas de la vanguardia marxista-leninista en un primer momento debe ir dirigida a la vanguardia teórica no marxista-leninista y mediante la lucha ideológica contra las concepciones revisionistas u oportunistas conquistar a esta para el marxismo-leninismo. La reconstitución ideológica es previa condición necesaria para la reconstitución política del comunismo que es la reconstitución del Partido Proletario de Nuevo Tipo y que en el ámbito de la vanguardia se plasma en la fusión de la vanguardia marxista-leninista con la vanguardia práctica del proletariado.
Teniendo en cuenta esto y la aplicación de estos conceptos a la realidad actual del Movimiento Comunista del Estado español, que es lo que pides, el PCPE y los CJC forman parte de la vanguardia teórica no marxista-leninista. Forman parte de este sector de la vanguardia teórica porque aunque se denominan marxista-leninistas en realidad la línea política que defienden no es marxista-leninista.
El PCPE defiende como estrategia la acumulación de fuerzas por medios pacíficos a través de las luchas económicas, es decir, considera que las masas proletarias pueden adquirir conciencia de clase revolucionaria a través de su participación en las luchas espontáneas, en las luchas de resistencia, esto es lo que se denomina economicismo. Así en sus Tesis del IX Congreso dice:
La clase lucha en general por cuestiones puntuales, económicas y de búsqueda de mejores condiciones para los trabajadores y trabajadoras dentro del sistema. Los y las comunistas apoyamos estas luchas buscando un objetivo más amplio, permanente y revolucionario: el de la lucha por una sociedad igualitaria, por el socialismo y el comunismo
En esa lucha por los intereses inmediatos del pueblo trabajador y por la mejora de sus condiciones de vida, nuestro Partido no genera expectativas de tipo reformista en el seno de la clase obrera. Al mismo tiempo que se emplea a fondo en cada reivindicación, el Partido destaca la inviabilidad de alcanzar en el marco capitalista un futuro emancipado en el que las necesidades y aspiraciones de las mayorías sean satisfechas definitivamente, orientando e insertando cada lucha parcial en el proceso general de la lucha revolucionaria y organizada por el socialismo, entendiéndola como un proceso dialéctico con avances y retrocesos
De esta forma, el PCPE obvia las enseñanzas del movimiento comunista y de Lenin de que no existe ninguna línea de continuidad entre la lucha de resistencia o por reformas dentro del marco del capitalismo y la lucha por la revolución proletaria. Mediante la participación en las luchas parciales cuyos objetivos nunca rebasan el marco del capitalismo las masas proletarias solo pueden desarrollar conciencia de clase burguesa, conciencia de clase en sí, es decir, de ser una clase con unos intereses propios que debe luchar por ellos dentro del sistema. Los límites de estos tipos de lucha son estrechos y la participación de los comunistas mediante la propaganda no sirve para elevar la conciencia de clase de las amplias masas proletarias a conciencia de clase revolucionaria. Dice Lenin en el ¿Qué hacer?:
La conciencia política de clase no se le puede aportar al obrero más que desde el exterior, esto es, desde fuera de la lucha económica, desde fuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos.
La lucha económica "hace pensar" a los obreros sólo en las cuestiones concernientes a la actitud del gobierno ante la clase obrera; por eso, por más que nos esforcemos en "dar a la lucha económica misma un carácter político", jamás podremos, en los límites de esta tarea, desarrollar la conciencia política de los obreros (hasta el grado de conciencia política socialdemócrata), pues los propios límites son estrechos.
Las amplias masas proletarias solo adquieren conciencia de clase para sí mediante su propia experiencia en la gestión del poder político en confrontación con el Estado burgués, mediante su participación en los órganos de poder político del proletariado. Los únicos que pueden ser ganados para la revolución mediante la propaganda es la vanguardia práctica, pero el PCPE en su línea de masas no distingue entre vanguardia y masas proletarias por lo que se dirige a las masas en general cuando para la reconstitución del PC primero es necesario la acumulación de fuerzas de la vanguardia proletaria. Lenin dice en El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo:
Y para que en realidad toda la clase, las grandes masas de los trabajadores y de los oprimidos por el capital lleguen a ocupar semejante posición, son insuficientes la propaganda y la agitación solas. Para ello es necesaria la propia experiencia política de estas masas. Tal es la ley fundamental de todas las grandes revoluciones, confirmada hoy, con una fuerza y un relieve sorprendentes, no sólo en Rusia, sino también en Alemania. No sólo las masas incultas de Rusia, frecuentemente analfabetas, sino también las masas muy cultas, sin analfabetos, de Alemania, necesitaron experimentar en su propia pelleja toda la impotencia, toda la falta de carácter, toda la debilidad, todo el servilismo ante la burguesía, toda la infamia del gobierno de los caballeros de la II Internacional, toda la ineluctabilidad de la dictadura de los ultrarreaccionarios (Kornílov en Rusia; von Kapp y compañía en Alemania) como única alternativa frente a la dictadura del proletariado, para orientarse decididamente hacia el comunismo.
(…)
Mientras se trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados fecundos en este caso. Pero cuando se trata de la acción práctica de las masas, de poner en orden de batalla -- si es permitido expresarse así -- al ejército de millones de hombres, de la disposición de todas las fuerzas de clase de una sociedad para la lucha final y decisiva, no conseguiréis nada con sólo las artes de propagandista, con la repetición escueta de las verdades del comunismo "puro".
Esta práctica economicista que sigue el PCPE de acumulación de fuerzas a través de las luchas espontáneas no es nada nuevo sino que es la misma práctica de los partidos obreros de viejo tipo de la II Internacional que empleaban el tradeunionismo y el parlamentarismo para ganarse al proletariado a la espera de que se produjese de forma espontánea una crisis revolucionaria que permitiese al proletariado tomar el poder a través de la insurrección. Esta premisa de la socialdemocracia tenía su razón de ser en que la socialdemocracia se creó en un período donde el influjo de las revoluciones burguesas aún permanecía vivo y por tanto heredaba esa concepción de las revoluciones donde estas se producían de forma espontánea. El proletariado revolucionario consiguió conquistar el poder político en Rusia rompiendo parcialmente con esa concepción. Pero al no ser la ruptura total sino parcial con esa línea permitió que años más tarde la misma práctica economicista volviese a resurgir en el seno de la III Internacional impidiendo que ninguna organización de la misma liderase una revolución aparte del Partido Comunista Chino (en los países de democracia popular no se produjo ninguna revolución sino que fueron procesos reformistas al quedar en el área de influencia de la URSS tras la II G. M.) que rompió con esa práctica y a través de la GPP, es decir, de la confrontación de dictaduras consiguió ganar para la revolución a las masas obreras y campesinas de China. Las dos experiencias fundamentales de la Revolución Proletaria Mundial, la Revolución Rusa de 1917 y la Revolución China de 1949, muestran que las amplias masas proletarias y/o populares (debido al carácter de la revolución) solo pueden ser conquistadas para la revolución mediante la creación de órganos del Nuevo Poder proletario en donde las masas asuman la gestión de su propia vida y que la revolución no se produce de forma espontánea sino que la organiza el Partido Comunista mediante su práctica consciente. La mayoría de organizaciones comunistas, y no sólo las autodenominadas marxista-leninistas, heredaron esta estrategia economicista-espontaneísta que siguen defendiendo en la actualidad. En el caso del PCPE esta estrategia está plasmada en las Tesis del IX Congreso en este extracto:
El proletariado, por su especial posición respecto a la propiedad de los medios de producción, es la clase social objetivamente más interesada en liquidar el capitalismo. Para afrontar la tarea de la superación del capitalismo y abrir el paso a la construcción del socialismo, deben predominar en el seno del proletariado y de las masas trabajadoras las posiciones revolucionarias, terminando con la hegemonía del reformismo, y debe existir un marco de amplias alianzas sociales y políticas, lo que no sucederá sin la intervención decidida, disciplinada y planificada del Partido Comunista, llamado a jugar un papel dirigente en la lucha de la clase obrera.
El objetivo del PCPE es la organización de la revolución socialista, la toma del poder por la clase obrera, la destrucción del estado oligárquicoburgués y la implantación de la dictadura del proletariado -el poder organizado de los obreros revolucionarios, llamado a edificar el socialismo como etapa inicial, e inmadura, de la formación socioeconómica comunista, meta última y razón de ser de los y las comunistas. Lo que en ningún caso supone que renunciemos a la constante mejora, dentro del capitalismo, de las condiciones de vida de la clase obrera y del conjunto del pueblo trabajador, implicándonos decididamente en la lucha por las reivindicaciones, conquistas y transformaciones sociales necesarias para las masas populares de nuestro país.
En esa lucha por los intereses inmediatos del pueblo trabajador y por la mejora de sus condiciones de vida, nuestro Partido no genera expectativas de tipo reformista en el seno de la clase obrera. Al mismo tiempo que se emplea a fondo en cada reivindicación, el Partido destaca la inviabilidad de alcanzar en el marco capitalista un futuro emancipado en el que las necesidades y aspiraciones de las mayorías sean satisfechas definitivamente, orientando e insertando cada lucha parcial en el proceso general de la lucha revolucionaria y organizada por el socialismo, entendiéndola como un proceso dialéctico con avances y retrocesos.
En cada batalla que libra la clase obrera, trabajamos para elevar el nivel de conciencia de clase y extender la reivindicación del socialismo y la confianza en el mismo, en un proceso incesante de acumulación de fuerzas que permita ir elevando progresivamente el nivel de confrontación con los monopolios y con su Estado, adquiriendo la experiencia política que requiere la revolución socialista.
Esa acumulación de fuerzas del lado del socialismo en confrontación creciente con el capitalismo monopolista se orienta hacia la crisis revolucionaria. Como apuntó Lenin, “sólo cuando los de abajo no quieren vivir como antes, y los de arriba no pueden continuar como antes, puede triunfar la revolución”. No se puede determinar cuál será el motivo concreto que desencadene la crisis revolucionaria: la tarea es lograr que el proletariado, en alianza con las capas populares, y con su Partido Comunista al frente, esté preparado y en condiciones de cumplir su tarea histórica llegado el momento.
Es decir, acumulación de fuerzas incesante a través de las luchas de resistencia y por reformas hasta que llegado el momento no se sabe porqué (¿una crisis económica?) estalle una crisis revolucionaria en la que el Partido Comunista deberá estar preparado para cumplir la tarea histórica del proletariado. Esta visión espontaneísta de la revolución es común a todas las organizaciones que realizan esta práctica sindicalista, la SG del KKE en una entrevista a principios de año afirmó que: “Nosotros decimos que en cada batalla el pueblo debe avanzar como militante, incluso con logros parciales. No podemos descartar la posibilidad de un derrocamiento radical en los años siguientes. El propio pueblo lo decidirá y debe prepararse y al mismo tiempo ejercer presión decisiva, impedir lo peor y lograr conquistas. Nosotros no podemos fijar una fecha para el cambio del sistema político, o sea decir en uno, dos o tres años porque esto depende de la mayoría del pueblo; no se llevará a cabo solamente por el KKE. Si el pueblo no toma la decisión, este cambio no sucederá.” Esta concepción de la revolución también es contraria a la tesis leninista del PC como movimiento revolucionario del proletariado, ya que sitúa la labor del PC no como vanguardia del proletariado sino como instrumento que va a la zaga del movimiento revolucionario espontáneo de la clase obrera.
En cuanto a la concepción del Partido Comunista, el PCPE no defiende la tesis leninista de fusión del socialismo científico (vanguardia) con el movimiento obrero sino que solamente tiene en cuenta al PC como organización de vanguardia. Así dice en las Tesis del IX Congreso: “El nacimiento del PCPE supuso la recuperación del partido de vanguardia, para la revolución socialista y para el comunismo.” El PCPE surgió mediante un Congreso de Unificación donde se juntaron diversos colectivos prosoviéticos escindidos del eurocomunista PCE y el PCPE en la actualidad sigue considerando que aquello supuso la recuperación del partido de vanguardia.
Las concepciones revisionistas del PCPE se manifiestan en otros ámbitos como el electoral, donde esta organización se presenta a todas las citas electorales sin tener apoyo entre las masas proletarias. La posición del marxismo-leninismo respecto de las elecciones consiste en presentarse a estas con el objetivo de obtener representación en las instituciones políticas burguesas para desde las mismas llevar a cabo una labor de desenmascaramiento de la democracia burguesa ante las masas proletarias más atrasadas acabando con las ilusiones parlamentarias de estas. Presentarse a las elecciones mediante la justificación carente de lógica de darse a conocer entre las masas proletarias, como si los comunistas debiesen esperar las convocatorias electorales de la burguesía donde esta dilucida democráticamente las discrepancias entre las clases que forman parte del bloque hegemónico del Estado para hacer labor entre las masas, solo sirve para fomentar las ilusiones parlamentarias de las masas y más cuando se presentan programas mínimos cuya realización solo sería posible mediante la gestión de la dictadura de la burguesía (y el programa máximo supone una caricaturización de lo que en realidad es el socialismo que poco tiene que ver con esta nacionalización de los sectores fundamentales de producción), es decir, los comunistas para darse a conocer y acumular fuerza entre las masas rebajan su nivel ideológico al de las masas cuando la verdadera labor de los comunistas consiste en elevar el nivel ideológico. De la otra forma se podrá conseguir influencia entre las masas de trabajadores pero estas seguirán teniendo conciencia de clase burguesa y no revolucionaria. Ejemplo de ello es el KKE, referente del PCPE, que tiene gran influencia entre las masas griegas pero que dichas masas no tienen conciencia revolucionaria ya que es imposible que la desarrollen en las huelgas reformistas ni en las campañas electorales y por ello en los últimos tiempos ha perdido gran parte de su influencia a favor de una organización reformista como es Syriza, cuyo objetivo es la gestión del Estado burgués para reformarlo y no su destrucción revolucionaria y sustitución por un Estado proletario.
Otra cuestiones donde se manifiestan el revisionismo del PCPE es la inexistencia de análisis marxista sobre la experiencia histórica de la Revolución Proletaria Mundial y del Movimiento Comunista Internacional. Ni siquiera en la cuestión de la URSS han hecho un análisis marxista de las razones de la toma del poder por parte de los revisionistas y de la restauración del capitalismo sino que siguen considerando a la URSS socialista hasta 1989-1991 a la vez que consideran que estaba dirigida por revisionistas, lo cual es una contradicción manifiesta ya que los revisionistas representan intereses de clase antagónicos a los del proletariado y si estos controlan el Partido y el Estado es imposible que su carácter de clase sea proletario y por tanto socialista. Esta concepción tiene su origen en la consideración de que el socialismo es un modo de producción donde los medios de producción son de propiedad estatal y no una etapa de transición entre dos modos de producción, el capitalista y el comunista, y que entremezcla características de ambos. La equiparación de estatalización de los medios de producción a socialismo es una premisa herederada por los bolcheviques de la socialdemocracia alemana liderada por Kautsky y que se transmitió a la mayoría del Movimiento Comunista Internacional. Por ello es necesario el balance crítico del Ciclo revolucionario iniciado en Octubre de 1917 para eliminar todas estas concpeciones revisionistas que el movimiento comunista ha adoptado como perfectamente válidas cuando en realidad no lo son.
También en la defensa del confederalismo como forma de organización del Estado socialista encontramos una muestra de ideas revisionistas. El confederalismo es contrario al centralismo democrático que defiende el marxismo-leninismo como forma de organización estatal con el objetivo de mantener la unidad política y organizativa de la clase obrera a la par que la unidad económica que permita el desarrollo de las fuerzas productivas. En la cuestión nacional, los comunistas deben defender el derecho a la autodeterminación de las naciones a la vez que hacen propaganda a favor de la unidad de todas las naciones que compone un Estado plurinacional en una República organizada en base al centralismo democrático para mantener la unidad del proletariado y de la planificación económica.
En cuanto a la experiencia concreta que relatas, si hacíais propaganda marxista para elevar el nivel de conciencia a conciencia revolucionaria, comunista, y lograbais sería un ejemplo práctico de cómo se fusiona la vanguardia teórica con la vanguardia práctica y así se pasa a ejercer influencia sobre las masas, en ese caso, estudiantiles. Pero para eso la vanguardia que conquista la vanguardia práctica debe ser vanguardia marxista-leninista. La vanguardia teórica no marxista-leninista también puede estar fusionada con la vanguardia práctica y ser dirigente efectiva de masas (todos los partidos eurocomunistas lo eran) pero eso no produce la existencia de Partido Comunista porque este es la fusión entre el socialismo científico y el movimiento obrero, y no del revisionismo con el movimiento obrero.