La violencia se extendió a nuevas áreas de Londres y estallaron saqueos en la ciudad de Birmingham el lunes, en la tercera noche de los peores disturbios que ha visto Gran Bretaña en décadas.
El primer ministro David Cameron interrumpió sus vacaciones y regresaba a Londres para manejar la crisis.
En Hackney, un área de diversidad racial en el este de Londres, cerca de la sede de los Juegos Olímpicos del 2012, jóvenes encapuchados incendiaron cubos de basura y los empujaron calle abajo hacia la policía, mientras lanzaban botellas y ladrillos.
Muchos reían al escapar de la policía que arremetió contra ellos. Otros gritaban en sus teléfonos móviles a sus amigos para que se unieran a los disturbios.
La violencia comenzó el sábado por la noche en el norteño distrito de Tottenham, cuando una protesta pacífica por la muerte de un sospechoso a manos de la policía se tornó violenta.
El lunes, la violencia se había extendido al sur de la ciudad, incluidas las áreas de Peckham, Croydon y Lewisham.
Los atacantes también rompieron vidrieras y saquearon propiedades en Birmingham, en el centro de Inglaterra, dijo la policía, en la primera señal de que la violencia se estaba extendiendo más allá de la capital.
En Hackney, con la calle llena de humo, saqueadores destrozaron un local y robaron whisky y cerveza. Uno de ellos hasta tomó un paquete de cereales. Otro hombre se alejó corriendo entre risas, llevándose cuatro botellas de whisky.
“Soy de Sudáfrica y esto me recuerda a los disturbios que teníamos allá, excepto que la policía de aquí no es tan dura”, dijo un residente de mediana edad, quien declinó dar su nombre.
“Pero los jóvenes no tienen respeto ni por la policía ni por la propiedad. Es triste para la gente que vive aquí”, añadió.
En Peckham, las llamas salían de un edificio incendiado y los escombros estaban esparcidos en la calle. La gente entraba y salía de las tiendas saqueando.
La policía arrestó a 215 personas, según la Secretaria del Interior Theresa May, quien también interrumpió sus vacaciones debido a los disturbios.
“La violencia que hemos visto, los saqueos que hemos visto, la matonería que hemos visto, esto es delincuencia clara (…) Estas personas serán llevadas ante la justicia, enfrentarán las consecuencias de sus acciones”, afirmó May.
SIN SENTIDOPero pese a la fuerte presencia policial, los agentes parecían incapaces de controlar la violencia pues los saqueadores se coordinaban por teléfonos móviles y el sitio de mensajería corta Twitter para adelantarse a las fuerzas de seguridad.
En Hackney, jóvenes usando capuchas marrones se tomaron fotografías frente a un automóvil ardiendo.
“No se por qué están haciendo esto”, dijo una mujer de mediana edad que vive en las cercanías. “No tiene sentido, en su propio barrio”, añadió.
La cadena BBC dijo que los disturbios estallaron luego de que la policía detuvo y registró a un hombre.
Funcionarios británicos describieron como delincuentes oportunistas a los alborotadores y dijeron que la violencia no afectaría los preparativos para los Juegos Olímpicos.
El comisionado adjunto de la policía Steve Kavanagh dijo que la fuerza pondría más oficiales en las calles en Hackney y otras áreas en la noche del lunes.
Un pequeño grupo de personas se atrincheró en el teatro Hackney Empire, de 110 años, donde actuaron figuras como Charlie Chaplin y Stan Laurel, para escapar de la violencia.
“Estamos encerrados adentro”, dijo una mujer, que no dio su nombre, en una conversación telefónica con Reuters.
“No queremos estar cerca de las ventanas. Parecen estar atacando las tiendas en este momento. Da mucho miedo. Pusimos cadenas en las puertas”, agregó.
Los disturbios se produjeron en medio de sombrías perspectivas en Reino Unido, donde la economía tiene dificultades para crecer, mientras el Gobierno impone recortes de gasto y alzas de impuestos para ayudar a eliminar un déficit presupuestario que asciende a más del 10 por ciento del PIB.
Mientras los políticos británicos se apresuraron a culpar de la violencia a delincuentes, residentes dijeron que la indignación, el alto índice de desempleo y los recortes en servicios públicos, asociados al resentimiento de la policía, jugaron un papel muy importante.
“Tottenham es una zona marginal. El desempleo es muy, muy alto, están frustrados”, dijo Uzodinma Wigwe, de 49 años, que hace poco fue despedido del trabajo como limpiador.
Pero funcionarios del Gobierno dijeron que no hay excusas. ”Fue innecesario, oportunista y violento, nada más y nada menos. Es totalmente inaceptable”, dijo el vice primer ministro Nick Clegg.