Bueno pues os cuelgo aquí un interesante debate entre estas organización, sobre los pasos a seguir por el Movimiento Comunista para la reconstitución del Partido Comunista, este debate debe de ser en mi opinión lo prioritario para todo comunista que se precie, según sigan apareciendo artículos, los iré subiendo:
UCCP:
Tras el 14-N, las tareas en el momento actual
Pasado ya el día del paro general del 14-N, la vida sigue su curso habitual: el gobierno sigue gobernando para la burguesía, ampliando sus decretos antiobreros; el Parlamento sigue legislando para la burguesía, desgranando nuevas leyes antiobreras y los sindicatos se retiran a sus cuarteles de invierno a preparar nuevas movilizaciones impactantes mientras esperan que se les llame para algún arreglo acorde con los intereses corporativos de su cabreada clientela.
El teatrillo que se representó el 14-N en el escenario político español, de la mano de CCOO y UGT, con el apoyo entusiasta de PSOE e IU-PCE, no va a modificar un ápice la hoja de ruta del gobierno del PP, ni las directrices que exige la Unión Europea. No les cabe la menor duda de que los promotores de estas “movilizaciones” son fieles guardianes del sistema capitalista y conscientes ejecutores del papel que tan bien saben realizar: manipular a los trabajadores con señuelos “sociales” y loas al “estado del bienestar”, para encauzar su lucha por la senda de la colaboración de clase.
Históricamente se ha demostrado que la lucha por mejorar las condiciones de existencia de la clase obrera no puede estar separada de la lucha política por eliminar las condiciones de explotación y opresión en que deben de vivir millones de trabajadores, a lo sumo esa lucha solo sirve para desgastar el empuje de los trabajadores en luchas estériles que, en el mejor de los casos, lo que se consigue hoy, mañana se pierde por el propio mecanismo del capital. Debido a que esta lucha se circunscribe a los límites del intercambio mercantil por vender a mejor precio el valor de la fuerza de trabajo, o a las condiciones económicas y sociales para su reproducción como clase explotada, desviando la lucha de los trabajadores hacia senderos ajenos con su liberación como clase. Por eso, la política que no contemple la superación de las relaciones capitalistas de producción, en la perspectiva del construir el socialismo, como paso necesario para la eliminación de las clases sociales, juega con las barajas marcadas y las reglas del capital.
El día de paro general ha servido para poner de manifiesto con nitidez cinco aspectos generales:
· La consistencia y fuerza que la burguesía demuestra en la defensa de su sistema, de sus intereses de clase, a pesar de los años de crisis, para seguir imponiendo una mayor degradación de las condiciones de existencia a la clase obrera.
· El naturaleza represiva de la policía, como arma al servicio de la burguesía para defender su legalidad ante cualquier movilización.
· El carácter reaccionario de los sindicatos CCOO y UGT, que junto a PSOE e IU-PCE, como devotos defensores del régimen democrático-burgués, impulsan el apoyo al sistema capitalista, ocultando bajo palabrería “progresista”, el aumento del grado de explotación y opresión de la clase obrera,
· El papel del revisionismo y el oportunismo, con el PCPE a la cabeza, al ampararse en el bajo nivel de conciencia de las masas para justificar su falta de principios revolucionarios, acomodándose a la situación, reclamando el restablecimiento de unos “derechos” perdidos.
· La debilidad de la línea política revolucionaria, que todavía no está capacitada para articular un proyecto colectivo que engarce los intereses de la clase obrera con la derrota de la burguesía.
Por ello, el conjunto de tareas que tienen que desarrollar en el momento actual los diversos colectivos y organizaciones comunistas debe estar situado en la construcción del partido, centrada en el fortalecimiento teórico y político de los destacamentos de vanguardia, aunque sin olvidar su relación con las masas a través de la agitación política.
Podemos decir que hay más elementos para sentirse optimista en cuanto a que se detecta, entre los distintos colectivos comunistas, un tímido avance ideológico de las posiciones revolucionarias en lucha contra el revisionismo y el oportunismo. Es manifiesto que se están dando pasos favorables entre algunos colectivos hacia enfoques marxistas en oposición a los democrático-burgueses, que hay que ir fortaleciendo para que vaya tomando cuerpo colectivo mediante la lucha de las dos líneas, en lo ideológico, y la unidad de acción, en lo político.
Hasta ahora, lo dominante entre los distintos colectivos era que cada cual actúa por su cuenta, propio de la fase de fragmentación y dispersión en que se encuentra el movimiento comunista español, fruto de la escasa formación teórica marxista y la influencia política revisionista, que lastra la formación, la consolidación y desarrollo de un proyecto colectivo comunista. Pensamos que ha llegado el momento de luchar por superar esta perniciosa tendencia, pues el impacto de la crisis económica capitalista está aportando elementos que favorecen una subjetividad positiva hacia el marxismo y la revolución proletaria en oposición al pesimismo social y la imposibilidad del comunismo, caldo de cultivo para el desarrollo del revisionismo y el oportunismo.
Debemos centrarnos tanto en favorecer el desarrollo interno de los distintos colectivos como impulsar el proceso de confluencia entre ellos mediante el fortalecimiento teórico, la lucha ideológica y la unidad de acción política.
Por fortalecimiento teórico entendemos la articulación de tres tareas relacionadas con la teoría marxista:
1) Profundizar el conocimiento general del marxismo, que ha estado y está muy descuidado.
2) Desarrollo teórico, relacionado con las contradicciones que aparecen al encarar la construcción de partido.
3) La lucha continuada contra el revisionismo y el oportunismo a través de la elaboración crítica de los temas relacionado con la lucha de clases. Esta tarea debe desarrollarse en el propio seno de los distintos colectivos, estimulando también el impulso a través del intercambio de experiencias.
Los distintos procesos de formación teórica debe ir acompañado de otro proceso de reagrupamiento político, centrado en la lucha de dos líneas como instrumento para crear las condiciones de la unidad de acción.
Para conseguir este objetivo se debe trabajar por crear un comité que agrupe a los distintos colectivos que podría ir dirigido a preparar una futura Conferencia sobre la construcción del partido en la actual etapa histórica.
Por último, también debemos contemplar la agitación política, con el objetivo del acercamiento a las masas a través de la crítica sistemática a los acontecimientos políticos y sociales relacionados con la necesidad de la revolución proletaria. Para ello, se podría ir pensando seriamente cómo articular las distintas elaboraciones en un medio común.
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Revolución o Barbarie:
Desde Revolución o barbarie somos conscientes de la inexistencia de Partido Comunista (de la fusión entre vanguardia y masas en un todo único e indisoluble) en el Estado español en la actualidad. Por esta razón la tarea inmediata y prioritaria de los marxistas-leninistas consiste en trabajar para dicha reconstitución. Para ello, debemos librar la lucha de dos líneas en el seno del movimiento comunista contra el oportunismo y el revisionismo y, de forma secundaria, también con otras teorías que pretenden influir sobre el movimiento obrero; además, debemos realizar un análisis sobre la experiencia histórica que nos legó el Movimiento Comunista Internacional en el ciclo revolucionario iniciado con la Revolución de Octubre en 1917. Nos referimos principalmente a lo que atañe a la construcción del socialismo en la URSS y en China pero también a otras experiencias, terminasen o no en la conquista del poder político para el proletariado, así como también todas las cuestiones relacionadas con el progresivo avance del revisionismo en los Partidos Comunistas y los Estados proletarios hasta su total liquidación como instrumentos revolucionarios del proletariado.
En esta etapa de la reconstitución partidaria del comunismo la línea de masas debe ir dirigida a la vanguardia proletaria, pero no a la vanguardia en general, sino al sector de esta más cercano a los problemas relacionados con la línea general de la revolución, a los sectores más avanzados desde el punto de vista teórico, para incorporarlos al marxismo-leninismo. El medio para llevar a cabo esta labor es la lucha ideológica contra las corrientes revisionistas y oportunistas (las cuales dirigen o pretenden dirigir a las masas proletarias) y la propagación de los resultados del análisis marxista sobre el primer ciclo de la Revolución Proletaria Mundial. De esta forma, luchando contra las concepciones e ideas revisionistas contrarias al marxismo-leninismo, y exponiendo un balance sobre la experiencia histórica del proletariado revolucionario que explique, de forma coherente con el socialismo científico, la derrota de los procesos revolucionarios y por tanto la situación en la cual se encuentra el movimiento comunista en la época actual, se podrá atraer para el marxismo-leninismo a los militantes honestos que forman parte de la vanguardia teórica no marxista-leninista. En este proceso se sentarán las bases teóricas y políticas que permitan organizar y llevar a término la conquista del poder por el proletariado en el Estado español, es decir, las cuestiones relacionadas con la táctica y la estrategia de la revolución proletaria.
A nivel de los militantes marxistas-leninistas, en esta etapa corresponde su formación como cuadros revolucionarios, es decir, como portadores y defensores de la concepción proletaria del mundo, del socialismo científico. Para ello es necesario e imprescindible el estudio de los clásicos del marxismo-leninismo y de las experiencias revolucionarias de la primera oleada de la RPM, estudio que debe realizarse de forma reflexiva y crítica para poder llegar a la comprensión y asunción del marxismo-leninismo como cosmovisión proletaria.
Una vez esta fase vaya avanzando, los marxistas-leninistas deberán comenzar a dirigirse al otro sector que forma la vanguardia proletaria, esto es, los elementos que encabezan y dirigen a las masas proletarias en sus luchas de resistencia contra el capital, es decir, la parte de la vanguardia más avanzada en el trabajo práctico de masas. Para ello, la vanguardia marxista-leninista deberá acudir a los frentes de masas con el objetivo de ganarse a estos elementos realizando propaganda entre ellos. Es necesaria la elevación de la conciencia de clase de este sector de la vanguardia del proletariado -que posee conciencia de clase en sí- a conciencia de clase para sí a través de la formación política e ideológica. Cuando estos elementos que ejercen influencia y dirigen a las masas proletarias en sus luchas económicas dentro del marco del capitalismo sean ganados para la revolución proletaria, es cuando se produce la fusión entre vanguardia y masas, es decir, cuando se produce la constitución del Partido Comunista.
La reconstitución del Partido Proletario de Nuevo Tipo es un proceso que parte de la ideología revolucionaria. El proletariado por sí mismo no puede desarrollar su conciencia revolucionaria (lo máximo que puede adquirir es conciencia de clase en sí), ya que esta parte de amplios conocimientos que solo los sectores social e ideológicamente más avanzados, debido a una previa y determinada predisposición, pueden adquirir y asumir. Estos sectores, que son los portadores de la ideología revolucionaria, forman la vanguardia marxista-leninista y deben ir incorporando de forma progresiva a los distintos sectores que componen la vanguardia del proletariado hasta fusionar la teoría de vanguardia con el movimiento obrero, para formar así un movimiento político revolucionario que es el Partido Comunista reconstituido. Por lo tanto, la constitución del Partido Comunista no se produce por la voluntad subjetiva de un grupo de personas, no se produce por la unidad de los comunistas como pregona el revisionismo, sino que es una realidad social objetiva que se produce cuando la vanguardia comunista se fusiona con las masas proletarias.
Sobre la idea de trabajar para un comité de los distintos colectivos e individualidades que defienden la misma línea de la reconstitución del comunismo, entendemos que este proceso es necesario y muy positivo, pero que debe ser convenientemente trazado para que pueda tener éxito. En este sentido, no creemos que la reagrupación ideológica y organizativa vayan a transcurrir simultáneamente, sino que antes debe proseguirse con el trabajo de lucha ideológica y acercamiento en cuestiones fundamentales para el Movimiento Comunista del Estado español (la cuestión de la reconstitución del PC, la lucha por conseguir la hegemonía de la ideología revolucionaria en el seno de la vanguardia ideológica, la superación de la línea sindicalista y electoralista, etc.).
La propuesta que sí vemos factible a corto plazo y muy necesaria es la de la creación de un medio de difusión que agrupe a toda la vanguardia comunista. Pero habría que acordar quiénes podrían encargarse de este trabajo, qué documentos se colgarían (¿textos elaborados conjuntamente?, ¿o los de algún colectivo o individualidad que refuerce nuestra línea?) y de qué forma se difundiría dicho medio.
Sería interesante conocer las posibles respuestas que hayáis recibido de otros colectivos comunistas del Estado español que apuesten por la reconstitución del PC.
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Los zapatos son para caminar
No queremos ser exhaustivo en el debate sino precisos, lo más precisos posible para permitir el máximo de concreción y evitar la dispersión en la lucha ideológica. Con esta intención elaboramos este texto.
Hemos recibido el documento elaborado por leojogiches en Revolución o Barbarie “Respuesta al artículo de la UCCP “Tras el 14-N, Las Tareas del Momento Actual”, relativo a las tareas a realizar, según nuestra opinión, después de la celebración del 14-N convocado por el sindicalismo integracionista como un día de lucha europea contra la política neoliberal de la Unión Europea y los gobiernos que siguen la senda de la austeridad presupuestaria por encima de todo, en donde se insertaba unas propuestas para discutir entre los distintos colectivos comunistas y personas interesadas en la contribución a la construcción del partido comunista y la preparación de las condiciones para la revolución proletaria.
Después de una lectura atenta del contenido de dicha respuesta, llegamos a la conclusión que leojogiches pasa olímpicamente del documento, eludiendo el fondo de las propuestas que se aportan, con la excusa, más que con el argumento razonado, que la construcción del partido es un hecho (proceso) que no depende de la voluntad de los individuos interesados en la revolución proletaria (vanguardia comunista), confundiendo la voluntad como hecho objetivo de la necesidad de la transformación social, quedando sometida a las condiciones de la realidad material, con el voluntarismo, es decir, la acción subjetiva de los individuos siguiendo sus deseos sin tener en cuenta la realidad social. Esto es típico de posiciones inmovilistas, disfrazadas de un discurso teoricista pretendidamente revolucionario para justificar su pasividad contemplativa.
El meollo de nuestra propuesta, que no es otra cosa que intentar crear condiciones para el debate colectivo bajo el principio de la cooperación, pero expuesta a la lucha ideológica y política de clases mediante la crítica y autocrítica sin concesiones, queda sintetizada como la necesidad de impulsar la unidad de acción según el método de marchar al mismo paso teniendo en cuenta las distintas realidades, los diferentes niveles de conciencia, entre los diversos colectivos que se posicionan en el campo del marxismo y por la revolución proletaria como medio para la construcción de la sociedad comunista. La política de reagrupamiento no tiene un contenido orgánico sino político, no tiene por finalidad la unificación de los distintos colectivos, sino elevar el nivel de conciencia medio de los distintos colectivos en una dirección común, que se concreta como cooperación política para impulsar las tareas que se consideren necesarias desarrollar después de un proceso de discusión, elaboración y desarrollo de las necesidades de la revolución proletaria en la actual situación concreta.
Por ello entendemos que no viene al caso lo expresado por leojogiches (especial atención a los párrafos 2 y 6 de su documento) que se introduce previamente a la conclusión a que se llega, como no sea para justificar en la contestación, máxime cuando nuestro colectivo se posiciona claramente al respecto del argumento que se utiliza, en el tema III de su línea política relativo a las Bases materiales y políticas del socialismo, en su apartado 23 (1 y 2) y 24.
En cuanto a la referencia sobre la propuesta de creación de un medio de difusión común, tenemos que decir que no debe ni puede considerarse aislada del resto de las propuestas, pues forma parte de un conjunto, de la síntesis del proceso de colaboración que se propone. En cuanto a la pregunta sobre la respuesta de otros colectivos, hasta la presente nos han respondido OC Bandera Roja, de manera positiva, y esta que estamos comentando de leojogiches en Revolución o Barbarie.
A nuestro entender la teoría marxista la podríamos asemejar a unos zapatos, que nos deben de servir para andar más cómodos y seguros, pero sobre todo para ir haciendo camino al andar hacia un rumbo determinado.
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Desde este espacio de “Revolución o Barbarie” y a la luz de cómo se va desarrollando este intercambio con los compañeros de la UCCP, nos parece claro, no el que se “haya pasado olímpicamente” por nuestra parte del documento de los compañeros, sino que es evidente que vemos tareas diferentes correpondientes a la fase actual en lo referente a la reconstitución del Partido Comunista y del Movimiento Revolucionario del Proletariado en el Estado español, comunicándoles a los compañeros de la UCCP, dentro de ese espíritu de debate abierto entre comunistas que compartimos la convicción de que existe la urgente necesidad de dichas tareas de reconstitución, cuál es nuestra visión general de dicho asunto, de cuál es la situación actual y las necesidades que la misma conlleva o señala.
Para los compañeros de la UCCP, estamos ante una etapa en la que afirman en su documento “Tras el 14-N, Las Tareas del Momento Actual”, que “Debemos centrarnos tanto en favorecer el desarrollo interno de los distintos colectivos como impulsar el proceso de confluencia entre ellos mediante el fortalecimiento teórico, la lucha ideológica y la unidad de acción política.”, pero para nosotros resulta evidente que, dado que la principal característica que diferencia a la vanguardia revolucionaria de la que aún no llega a serlo (y a la que, como comunistas, debemos elevar a la posición de vanguardia revolucionaria para poder fundir el Marxismo-leninismo con el Movimiento Obrero, constituyendo con ello el PC) es la conciencia revolucionaria -que nace de la praxis revolucionaria- sólo se puede favorecer el desarrollo del Movimiento Revolucionario en la actualidad empezando por el fortalecimiento ideológico, por deslindar la ideología revolucionaria de toda falsificación, desviación y revisionismo. Es decir, que en primer lugar, y ante la innegable ausencia actual de Partido (que no de vanguardia pertrechada con el Marxismo-leninismo como ideología revolucionaria, que “haberla, hayla”) hay que realizar las tareas de batalla ideológica que lleven a clarificar esta, diferenciarla claramente de toda desviación y lacra revisionistas y empezar a unir a los marxistas-leninistas en torno a esa ideología y no otra que aparente ser tal. No podemos partir de la base, que nos parece errada, de que los destacamentos, individuos y organizaciones que se denominan o consideran a sí mismas como marxistas-leninistas, existentes tras la derrota apabullante frente al revisionismo, sean portadoras por defecto de la conciencia y la praxis (fusión de teoría y práctica) revolucionarias sin antes realizar las tareas de reconstitución ideológica, de reagrupamiento de la vanguardia revolucionaria en torno a la verdadera ideología revolucionaria, sin la que es imposible praxis revolucionaria, pero es perfectamente posible cualquier otro tipo de praxis no revolucionaria y perder en ella un tiempo y unos recursos muy valiosos.
Por tanto, nuestra principal diferencia con los compañeros de la UCCP consiste en determinar qué tarea revolucionaria es la que corresponde ahora realizar, considerando que no es la unidad de acción “con las masas” junto a los actuales destacamentos que se consideran comunistas, con o sin acierto, ni tampoco la unidad o coordinación políticas con dichos destacamentos.
Sin Partido, consideramos que no hay posibilidad alguna de praxis revolucionaria (fusión de teoría y práctica revolucionarias) más allá de la de ir dando todos los pasos necesarios, sin saltarse ni uno, para dotar al final al proletariado de su Partido Revolucionario, de vanguardia proletaria comunista.
Corresponde pues, a esta etapa, en nuestra opinión, la unidad de acción de toda la vanguardia comunista, sí, sin duda alguna (vanguardia aún dramáticamente incapaz de dirigir, por carecer de las bases materiales e ideológicas para ello, a su “retaguardia”, a las masas proletarias, de las que permanece extremadamente desconectada, a diferencia de los revisionistas -que dirigen a un exiguo sector de las masas- y de la Aristocracia Obrera – que dirige a una parte considerable de las mismas- y que entre ambos las mantienen cautivas en acciones economistas y democrático-burguesas), pero unidad en torno a la ideología revolucionaria, para empezar y, a partir de ese punto -muy lejos de haberse logrado en la actualidad- ir dilucidando y completando los demás pasos a dar para llegar a dotar a las masas proletarias del Estado español, mediante el desarrollo del proceso de fusión del Marxismo-leninismo con el Movimiento Obrero, de su flamante Partido Comunista y del Movimiento Revolucionario con él conectado y por él verdaderamente dirigido hacia los objetivos revolucionarios de edificación del Nuevo Poder y del Comunismo.
Sin PC, la unidad de acción con los diferentes “destacamentos comunistas” existentes, que son un batiburrillo que mezcla a verdaderos m-l con revisionistas de todo tipo y que no tiene en conjunto una línea revolucionaria clara ni consecuente, no constituye en modo alguno praxis revolucionaria, al menos en la etapa actual de desorientación teórica y práctica generalizada. En nuestra opinión, antes hay que ir resolviendo esa desorientación fomentando la lucha y el debate ideológicos en el seno de todo el Movimiento que se considera como revolucionario, comunista, así como de toda persona que se considere como comunista, como marxista-leninista; es decir, entre todos los miembros posibles de la vanguardia m-l dispuestos a ello.
Siguiendo con la metáfora de los zapatos que han elaborado los compañeros de la UCCP, nosotros consideramos que en la etapa actual, la tarea general que corresponde es buscar, localizar, reunir y preparar los materiales adecuados para construir los zapatos adecuados para recorrer la ruta revolucionaria que hemos de recorrer un día (que no es el de hoy ni el de un futuro inmediato, desgraciadamente) junto con las masas proletarias. No nos parece acertado construir esos zapatos, que han de ser de una calidad excepcionalmente buena y extremadamente resistentes a deformaciones y desgastes, uniendo los pedazos dispersos de todos aquellos que se consideran a sí mismos materiales adecuados y en ese proceso de ir uniendo todo lo que se recoja o se preste a ello, tratar de separar lo inservible de lo válido. Eso no funciona, como la práctica ha ido mostrando en innumerables casos.
El MC existente hasta la fecha en el estado español ha sido derrotado por la burguesía, a través entre otras cosas del revisionismo, hasta en sus mismas bases ideológicas, que son las que, alumbrando la conciencia, permiten determinar colectivamente a la vanguardia las tareas a ir desplegando para construir y desarrollar todo el proceso revolucionario, esta vez sin volver a ser derrotados, quizás por actuar con impaciencia y sin haber separado previamente los materiales adecuados y genuinos para construir los zapatos de toda falsificación burguesa que puebla el campo de lo que un día fue el Movimiento Comunista del Estado español.
Tenemos en nuestra historia comunista más que suficiente praxis acumulada (tanto acertada como errada) para no tener que preocuparnos de “estar teorizando sin base en la práctica”. Sobre esa praxis debemos trabajar, analizar, debatir y teorizar para desarrollar la lucha ideológica de dos líneas, como el primer paso práctico (que lo es) a completar en la actualidad. Esa es, en nuestra opinión, la praxis revolucionaria principal y urgente que corresponde realizar a la vanguardia revolucionaria en la actual etapa, independientemente de qué estén haciendo hora mismo las masas por su cuenta para detener la fuerte ofensiva imperialista, pues de lo que nosotros tratamos es de reconstituir desde sus mismas bases más elementales un Movimiento Revolucionario inexistente en la actualidad, sin el cual no puede haber praxis revolucionaria alguna, por más voluntad que tengamos de ello. Y sólo la praxis revolucionaria puede, no sólo detener la ofensiva salvaje imperialista actual, sino derrotar al Imperialismo mismo mediante la edificación del Nuevo Poder y, desde él, del Comunismo.
Creemos que la unidad de acción en otros niveles de práctica más avanzados y ambiciosos sólo podrá venir tras completar esa fase o estar muy avanzados en su desarrollo. Querer ir ahora a esas tareas de un nivel más avanzado, está destinado al fracaso por no corresponder a las necesidades actuales del Movimiento Revolucionario, que no existe aún en el Estado español sobre las bases del Marxismo-leninismo genuino, que ni siquiera ha sido reconstruido libre de desviaciones revisionistas, liberado de ellas por la acción colectiva de lucha ideológica de dos lineas del sector de la vanguardia revolucionaria dispuesto a ello, que creemos es el núcleo del futuro PC reconstituido, independientemente de donde actúe en la actualidad.
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UCCP:
Tras el 14-N, las tareas en el momento actual
Pasado ya el día del paro general del 14-N, la vida sigue su curso habitual: el gobierno sigue gobernando para la burguesía, ampliando sus decretos antiobreros; el Parlamento sigue legislando para la burguesía, desgranando nuevas leyes antiobreras y los sindicatos se retiran a sus cuarteles de invierno a preparar nuevas movilizaciones impactantes mientras esperan que se les llame para algún arreglo acorde con los intereses corporativos de su cabreada clientela.
El teatrillo que se representó el 14-N en el escenario político español, de la mano de CCOO y UGT, con el apoyo entusiasta de PSOE e IU-PCE, no va a modificar un ápice la hoja de ruta del gobierno del PP, ni las directrices que exige la Unión Europea. No les cabe la menor duda de que los promotores de estas “movilizaciones” son fieles guardianes del sistema capitalista y conscientes ejecutores del papel que tan bien saben realizar: manipular a los trabajadores con señuelos “sociales” y loas al “estado del bienestar”, para encauzar su lucha por la senda de la colaboración de clase.
Históricamente se ha demostrado que la lucha por mejorar las condiciones de existencia de la clase obrera no puede estar separada de la lucha política por eliminar las condiciones de explotación y opresión en que deben de vivir millones de trabajadores, a lo sumo esa lucha solo sirve para desgastar el empuje de los trabajadores en luchas estériles que, en el mejor de los casos, lo que se consigue hoy, mañana se pierde por el propio mecanismo del capital. Debido a que esta lucha se circunscribe a los límites del intercambio mercantil por vender a mejor precio el valor de la fuerza de trabajo, o a las condiciones económicas y sociales para su reproducción como clase explotada, desviando la lucha de los trabajadores hacia senderos ajenos con su liberación como clase. Por eso, la política que no contemple la superación de las relaciones capitalistas de producción, en la perspectiva del construir el socialismo, como paso necesario para la eliminación de las clases sociales, juega con las barajas marcadas y las reglas del capital.
El día de paro general ha servido para poner de manifiesto con nitidez cinco aspectos generales:
· La consistencia y fuerza que la burguesía demuestra en la defensa de su sistema, de sus intereses de clase, a pesar de los años de crisis, para seguir imponiendo una mayor degradación de las condiciones de existencia a la clase obrera.
· El naturaleza represiva de la policía, como arma al servicio de la burguesía para defender su legalidad ante cualquier movilización.
· El carácter reaccionario de los sindicatos CCOO y UGT, que junto a PSOE e IU-PCE, como devotos defensores del régimen democrático-burgués, impulsan el apoyo al sistema capitalista, ocultando bajo palabrería “progresista”, el aumento del grado de explotación y opresión de la clase obrera,
· El papel del revisionismo y el oportunismo, con el PCPE a la cabeza, al ampararse en el bajo nivel de conciencia de las masas para justificar su falta de principios revolucionarios, acomodándose a la situación, reclamando el restablecimiento de unos “derechos” perdidos.
· La debilidad de la línea política revolucionaria, que todavía no está capacitada para articular un proyecto colectivo que engarce los intereses de la clase obrera con la derrota de la burguesía.
Por ello, el conjunto de tareas que tienen que desarrollar en el momento actual los diversos colectivos y organizaciones comunistas debe estar situado en la construcción del partido, centrada en el fortalecimiento teórico y político de los destacamentos de vanguardia, aunque sin olvidar su relación con las masas a través de la agitación política.
Podemos decir que hay más elementos para sentirse optimista en cuanto a que se detecta, entre los distintos colectivos comunistas, un tímido avance ideológico de las posiciones revolucionarias en lucha contra el revisionismo y el oportunismo. Es manifiesto que se están dando pasos favorables entre algunos colectivos hacia enfoques marxistas en oposición a los democrático-burgueses, que hay que ir fortaleciendo para que vaya tomando cuerpo colectivo mediante la lucha de las dos líneas, en lo ideológico, y la unidad de acción, en lo político.
Hasta ahora, lo dominante entre los distintos colectivos era que cada cual actúa por su cuenta, propio de la fase de fragmentación y dispersión en que se encuentra el movimiento comunista español, fruto de la escasa formación teórica marxista y la influencia política revisionista, que lastra la formación, la consolidación y desarrollo de un proyecto colectivo comunista. Pensamos que ha llegado el momento de luchar por superar esta perniciosa tendencia, pues el impacto de la crisis económica capitalista está aportando elementos que favorecen una subjetividad positiva hacia el marxismo y la revolución proletaria en oposición al pesimismo social y la imposibilidad del comunismo, caldo de cultivo para el desarrollo del revisionismo y el oportunismo.
Debemos centrarnos tanto en favorecer el desarrollo interno de los distintos colectivos como impulsar el proceso de confluencia entre ellos mediante el fortalecimiento teórico, la lucha ideológica y la unidad de acción política.
Por fortalecimiento teórico entendemos la articulación de tres tareas relacionadas con la teoría marxista:
1) Profundizar el conocimiento general del marxismo, que ha estado y está muy descuidado.
2) Desarrollo teórico, relacionado con las contradicciones que aparecen al encarar la construcción de partido.
3) La lucha continuada contra el revisionismo y el oportunismo a través de la elaboración crítica de los temas relacionado con la lucha de clases. Esta tarea debe desarrollarse en el propio seno de los distintos colectivos, estimulando también el impulso a través del intercambio de experiencias.
Los distintos procesos de formación teórica debe ir acompañado de otro proceso de reagrupamiento político, centrado en la lucha de dos líneas como instrumento para crear las condiciones de la unidad de acción.
Para conseguir este objetivo se debe trabajar por crear un comité que agrupe a los distintos colectivos que podría ir dirigido a preparar una futura Conferencia sobre la construcción del partido en la actual etapa histórica.
Por último, también debemos contemplar la agitación política, con el objetivo del acercamiento a las masas a través de la crítica sistemática a los acontecimientos políticos y sociales relacionados con la necesidad de la revolución proletaria. Para ello, se podría ir pensando seriamente cómo articular las distintas elaboraciones en un medio común.
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Revolución o Barbarie:
Desde Revolución o barbarie somos conscientes de la inexistencia de Partido Comunista (de la fusión entre vanguardia y masas en un todo único e indisoluble) en el Estado español en la actualidad. Por esta razón la tarea inmediata y prioritaria de los marxistas-leninistas consiste en trabajar para dicha reconstitución. Para ello, debemos librar la lucha de dos líneas en el seno del movimiento comunista contra el oportunismo y el revisionismo y, de forma secundaria, también con otras teorías que pretenden influir sobre el movimiento obrero; además, debemos realizar un análisis sobre la experiencia histórica que nos legó el Movimiento Comunista Internacional en el ciclo revolucionario iniciado con la Revolución de Octubre en 1917. Nos referimos principalmente a lo que atañe a la construcción del socialismo en la URSS y en China pero también a otras experiencias, terminasen o no en la conquista del poder político para el proletariado, así como también todas las cuestiones relacionadas con el progresivo avance del revisionismo en los Partidos Comunistas y los Estados proletarios hasta su total liquidación como instrumentos revolucionarios del proletariado.
En esta etapa de la reconstitución partidaria del comunismo la línea de masas debe ir dirigida a la vanguardia proletaria, pero no a la vanguardia en general, sino al sector de esta más cercano a los problemas relacionados con la línea general de la revolución, a los sectores más avanzados desde el punto de vista teórico, para incorporarlos al marxismo-leninismo. El medio para llevar a cabo esta labor es la lucha ideológica contra las corrientes revisionistas y oportunistas (las cuales dirigen o pretenden dirigir a las masas proletarias) y la propagación de los resultados del análisis marxista sobre el primer ciclo de la Revolución Proletaria Mundial. De esta forma, luchando contra las concepciones e ideas revisionistas contrarias al marxismo-leninismo, y exponiendo un balance sobre la experiencia histórica del proletariado revolucionario que explique, de forma coherente con el socialismo científico, la derrota de los procesos revolucionarios y por tanto la situación en la cual se encuentra el movimiento comunista en la época actual, se podrá atraer para el marxismo-leninismo a los militantes honestos que forman parte de la vanguardia teórica no marxista-leninista. En este proceso se sentarán las bases teóricas y políticas que permitan organizar y llevar a término la conquista del poder por el proletariado en el Estado español, es decir, las cuestiones relacionadas con la táctica y la estrategia de la revolución proletaria.
A nivel de los militantes marxistas-leninistas, en esta etapa corresponde su formación como cuadros revolucionarios, es decir, como portadores y defensores de la concepción proletaria del mundo, del socialismo científico. Para ello es necesario e imprescindible el estudio de los clásicos del marxismo-leninismo y de las experiencias revolucionarias de la primera oleada de la RPM, estudio que debe realizarse de forma reflexiva y crítica para poder llegar a la comprensión y asunción del marxismo-leninismo como cosmovisión proletaria.
Una vez esta fase vaya avanzando, los marxistas-leninistas deberán comenzar a dirigirse al otro sector que forma la vanguardia proletaria, esto es, los elementos que encabezan y dirigen a las masas proletarias en sus luchas de resistencia contra el capital, es decir, la parte de la vanguardia más avanzada en el trabajo práctico de masas. Para ello, la vanguardia marxista-leninista deberá acudir a los frentes de masas con el objetivo de ganarse a estos elementos realizando propaganda entre ellos. Es necesaria la elevación de la conciencia de clase de este sector de la vanguardia del proletariado -que posee conciencia de clase en sí- a conciencia de clase para sí a través de la formación política e ideológica. Cuando estos elementos que ejercen influencia y dirigen a las masas proletarias en sus luchas económicas dentro del marco del capitalismo sean ganados para la revolución proletaria, es cuando se produce la fusión entre vanguardia y masas, es decir, cuando se produce la constitución del Partido Comunista.
La reconstitución del Partido Proletario de Nuevo Tipo es un proceso que parte de la ideología revolucionaria. El proletariado por sí mismo no puede desarrollar su conciencia revolucionaria (lo máximo que puede adquirir es conciencia de clase en sí), ya que esta parte de amplios conocimientos que solo los sectores social e ideológicamente más avanzados, debido a una previa y determinada predisposición, pueden adquirir y asumir. Estos sectores, que son los portadores de la ideología revolucionaria, forman la vanguardia marxista-leninista y deben ir incorporando de forma progresiva a los distintos sectores que componen la vanguardia del proletariado hasta fusionar la teoría de vanguardia con el movimiento obrero, para formar así un movimiento político revolucionario que es el Partido Comunista reconstituido. Por lo tanto, la constitución del Partido Comunista no se produce por la voluntad subjetiva de un grupo de personas, no se produce por la unidad de los comunistas como pregona el revisionismo, sino que es una realidad social objetiva que se produce cuando la vanguardia comunista se fusiona con las masas proletarias.
Sobre la idea de trabajar para un comité de los distintos colectivos e individualidades que defienden la misma línea de la reconstitución del comunismo, entendemos que este proceso es necesario y muy positivo, pero que debe ser convenientemente trazado para que pueda tener éxito. En este sentido, no creemos que la reagrupación ideológica y organizativa vayan a transcurrir simultáneamente, sino que antes debe proseguirse con el trabajo de lucha ideológica y acercamiento en cuestiones fundamentales para el Movimiento Comunista del Estado español (la cuestión de la reconstitución del PC, la lucha por conseguir la hegemonía de la ideología revolucionaria en el seno de la vanguardia ideológica, la superación de la línea sindicalista y electoralista, etc.).
La propuesta que sí vemos factible a corto plazo y muy necesaria es la de la creación de un medio de difusión que agrupe a toda la vanguardia comunista. Pero habría que acordar quiénes podrían encargarse de este trabajo, qué documentos se colgarían (¿textos elaborados conjuntamente?, ¿o los de algún colectivo o individualidad que refuerce nuestra línea?) y de qué forma se difundiría dicho medio.
Sería interesante conocer las posibles respuestas que hayáis recibido de otros colectivos comunistas del Estado español que apuesten por la reconstitución del PC.
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Los zapatos son para caminar
No queremos ser exhaustivo en el debate sino precisos, lo más precisos posible para permitir el máximo de concreción y evitar la dispersión en la lucha ideológica. Con esta intención elaboramos este texto.
Hemos recibido el documento elaborado por leojogiches en Revolución o Barbarie “Respuesta al artículo de la UCCP “Tras el 14-N, Las Tareas del Momento Actual”, relativo a las tareas a realizar, según nuestra opinión, después de la celebración del 14-N convocado por el sindicalismo integracionista como un día de lucha europea contra la política neoliberal de la Unión Europea y los gobiernos que siguen la senda de la austeridad presupuestaria por encima de todo, en donde se insertaba unas propuestas para discutir entre los distintos colectivos comunistas y personas interesadas en la contribución a la construcción del partido comunista y la preparación de las condiciones para la revolución proletaria.
Después de una lectura atenta del contenido de dicha respuesta, llegamos a la conclusión que leojogiches pasa olímpicamente del documento, eludiendo el fondo de las propuestas que se aportan, con la excusa, más que con el argumento razonado, que la construcción del partido es un hecho (proceso) que no depende de la voluntad de los individuos interesados en la revolución proletaria (vanguardia comunista), confundiendo la voluntad como hecho objetivo de la necesidad de la transformación social, quedando sometida a las condiciones de la realidad material, con el voluntarismo, es decir, la acción subjetiva de los individuos siguiendo sus deseos sin tener en cuenta la realidad social. Esto es típico de posiciones inmovilistas, disfrazadas de un discurso teoricista pretendidamente revolucionario para justificar su pasividad contemplativa.
El meollo de nuestra propuesta, que no es otra cosa que intentar crear condiciones para el debate colectivo bajo el principio de la cooperación, pero expuesta a la lucha ideológica y política de clases mediante la crítica y autocrítica sin concesiones, queda sintetizada como la necesidad de impulsar la unidad de acción según el método de marchar al mismo paso teniendo en cuenta las distintas realidades, los diferentes niveles de conciencia, entre los diversos colectivos que se posicionan en el campo del marxismo y por la revolución proletaria como medio para la construcción de la sociedad comunista. La política de reagrupamiento no tiene un contenido orgánico sino político, no tiene por finalidad la unificación de los distintos colectivos, sino elevar el nivel de conciencia medio de los distintos colectivos en una dirección común, que se concreta como cooperación política para impulsar las tareas que se consideren necesarias desarrollar después de un proceso de discusión, elaboración y desarrollo de las necesidades de la revolución proletaria en la actual situación concreta.
Por ello entendemos que no viene al caso lo expresado por leojogiches (especial atención a los párrafos 2 y 6 de su documento) que se introduce previamente a la conclusión a que se llega, como no sea para justificar en la contestación, máxime cuando nuestro colectivo se posiciona claramente al respecto del argumento que se utiliza, en el tema III de su línea política relativo a las Bases materiales y políticas del socialismo, en su apartado 23 (1 y 2) y 24.
En cuanto a la referencia sobre la propuesta de creación de un medio de difusión común, tenemos que decir que no debe ni puede considerarse aislada del resto de las propuestas, pues forma parte de un conjunto, de la síntesis del proceso de colaboración que se propone. En cuanto a la pregunta sobre la respuesta de otros colectivos, hasta la presente nos han respondido OC Bandera Roja, de manera positiva, y esta que estamos comentando de leojogiches en Revolución o Barbarie.
A nuestro entender la teoría marxista la podríamos asemejar a unos zapatos, que nos deben de servir para andar más cómodos y seguros, pero sobre todo para ir haciendo camino al andar hacia un rumbo determinado.
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Desde este espacio de “Revolución o Barbarie” y a la luz de cómo se va desarrollando este intercambio con los compañeros de la UCCP, nos parece claro, no el que se “haya pasado olímpicamente” por nuestra parte del documento de los compañeros, sino que es evidente que vemos tareas diferentes correpondientes a la fase actual en lo referente a la reconstitución del Partido Comunista y del Movimiento Revolucionario del Proletariado en el Estado español, comunicándoles a los compañeros de la UCCP, dentro de ese espíritu de debate abierto entre comunistas que compartimos la convicción de que existe la urgente necesidad de dichas tareas de reconstitución, cuál es nuestra visión general de dicho asunto, de cuál es la situación actual y las necesidades que la misma conlleva o señala.
Para los compañeros de la UCCP, estamos ante una etapa en la que afirman en su documento “Tras el 14-N, Las Tareas del Momento Actual”, que “Debemos centrarnos tanto en favorecer el desarrollo interno de los distintos colectivos como impulsar el proceso de confluencia entre ellos mediante el fortalecimiento teórico, la lucha ideológica y la unidad de acción política.”, pero para nosotros resulta evidente que, dado que la principal característica que diferencia a la vanguardia revolucionaria de la que aún no llega a serlo (y a la que, como comunistas, debemos elevar a la posición de vanguardia revolucionaria para poder fundir el Marxismo-leninismo con el Movimiento Obrero, constituyendo con ello el PC) es la conciencia revolucionaria -que nace de la praxis revolucionaria- sólo se puede favorecer el desarrollo del Movimiento Revolucionario en la actualidad empezando por el fortalecimiento ideológico, por deslindar la ideología revolucionaria de toda falsificación, desviación y revisionismo. Es decir, que en primer lugar, y ante la innegable ausencia actual de Partido (que no de vanguardia pertrechada con el Marxismo-leninismo como ideología revolucionaria, que “haberla, hayla”) hay que realizar las tareas de batalla ideológica que lleven a clarificar esta, diferenciarla claramente de toda desviación y lacra revisionistas y empezar a unir a los marxistas-leninistas en torno a esa ideología y no otra que aparente ser tal. No podemos partir de la base, que nos parece errada, de que los destacamentos, individuos y organizaciones que se denominan o consideran a sí mismas como marxistas-leninistas, existentes tras la derrota apabullante frente al revisionismo, sean portadoras por defecto de la conciencia y la praxis (fusión de teoría y práctica) revolucionarias sin antes realizar las tareas de reconstitución ideológica, de reagrupamiento de la vanguardia revolucionaria en torno a la verdadera ideología revolucionaria, sin la que es imposible praxis revolucionaria, pero es perfectamente posible cualquier otro tipo de praxis no revolucionaria y perder en ella un tiempo y unos recursos muy valiosos.
Por tanto, nuestra principal diferencia con los compañeros de la UCCP consiste en determinar qué tarea revolucionaria es la que corresponde ahora realizar, considerando que no es la unidad de acción “con las masas” junto a los actuales destacamentos que se consideran comunistas, con o sin acierto, ni tampoco la unidad o coordinación políticas con dichos destacamentos.
Sin Partido, consideramos que no hay posibilidad alguna de praxis revolucionaria (fusión de teoría y práctica revolucionarias) más allá de la de ir dando todos los pasos necesarios, sin saltarse ni uno, para dotar al final al proletariado de su Partido Revolucionario, de vanguardia proletaria comunista.
Corresponde pues, a esta etapa, en nuestra opinión, la unidad de acción de toda la vanguardia comunista, sí, sin duda alguna (vanguardia aún dramáticamente incapaz de dirigir, por carecer de las bases materiales e ideológicas para ello, a su “retaguardia”, a las masas proletarias, de las que permanece extremadamente desconectada, a diferencia de los revisionistas -que dirigen a un exiguo sector de las masas- y de la Aristocracia Obrera – que dirige a una parte considerable de las mismas- y que entre ambos las mantienen cautivas en acciones economistas y democrático-burguesas), pero unidad en torno a la ideología revolucionaria, para empezar y, a partir de ese punto -muy lejos de haberse logrado en la actualidad- ir dilucidando y completando los demás pasos a dar para llegar a dotar a las masas proletarias del Estado español, mediante el desarrollo del proceso de fusión del Marxismo-leninismo con el Movimiento Obrero, de su flamante Partido Comunista y del Movimiento Revolucionario con él conectado y por él verdaderamente dirigido hacia los objetivos revolucionarios de edificación del Nuevo Poder y del Comunismo.
Sin PC, la unidad de acción con los diferentes “destacamentos comunistas” existentes, que son un batiburrillo que mezcla a verdaderos m-l con revisionistas de todo tipo y que no tiene en conjunto una línea revolucionaria clara ni consecuente, no constituye en modo alguno praxis revolucionaria, al menos en la etapa actual de desorientación teórica y práctica generalizada. En nuestra opinión, antes hay que ir resolviendo esa desorientación fomentando la lucha y el debate ideológicos en el seno de todo el Movimiento que se considera como revolucionario, comunista, así como de toda persona que se considere como comunista, como marxista-leninista; es decir, entre todos los miembros posibles de la vanguardia m-l dispuestos a ello.
Siguiendo con la metáfora de los zapatos que han elaborado los compañeros de la UCCP, nosotros consideramos que en la etapa actual, la tarea general que corresponde es buscar, localizar, reunir y preparar los materiales adecuados para construir los zapatos adecuados para recorrer la ruta revolucionaria que hemos de recorrer un día (que no es el de hoy ni el de un futuro inmediato, desgraciadamente) junto con las masas proletarias. No nos parece acertado construir esos zapatos, que han de ser de una calidad excepcionalmente buena y extremadamente resistentes a deformaciones y desgastes, uniendo los pedazos dispersos de todos aquellos que se consideran a sí mismos materiales adecuados y en ese proceso de ir uniendo todo lo que se recoja o se preste a ello, tratar de separar lo inservible de lo válido. Eso no funciona, como la práctica ha ido mostrando en innumerables casos.
El MC existente hasta la fecha en el estado español ha sido derrotado por la burguesía, a través entre otras cosas del revisionismo, hasta en sus mismas bases ideológicas, que son las que, alumbrando la conciencia, permiten determinar colectivamente a la vanguardia las tareas a ir desplegando para construir y desarrollar todo el proceso revolucionario, esta vez sin volver a ser derrotados, quizás por actuar con impaciencia y sin haber separado previamente los materiales adecuados y genuinos para construir los zapatos de toda falsificación burguesa que puebla el campo de lo que un día fue el Movimiento Comunista del Estado español.
Tenemos en nuestra historia comunista más que suficiente praxis acumulada (tanto acertada como errada) para no tener que preocuparnos de “estar teorizando sin base en la práctica”. Sobre esa praxis debemos trabajar, analizar, debatir y teorizar para desarrollar la lucha ideológica de dos líneas, como el primer paso práctico (que lo es) a completar en la actualidad. Esa es, en nuestra opinión, la praxis revolucionaria principal y urgente que corresponde realizar a la vanguardia revolucionaria en la actual etapa, independientemente de qué estén haciendo hora mismo las masas por su cuenta para detener la fuerte ofensiva imperialista, pues de lo que nosotros tratamos es de reconstituir desde sus mismas bases más elementales un Movimiento Revolucionario inexistente en la actualidad, sin el cual no puede haber praxis revolucionaria alguna, por más voluntad que tengamos de ello. Y sólo la praxis revolucionaria puede, no sólo detener la ofensiva salvaje imperialista actual, sino derrotar al Imperialismo mismo mediante la edificación del Nuevo Poder y, desde él, del Comunismo.
Creemos que la unidad de acción en otros niveles de práctica más avanzados y ambiciosos sólo podrá venir tras completar esa fase o estar muy avanzados en su desarrollo. Querer ir ahora a esas tareas de un nivel más avanzado, está destinado al fracaso por no corresponder a las necesidades actuales del Movimiento Revolucionario, que no existe aún en el Estado español sobre las bases del Marxismo-leninismo genuino, que ni siquiera ha sido reconstruido libre de desviaciones revisionistas, liberado de ellas por la acción colectiva de lucha ideológica de dos lineas del sector de la vanguardia revolucionaria dispuesto a ello, que creemos es el núcleo del futuro PC reconstituido, independientemente de donde actúe en la actualidad.
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