En primer lugar, antes de entrar al texto que nos ocupa, querríamos efectuar las breves presentaciones pertinentes. Como puede leerse en el título del órgano de expresión, representamos la voz del Comité Provincial de Madrid del Partido Comunista Obrero Español.
Nacemos con el propósito de englobar en nuestra lucha los intereses de la clase obrera, enarbolando como objetivos finales la consecución última del Comunismo, atravesando para ello la necesaria Dictadura del Proletariado y la Revolución que lleve a la clase obrera a ejercer el papel de clase dominante frente a sus explotadores, la burguesía. Para ello, la clase obrera posee la sólida herramienta del marxismo-leninismo, que ha demostrado históricamente ser la única herramienta garante de nuestra Victoria.
Como es natural, no podemos plasmar toda nuestra línea ideológica en tres párrafos, por lo que os remitimos a la página central del PCOE y sus comunicados, así como a su Programa, enlazados en los “Enlaces de Interés”, situados a la derecha. Sin más, y con un grito de ¡Socialismo o Barbarie!, os presentamos el texto al que obedece el título de la entrada.
Si bien no es nada nuevo observar cómo la gran burguesía campa a sus anchas por este Estado, sí han sucedido diversas cosas que merecen ser destacadas y denunciadas aquí.
En primer lugar, y dada su importancia, queremos denunciar la vergonzosa situación de Alfonso Fernández, quizá más conocido como Alfon, que fue detenido y puesto en prisión preventiva con motivo de la huelga general del 14N, siendo así el único detenido que continúa hoy preso por tales motivos.
A lo largo de los días y semanas que se han sucedido desde su encarcelación hemos acudido a episodios de carácter claramente fascista, como someterle al régimen FIES, régimen de máximo aislamiento, trasladado a un módulo con presos por delitos de sangre, o, la última joya de la corona, querer trasladarlo a Canarias, dispersándolo de su familia y amigos.
Ante tal barbaridad, no podemos más que apoyar y denunciar la grave situación que vive el compañero Alfon, y mostrar nuestra más sincera solidaridad, pues no podemos permitir que semejantes crímenes queden impunes. Este es un claro ejemplo que evidencia que la justicia no es de todos, y mucho menos de quienes más luchan por ésta oponiéndose frontalmente al imperio de este sistema criminal, llamado capitalismo. Asimismo, consideramos también de imperiosa necesidad denunciar la misma situación que viven otros presos políticos del Estado español como Manuel Pérez Martínez, más conocido como el ‘camarada Arenas’. ¡Libertad Presos Políticos!
Otro acontecimiento que aumenta el sufrimiento de la clase obrera madrileña es la privatización que se ha sucedido de 6 Hospitales y 27 Centros de Salud en toda la comunidad, perpetrada en el Pleno de la Asamblea de Madrid del 27 de Diciembre usando como excusa y argumento el poder mejorar la gestión de los hospitales y recortar gastos que, para ellos, no constituyen una necesidad. Es más que evidente que ya no les interesa el acceso gratuito a la sanidad, sino convertirlo en un negocio al cual sólo accedan los que puedan costeársela. Ya hemos visto cómo excluyen a los inmigrantes de los hospitales, y ahora estamos asistiendo al genocidio de toda la clase obrera en su conjunto. Es imperioso por tanto mostrar a la clase obrera cómo estas medidas se suceden por cuestiones de clase, y no de austeridad, ya que su austeridad es nuestro pan.
Niegan la sanidad a los trabajadores y ciudadanos que menos ganan, a los que menos tienen, a los que no pueden pagar un seguro privado, a los mismos que aumentan el IVA, a los que imponen el euro por receta, pues son los únicos que lo notan, a los que congelan las pensiones, a los que dan 400€ como prestación tras perder la prestación por desempleo como si de un salario millonario se tratase. A la clase obrera.
No sin esfuerzo nos levantamos cada día para ver cómo nuestros derechos son minados, cómo son abolidos uno a uno todos los derechos que por dignidad nos pertenecen y por los cuales los trabajadores han luchado en el pasado, vemos cada día cómo trabajadores se suicidan tras perder su casa por orden de banqueros gracias a la acción de las fuerzas policiales, cómo miles de trabajadores engrosan las listas del paro, y a cambio estos señores no reciben más que rescates multimillonarios.
O, como en el caso de Eurovegas, que la impunidad de los grandes capitalistas roza los límites grotescos. Al respecto de Eurovegas, vemos cómo el Gobierno de la Comunidad de Madrid lo hace todo para traer lo que -suponen- será un gran generador de puestos de trabajo, eso sí, sin mencionar la prostitución, drogas, especulación del suelo que ha habido alrededor de la compra de esos terrenos y más cosas que consigo traerá, del frívolo hecho de que las leyes se dobleguen a la voluntad de este señor, que incluso pida que la Ley Antitabaco no se aplique a sus locales.
A propósito de este caso, viene a colación hablar del famoso caso Madrid Arenas, caso en el que por la avaricia capitalista, otra vez, se vendieron muchas más entradas de las que era posible, superando en mucho el aforo limitado del local, y de ahí que este evento termine con cinco chicas muertas por aplastamiento. Por supuesto, igualmente indignante es la respuesta de la Alcaldía de Madrid ante la tragedia, decidió, ni más ni menos, prohibir todas las fiestas en locales públicos, sin más.
Claro que no sorprendería en absoluto ver concluir este caso sin ningún responsable, es natural que no habrá pruebas concluyentes para poder condenar ni a la alcaldesa, ni al vicealcalde, ni a ningún otro de los responsables de que ese local se alquilara a este empresario, de que hubiera un dispositivo policial tan pobre, o de que no se controlara la venta de entradas o el aforo del local, por enumerar algunos de los errores cometidos. Asuntos que pasarán a la historia como anécdota, o eso piensan ellos.
Cuestiones como estas muestran que ni los madrileños, ni el pueblo en general, somos soberanos, sino que elegimos a una serie de gestores de los intereses de los grandes empresarios, y que las leyes no las dictan las asambleas, sino los consejos de administración de las Grandes empresas.
Tampoco podemos dejar pasar por alto la represión policial manifestada en cada ocasión de que disponen, episodios que nos hacen rememorar las carreras delante de los grises años atrás. Niños y adultos apaleados, personas muertas por disparo de balas de goma en la cabeza, y demás barbaridades cometidas por los cuerpos y fuerzas de seguridad el Estado, porque desde luego la del trabajador no les interesa lo más mínimo. Mientras tanto, casos como el de los cuatro mossos torturadores indultados inundan nuestro noticiario aumentando nuestra frustración y la frivolidad de los que mandan; nos apalean cuando protestamos, y si por casualidad alguno fuera condenado, el gobierno lo indultará.
Observamos cómo la Policía inventa causas para multar, tales como manifestaciones ficticias, supuestas concentraciones ilegales, y todo para provocar el miedo generalizado en la población y evitar así que salgan a protestar por lo que legítimamente nos pertenece y nos están arrebatando.
Asistimos sin protestar a los desahucios, que tienen por protagonistas a la Policía defendiendo los beneficios de los grandes Bancos, y sin embargo, nuevamente los trabajadores nos vemos desprotegidos ante los caprichos del Gran Capital. ¿Hasta cuándo?
Como no puede ser de otra manera, el Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento masivo a toda la clase obrera en general y a la clase obrera madrileña en particular por la unión en forma de Asambleas y Comités de Delegados y Trabajadores, Asambleas Populares y Asambleas de Estudiantes, que nos permitan configurar una estructura de efectivo poder popular y así poder destruir el cáncer que padecemos y que provoca toda esta barbaridad, que tiene nombre y responsables, el capitalismo.
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Nacemos con el propósito de englobar en nuestra lucha los intereses de la clase obrera, enarbolando como objetivos finales la consecución última del Comunismo, atravesando para ello la necesaria Dictadura del Proletariado y la Revolución que lleve a la clase obrera a ejercer el papel de clase dominante frente a sus explotadores, la burguesía. Para ello, la clase obrera posee la sólida herramienta del marxismo-leninismo, que ha demostrado históricamente ser la única herramienta garante de nuestra Victoria.
Como es natural, no podemos plasmar toda nuestra línea ideológica en tres párrafos, por lo que os remitimos a la página central del PCOE y sus comunicados, así como a su Programa, enlazados en los “Enlaces de Interés”, situados a la derecha. Sin más, y con un grito de ¡Socialismo o Barbarie!, os presentamos el texto al que obedece el título de la entrada.
Si bien no es nada nuevo observar cómo la gran burguesía campa a sus anchas por este Estado, sí han sucedido diversas cosas que merecen ser destacadas y denunciadas aquí.
En primer lugar, y dada su importancia, queremos denunciar la vergonzosa situación de Alfonso Fernández, quizá más conocido como Alfon, que fue detenido y puesto en prisión preventiva con motivo de la huelga general del 14N, siendo así el único detenido que continúa hoy preso por tales motivos.
A lo largo de los días y semanas que se han sucedido desde su encarcelación hemos acudido a episodios de carácter claramente fascista, como someterle al régimen FIES, régimen de máximo aislamiento, trasladado a un módulo con presos por delitos de sangre, o, la última joya de la corona, querer trasladarlo a Canarias, dispersándolo de su familia y amigos.
Ante tal barbaridad, no podemos más que apoyar y denunciar la grave situación que vive el compañero Alfon, y mostrar nuestra más sincera solidaridad, pues no podemos permitir que semejantes crímenes queden impunes. Este es un claro ejemplo que evidencia que la justicia no es de todos, y mucho menos de quienes más luchan por ésta oponiéndose frontalmente al imperio de este sistema criminal, llamado capitalismo. Asimismo, consideramos también de imperiosa necesidad denunciar la misma situación que viven otros presos políticos del Estado español como Manuel Pérez Martínez, más conocido como el ‘camarada Arenas’. ¡Libertad Presos Políticos!
Otro acontecimiento que aumenta el sufrimiento de la clase obrera madrileña es la privatización que se ha sucedido de 6 Hospitales y 27 Centros de Salud en toda la comunidad, perpetrada en el Pleno de la Asamblea de Madrid del 27 de Diciembre usando como excusa y argumento el poder mejorar la gestión de los hospitales y recortar gastos que, para ellos, no constituyen una necesidad. Es más que evidente que ya no les interesa el acceso gratuito a la sanidad, sino convertirlo en un negocio al cual sólo accedan los que puedan costeársela. Ya hemos visto cómo excluyen a los inmigrantes de los hospitales, y ahora estamos asistiendo al genocidio de toda la clase obrera en su conjunto. Es imperioso por tanto mostrar a la clase obrera cómo estas medidas se suceden por cuestiones de clase, y no de austeridad, ya que su austeridad es nuestro pan.
Niegan la sanidad a los trabajadores y ciudadanos que menos ganan, a los que menos tienen, a los que no pueden pagar un seguro privado, a los mismos que aumentan el IVA, a los que imponen el euro por receta, pues son los únicos que lo notan, a los que congelan las pensiones, a los que dan 400€ como prestación tras perder la prestación por desempleo como si de un salario millonario se tratase. A la clase obrera.
No sin esfuerzo nos levantamos cada día para ver cómo nuestros derechos son minados, cómo son abolidos uno a uno todos los derechos que por dignidad nos pertenecen y por los cuales los trabajadores han luchado en el pasado, vemos cada día cómo trabajadores se suicidan tras perder su casa por orden de banqueros gracias a la acción de las fuerzas policiales, cómo miles de trabajadores engrosan las listas del paro, y a cambio estos señores no reciben más que rescates multimillonarios.
O, como en el caso de Eurovegas, que la impunidad de los grandes capitalistas roza los límites grotescos. Al respecto de Eurovegas, vemos cómo el Gobierno de la Comunidad de Madrid lo hace todo para traer lo que -suponen- será un gran generador de puestos de trabajo, eso sí, sin mencionar la prostitución, drogas, especulación del suelo que ha habido alrededor de la compra de esos terrenos y más cosas que consigo traerá, del frívolo hecho de que las leyes se dobleguen a la voluntad de este señor, que incluso pida que la Ley Antitabaco no se aplique a sus locales.
A propósito de este caso, viene a colación hablar del famoso caso Madrid Arenas, caso en el que por la avaricia capitalista, otra vez, se vendieron muchas más entradas de las que era posible, superando en mucho el aforo limitado del local, y de ahí que este evento termine con cinco chicas muertas por aplastamiento. Por supuesto, igualmente indignante es la respuesta de la Alcaldía de Madrid ante la tragedia, decidió, ni más ni menos, prohibir todas las fiestas en locales públicos, sin más.
Claro que no sorprendería en absoluto ver concluir este caso sin ningún responsable, es natural que no habrá pruebas concluyentes para poder condenar ni a la alcaldesa, ni al vicealcalde, ni a ningún otro de los responsables de que ese local se alquilara a este empresario, de que hubiera un dispositivo policial tan pobre, o de que no se controlara la venta de entradas o el aforo del local, por enumerar algunos de los errores cometidos. Asuntos que pasarán a la historia como anécdota, o eso piensan ellos.
Cuestiones como estas muestran que ni los madrileños, ni el pueblo en general, somos soberanos, sino que elegimos a una serie de gestores de los intereses de los grandes empresarios, y que las leyes no las dictan las asambleas, sino los consejos de administración de las Grandes empresas.
Tampoco podemos dejar pasar por alto la represión policial manifestada en cada ocasión de que disponen, episodios que nos hacen rememorar las carreras delante de los grises años atrás. Niños y adultos apaleados, personas muertas por disparo de balas de goma en la cabeza, y demás barbaridades cometidas por los cuerpos y fuerzas de seguridad el Estado, porque desde luego la del trabajador no les interesa lo más mínimo. Mientras tanto, casos como el de los cuatro mossos torturadores indultados inundan nuestro noticiario aumentando nuestra frustración y la frivolidad de los que mandan; nos apalean cuando protestamos, y si por casualidad alguno fuera condenado, el gobierno lo indultará.
Observamos cómo la Policía inventa causas para multar, tales como manifestaciones ficticias, supuestas concentraciones ilegales, y todo para provocar el miedo generalizado en la población y evitar así que salgan a protestar por lo que legítimamente nos pertenece y nos están arrebatando.
Asistimos sin protestar a los desahucios, que tienen por protagonistas a la Policía defendiendo los beneficios de los grandes Bancos, y sin embargo, nuevamente los trabajadores nos vemos desprotegidos ante los caprichos del Gran Capital. ¿Hasta cuándo?
Como no puede ser de otra manera, el Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento masivo a toda la clase obrera en general y a la clase obrera madrileña en particular por la unión en forma de Asambleas y Comités de Delegados y Trabajadores, Asambleas Populares y Asambleas de Estudiantes, que nos permitan configurar una estructura de efectivo poder popular y así poder destruir el cáncer que padecemos y que provoca toda esta barbaridad, que tiene nombre y responsables, el capitalismo.
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