Notas sobre las ‘Tesis de abril’
texto de Manuel Martínez Llaneza presentado en unas jornadas de Formación del PCM-PCE en abril de 2012
publicado en dos mensajes en el Foro
El lanzamiento de las ‘Tesis de abril’, como se conoce popularmente el escrito de Lenin que publicó Pravda el 7 de abril de 1917 con el título ´Las tareas del proletariado en la presente revolución’, se considera uno de los momentos estelares de la humanidad en los que una decisión cambia el curso de la historia, como el paso del Rubicón de Julio César que significó el inicio del fin de la república romana. Claro está que a César no se le ocurrió de repente la cosa cuando se bañaba en la orilla norte del río, ni Lenin se cayó del guindo al bajar del tren que lo traía de Suiza.
Leídas hoy, las tesis pueden no parecer algo de tanta importancia si no se conoce bien el contexto, por qué se escribían y a quién se dirigían, a lo que vamos a dedicar este trabajo. Están enmarcadas entre una introducción y unos comentarios finales.
En la introducción Lenin explica que, habiendo llegado a Petrogrado el día 3 por la noche, “sólo en nombre propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación, pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario” y que por ello preparó “unas tesis por escrito” (subrayado de Lenin) para facilitarse la labor y “facilitársela también a los contradictores de buena fe” (subrayado de Lenin). Dice también que las leyó “muy despacio y por dos veces” (s. L), una en la reunión de los bolcheviques y otra en la de bolcheviques y mencheviques. Llama ciertamente la atención esta introducción a las tesis, precisamente en el órgano de su partido, por parte de quien era el líder indiscutido de los bolcheviques.
Los comentarios finales son para responder a la polémica pública, pero sobre todo en el seno de la socialdemocracia, creada por estas tesis[1]. Algunos tienen un interés coyuntural porque revelan el ambiente existente y otros son de refuerzo o explicación de las propias tesis. Haremos alguna referencia posterior.
***
Lenin había escrito al estallar la Revolución de Febrero y antes de regresar a Rusia las
• ‘Cartas desde lejos’ [1]
y en el periodo inmediatamente posterior otros artículos que desarrollan y ayudan a entender las ideas contenidas en las tesis, sin cambiar su fondo. De ellos, pueden leerse ente otras en sus Obras Escogidas en tres tomos:
• La dualidad de poderes (9 de abril) [2]
• Las tareas del proletariado en nuestra revolución (Proyecto de plataforma del partido proletario) (escrito el 10 de abril, pero no se publicó entonces) [3]
• Discurso de apertura de la VII Conferencia del POSDR(b). (24 de abril) [4]
Un resumen valorado de los acontecimientos desde el inicio de la revolución de febrero hasta finales de julio, con un corto epílogo sobre la korniloviada, se encuentra en
• Las enseñanzas de la revolución. (finales de julio, publicado en septiembre) [5]
Es interesante ver cómo su método y categorías de análisis son los que utiliza Marx en La lucha de clases en Francia, así como el concepto de Estado-Comuna hace referencia a La guerra civil en Francia, también de Marx.
***
Antes de entrar en los contenidos, recordemos los grandes datos de la situación en aquellos momentos y sus antecedentes para situar las cosas en su contexto.
Algunos de sus escritos más leídos y citados, los escribió Lenin antes de la revolución de 1905 (¿Qué hacer? 1902, Un paso adelante, dos pasos atrás 1904) o tras los sucesos que marcaron su inicio (Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, verano de 1905) en un periodo en el que la organización del partido era, debido a la represión zarista, débil y dispersa, formada por núcleos de activistas mal comunicados y con gran parte de los dirigentes (por aceptación ya que no había reuniones formales más allá de los núcleos) en el exilio o en Siberia, comunicándose con los militantes y activistas a través de la prensa clandestina o difíciles contactos. Lenin no cita esos textos con motivo de las tesis de abril, pero recordemos que en el propio prefacio para la edición del Qué hacer de 1907 el autor insiste al afirmar que “El error principal de los que hoy polemizan con el QH consiste en que desligan por completo esta obra de una situación histórica determinada -largo tiempo atrás- de un período concreto del desarrollo de nuestro Partido”
El hecho de que el partido estuviera poco organizado no quiere decir que la lucha contra la autocracia no fuera importante, porque además de los núcleos socialistas –mejor o peor coordinados¬– existían grupos que venían de la tradición nacionalista –narodniki–, anarquistas e incluso organizaciones liberales burguesas.
En aquellos tiempos, la socialdemocracia internacional, liderada por el fuerte partido alemán, referencia de los demás, se suponía una organización marxista revolucionaria, a pesar de que se desarrollaban en su seno tendencias pactistas y revisionistas, cuyo ejemplo más claro, pero no el único, era Bernstein.
***
En Rusia, desde la derrota de la revolución de 1905-1907 (cuya chispa detonante fue la represión a una manifestación) que marcó una referencia para todos los revolucionarios y en la que estuvieron presentes los elementos políticos sin los que sería difícil entender lo que pasó en 1917 y el carácter de las fuerzas que operaban, se había reimplantado el régimen autoritario zarista con algunas concesiones formales en algunos momentos que no cambiaban su naturaleza: una autocracia férrea sobre un inmenso país multiétnico de base agrícola miserable y atrasada, recién salida de la servidumbre, dominada por un puñado de terratenientes ‘kulaks’ absentistas apoyados en la corte; una industria débil, de carácter mayoritariamente estatal y militar, concentrada en San Petersburgo y Moscú, y una débil burguesía sin ninguna autonomía económica e incapaz de tener presencia política importante, aunque cada vez más ligada a intereses franceses e ingleses.
En este contexto estalla la guerra en 1914 (que tenía antecedentes en la guerra de los Balcanes de Servia[2] y Bulgaria contra el Imperio Otomano desde el 1912 donde Rusia busca su dominio). Rusia tiene un ejército formado por masas de campesinos incultos y mal entrenados, armados y equipados (8 millones de hombres frente a 3 del ejército alemán que se bate en dos frentes, el austro-húngaro casi no cuenta porque es un imperio igual de descompuesto que el ruso).
Después de más de dos años de guerra, la situación en Rusia es desastrosa. Las penalidades de la guerra, la ausencia de brazos en el campo, la muerte de millones de soldados, el desabastecimiento de las ciudades y el hambre consecuente dan origen a multitud de huelgas y manifestaciones. La agitación socialista, tanto bolchevique como menchevique, ha conseguido la creación de soviets (consejos) de obreros y de soldados, más tarde de campesinos, en repetición de lo sucedido en 1905, que se oponen a la continuación de la guerra y a la incompetencia y la corrupción reinantes en la dirección política y en el ejército. También sectores importantes de la burguesía conspiran contra el régimen zarista, fundamentalmente, pero no sólo, el Partido demócrata constitucional (Kadetes) y los ‘octubristas’ (del manifiesto zarista de octubre 1905).
***
En este contexto, estalla en Petrogrado a finales de febrero de 1917 un movimiento revolucionario (revolución de febrero) que, mediante un conjunto de huelgas y manifestaciones contra el hambre y la guerra, y, ante la renuencia primero de la guarnición a la represión y final rebelión franca, incluida las fuerzas navales de Kronstadt, da al traste con el gobierno, que intenta disolver la Duma (parlamento) sin conseguirlo, ya que se forma un comité que decide formar un gobierno provisional encargado de convocar una asamblea constituyente. Los sóviets crean el Sóviet de Petrogrado, de mayoría menchevique y socialrevolucionaria, que se configura como un contrapoder al comité de la Duma, y de hecho entra en negociaciones con él para la formación del gobierno provisional y el establecimiento del programa. El zar Nicolás II abdica el 2/15 de marzo y se nombra al príncipe Lvov presidente de un gobierno provisional en el que los socialistas no participan.
La situación se revela complicada. La guerra continúa, el gobierno provisional no tiene un programa claro ni un apoyo fuerte, la Duma está puesta en cuestión por el Sóviet, que, sin embargo, reconoce al gobierno.
***
Las ‘cartas desde lejos’
Lenin está exiliado en Suiza desde donde escribe las ‘Cartas desde lejos’ en las que señala que, sin la experiencia de 1905 y la guerra mundial imperialista, no hubiera sido posible un desenlace tan rápido de la primera fase de la Revolución contra “la ferocidad de la familia de los Románov”. Señala que las tres fuerzas políticas fundamentales eran: 1) la monarquía zarista, cabeza de los terratenientes feudales, la vieja burocracia y el generalato; 2) la Rusia burguesa y terrateniente de los octubristas[3] y los demócratas constitucionales, detrás de la cual se arrastra la pequeña burguesía; 3) el Soviet de diputados obreros, que trata de hacer aliados suyos a todo el proletariado y a las masas de todos los sectores pobres de la población. Caracteriza el gobierno provisional por que los cargos de verdadera importancia los ocupan los octubristas y ‘renovadores pacíficos’, cómplices de Stolypin el Verdugo (dirigente de la contrarrevolución de 1907), que tienen en sus manos el ejército y la democracia; los demócratas constitucionalistas figuran más que nada como adorno y el socialrevolucionario Kerenski [L. dice trudovik, entre comillas, por su militancia anterior] desempeña el papel de balalaika para engañar a obreros y campesinos. Indica que los representantes de esa nueva clase de terratenientes capitalistas y burgueses estaban “casi del todo” en el poder en 1917 y por eso los primeros golpes han sido suficientes para que el zarismo se desmoronase y se llegase, como en otras naciones occidentales, a un gobierno “parlamentario”, de ”coalición”, ”nacional” (es decir, adaptado para dirigir la matanza imperialista y para engañar al pueblo). Señala también, que este gobierno no es en el fondo más que un simple agente de las “firmas” de multimillonarios de Inglaterra y Francia, al lado del cual ha aparecido un gobierno obrero, no oficial, relativamente débil todavía que es el Soviet de diputados obreros de Petersburgo.
Como vemos, considera las cosas como “el político que no teme la verdad, que sopesa con lucidez la correlación de las fuerzas sociales en la revolución, que aprecia cada ‘momento actual’, no sólo en todo lo que tiene de original en el instante dado, sino también desde el punto de vista de resortes más profundos, de una correlación más profunda de los intereses del proletariado y de la burguesía, tanto en Rusia como en el mundo entero”.´
La verdadera situación política según Lenin
“La monarquía zarista destruida, pero todavía no rematada.
El gobierno octubrista-democonstitucionalista burgués que quiere llevar la guerra imperialista “hasta el final” , agente en realidad de la firma financiera “Inglaterra y Francia”, que se ve obligado a prometer al pueblo todas las libertades y todas las dádivas compatibles con el mantenimiento del Poder sobre el pueblo y con la posibilidad de continuar la matanza imperialista.
El Soviet de diputados obreros, una organización obrera [reitera], el embrión del gobierno obrero [otra vez], representante de los intereses de todas las masas pobres de la población [por contraste], es decir, de las nueve décimas partes de la población, que lucha por la paz, el pan y la libertad.
La lucha de estas tres fuerzas determina la situación presente [no la deseable desde un punto de vista clásico], que es el paso de la primera a la segunda etapa de la revolución.
La contradicción entre la primera fuerza y la segunda no es profunda, es una contradicción temporal, suscitada solamente por la coyuntura del momento, por un brusco viraje de los acontecimientos en la guerra imperialista…….[explica]
Quien pretenda que los obreros deben apoyar al nuevo gobierno en nombre de la lucha contra la reacción del zarismo [...], traiciona a los obreros, traiciona la causa del proletariado, la causa de la paz y de la libertad [explica las negociaciones en que están metidos patrocinados por Francia e Inglaterra]
…Porque la única garantía de la libertad y de la destrucción completa del zarismo es armar al proletariado, consolidar, extender, desarrollar el papel, la importancia y la fuerza del Soviet de diputados obreros.”
[Lo tiene bien claro. Como Gramsci con los consigli]. Y responde a los del gobierno:
“Nuestra revolución es burguesa, y por eso los obreros deben apoyar a la burguesía, dicen los [nombra unos cuantos], como dijera ayer Plejánov.
Nuestra revolución es burguesa, decimos nosotros, los marxistas, y por eso los obreros deben abrir los ojos al pueblo para que vea el engaño de los politicastros burgueses y enseñarle a no creer en las palabras, a confiar únicamente en sus propias fuerzas, en su propia organización, en su propia unión, en su propio armamento.”
[Relaciones con el PSOE, Gordillo, ¿tenemos nuestras propias cosas?]
***
texto de Manuel Martínez Llaneza presentado en unas jornadas de Formación del PCM-PCE en abril de 2012
publicado en dos mensajes en el Foro
El lanzamiento de las ‘Tesis de abril’, como se conoce popularmente el escrito de Lenin que publicó Pravda el 7 de abril de 1917 con el título ´Las tareas del proletariado en la presente revolución’, se considera uno de los momentos estelares de la humanidad en los que una decisión cambia el curso de la historia, como el paso del Rubicón de Julio César que significó el inicio del fin de la república romana. Claro está que a César no se le ocurrió de repente la cosa cuando se bañaba en la orilla norte del río, ni Lenin se cayó del guindo al bajar del tren que lo traía de Suiza.
Leídas hoy, las tesis pueden no parecer algo de tanta importancia si no se conoce bien el contexto, por qué se escribían y a quién se dirigían, a lo que vamos a dedicar este trabajo. Están enmarcadas entre una introducción y unos comentarios finales.
En la introducción Lenin explica que, habiendo llegado a Petrogrado el día 3 por la noche, “sólo en nombre propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación, pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario” y que por ello preparó “unas tesis por escrito” (subrayado de Lenin) para facilitarse la labor y “facilitársela también a los contradictores de buena fe” (subrayado de Lenin). Dice también que las leyó “muy despacio y por dos veces” (s. L), una en la reunión de los bolcheviques y otra en la de bolcheviques y mencheviques. Llama ciertamente la atención esta introducción a las tesis, precisamente en el órgano de su partido, por parte de quien era el líder indiscutido de los bolcheviques.
Los comentarios finales son para responder a la polémica pública, pero sobre todo en el seno de la socialdemocracia, creada por estas tesis[1]. Algunos tienen un interés coyuntural porque revelan el ambiente existente y otros son de refuerzo o explicación de las propias tesis. Haremos alguna referencia posterior.
***
Lenin había escrito al estallar la Revolución de Febrero y antes de regresar a Rusia las
• ‘Cartas desde lejos’ [1]
y en el periodo inmediatamente posterior otros artículos que desarrollan y ayudan a entender las ideas contenidas en las tesis, sin cambiar su fondo. De ellos, pueden leerse ente otras en sus Obras Escogidas en tres tomos:
• La dualidad de poderes (9 de abril) [2]
• Las tareas del proletariado en nuestra revolución (Proyecto de plataforma del partido proletario) (escrito el 10 de abril, pero no se publicó entonces) [3]
• Discurso de apertura de la VII Conferencia del POSDR(b). (24 de abril) [4]
Un resumen valorado de los acontecimientos desde el inicio de la revolución de febrero hasta finales de julio, con un corto epílogo sobre la korniloviada, se encuentra en
• Las enseñanzas de la revolución. (finales de julio, publicado en septiembre) [5]
Es interesante ver cómo su método y categorías de análisis son los que utiliza Marx en La lucha de clases en Francia, así como el concepto de Estado-Comuna hace referencia a La guerra civil en Francia, también de Marx.
***
Antes de entrar en los contenidos, recordemos los grandes datos de la situación en aquellos momentos y sus antecedentes para situar las cosas en su contexto.
Algunos de sus escritos más leídos y citados, los escribió Lenin antes de la revolución de 1905 (¿Qué hacer? 1902, Un paso adelante, dos pasos atrás 1904) o tras los sucesos que marcaron su inicio (Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, verano de 1905) en un periodo en el que la organización del partido era, debido a la represión zarista, débil y dispersa, formada por núcleos de activistas mal comunicados y con gran parte de los dirigentes (por aceptación ya que no había reuniones formales más allá de los núcleos) en el exilio o en Siberia, comunicándose con los militantes y activistas a través de la prensa clandestina o difíciles contactos. Lenin no cita esos textos con motivo de las tesis de abril, pero recordemos que en el propio prefacio para la edición del Qué hacer de 1907 el autor insiste al afirmar que “El error principal de los que hoy polemizan con el QH consiste en que desligan por completo esta obra de una situación histórica determinada -largo tiempo atrás- de un período concreto del desarrollo de nuestro Partido”
El hecho de que el partido estuviera poco organizado no quiere decir que la lucha contra la autocracia no fuera importante, porque además de los núcleos socialistas –mejor o peor coordinados¬– existían grupos que venían de la tradición nacionalista –narodniki–, anarquistas e incluso organizaciones liberales burguesas.
En aquellos tiempos, la socialdemocracia internacional, liderada por el fuerte partido alemán, referencia de los demás, se suponía una organización marxista revolucionaria, a pesar de que se desarrollaban en su seno tendencias pactistas y revisionistas, cuyo ejemplo más claro, pero no el único, era Bernstein.
***
En Rusia, desde la derrota de la revolución de 1905-1907 (cuya chispa detonante fue la represión a una manifestación) que marcó una referencia para todos los revolucionarios y en la que estuvieron presentes los elementos políticos sin los que sería difícil entender lo que pasó en 1917 y el carácter de las fuerzas que operaban, se había reimplantado el régimen autoritario zarista con algunas concesiones formales en algunos momentos que no cambiaban su naturaleza: una autocracia férrea sobre un inmenso país multiétnico de base agrícola miserable y atrasada, recién salida de la servidumbre, dominada por un puñado de terratenientes ‘kulaks’ absentistas apoyados en la corte; una industria débil, de carácter mayoritariamente estatal y militar, concentrada en San Petersburgo y Moscú, y una débil burguesía sin ninguna autonomía económica e incapaz de tener presencia política importante, aunque cada vez más ligada a intereses franceses e ingleses.
En este contexto estalla la guerra en 1914 (que tenía antecedentes en la guerra de los Balcanes de Servia[2] y Bulgaria contra el Imperio Otomano desde el 1912 donde Rusia busca su dominio). Rusia tiene un ejército formado por masas de campesinos incultos y mal entrenados, armados y equipados (8 millones de hombres frente a 3 del ejército alemán que se bate en dos frentes, el austro-húngaro casi no cuenta porque es un imperio igual de descompuesto que el ruso).
Después de más de dos años de guerra, la situación en Rusia es desastrosa. Las penalidades de la guerra, la ausencia de brazos en el campo, la muerte de millones de soldados, el desabastecimiento de las ciudades y el hambre consecuente dan origen a multitud de huelgas y manifestaciones. La agitación socialista, tanto bolchevique como menchevique, ha conseguido la creación de soviets (consejos) de obreros y de soldados, más tarde de campesinos, en repetición de lo sucedido en 1905, que se oponen a la continuación de la guerra y a la incompetencia y la corrupción reinantes en la dirección política y en el ejército. También sectores importantes de la burguesía conspiran contra el régimen zarista, fundamentalmente, pero no sólo, el Partido demócrata constitucional (Kadetes) y los ‘octubristas’ (del manifiesto zarista de octubre 1905).
***
En este contexto, estalla en Petrogrado a finales de febrero de 1917 un movimiento revolucionario (revolución de febrero) que, mediante un conjunto de huelgas y manifestaciones contra el hambre y la guerra, y, ante la renuencia primero de la guarnición a la represión y final rebelión franca, incluida las fuerzas navales de Kronstadt, da al traste con el gobierno, que intenta disolver la Duma (parlamento) sin conseguirlo, ya que se forma un comité que decide formar un gobierno provisional encargado de convocar una asamblea constituyente. Los sóviets crean el Sóviet de Petrogrado, de mayoría menchevique y socialrevolucionaria, que se configura como un contrapoder al comité de la Duma, y de hecho entra en negociaciones con él para la formación del gobierno provisional y el establecimiento del programa. El zar Nicolás II abdica el 2/15 de marzo y se nombra al príncipe Lvov presidente de un gobierno provisional en el que los socialistas no participan.
La situación se revela complicada. La guerra continúa, el gobierno provisional no tiene un programa claro ni un apoyo fuerte, la Duma está puesta en cuestión por el Sóviet, que, sin embargo, reconoce al gobierno.
***
Las ‘cartas desde lejos’
Lenin está exiliado en Suiza desde donde escribe las ‘Cartas desde lejos’ en las que señala que, sin la experiencia de 1905 y la guerra mundial imperialista, no hubiera sido posible un desenlace tan rápido de la primera fase de la Revolución contra “la ferocidad de la familia de los Románov”. Señala que las tres fuerzas políticas fundamentales eran: 1) la monarquía zarista, cabeza de los terratenientes feudales, la vieja burocracia y el generalato; 2) la Rusia burguesa y terrateniente de los octubristas[3] y los demócratas constitucionales, detrás de la cual se arrastra la pequeña burguesía; 3) el Soviet de diputados obreros, que trata de hacer aliados suyos a todo el proletariado y a las masas de todos los sectores pobres de la población. Caracteriza el gobierno provisional por que los cargos de verdadera importancia los ocupan los octubristas y ‘renovadores pacíficos’, cómplices de Stolypin el Verdugo (dirigente de la contrarrevolución de 1907), que tienen en sus manos el ejército y la democracia; los demócratas constitucionalistas figuran más que nada como adorno y el socialrevolucionario Kerenski [L. dice trudovik, entre comillas, por su militancia anterior] desempeña el papel de balalaika para engañar a obreros y campesinos. Indica que los representantes de esa nueva clase de terratenientes capitalistas y burgueses estaban “casi del todo” en el poder en 1917 y por eso los primeros golpes han sido suficientes para que el zarismo se desmoronase y se llegase, como en otras naciones occidentales, a un gobierno “parlamentario”, de ”coalición”, ”nacional” (es decir, adaptado para dirigir la matanza imperialista y para engañar al pueblo). Señala también, que este gobierno no es en el fondo más que un simple agente de las “firmas” de multimillonarios de Inglaterra y Francia, al lado del cual ha aparecido un gobierno obrero, no oficial, relativamente débil todavía que es el Soviet de diputados obreros de Petersburgo.
Como vemos, considera las cosas como “el político que no teme la verdad, que sopesa con lucidez la correlación de las fuerzas sociales en la revolución, que aprecia cada ‘momento actual’, no sólo en todo lo que tiene de original en el instante dado, sino también desde el punto de vista de resortes más profundos, de una correlación más profunda de los intereses del proletariado y de la burguesía, tanto en Rusia como en el mundo entero”.´
La verdadera situación política según Lenin
“La monarquía zarista destruida, pero todavía no rematada.
El gobierno octubrista-democonstitucionalista burgués que quiere llevar la guerra imperialista “hasta el final” , agente en realidad de la firma financiera “Inglaterra y Francia”, que se ve obligado a prometer al pueblo todas las libertades y todas las dádivas compatibles con el mantenimiento del Poder sobre el pueblo y con la posibilidad de continuar la matanza imperialista.
El Soviet de diputados obreros, una organización obrera [reitera], el embrión del gobierno obrero [otra vez], representante de los intereses de todas las masas pobres de la población [por contraste], es decir, de las nueve décimas partes de la población, que lucha por la paz, el pan y la libertad.
La lucha de estas tres fuerzas determina la situación presente [no la deseable desde un punto de vista clásico], que es el paso de la primera a la segunda etapa de la revolución.
La contradicción entre la primera fuerza y la segunda no es profunda, es una contradicción temporal, suscitada solamente por la coyuntura del momento, por un brusco viraje de los acontecimientos en la guerra imperialista…….[explica]
Quien pretenda que los obreros deben apoyar al nuevo gobierno en nombre de la lucha contra la reacción del zarismo [...], traiciona a los obreros, traiciona la causa del proletariado, la causa de la paz y de la libertad [explica las negociaciones en que están metidos patrocinados por Francia e Inglaterra]
…Porque la única garantía de la libertad y de la destrucción completa del zarismo es armar al proletariado, consolidar, extender, desarrollar el papel, la importancia y la fuerza del Soviet de diputados obreros.”
[Lo tiene bien claro. Como Gramsci con los consigli]. Y responde a los del gobierno:
“Nuestra revolución es burguesa, y por eso los obreros deben apoyar a la burguesía, dicen los [nombra unos cuantos], como dijera ayer Plejánov.
Nuestra revolución es burguesa, decimos nosotros, los marxistas, y por eso los obreros deben abrir los ojos al pueblo para que vea el engaño de los politicastros burgueses y enseñarle a no creer en las palabras, a confiar únicamente en sus propias fuerzas, en su propia organización, en su propia unión, en su propio armamento.”
[Relaciones con el PSOE, Gordillo, ¿tenemos nuestras propias cosas?]
***
---fin del mensaje nº 1---
Última edición por pedrocasca el Miér Mar 13, 2013 1:59 pm, editado 1 vez