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1972-2012: 40 AÑOS DE LA HEROICA GUERRILLA DE ARAGUAIA
En 12 de abril de 1972 ocurrió el primer enfrentamiento armado de la heroica Guerrilla de Araguaia. Maurício Grabois, dirigente del Partido Comunista del Brasil, miembro de su Comité Central, de su Comisión Militar y Comandante de la Guerrilla, registró así el hecho en su Diario*:
"30/4 – Comenzó la Guerra Popular en 12/4. El enemigo, posiblemente informado por alguna denuncia, atacó de sorpresa el Peazão (en Faveira, en la riba de Araguaia) entre las 15 y las 16 horas de aquel día. Avisado con pocas horas de antecedencia, por la masa, el Destacamento "A" se retiró organizadamente para la mata. El Agrupamiento de aquel Destacamento, que estaba situado en el Peazão, dada la superioridad del adversario, no ofreció combate, pero salvó sus efectivos, su armamento y diversos materiales."
Así comenzó la lucha armada dirigida por el Partido Comunista del Brasil entre los años de 1972 y 1974, que movilizó centenares de campesinos en la región sur del Pará, conocida como ‘Pico do Papagaio’, y animó miles de brasileños en la lucha contra el régimen militar fascista pro-imperialista. La resistencia despertó un odio visceral de los generales gorilas, que desplazaron para aquella región decenas de miles de efectivos militares y potente arsenal de guerra, con que realizaron tres campañas para reprimir y aniquilar los guerrilleros y sus apoyadores.
Centenares de campesinos fueron bárbaramente masacrados y 69 guerrilleros, militantes del Partido Comunista del Brasil, fueron igualmente torturados y asesinados. Varios de estos cayeron en combate y su inmensa mayoría dio perennes ejemplos de firmeza, bravura y heroísmo.
La epopeya revolucionaria de Araguaia no es solamente un sobresaliente acontecimiento histórico. Ella representa un marco político e ideológico de la lucha de clases en nuestro país, representa la etapa más avanzada alcanzada por el proletariado brasileño y su vanguardia en su lucha por la revolución brasileña hasta los días actuales.
Pedro Pomar, dirigente del Partido Comunista del Brasil, fue quién de forma más profunda y acertada evaluó la experiencia de Araguaia. En su balance, presentado en la reunión del Comité Central del partido a mediados de 1976 y reanudación en diciembre del mismo año (cuando el propio Pomar, Ângelo Arroyo y João Batista Franco Drummond fueron brutalmente asesinados en la llamada ‘Masacre de la Lapa’), Pomar destacó:
"Resalto, antes de todo, la firme decisión del CC en realizar la tarea que aprobó, de implantar, en algunas áreas del más remoto interior brasileño, decenas de camaradas que demostraron disposición de soportar todos los sacrificios, a fin de preparar y desencadenar la lucha armada. (...) La experiencia de Araguaia representó, innegablemente, una tentativa heroica para crear una base política y dar continuidad al proceso revolucionario, bajo la dirección de nuestro Partido. Tenía por objetivo formar una sólida base de apoyo en el campo y desarrollar el núcleo de un futuro ejército popular, poderoso, capaz de vencer las fuerzas armadas al servicio de las clases dominantes y del imperialismo yanqui."
Inmediatamente criticó, por más duro que eso fuera, los serios errores de concepción que resultaron en el aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias en el Araguaia y en la derrota de la Guerrilla:
"Todo lleva a creer que la guerrilla se inició como un cuerpo a cuerpo de los comunistas contra las tropas de la dictadura militar. Y así continuó casi todo el tiempo. Ahí reside, a mí ver, el mayor error, el más negativo de la experiencia de Araguaia. Pues la conquista política de las masas no puede ser efectuada sólo tras la formación del grupo guerrillero. Tampoco este debe ser constituido única y exclusivamente, aunque sea sólo en el principio, de comunistas. Y no se diga que la orientación contenida en los documentos y resoluciones del Partido no sea cristalina al respeto. Tanto por la letra, como por el espíritu, los documentos partidarios esencialmente dirigidos contra las tesis pequeño-burguesas y foquistas , indican, sin margen de duda, que: 1) la guerra popular es una guerra de masas; 2) la guerrilla es una forma de lucha de masas; 3) para iniciarla, ‘aunque la situación esté madura, se impone que los combatientes hayan forjado sólidos vínculos con las masas’; 4) la preparación ‘presupone el trabajo político de masas’; 5) los tres aspectos – trabajo político de masas, construcción del Partido y lucha armada – son inseparables en la guerra popular; 6) el Partido, es decir, el político, es el predominante de esos aspectos; 7) en una palabra, el trabajo militar es tarea de todos los comunistas y no sólo de especialistas."
Rebosando optimismo revolucionario y confianza en el partido en superar las dificultades y errores y en el triunfo de la revolución, así Pedro Pomar concluye su evaluación:
"Nuestro Partido, pese a haber sido duramente golpeado y sufrido serias pérdidas, ya no es el mismo de 1972. También ganó experiencia. Por lo tanto, para transformar las presentes condiciones desfavorables, nos cabe persistir en nuestra política de frente único, concentrar más esfuerzos para ganar las grandes masas obreras y campesinas, revolucionarizar más nuestras hileras, defender con firmeza nuestra organización y acelerar la preparación militar. Todo indica que los horizontes van clareando para el pueblo brasileño. La bandera de la lucha armada, que empuñaron tan heroicamente y por la cual se sacrificaron los camaradas de Araguaia, debe ser erguida aún más alta. Si consiguiéramos realmente enlazar a las grandes masas del campo y de las ciudades y ganarlas para la orientación del Partido, no importa cuál sea la ferocidad del enemigo, con toda certeza la victoria será nuestra."
GANAR BATALLAS MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
En esta edición, por ocasión de los 40 años del inicio de la heroica Guerrilla de Araguaia, publicamos nota producida por el Comando de las Fuerzas Guerrilleras de Araguaia, retirada del referido Diario y un fragmento del libro La Ley de la Selva, del periodista e historiador Hugo Studart.
Helenira Rezende
Una heroína del pueblo
En lucha contra fuerzas militares de la dictadura, en 29 de septiembre de 1972 murió la valerosa combatiente de las Fuerzas Guerrilleras de AraguaiaHelenira Rezende Nazareth, conocida entre sus compañeros por el nombre de Fátima y en las ciudades donde desarrolló actividad revolucionaria por el apodo de Negra.
El día 28 de septiembre, en plena selva, Helenira se desplazó con el Destacamento a que pertenecía para participar de una operación contra el enemigo. Al cruzar el camino que lleva al pequeño poblado de S. José, el jefe de su grupo la colocó de guardia en el alto de un despeñadero para vigilar el paso de toda la unidad guerrillera. Tras pasar el primer grupo y mientras esperaba el pasaje del segundo, vio surgir 16 soldados del Ejército. Quién venía al frente, posiblemente el comandante, paró la tropa y con 2 soldados más, resolvió investigar el terreno. Se dirigió para el lado de la joven combatiente. Esta decidió enfrentar los adversarios con el objetivo de avisar sus compañeros. Con un arma de caza abatió mortalmente el sargento armado de FAL y granadas. Al retirarse fue herida en las piernas. Entonces se atrincheró cómo pudo y, usando un revólver 38, mató un soldado fuertemente armado que se aproximaba. Hasta que terminó su munición, luchó con el grueso de la tropa del gobierno.
Aprisionada, Helenira se portó con dignidad propia de los mejores revolucionarios. Los militares la maltrataron de modo brutal para que dijera donde se encontraban los otros combatientes. Respondió que podían matarla, pues nada diría. Al día siguiente, tras sufrir las más bárbaras torturas, fue fríamente asesinada por sus verdugos.
Helenira, antes de venir para las matas de Araguaia, era destacada líder estudiantil. Como universitaria de Filosofía en São Paulo tuvo activa participación en las grandes manifestaciones de masas de 1968. Más recientemente, perteneció a la dirección de la Unión Nacional de Estudiantes, actuando en diferentes estados. Por fin, ingresó en el movimiento guerrillero para combatir, de armas en manos, el gobierno despótico de los generales. Disfrutaba de mucha popularidad entre los estudiantes de São Paulo, Bahia y Ceará.
La vida de Helenira es un ejemplo de valentía, desprendimiento y dedicación a la causa del pueblo. Es motivo de inspiración para toda la juventud, para todos los demócratas y patriotas. La Historia del Brasil señala pocas actitudes tan heroicas por parte de una mujer como la de esta corajosa guerrillera. Tres gestos marcan su trayectoria de luchadora de la libertad y de la emancipación nacional. El primero fue su incorporación voluntaria a la FF GG de Araguaia, hecho que, por sí sólo, reveló inmensa valentía. El segundo consistió en la denodada decisión de enfrentar sola una fuerza numerosa para garantizar la seguridad de sus hermanos de ideal, liquidando, a pesar de la enorme inferioridad de armas, dos enemigos. El tercero se expresó en la posición serena de preferir la tortura y la muerte a traicionar sus compañeros.
No fue vanamente el sacrificio de Helenira. Su actitud despertará un número siempre mayor de jóvenes en la lucha contra la dictadura, por la democracia y por la liberación del Brasil del yugo imperialista. Impulsará el ánimo combativo de los que ya se oponen a la tiranía y al dominio de la Nación por los monopolios extranjeros. Ayudará la revolución a avanzar. El lugar dejado por Helenira en las hileras de la guerrilla, con el correr del tiempo, será ocupado por miles y miles de nuevos luchadores. Una causa que hace surgir personas con las elevadas calidades morales de esta valiente revolucionaria sólo puede, más día menos día, ser victoriosa.
Las FF GG de Araguaia se enorgullecen de haber tenido cómo uno de sus miembros una combatiente como Helenira. Por eso, el Destacamento a que estaba incorporada llevará, de ahora en adelante, su honrado y glorioso nombre.
En algún lugar de las selvas de la Amazonia, 20 de octubre de 1972
El Comando de las Fuerzas Guerrilleras de Araguaia
Telma Regina Cordeiro Corrêa
Imperecedero heroísmo de una combatiente
En el libro La ley de la Selva, de autoría del historiador y periodista Hugo Studart, hay un tramo que cuenta sobre la guerrillera Telma Regina Cordeiro Corrêa, Lía, integrante del destacamento B de la Guerrilla.
Ella sobrevivió a lo que los militares llamaron del "chafurdo de natal": operación militar montada para aniquilar los guerrilleros y la Comisión Militar que se habían reunido en un sólo grupo en diciembre de 1973. Lía, según relato de los militares que se habrían apoderado del diario con sus últimos registros, rompió el cerco de la represión y recorrió kilómetros en las selvas de Araguaia en busca de los combatientes supervivientes para transmitirles un importante mensaje.
Lía registró en su diario que enfrentó hambre y sed durante días. Enflaquecida, no se abatió. Ella afirma en sus últimas palabras que no podía morir, que tenía aún tareas a cumplir y que delante del hambre, sed y extenuación, recobraba fuerzas cantando la canción de los guerrilleros: "Guerrillero nada teme, jamás se abate, afronta la bala a servir. Ama la vida, desprecia la muerte y va al encuentro del porvenir".
Lía combatió hasta el fin. Es uno más entre tantos ejemplos de heroísmo y abnegación de los mejores hijos de nuestro pueblo que generosamente vertieron su sangre por la causa de nuestra liberación.
_________________
* Documento presentado en materia de la revista Carta Capital nº 643, de 21 de abril de 2011. La revista informa que tal documento sería una copia dactilografiada por personal del Ejército del manuscrito substraído de las pertenencias de Maurício Grabois después del asesinato del mismo.
http://www.anovademocracia.com.br/edicion-en-espanol/172-n-88-abril-de-2012/3960-1972-2012-40-anos-de-la-heroica-guerrilla-de-araguaia
En 12 de abril de 1972 ocurrió el primer enfrentamiento armado de la heroica Guerrilla de Araguaia. Maurício Grabois, dirigente del Partido Comunista del Brasil, miembro de su Comité Central, de su Comisión Militar y Comandante de la Guerrilla, registró así el hecho en su Diario*:
"30/4 – Comenzó la Guerra Popular en 12/4. El enemigo, posiblemente informado por alguna denuncia, atacó de sorpresa el Peazão (en Faveira, en la riba de Araguaia) entre las 15 y las 16 horas de aquel día. Avisado con pocas horas de antecedencia, por la masa, el Destacamento "A" se retiró organizadamente para la mata. El Agrupamiento de aquel Destacamento, que estaba situado en el Peazão, dada la superioridad del adversario, no ofreció combate, pero salvó sus efectivos, su armamento y diversos materiales."
Así comenzó la lucha armada dirigida por el Partido Comunista del Brasil entre los años de 1972 y 1974, que movilizó centenares de campesinos en la región sur del Pará, conocida como ‘Pico do Papagaio’, y animó miles de brasileños en la lucha contra el régimen militar fascista pro-imperialista. La resistencia despertó un odio visceral de los generales gorilas, que desplazaron para aquella región decenas de miles de efectivos militares y potente arsenal de guerra, con que realizaron tres campañas para reprimir y aniquilar los guerrilleros y sus apoyadores.
Centenares de campesinos fueron bárbaramente masacrados y 69 guerrilleros, militantes del Partido Comunista del Brasil, fueron igualmente torturados y asesinados. Varios de estos cayeron en combate y su inmensa mayoría dio perennes ejemplos de firmeza, bravura y heroísmo.
La epopeya revolucionaria de Araguaia no es solamente un sobresaliente acontecimiento histórico. Ella representa un marco político e ideológico de la lucha de clases en nuestro país, representa la etapa más avanzada alcanzada por el proletariado brasileño y su vanguardia en su lucha por la revolución brasileña hasta los días actuales.
Pedro Pomar, dirigente del Partido Comunista del Brasil, fue quién de forma más profunda y acertada evaluó la experiencia de Araguaia. En su balance, presentado en la reunión del Comité Central del partido a mediados de 1976 y reanudación en diciembre del mismo año (cuando el propio Pomar, Ângelo Arroyo y João Batista Franco Drummond fueron brutalmente asesinados en la llamada ‘Masacre de la Lapa’), Pomar destacó:
"Resalto, antes de todo, la firme decisión del CC en realizar la tarea que aprobó, de implantar, en algunas áreas del más remoto interior brasileño, decenas de camaradas que demostraron disposición de soportar todos los sacrificios, a fin de preparar y desencadenar la lucha armada. (...) La experiencia de Araguaia representó, innegablemente, una tentativa heroica para crear una base política y dar continuidad al proceso revolucionario, bajo la dirección de nuestro Partido. Tenía por objetivo formar una sólida base de apoyo en el campo y desarrollar el núcleo de un futuro ejército popular, poderoso, capaz de vencer las fuerzas armadas al servicio de las clases dominantes y del imperialismo yanqui."
Inmediatamente criticó, por más duro que eso fuera, los serios errores de concepción que resultaron en el aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias en el Araguaia y en la derrota de la Guerrilla:
"Todo lleva a creer que la guerrilla se inició como un cuerpo a cuerpo de los comunistas contra las tropas de la dictadura militar. Y así continuó casi todo el tiempo. Ahí reside, a mí ver, el mayor error, el más negativo de la experiencia de Araguaia. Pues la conquista política de las masas no puede ser efectuada sólo tras la formación del grupo guerrillero. Tampoco este debe ser constituido única y exclusivamente, aunque sea sólo en el principio, de comunistas. Y no se diga que la orientación contenida en los documentos y resoluciones del Partido no sea cristalina al respeto. Tanto por la letra, como por el espíritu, los documentos partidarios esencialmente dirigidos contra las tesis pequeño-burguesas y foquistas , indican, sin margen de duda, que: 1) la guerra popular es una guerra de masas; 2) la guerrilla es una forma de lucha de masas; 3) para iniciarla, ‘aunque la situación esté madura, se impone que los combatientes hayan forjado sólidos vínculos con las masas’; 4) la preparación ‘presupone el trabajo político de masas’; 5) los tres aspectos – trabajo político de masas, construcción del Partido y lucha armada – son inseparables en la guerra popular; 6) el Partido, es decir, el político, es el predominante de esos aspectos; 7) en una palabra, el trabajo militar es tarea de todos los comunistas y no sólo de especialistas."
Rebosando optimismo revolucionario y confianza en el partido en superar las dificultades y errores y en el triunfo de la revolución, así Pedro Pomar concluye su evaluación:
"Nuestro Partido, pese a haber sido duramente golpeado y sufrido serias pérdidas, ya no es el mismo de 1972. También ganó experiencia. Por lo tanto, para transformar las presentes condiciones desfavorables, nos cabe persistir en nuestra política de frente único, concentrar más esfuerzos para ganar las grandes masas obreras y campesinas, revolucionarizar más nuestras hileras, defender con firmeza nuestra organización y acelerar la preparación militar. Todo indica que los horizontes van clareando para el pueblo brasileño. La bandera de la lucha armada, que empuñaron tan heroicamente y por la cual se sacrificaron los camaradas de Araguaia, debe ser erguida aún más alta. Si consiguiéramos realmente enlazar a las grandes masas del campo y de las ciudades y ganarlas para la orientación del Partido, no importa cuál sea la ferocidad del enemigo, con toda certeza la victoria será nuestra."
GANAR BATALLAS MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
En esta edición, por ocasión de los 40 años del inicio de la heroica Guerrilla de Araguaia, publicamos nota producida por el Comando de las Fuerzas Guerrilleras de Araguaia, retirada del referido Diario y un fragmento del libro La Ley de la Selva, del periodista e historiador Hugo Studart.
Helenira Rezende
Una heroína del pueblo
En lucha contra fuerzas militares de la dictadura, en 29 de septiembre de 1972 murió la valerosa combatiente de las Fuerzas Guerrilleras de AraguaiaHelenira Rezende Nazareth, conocida entre sus compañeros por el nombre de Fátima y en las ciudades donde desarrolló actividad revolucionaria por el apodo de Negra.
El día 28 de septiembre, en plena selva, Helenira se desplazó con el Destacamento a que pertenecía para participar de una operación contra el enemigo. Al cruzar el camino que lleva al pequeño poblado de S. José, el jefe de su grupo la colocó de guardia en el alto de un despeñadero para vigilar el paso de toda la unidad guerrillera. Tras pasar el primer grupo y mientras esperaba el pasaje del segundo, vio surgir 16 soldados del Ejército. Quién venía al frente, posiblemente el comandante, paró la tropa y con 2 soldados más, resolvió investigar el terreno. Se dirigió para el lado de la joven combatiente. Esta decidió enfrentar los adversarios con el objetivo de avisar sus compañeros. Con un arma de caza abatió mortalmente el sargento armado de FAL y granadas. Al retirarse fue herida en las piernas. Entonces se atrincheró cómo pudo y, usando un revólver 38, mató un soldado fuertemente armado que se aproximaba. Hasta que terminó su munición, luchó con el grueso de la tropa del gobierno.
Aprisionada, Helenira se portó con dignidad propia de los mejores revolucionarios. Los militares la maltrataron de modo brutal para que dijera donde se encontraban los otros combatientes. Respondió que podían matarla, pues nada diría. Al día siguiente, tras sufrir las más bárbaras torturas, fue fríamente asesinada por sus verdugos.
Helenira, antes de venir para las matas de Araguaia, era destacada líder estudiantil. Como universitaria de Filosofía en São Paulo tuvo activa participación en las grandes manifestaciones de masas de 1968. Más recientemente, perteneció a la dirección de la Unión Nacional de Estudiantes, actuando en diferentes estados. Por fin, ingresó en el movimiento guerrillero para combatir, de armas en manos, el gobierno despótico de los generales. Disfrutaba de mucha popularidad entre los estudiantes de São Paulo, Bahia y Ceará.
La vida de Helenira es un ejemplo de valentía, desprendimiento y dedicación a la causa del pueblo. Es motivo de inspiración para toda la juventud, para todos los demócratas y patriotas. La Historia del Brasil señala pocas actitudes tan heroicas por parte de una mujer como la de esta corajosa guerrillera. Tres gestos marcan su trayectoria de luchadora de la libertad y de la emancipación nacional. El primero fue su incorporación voluntaria a la FF GG de Araguaia, hecho que, por sí sólo, reveló inmensa valentía. El segundo consistió en la denodada decisión de enfrentar sola una fuerza numerosa para garantizar la seguridad de sus hermanos de ideal, liquidando, a pesar de la enorme inferioridad de armas, dos enemigos. El tercero se expresó en la posición serena de preferir la tortura y la muerte a traicionar sus compañeros.
No fue vanamente el sacrificio de Helenira. Su actitud despertará un número siempre mayor de jóvenes en la lucha contra la dictadura, por la democracia y por la liberación del Brasil del yugo imperialista. Impulsará el ánimo combativo de los que ya se oponen a la tiranía y al dominio de la Nación por los monopolios extranjeros. Ayudará la revolución a avanzar. El lugar dejado por Helenira en las hileras de la guerrilla, con el correr del tiempo, será ocupado por miles y miles de nuevos luchadores. Una causa que hace surgir personas con las elevadas calidades morales de esta valiente revolucionaria sólo puede, más día menos día, ser victoriosa.
Las FF GG de Araguaia se enorgullecen de haber tenido cómo uno de sus miembros una combatiente como Helenira. Por eso, el Destacamento a que estaba incorporada llevará, de ahora en adelante, su honrado y glorioso nombre.
En algún lugar de las selvas de la Amazonia, 20 de octubre de 1972
El Comando de las Fuerzas Guerrilleras de Araguaia
Telma Regina Cordeiro Corrêa
Imperecedero heroísmo de una combatiente
En el libro La ley de la Selva, de autoría del historiador y periodista Hugo Studart, hay un tramo que cuenta sobre la guerrillera Telma Regina Cordeiro Corrêa, Lía, integrante del destacamento B de la Guerrilla.
Ella sobrevivió a lo que los militares llamaron del "chafurdo de natal": operación militar montada para aniquilar los guerrilleros y la Comisión Militar que se habían reunido en un sólo grupo en diciembre de 1973. Lía, según relato de los militares que se habrían apoderado del diario con sus últimos registros, rompió el cerco de la represión y recorrió kilómetros en las selvas de Araguaia en busca de los combatientes supervivientes para transmitirles un importante mensaje.
Lía registró en su diario que enfrentó hambre y sed durante días. Enflaquecida, no se abatió. Ella afirma en sus últimas palabras que no podía morir, que tenía aún tareas a cumplir y que delante del hambre, sed y extenuación, recobraba fuerzas cantando la canción de los guerrilleros: "Guerrillero nada teme, jamás se abate, afronta la bala a servir. Ama la vida, desprecia la muerte y va al encuentro del porvenir".
Lía combatió hasta el fin. Es uno más entre tantos ejemplos de heroísmo y abnegación de los mejores hijos de nuestro pueblo que generosamente vertieron su sangre por la causa de nuestra liberación.
_________________
* Documento presentado en materia de la revista Carta Capital nº 643, de 21 de abril de 2011. La revista informa que tal documento sería una copia dactilografiada por personal del Ejército del manuscrito substraído de las pertenencias de Maurício Grabois después del asesinato del mismo.
http://www.anovademocracia.com.br/edicion-en-espanol/172-n-88-abril-de-2012/3960-1972-2012-40-anos-de-la-heroica-guerrilla-de-araguaia
