por PequeñoBurgués Dom Mayo 19, 2013 2:27 pm
Un pequeño agricultor tiene entre 2 o tres hectáreas, imaginemos que de forma artifical asignamos 1 agricultor por hectárea (que no le da ni de coña para mantenerse), pues 25mil puestos de trabajo, muy poco.
Y esto es totalmente imaginario, poner a trabajar la tierra requiere de unas inversiones, un mercado al que exportar la producción, una competitividad determinada, unos estudios determinados...
A parte de que hay cierta mentalidad medieval que gracias a ella prohiben mismamente el algodón transgénico (que los europeos tenemos que importar), pese a estos resultados obtenidos en el 98 en Andalucía:
El algodón es un cultivo muy sensible a plagas, sobre todo la del gusano rojo, por lo que el cultivo del algodón convencional en Andalucía ha seguido siendo dependiente de toneladas de insecticidas, con el consiguiente perjuicio medioambiental y beneficio de las multinacionales que venden estos insecticidas. Mientras tanto este algodón se ha ido sembrando en países como la India, México, Australia o Pakistán. Al ahorrar costes de producción bajó el precio, tanto que sale más barato importarlo que comprárselo a los agricultores andaluces, por eso el sector está desapareciendo. En una zona como Andalucía, tradicionalmente azotada por el paro, y donde desde el inicio de la crisis la pobreza ha aumentado un 16%, bloquear el algodón transgénico no parece haber sido una decisión acertada.