Copio a continuación un fragmento del discurso dado por Stalin en el XII Congreso del PC(B) de Rusia en el que -entre otras cosas- Stalin le responde a Lutovínov quien no estaba para nada contento con el régimen existente en el Partido:
Pero eso no le baste a Lutovínov. Quiere una “verdadera” democracia, quiere que todos las cuestiones, o, por lo menos, las más importantes, sean discutidas en todas las células de abajo arriba, quiere que todo el Partido se ponga en movimiento para cada cuestión y participe en la discusión del asunto. Pero, camaradas, ahora, cuando estamos en el Poder, cuando contamos, con no menos de 400.000 militantes del Partido, cuando tenemos no menos de 20.000 células, no sé a dónde nos llevaría semejante sistema. Con un sistema así, nuestro Partido se convertiría en un club de discusión de personas, que charlarían eternamente y no resolverían nada. Pero nuestro Partido debe ser, ante todo, un partido de acción, pues estamos en el Poder.
Además, Lutovínov olvida que, si bien dentro, de la Federación estamos en el Poder y disfrutamos de todas las ventajas de la legalidad, desde el punto de vista internacional atravesamos un período análogo al de 1912, cuando el Partido era semilegal, más bien clandestino, cuando el Partido tenla algunos asideros legales, como la minoría de la Duma, los periódicos legales y los clubs, cuando el Partido estaba al mismo tiempo rodeado de enemigos y procuraba acumular sus fuerzas para lanzarse adelante y ensanchar el marco legal. Un periodo semejante atravesamos ahora en el plano internacional. Estamos, rodeados de enemigos; eso es evidente para todos. Los lobos del imperialismo que nos rodean no se duermen. Nuestros enemigos se esfuerzan en todo momento por apoderarse de cualquier resquicio para introducirse por él y causarnos daño. No hay motivo para afirmar que los enemigos que nos rodean no estén llevando a cabo una labor preparatoria para organizar el bloqueo o la intervención. Esa es la situación. Con tal estado de cosas, ¿se puede sacar a la calle todas las cuestiones de la guerra y de la paz? Porque discutir una cuestión en las reuniones de 20.000 células es tanto como sacar la cuestión a la calle. ¿Qué habría sido de nosotros si toda nuestra labor preliminar para la Conferencia de Génova la hubiéramos sacado previamente a la calle? Habríamos sufrido un estrepitoso fracaso. Hay que tener presente que, cuando nos hallamos rodeados de enemigos, un golpe por sorpresa que asestemos, una maniobra inesperada y la celeridad lo deciden todo. ¿Qué habría sido de nosotros si, en lugar de discutir en un pequeño círculo de personas de confianza del Partido nuestra campaña política en la Conferencia de Lausana, hubiéramos sacado a la calle todo este trabajo, hubiéramos puesto nuestras cartas boca arriba? Los enemigos habrían tenido en cuenta todas las ventajas y todos los inconvenientes, habrían hecho fracasar nuestra campaña, y nosotros nos hubiéramos marchado de Lausana cubiertos de oprobio. ¿Qué habría sido de nosotros si las cuestiones de la guerra y de la paz, las más importantes de todas las cuestiones importantes, las hubiéramos sacado previamente a la calle, pues, repito, someter las cuestiones a la discusión en 20.000 células significa sacarlas a la calle? Nos habrían aplastado en un santiamén. Está claro, camaradas, que, tanto por razones de organización como por razones políticas, la llamada democracia de Lutovínov es una fantasía, es manilovismo democrático, es falsa y peligrosa. El camino de Lutovínov no es nuestro camino.
Como se ve, Lutovínov no llegaba al extremo que llegas vos de pedir que todas las cuestiones sean discutidas por "el pueblo". Lutovínov planteaba que todas las cuestiones sean discutidas por todas las células del Partido; planteo que -como quedo demostrado- es propio de fantaseadores y charlatanes; manilovismo democrático, como fue denominado inteligentemente.