Valor y precio del vino joven y del vino añejo
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¿Cuál es la cuestión del vino joven y del vino añejo?
Es una de las cuestiones que surgen en discusiones sobre la teoría del valor marxista, una de tantas refutaciones estandarizadas.
Supuestamente, el hecho de que el vino joven y el vino añejo tengan, por un lado, la misma cantidad de trabajo vivo incorporado en su producción, pero que, por otro lado, sus precios diverjan tan notoriamente en el mercado, sería una refutación tangible de la teoría del valor-trabajo… ¿porqué? pues porque, como saben todos los intelectuales, dicha teoría sostiene que los precios de las mercancías son iguales, o al menos proporcionales, a los tiempos de trabajo incorporados en ellas, ¿ no? si esto es así, la verificación de que dos mercancías tienen incorporada la misma cantidad de trabajo vivo pero tienen precios distintos, contradice esta teoría.
¿Qué importancia tiene esta crítica?
En sus propios términos, la crítica parece clara y contundente, y ésta es la razón de su difusión en la internet: cualquiera puede repetirla. Pero, ¿es una crítica pertinente a la TLV de Marx?
No, por el sencillo motivo de que la teoría de Marx NO AFIRMA que los precios deban ser iguales o proporcionales a los valores (tiempos de trabajo). En el tomo 1 de El Capital, Marx trabaja con el supuesto de que los valores son iguales a los precios, pero aclara que esto no refleja la realidad, y que luego mostrará cómo los precios finales se forman con la intervención de otros mecanismos.
Entonces ¿cómo se forman los precios a partir de los valores?
Primer nivel de abstracción
En un nivel inicial de abstracción, trabajamos con precios iguales a los valores, lo que se llama precios directos. Para trabajar con estos precios se está suponiendo que no hay diferencias de composición orgánica del capital (ver abajo) entre las empresas, y que no hay diferencias entre demanda y oferta. Por esto se trata de una abstracción, porque prescindimos momentáneamente de factores aleatorios y nos concentramos en la pureza del fenómeno. Pero al mismo tiempo que es una abstracción lógica, también representa una fase histórica del capitalismo, su fase inicial, en la que los precios eran posiblemente iguales a los valores (1). Luego esto se fue modificando con un aumento progresivo de la complejidad del sistema, evolución que se refleja en el análisis de este aumento de la complejidad.
Segundo nivel de abstracción
En efecto, del mundo de los precios directos tenemos que pasar a aquel escenario en el que los productos de distintas empresas se realizan bajo condiciones particulares, tales que afectan a sus respectivos precios finales. Estas condiciones particulares son las diferentes proporciones en la composición orgánica de sus capitales. Pasamos a explicar esto:
Cada empresa invierte su capital en una porción de capital constante, que es el precio de la materia inerte, los medios de producción adquiridos por el capitalista, por un lado; y por otro lado en capital variable, es decir el salario que se paga por la fuerza de trabajo. Tenemos que en la mercancía CC y en la mercancía CV se invierte el capital dinerario del capitalista. De la actividad productiva realizada con ambas mercancías surge un aumento del valor invertido, como hemos visto en otros posts, y así surge la ganancia capitalista, una vez realizada la venta.
Como la ganancia depende de la cantidad de trabajo vivo (que es la actividad de la fuerza de trabajo, contratada con capital variable o salario) de la que pueda apropiarse, cuanto mayor sea la proporción de CV respecto de la de CC en una empresa, mayor será la ganancia que podrá apropiarse el capitalista.
Esto en un momento analítico previo a la acción del mecanismo de la igualación de las tasas de ganancia, que tiene el efecto de alterar los precios directos y convertirlos en los llamados precios de producción. En lo que sigue vemos una explicación sencilla y claramente graficada del fenómeno, por parte de R. Astarita:
——————————————————————————-
<<Explicación sencilla de precios de producción
<<Los precios de producción surgen de la necesidad de igualar las tasas de ganancia de las diferentes ramas de la economía, en las que existen, naturalmente, diferentes relaciones entre capital constante y capital variable.[1] Las mercancías no se pueden vender a precios directamente proporcionales a los tiempos de trabajo, porque en ese caso las tasas de ganancia entre las ramas serían muy distintas. Para ver por qué, supongamos que tenemos una economía en la que existen tres ramas, con capitales por valor de $100 en cada una, pero con composiciones de valor –esto es, relación entre capital constante y capital variable– distintas. Supongamos que la tasa de plusvalía es del 100% en todas las ramas. Si las mercancías se venden a precios directamente proporcionales a los valores, tendríamos:
Rama Cap. cte Cap. var. Plusv. Precio valor Tasa de ganancia%
A 90 10 10 110 10
B 80 20 20 120 20
C 70 30 30 130 30
<<Si las mercancías se vendieran a estos precios; los capitales fluirían hacia C, la rama de mayor tasa de ganancia. Esto generaría una sobreoferta de productos C, y una carencia de productos A y B. De manera que los precios de C bajarían y los precios de A subirían, hasta que en promedio las tasas de ganancia se igualaran. Desde el punto de vista analítico, esa tasa de ganancia común surge de dividir la suma de las plusvalías (en nuestro ejemplo = 60) por el conjunto del capital invertido (en nuestro ejemplo = 300). La tasa media de ganancia es del 20%, y los precios se establecen a partir de un recargo sobre los costos, que comprenden la suma del capital constante más el variable. Los precios que resultan, que Marx llama de producción, garantizan una tasa de ganancia igual en todas las ramas. En el ejemplo anterior:
Rama Cap. cte. Cap. var. Plusv. PrecioValor Tasa media ganancia en % Precio de Producción
A 90 10 10 110 20 120
B 80 20 20 120 20 120
C 70 30 30 130 20 120
<<Así los capitales que tienen una menor proporción de capital variable que la media, venden a un precio de producción superior al precio directamente proporcional al valor. Lo inverso sucede con los capitales que tienen una mayor proporción de capital variable que la media. La ley del valor se cumple, dado que los valores globales producidos reaparecen en el producto final, y las ganancias apropiadas por los capitales equivalen a las sumas de plusvalías; o sea, de valores generados por los plustrabajos. Pero los precios individuales de las mercancías ya no se corresponden a los tiempos de trabajo invertidos, en forma estricta, en cada rama.
[1] Véase Marx, 1999, t. 3, cap. 9 para lo que sigue.>>
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Los vinos
A partir de la comprensión de los precios de producción, se puede entender cómo sistemáticamente los precios de una mercancía como el vino joven deben diferir de los precios del vino añejo, sin necesidad de recurrir a explicaciones excepcionales o accidentales.
El vino que se produzca en un año tiene una composición orgánica de, digamos, 60CC y 40CV, y por ende una plusvalía de 40S (surplus), si suponemos una tasa de plusvalía del 100%. Esto resulta en un valor total de 140$ que incluye la ganancia de 40$.
Por otro lado el vino añejo no se produce en un año, sino en varios, supongamos cinco años, debido a las necesidades de almacenamiento. Pues bien, una vez transcurrido el primer año con los consabidos costos de 60CC, 40CV y la plusvalía de 40S, tienen que transcurrir cuatro años más sin intervención apenas de CV alguno. En cambio sí debe intervenir CC, aunque menos que en el primer año. Supongamos que es sólo 10CC por año. Por lo tanto para saber cuál es la composición orgánica del producto debemos sumarle a la original, la de los subsecuentes años, lo que nos da la siguiente suma: 60CC +(10CC)x4+40CV+40S= 100CC+40CV+40S.
Como se ve, terminado el período de producción más largo del vino añejo, su composición orgánica es superior en CC a la del vino joven, y por lo tanto su tasa de ganancia (proporción de S respecto al total del capital) sería inferior a la del vino joven… si no actuara la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia.
Como necesariamente sucede que los capitales fugan de la empresa menos gananciosa hacia la más rentable, la producción de vinos jóvenes tiende a crecer mientras caen sus precios, y la producción de vino añejo tiende a caer mientras suben sus precios. Paralelamente se están alterando las tasas de ganancia, de modo similar al que se ve en los gráficos arriba. Resulta que los vinos jóvenes terminan vendiéndose a un precio inferior al de los precios directos, y lo inverso sucede con los vinos añejos, que se venden más caros, resultando en el asombro de comentaristas deportivos y otras luminarias.
Resumen:
Los precios directos son transformados en precios de producción mediante el mecanismo de la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia, que produce una transferencia de capitales, desde las empresas (de similar tamaño) de alta composición orgánica del capital hacia las empresas con baja composición orgánica. Esto resulta en un aumento de la producción en las segundas empresas, que a su vez causa una caída de sus precios, mientras lo inverso sucede en las primeras empresas. La alteración de los precios tiende a igualar las tasas de ganancia entre empresas del mismo tamaño, y explica las diferencias entre precios directos y precios de producción.
Tercer nivel de abstracción
Alrededor de los precios de producción se mueven los precios de mercado, como resultado de desequilibrios temporales entre la oferta y la demanda. Sus subas y bajas tienden a anularse entre sí, sin poder escapar al centro de gravedad de los precios de producción.
Si los desesquilibrios son más graves, generan un reacomodamiento en la oferta, tras lo cual los precios vuelven a estabilizarse alrededor de sus centros de gravedad.
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(1) Ver la p. 417 de los teóricos de C. Astarita de historia medieval.
FUENTE
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¿Cuál es la cuestión del vino joven y del vino añejo?
Es una de las cuestiones que surgen en discusiones sobre la teoría del valor marxista, una de tantas refutaciones estandarizadas.
Supuestamente, el hecho de que el vino joven y el vino añejo tengan, por un lado, la misma cantidad de trabajo vivo incorporado en su producción, pero que, por otro lado, sus precios diverjan tan notoriamente en el mercado, sería una refutación tangible de la teoría del valor-trabajo… ¿porqué? pues porque, como saben todos los intelectuales, dicha teoría sostiene que los precios de las mercancías son iguales, o al menos proporcionales, a los tiempos de trabajo incorporados en ellas, ¿ no? si esto es así, la verificación de que dos mercancías tienen incorporada la misma cantidad de trabajo vivo pero tienen precios distintos, contradice esta teoría.
¿Qué importancia tiene esta crítica?
En sus propios términos, la crítica parece clara y contundente, y ésta es la razón de su difusión en la internet: cualquiera puede repetirla. Pero, ¿es una crítica pertinente a la TLV de Marx?
No, por el sencillo motivo de que la teoría de Marx NO AFIRMA que los precios deban ser iguales o proporcionales a los valores (tiempos de trabajo). En el tomo 1 de El Capital, Marx trabaja con el supuesto de que los valores son iguales a los precios, pero aclara que esto no refleja la realidad, y que luego mostrará cómo los precios finales se forman con la intervención de otros mecanismos.
Entonces ¿cómo se forman los precios a partir de los valores?
Primer nivel de abstracción
En un nivel inicial de abstracción, trabajamos con precios iguales a los valores, lo que se llama precios directos. Para trabajar con estos precios se está suponiendo que no hay diferencias de composición orgánica del capital (ver abajo) entre las empresas, y que no hay diferencias entre demanda y oferta. Por esto se trata de una abstracción, porque prescindimos momentáneamente de factores aleatorios y nos concentramos en la pureza del fenómeno. Pero al mismo tiempo que es una abstracción lógica, también representa una fase histórica del capitalismo, su fase inicial, en la que los precios eran posiblemente iguales a los valores (1). Luego esto se fue modificando con un aumento progresivo de la complejidad del sistema, evolución que se refleja en el análisis de este aumento de la complejidad.
Segundo nivel de abstracción
En efecto, del mundo de los precios directos tenemos que pasar a aquel escenario en el que los productos de distintas empresas se realizan bajo condiciones particulares, tales que afectan a sus respectivos precios finales. Estas condiciones particulares son las diferentes proporciones en la composición orgánica de sus capitales. Pasamos a explicar esto:
Cada empresa invierte su capital en una porción de capital constante, que es el precio de la materia inerte, los medios de producción adquiridos por el capitalista, por un lado; y por otro lado en capital variable, es decir el salario que se paga por la fuerza de trabajo. Tenemos que en la mercancía CC y en la mercancía CV se invierte el capital dinerario del capitalista. De la actividad productiva realizada con ambas mercancías surge un aumento del valor invertido, como hemos visto en otros posts, y así surge la ganancia capitalista, una vez realizada la venta.
Como la ganancia depende de la cantidad de trabajo vivo (que es la actividad de la fuerza de trabajo, contratada con capital variable o salario) de la que pueda apropiarse, cuanto mayor sea la proporción de CV respecto de la de CC en una empresa, mayor será la ganancia que podrá apropiarse el capitalista.
Esto en un momento analítico previo a la acción del mecanismo de la igualación de las tasas de ganancia, que tiene el efecto de alterar los precios directos y convertirlos en los llamados precios de producción. En lo que sigue vemos una explicación sencilla y claramente graficada del fenómeno, por parte de R. Astarita:
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<<Explicación sencilla de precios de producción
<<Los precios de producción surgen de la necesidad de igualar las tasas de ganancia de las diferentes ramas de la economía, en las que existen, naturalmente, diferentes relaciones entre capital constante y capital variable.[1] Las mercancías no se pueden vender a precios directamente proporcionales a los tiempos de trabajo, porque en ese caso las tasas de ganancia entre las ramas serían muy distintas. Para ver por qué, supongamos que tenemos una economía en la que existen tres ramas, con capitales por valor de $100 en cada una, pero con composiciones de valor –esto es, relación entre capital constante y capital variable– distintas. Supongamos que la tasa de plusvalía es del 100% en todas las ramas. Si las mercancías se venden a precios directamente proporcionales a los valores, tendríamos:
Rama Cap. cte Cap. var. Plusv. Precio valor Tasa de ganancia%
A 90 10 10 110 10
B 80 20 20 120 20
C 70 30 30 130 30
<<Si las mercancías se vendieran a estos precios; los capitales fluirían hacia C, la rama de mayor tasa de ganancia. Esto generaría una sobreoferta de productos C, y una carencia de productos A y B. De manera que los precios de C bajarían y los precios de A subirían, hasta que en promedio las tasas de ganancia se igualaran. Desde el punto de vista analítico, esa tasa de ganancia común surge de dividir la suma de las plusvalías (en nuestro ejemplo = 60) por el conjunto del capital invertido (en nuestro ejemplo = 300). La tasa media de ganancia es del 20%, y los precios se establecen a partir de un recargo sobre los costos, que comprenden la suma del capital constante más el variable. Los precios que resultan, que Marx llama de producción, garantizan una tasa de ganancia igual en todas las ramas. En el ejemplo anterior:
Rama Cap. cte. Cap. var. Plusv. PrecioValor Tasa media ganancia en % Precio de Producción
A 90 10 10 110 20 120
B 80 20 20 120 20 120
C 70 30 30 130 20 120
<<Así los capitales que tienen una menor proporción de capital variable que la media, venden a un precio de producción superior al precio directamente proporcional al valor. Lo inverso sucede con los capitales que tienen una mayor proporción de capital variable que la media. La ley del valor se cumple, dado que los valores globales producidos reaparecen en el producto final, y las ganancias apropiadas por los capitales equivalen a las sumas de plusvalías; o sea, de valores generados por los plustrabajos. Pero los precios individuales de las mercancías ya no se corresponden a los tiempos de trabajo invertidos, en forma estricta, en cada rama.
[1] Véase Marx, 1999, t. 3, cap. 9 para lo que sigue.>>
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Los vinos
A partir de la comprensión de los precios de producción, se puede entender cómo sistemáticamente los precios de una mercancía como el vino joven deben diferir de los precios del vino añejo, sin necesidad de recurrir a explicaciones excepcionales o accidentales.
El vino que se produzca en un año tiene una composición orgánica de, digamos, 60CC y 40CV, y por ende una plusvalía de 40S (surplus), si suponemos una tasa de plusvalía del 100%. Esto resulta en un valor total de 140$ que incluye la ganancia de 40$.
Por otro lado el vino añejo no se produce en un año, sino en varios, supongamos cinco años, debido a las necesidades de almacenamiento. Pues bien, una vez transcurrido el primer año con los consabidos costos de 60CC, 40CV y la plusvalía de 40S, tienen que transcurrir cuatro años más sin intervención apenas de CV alguno. En cambio sí debe intervenir CC, aunque menos que en el primer año. Supongamos que es sólo 10CC por año. Por lo tanto para saber cuál es la composición orgánica del producto debemos sumarle a la original, la de los subsecuentes años, lo que nos da la siguiente suma: 60CC +(10CC)x4+40CV+40S= 100CC+40CV+40S.
Como se ve, terminado el período de producción más largo del vino añejo, su composición orgánica es superior en CC a la del vino joven, y por lo tanto su tasa de ganancia (proporción de S respecto al total del capital) sería inferior a la del vino joven… si no actuara la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia.
Como necesariamente sucede que los capitales fugan de la empresa menos gananciosa hacia la más rentable, la producción de vinos jóvenes tiende a crecer mientras caen sus precios, y la producción de vino añejo tiende a caer mientras suben sus precios. Paralelamente se están alterando las tasas de ganancia, de modo similar al que se ve en los gráficos arriba. Resulta que los vinos jóvenes terminan vendiéndose a un precio inferior al de los precios directos, y lo inverso sucede con los vinos añejos, que se venden más caros, resultando en el asombro de comentaristas deportivos y otras luminarias.
Resumen:
Los precios directos son transformados en precios de producción mediante el mecanismo de la tendencia a la igualación de la tasa de ganancia, que produce una transferencia de capitales, desde las empresas (de similar tamaño) de alta composición orgánica del capital hacia las empresas con baja composición orgánica. Esto resulta en un aumento de la producción en las segundas empresas, que a su vez causa una caída de sus precios, mientras lo inverso sucede en las primeras empresas. La alteración de los precios tiende a igualar las tasas de ganancia entre empresas del mismo tamaño, y explica las diferencias entre precios directos y precios de producción.
Tercer nivel de abstracción
Alrededor de los precios de producción se mueven los precios de mercado, como resultado de desequilibrios temporales entre la oferta y la demanda. Sus subas y bajas tienden a anularse entre sí, sin poder escapar al centro de gravedad de los precios de producción.
Si los desesquilibrios son más graves, generan un reacomodamiento en la oferta, tras lo cual los precios vuelven a estabilizarse alrededor de sus centros de gravedad.
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(1) Ver la p. 417 de los teóricos de C. Astarita de historia medieval.
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Última edición por inmundo el Miér Mayo 29, 2013 7:00 am, editado 1 vez