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¿Qué opináis? Es de los mejores economistas liberales del mundo...
¿Qué opináis? Es de los mejores economistas liberales del mundo...
La escuela de Austria o austríaca (también llamada de Viena o escuela psicológica) es una escuela de pensamiento economicista con una serie de características muy… “particulares” y nacida en un contexto que han hecho de ella…
…la vergüenza de la profesión de economista.
Es una corriente de pensamiento ultraliberal y ultracapitalista de “estudio” (por llamarlo de alguna forma) de la Economía que predica la libertad absoluta de los mercados, el individualismo extremo (el individuo por encima de todo), la no-intervención del Estado bajo ninguna forma en la economía, que cada cual maneje su dinero como le dé la gana (laissez-faire absoluto), el no pagar impuestos, privatizarlo todo (muchos de sus autores integrantes buscan privatizar cosas como la Policía, el Ejército, la Justicia, el mar -manda huevos-, etc.), enaltece la competitividad, reniega de cualquier forma de Seguridad Social o de Economía asistencial estatal, ensalza el papel del empresario emprendedor (entrepeneur) y se declara absolutamente enemiga de todo lo que sea comunismo, marxismo, socialismo y políticas de izquierda (en líneas más generales). “Predica” más cosas, pero con eso creo que vamos sobrados para hacernos una visión de conjunto rápida.
La escuela austríaca junto con la escuela de Chicago fundaron o, mejor dicho, otorgaron “corpus teórico” e ideológico a lo que popularmente se conoce como neoliberalismo.
Ya hablé de lo que es el neoliberalismo aquí, y en este artículo hablé de su historia y evolución.
Como podéis observar ya desde primera hora la escuela austríaca se ha caracterizado por ser muy, muy, muy pero que muy radical en sus planteamientos. Tan radical… que entra de lleno en el absurdo.
No en vano a la escuela austríaca se la considera en el mundo académico de la Economía como… pseudociencia (falsa ciencia). Sus planteamientos, ideas, teorías y “propuestas” son tan disparatadas y falsas que el mundo académico serio le da de lado de la misma forma que la Medicina seria da de lado a la homeopatía pues como lo que es… un conjunto de chorradas sin base científica cuando no directamente falsas y dañinas. La escuela austríaca es, por poner un símil que todos podáis entender, la homeopatía de la Economía.
En estos artículos nos vamos a centrar (nos estamos centrando) en una serie de características muy inusuales que son propias de la escuela austríaca. Inusuales no sólo en el mundo de la Economía… sino en cualquiera de las facetas de estudio serio de cualquier rama del conocimiento humano.
Ya vimos en anteriores artículos cómo la escuela de Austria reniega directamente del uso del método científico y antepone su ideología política ultraliberal para hallar conclusiones y formular sus “teorías” hasta el punto de negarle uso y/o validez a las Matemáticas (y a sus ramas como la Estadística) en Economía.
En este otro artículo vimos por qué se utilizan Matemáticas en Economía… y se utilizan con más que sobradas razones. Hasta el punto de que sin Matemáticas no hay Economía, vaya… así que mal estudio de la Economía va a hacer quien no utiliza las Matemáticas.
Pero es que ahí no queda la cosa, qué va, qué va… En el colmo de la desfachatez, esta escuela reniega del estudio de la experiencia previa. Sí, sí… ya sé que suena increíble, pero es que es así: para esta gente el estudio histórico de la evolución del comportamiento humano… no es determinante. Para muchos de sus autores, ni siquiera es relevante o no tiene importancia.
Los “austríacos” son tan radicales y están tan alejados de todo lo que es Ciencia que incluso otras escuelas de pensamiento económico liberal y conservador la tachan directamente de “patraña”.
Tras leer todo esto espero que no os extrañe a vosotros que prácticamente nunca os encontréis con artículos “austríacos” en publicaciones serias o prestigiosas sobre Economía.
Esta “corriente” ultraliberal de “pensamiento economicista” aparte de ser una de las “engendradoras” de lo que hoy se da en llamar popularmente neoliberalismo, es conocida en el mundo académico (del que ha sido prácticamente expulsada) por ser la variante más radical y alejada del sentido común de entre todas las escuelas de pensamiento económico: niega validez al método científico en Economía, niega validez a las Matemáticas en Economía (se caracteriza por negarse a utilizarlas)… e incluso le niega validez al estudio de la experiencia previa en Economía (cuando existe un problema o situación, esta gente asegura que no sirve ver lo que ha estado pasando antes o hasta entonces). Para esta gente de la escuela austríaca, lo único que vale en Economía es el estudio “directo” de la realidad mediante análisis no empíricos y a priori. Que sólo sirven sus comentarios y lo que ellos piensen, vaya.
Obviamente, afirmar semejante sarta de despropósitos es de locos y os podrá parecer increíble que exista gente con la cara tan dura de decir tales barbaridades sin siquiera sonrojarse.
Pues os lo creáis o no, existen.
Lamentablemente.
Para que lo veáis más claramente, esta “oveja negra” de la familia del mundo de los economistas que es la escuela austríaca es el equivalente a la homeopatía en Medicina, la frenopatía en Psicología, la criptozoología en Biología… Es pseudociencia (“falsa ciencia”): un conjunto de chorradas y disparates anticientíficos que durante un tiempo tuvieron cierta cabida y aceptación en el mundo político debido a su anticomunismo, antimarxismo y encendida defensa del libre mercado sin cortapisas y sin control (tuvieron cierta influencia en los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher y Ronald Reagan), que hizo que se pasara por alto (o se le “perdonara”) su anticientificismo ya que en la época de la Guerra Fría cualquier cosa valía si estaba en contra del comunismo… hasta que se les “descubrió”.
Tampoco era muy difícil descubrirlos.
Mienten más que hablan.
Y sus “consejos” condujeron a la debacle económica de finales del mandato de Reagan (los famosos déficits reaganianos que tuvo que arreglar Clinton) y al desmantelamiento del Estado del Bienestar y el atroz aumento del paro en Gran Bretaña (que se puede ver en películas tales como Full Monty).
Bueno, pues como un servidor no acusa a nadie de ser un mentiroso sin pruebas, vamos a estudiar cuán mentirosos son los teóricos de la “escuela austríaca” con un ejemplo en el que veremos por qué esta panda de ultraliberales se niegan a utilizar las Matemáticas, el estudio de la experiencia previa y el método científico: porque no les dan la razón en sus conclusiones y propuestas.
Bueno, lo dicho. Existen dos escuelas de pensamiento economicista que constituyen el corpus académico principal del neoliberalismo:
-La escuela de Chicago (de ésta ya hablaremos en mi serie de artículos “el neoliberalismo contrastado”).
-La escuela de Austria.
Aquí vamos a hablar de la última, que es la versión más radical del liberalismo económico.
¿Por qué?
Porque es absurda y esperpéntica, y muchos de sus postulados (la mayoría) son, directamente, falsos.
No erróneos, no… falsos. Porque aunque se han demostrado erróneos, sus partidarios se siguen empeñando en aplicarlos y, por tanto, ya no se les puede calificar “sólo” de erróneos.
Así de claro.
Y quiero denunciar ese hecho, y dároslo a conocer y entender de manera clara y fácil… porque hay mucha gente que no lo sabe y creen que los postulados de la escuela austríaca (y, por ende, de parte del neoliberalismo) son “serios” y/o científicos. Nada más lejos de la realidad.
Si algo caracteriza al neoliberalismo, especialmente a su variante más radical (la escuela de Austria)… es lo absurdas y falsas que son muchísimas de sus ideas base, y la ineficiencia de una gran, gran cantidad de postulados y propuestas que realiza (por no decir que la mayoría son auténticas gilipolleces). Pero eso no es del dominio o conocimiento público. Y por eso titulo esta serie de artículos como “pseudociencia (falsa ciencia) en Economía”.
Por decirlo más claramente, el neoliberalismo es una doctrina (o corriente de pensamiento economicista) bastante más “ideológica” que empírica o racionalista. Es decir, que muchísimas veces antepone sus ideas, creencias e intereses (los de los grupos que lo promueven: ricos, empresarios, grandes corporaciones, etc.) a la realidad.
En el caso de la variante más radical del neoliberalismo, esto es, la escuela de Austria, ese “anteponer las creencias, ideología e intereses a la realidad” llega a niveles absolutamente esperpénticos.
Y mucha gente no sabe eso. Obviamente, eso es conocidísimo a nivel académico, como ya dije en mi artículo introductorio, y está más que estudiado, debatido y analizado en el mundo de la Economía. Pero esa crítica y conclusión general académica no se ha trasladado muy eficientemente a nivel popular (siempre en castellano, se entiende). Por lo menos ésa es mi percepción y la del entorno que me rodea.
Vuelvo a insistir en lo que ya dije: si Zeitgeist, the Movie, el pseudodocumental conspiranoico de mayor difusión de los últimos tiempos, el cual ya hemos desbrozado y desmentido en más de cuarenta artículos y hemos tardado la friolera de dos años de investigación para ello, utiliza como fuente a la escuela de Austria, por algo será. Y a buen seguro no será para nada bueno, dado que el pseudodocumental no mentía más… porque no duraba más tiempo.
5) Me voy a centrar en una serie de ideas básicas cuando critique “académicamente” a la escuela austríaca:
a) Quiero que esto os quede muy, muy clarito y, por favor os lo ruego, perdonad que lo repita tantas veces: la escuela de Austria… se sale del parchís. No es “normal”. Es la excepción a la regla… porque se sale de la regla, no porque participe en ella. Es de un radicalismo muy poco común en el mundo académico.
b) Su metodología es un absoluto disparate.
Coño… es la única escuela economicista (y una de las pocas corrientes de cualquier ámbito académico) que asegura… haber creado un paradigma de estudio…
…al margen del método científico.
De esta escuela vamos a criticar, principalmente (porque como me ponga a criticar todo lo que es “criticable” de esta escuela, no acabo en mi repajolera vida) su “metodología deductiva”, su “idea” de lo que es inflación, sus análisis “post hoc”, su “utilización” del lenguaje en vez de la formulación matemática, sus posturas ideológicas y políticas, el “ciclo económico austríaco”, sus ideas en el debate sobre el cálculo económico (asignación de recursos) y, especialmente, insisto, su rechazo fundamental al método científico, la estadística, la econometría, la utilización de datos empíricamente testados, y el estudio de los fenómenos mediante la experiencia previa. Tela marinera, vaya
c) Sus autores y defensores son más tontos que los comentarios del YouTube. Y cerrados de mollera como pocos. Ponerse a hablar o intentar dialogar con uno de ellos es de lo más parecido a hablar con un creacionista de la evolución de las especies… o intentar convencer a un conspiranoico o fanático religioso. Y “saltan” de argumento a argumento como rana epiléptica para evitar que les pilles. Que utilizan mucho lo que, popularmente, se conoce en internet como “tangenting” (salirse por la tangente), vaya.
En más de una ocasión, os encontraréis críticas a la escuela austríaca, como la realizada por Galbraith, Keynes o por muchos contrarios al neoliberalismo, que comparan las ideas de esta escuela con… una religión, y a sus seguidores con fanáticos religiosos. Os podrá parecer una exageración. Pues no lo es. ¿Por qué se les tacha de esta manera en concreto? Porque, a diferencia de keynesianos, neoclásicos, e incluso marxistas y neoliberales monetaristas, que han variado sus posturas conforme se realizaban nuevos avances en el estudio de la Ciencia Económica, y admitían cambiar sus ideas y postulados… los seguidores de la escuela austríaca (bueno, la gran mayoría), siguen convencidos de sus ideas base originales, a pesar de que son chorradas como la catedral de Burgos de grande, demostrables de manera empírica y objetiva.
Ésa es una de las mayores y más perniciosas características de esta escuela: no cambian, se niegan a cambiar, a pesar de que es obvio que están equivocados, de tener a todo el mundo en contra… y, encima, como buenos fanáticos, te dicen que es el resto del mundo el que está equivocado y sólo ellos tienen la razón. Hasta Caplan admite eso (lo llama “el elitismo del libertariano”).
d) Sus “propuestas” son… la rehostia. Por decirlo suavemente.
Proponen volver a utilizar el oro como moneda, predican el laissez-faire absoluto (el famoso”deja hacer” o no intervencionismo estatal en Economía), llegan al extremo de negarle su papel al Estado… ¡salvo para garantizar la propiedad privada de los ciudadanos! (y eso, los que proponen dejarle algo al Estado, que los hay que lo quisieran eliminar totalmente), que no exista “ninguna forma de coerción” en las transacciones y pactos comerciales (lo que incluye impuestos, aranceles, convenios sindicales, leyes regulatorias de calidad…), eliminar el sistema de banca fraccionaria, que las instituciones de gobierno (policía, judicatura, enseñanza, sanidad, ejército, etc.) sean privadas o se privaticen (NADA de impuestos), anteponer los derechos de propiedad sobre el medio ambiente, que el Estado y sus obras públicas se mantengan con… donaciones…
SS-18 escribió:No entiendo como el autor de ese blog afirma esto:
(...)
Y “saltan” de argumento a argumento como rana epiléptica para evitar que les pilles. Que utilizan mucho lo que, popularmente, se conoce en internet como “tangenting” (salirse por la tangente), vaya.
asterisco escribió:El tipo del blog es un figura escribiendo, se me hacen cortos sus artículos, gracias por el enlace NSV Liit.
Lo que no me cuadra del todo es que achaque todo el surgimiento de la escuela austriaca a una cuestión de orgullo nacional, y no haga referencia a la obsesión burguesa de la época en encontrar al "anti-Marx". Los que teneis más conocimientos que yo lo podreis confirmar, pero creo recordar que por ejemplo Bohm Barek tenia entre sus objetivos refutar a Marx (incluso presumía de haberlo logrado).
De todas formas sólo he leido los dos primeros articulos de la serie, y esperaré a terminarlos todos para juzgar. Son muy entretenidos.