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    "El nazismo: mucho más creacionista que darwinista" - texto publicado en julio de 2013 en el blog La ciencia y sus demonios

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    pedrocasca
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    Mensaje por pedrocasca Mar Ago 06, 2013 9:34 pm

    El nazismo: mucho más creacionista que darwinista

    publicado en julio de 2013 en el blog La ciencia y sus demonios

    Los libros de texto que manejan los creacionistas en las escuelas de algunos distritos educativos estadounidenses están generando estudiantes con conocimientos aberrantes en diversas áreas del saber. En su afán de culpar al darwinismo y el ateísmo de todos los males que sufre el mundo, se asocia a las teorías nazis con las de Darwin. Sin embargo un análisis histórico muestra que el racismo que sustenta la ideología nazi se apoya en tesis teístas y creacionistas.

    Introducción

    El otro día me pasaron uno de los libros de texto que se emplea en 4º grado de la enseñanza de ciencias en escuelas donde el creacionismo se ha impuesto a la normal enseñanza de ciencias. Desde estas escuelas se está fomentando el desconocimiento de la ciencia y la falta de creatividad, al dar como verdades absolutas una respuesta inventada a grandes dudas aún no resueltas. Se elimina así la imaginación y la capacidad de investigación, al dar carpetazo a temas en los que ni siquiera se ha escudriñado la primera casilla de conocimiento. A esto se une una serie de tergiversaciones en muchas áreas del saber. Un efecto colateral de este tipo de educación es que llevar a restar importancia a aspectos importantísimos de nuestra historia. Así por ejemplo, con el afán de señalar a los darwinistas y a los ateos como culpables de todos los males del planeta se afirma que las teorías de Darwin inspiraron el nazismo. Eso no sólo es falso sino que es mentira. Lo peor es que esa forma de echar mierda sobre los que consideran sus enemigos resta importancia al fenómeno del nazismo, una barbarie histórica que está lejos de ser superada. Olvidándose de los verdaderos motivos que desembocaron en ese régimen asesino, se ignora que el racismo sigue campante, que el odio sigue en nuestra sociedad y que una profunda crisis económica puede aupar a sistemas políticos similares al que vivió Europa en los años 40 del siglo pasado. El régimen nazi tuvo sus intelectuales que trazaron su ideología. Ésta no se está vinculada en las teorías de Darwin, sino que despreciaban a ésta (de hecho el darwinismo se incluía en la lista de pensamientos prohibidos en el Tercer Reich). Tampoco era un régimen ateo, sus componentes eran teístas y despreciaban el ateísmo, al que relacionaban con la intelectualidad judía y el marxismo. Un análisis histórico de gran calado podéis verlo en Coesblog, en este artículo realizaré un resumen de dicha información, añadiendo alguna otra que he encontrado y que me ha parecido significativa.

    El racismo, nazismo y darwinismo

    La tesis central del trabajo de Darwin propugna que todos los seres hemos evolucionado a partir de seres inferiores, todos nosotros compartimos un único ancestro común. Según Darwin, la selección natural ejercería como motor de dicha evolución. Pese a que algunos piensen que el nazismo defiende la selección artificial (un símil a de la selección natural darwiniana), lo cierto es que la doctrina nazi posee un fuerte componente creacionista. Para los ideólogos del nazismo, las diferentes razas fueron creadas por Dios y sus características raciales se mantienen desde entonces. Las mezclas entre razas se consideran pecaminosas y llevan al declive de la civilización. Para ellos la raza que fue creada la imagen y semejanza de Dios, fue la aria/nórdica, considerándose el resto de razas sub-humanas. Por tanto con los cruces lo que buscan es preservar (concepto inmovilista del creacionismo), no seleccionar mejores razas (idea de la selección artificial darwinista). En resumen, el darwinismo afirma que todos los humanos procedemos de un ancestro primate, y todas las razas humanas compartimos ese ancestro, pero el nazismo habla de razas creadas separadas y considera un anatema hablar de macroevolución (como los creacionistas). Además, los nazis consideran que los humanos no somos animales, ya que poseemos una perspectiva religiosa y alma. Las tesis de Darwin gustaban tan poco que su obra fue prohibida.

    Los ideólogos del nazismo

    La ideología nazi ha tomado mucho de la obra “Essai sur l’inégalité des races humaines” (1853) de Joseph Arthur de Gobineau, anterior a la obra de Darwin. La tesis central de esta obra es que todas las razas son diferentes y fueron creadas de forma separada. El concepto de origen común es criticado con las siguientes palabras: “concluyo, para refutar el único argumento de los que afirman que todas las razas tienen un único origen, que la separación es tan grande que los cambios del ambientales carecen de poder para producir dicha separación”. También concluye que los cruces inter-raciales producen degeneración, al contaminarse la sangre superior con la inferior, y eso lleva a la caída de civilizaciones.

    Gobineau era cristiano y veía el dedo de Dios en este asunto. La idea llegó hasta el “Mein Kampf”, la obra de Hitler, donde se recoge que la decadencia de civilizaciones es un castigo divino ocasionado por la mezcla de razas. Para Gobineau el argumento más fuerte contra su teoría se basaba en el propio Génesis, ya que en éste no se habla de un origen múltiple para la especie humana. Pero argumentaba que
    Adán es el ancestro de la raza blanca, y todos sus descendientes deben ser blancos, pero en el Génesis no se dice nada de cómo se originaron otras razas. Para él todos los descendientes generados en el Edén son blancos, el resto tuvieron una creación aparte (no descrita en el Génesis). Esta idea, apoyada en una particular interpretación bíblica, no sólo sustenta el nazismo, sino también las teorías racistas de la iglesia reformadora holandesa, que la empleó para apoyar el apartheid en Sudáfrica.

    Otro ideólogo en el que se apoyó el nazismo fue Houston Stewart Chamberlain, otro de los pensadores que fomentó el nazismo desde su obra “Los fundamentos del siglo XIX”, uno de los evangelios nazis. En él se recoge la idea de la supremacía aria y el peligro de la influencia judía. Chamberlain se consideraba un cristiano devoto, y denunciaba que la iglesia había distorsionado el verdadero mensaje de Cristo. Sobre el darwinismo afirmó que era un sistema complemente erróneo y combatió la idea de que el hombre era simplemente un ente físico. Para él las tesis de Darwin no era más que “una teoría que se llama a sí misma científica, pero en realidad es materialista e injuriosa, y lo único que ha conseguido en el siglo XIX es sembrar confusión. Esto ha llevado a que teístas se conviertan en ateos, algo muy común entre los judíos”. Chamberlain afirma que para los buenos alemanes, Dios está siempre en el fondo de todo, y empleó este argumento para calificar de ateos a los judíos (algo que repitió más adelante Hitler). Pese a no tener conocimientos científicos, atacó incluso las pruebas anatómicas que muestran las similitudes entre humanos y otros primates, y criticó fuertemente la idea de la selección natural. También apunta rasgos profundamente creacionistas, cuando afirma que si observamos especies desde el Paleozoico hasta nuestros días vemos que no hay cambios en ellas, tienen la misma forma.

    En resumen, la obra de Chamberlain presenta la crítica al darwinismo que hoy observamos en los textos creacionistas, y además presenta el concepto racista de la creación de razas separadas y la prohibición de cruce entre razas que se trasmitió en el pensamiento hitleriano.

    Las tesis racistas del Tercer Reich tienen a Hans Friedrich Karl Günther como uno de sus principales ideólogos. Günther, se formó en la escuela del médico sueco Herman Bernhard Lundborg, uno de los defensores de la supremacía de la raza nórdica y de la degeneración de las razas en sucesivos cruces. Günther se apoya en Gobineau, que según sus palabras “va más allá de las ideas de Darwin, Galton o Mendel en las ciencia de la herencia, de la eugenesia de la raza”. De hecho, como ya se ha señalado, la idea de Gobineau está en conflicto con el tesis central del darwinismo.

    Quizás la obra más famosa, dentro de la ideología del nazismo, es el Mein Kampf, la obra de Adolf Hitler, escrita entre 1925 y 1926. Es un texto largo, que reúne algunos de los aspectos de la doctrina nazi, viéndose en él reflejado la inspiración de los autores anteriormente citados. Vendió más de 10 millones de copias y fue uno de las obras más influyentes en la Europa de entreguerras. Este libro no nombra a Darwin en ningún momento, el ateísmo sólo me menciona dos veces, y de forma peyorativa: asociado con los judíos y con el marxismo. Lo que sí encontramos de forma abundante son los argumentos religiosos, creacionistas y morales para eliminar a los judíos de la sociedad alemana. En la línea de los pensadores anteriormente indicados, Hitler creía que la humanidad fue creada en razas separadas, siendo la raza aria la superior. Consideraba a los judíos y a los eslavos como seres infrahumanos. Se habla de un pasado glorioso de la raza aria, con una decadencia motivada por los cruces interraciales, lo que provocó la degeneración de la sociedad. Ese fue uno de los motivos que empujó hacia la “solución final”: la eliminación de los judíos, que veían como promotores de dicha decadencia. A católicos y protestantes los acusa de oponerse sí, en vez de luchar contra el enemigo común judío.

    Hitler maneja conceptos creacionistas al afirmar que la raza aria fue creada a la imagen de Dios, y le dio a ésta el mundo como regalo, pero el mundo acaba corrupto como consecuencia de la mezcla racial. Por tanto es un deber de los buenos arios mantener esa obra de la creación. Exhibe conceptos completamente opuestos a las ideas de Darwin: “en principio, el Estado es sólo un medio para alcanzar un fin. Y ese fin es el de conservar las características raciales de la humanidad”. Esta idea que se opone a la evolución se realiza desde
    una idea ética superior: mantener la creación divina, tal y como Dios ordena. Esta idea se repite una y otra vez a lo largo de la obra y del pensamiento de Hitler.

    Los discursos de Hitler también son una buena guía de su pensamiento, en ellos apunta que uno de los deberes de su régimen era mantener la obra de Dios tal y cómo él la creo. El único párrafo del Mein Kampf que se acerca al pensamiento darwinista se localiza en el capítulo XI, titulado “razas y gentes”, pero un examen al mismo muestra lo opuesto de este pensamiento al darwinismo:
    existe una ley de hierro en la naturaleza que obliga a las especies a mantenerse dentro del límite de las mismas (¿les suena?), “el apareamiento entre razas (o especies) diferentes contradice la naturaleza… el fuerte debe dominar al débil y no cruzarse nunca con él”.
    es urgente mantener las razas sin cruces… el zorro siempre es un zorro, el ganso siempre es un ganso y el tigre siempre mantendrá los caracteres del tigre.

    Estoy harto de leer esta frase en comentarios creacionistas de este medio, ahora resulta que tal cual aparece en el Mein Kampf.

    Todas esas ideas son profundamente teístas (concepto del Creador eterno) y están en contra de la teoría expresada por Darwin, la cual habla de la vigorización de los híbridos, mientras que el nazismo veta estos cruces por considerar que provocan decadencia de la especie. Además el darwinismo habla de aparición de nuevas especies el nazismo trata sobre el mantenimiento de lo existente (como el creacionismo).

    La doctrina nazi de mantener las razas separadas tuvo eco fuera del régimen, así 30 estados de los EEUU tuvieron legislación contra los cruces interraciales, algunas de las cuales se mantuvieron vigentes hasta los años 60 del siglo XX, basándose en las mismas ideas cristianas que inspiraron a los nazis: “Dios creó las razas separadas”. A modo de resumen, una lectura de la obra de Hitler indica que no hay ninguna influencia de la obra de Darwin en ella, pero por el contrario sí que la hay del Antiguo Testamento.

    La oposición al ateísmo (“una persona poco educada tiene el peligro de caer en el ateísmo, lo que lo devuelve al estado de animal”) y al darwinismo (“es materialismo que convierte a los humanos en animales y niega la Creación especial) son dos hechos innegables dentro del Tercer Reich, llegando a prohibir sus obras.

    El nazismo y la religión

    Dentro de los textos creacionistas señalados al principio de este artículo o en portales creaciones como “Answers in Genesis”, se califica al régimen nazi de ateo, algo que con lo ya expuesto debería quedar más que desmentido. La mayoría de los líderes nazis eran católicos y procedían de familias de profundas convicciones religiosas. Ellos mismos mostraban sus ideas cristianas a menudo, aunque de una manera muy particular. Algunos creacionistas rechazan el cristianismo de los nazis con un argumento circular: “los nazis no son cristianos porque ningún cristiano puede hacer lo que hicieron los nazis”, y los argumentos circulares ya sabemos que no sirven para probar absolutamente nada. Los nazis no se comportaron tal como dicen los evangelios que se comportó Jesús, o como lo hacen muchos misioneros en territorios castigados por la pobreza, pero eran cristianos, y mezclaban sus locuras megalómanas con ideas tomadas de las Escrituras. De hecho, la mayoría de los nazis se consideraban cristianos, aunque también tomaban ideas de antiguas religiones nórdicas. Uno de los puntos del partido nazi dice: el partido es un defensor de un cristianismo positivo, sin las ataduras de la confesionalidad que uno profese dentro de éste.

    Eso incluía la idea de que Jesús no era judío sino ario, idea que extendió el propagandista nazi Alfred Rosenberg. El llamado “cristianismo positivo” significaba fusionar el cristianismo con la ideología nazi haciendo la lectura de las Escrituras que más le convenía (¿les suena?). Así por ejemplo, pretendían eliminar todas las referencias a los antecedentes judíos que puedan existir en las iglesias paulinas (calificándolas de no cristianas) y buscaron la unificación de las iglesias católicas y protestante entorno al régimen para combatir “el ateísmo, el bolchevismo y todo lo que produce degeneración en la sociedad”.

    El nazismo fundó un instituto teológico, el “Instituto para el estudio y erradicación de la influencia judía en la iglesia alemana” que tenía como objetivo promover la idea de que Jesús era aria, tal y como aparece en una versión nazi del Nuevo Testamento. En ella se destaca la oposición de los judíos a Jesús. Esta Biblia fue repartida a todas las iglesias alemanas en 1940. También se introdujo un nuevo catecismo con 10 mandamientos tales como “Honrad a Dios y creer en Él sobre todas las cosas”. A éste se le añade la orden nazi de “Mantener sangre pura y tu honor sagrado” y “Honrar a tu Führer”.

    Los nazi atacaron fuertemente a los ateos, así la liga alemana de librepensadores, que en 1930 llegó a tener 500.000 miembros, fue cerrada en 1933 con un duro alegato de Hitler en su contra. Su líder, Max Sievers fue arrestrado por la Gestapo y ejecutado. El régimen nazi estableció en 1933 el concordato con el Vaticano (todavía vigente), dicho acuerdo, además de dar legitimidad al régimen permitió el control de la iglesia en la educación de los niños. Durante las negociaciones del tratado Hitler dijo: las escuelas seculares no deben ser jamás toleradas porque no hay enseñanza religiosa en ellas, y los valores morales sin formación religiosa se sustentan en el vacío; todo precepto moral debe derivar de la fe.

    Curiosamente los actuales líderes católicos califican al régimen nazi de ateo. Así lo hizo Joseph Razinger durante su discurso en la visita a Inglaterra (2010): “eso es lo que pasa cuando se intenta erradicar a Dios de la sociedad”. El anterior Papa mostró una enorme caradura en esas declaraciones (al igual que los creacionistas cuando dicen algo semejante). Calificar a los nazis de ateos es falso y un insulto para una enorme cantidad de librepensadores aniquilados en el Tercer Reich. Y es una forma espuria de mirar hacia otro lado. Porque la historia de la iglesia está llena de ejemplos que muestran cómo ésta ha sabido adaptarse, incluso dentro de los regímenes más sanguinarios (nazismo, fascismo italiano, franquismo español o las dictaduras de Latinoamérica) para mantener todas sus prebendas intactas. Si bien, no se puede culpar al pensamiento cristiano del régimen nazi o del Holocausto, está claro que los nazis no eran ateos sino teístas, y si hay que buscar un Dios al que acercarles, es al Dios cristiano.

    El intento de separar el nazismo del cristianismo ha sido de tal magnitud que ha llevado incluso a falsificaciones. Así en una edición inglesa de “Tischgespräche”, una obra que reúne monólogos de Hitler se puede leer: “Yo nunca voy a llegar a un acuerdo con la mentira cristiana” y “nuestra sin duda verá el final de la enfermedad de la cristiandad”. El historiador Richard Carrier ha demostrado que dichas frases no estaban en la edición original alemana. Otros problemas de traducción aparecen, así críticas teológicas sobre algunos aspectos del cristianismo se transforman directamente en negación del cristianismo. Pero como dijo Jesús. “por sus obras los conoceréis”, y las obras de los nazis están ahí mostrando su teísmo y su apego al cristianismo. Ésta se puede ver incluso en la parafernalia nazi: todos los símbolos odiados por los nazis desaparecen de las banderas y símbolos oficiales, dejando sólo aquellas que respetaban y/o admiraban. Así el lema “Dios está con nosotros” del ejército alemán pasa a formar parte de las hebillas y remaches de la ropa de las SS. También es frecuente ver el símbolo de la cruz unida a la bandera u otros símbolos de régimen, dejando bien a las clara que el cristianismo es la religión que se practica en la Alemania genocida.

    Epílogo:

    El nazismo se opone y es incompatible con el darwinismo, de hecho muchos de sus conceptos son más cercanos al creacionismo. La idea central del darwinismo muestra una evolución a partir de un ancestro común por medio de la selección natural, algo que entra en contradicción con la creación de razas en su estado actual y la no variación de éstas a lo largo del tiempo que defienden los nazis. Los nazis fomentaban el pensamiento religioso, e imaginaban al ser humano como un ario creado por Dios a su imagen y semejanza. Se oponían por completo al ateísmo y a los matrimonios interraciales, por considerar ambas cosas como una degradación social. La puesta en práctica de estas ideas desembocó en la persecución y los crímenes de carácter ideológico y racial que todos conocemos. Hay que ser muy cuidadoso con esto porque la táctica que empleó el nazismo de convertir a los judíos en culpables de todos los males de mundo, no es deseable que se repita por las consecuencias que ello puede acarrear. Ahora mismo el creacionismo está enseñando a sus alumnos que los darwinistas y los ateos son responsables de todo el mal existente en el planeta, repitiendo tácticas del Tercer Reich al señalar potenciales objetivos. ¿Habremos aprendido la lección? Posiblemente no, porque si la lección no se enseña adecuadamente, es imposible aprenderla.


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    hebilla de cinturón con el lema Dios está con nosotros

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