[PCOE - Islas Baleares] A propósito de la inmigración ilegal

Los sucesos acaecidos durante el día de ayer evidencian una vez más cuán criminal e inhumano es el orden político, económico y social imperante. Pocas horas después de conocer el caso del indigente que murió en España por desnutrición, conocimos la fatídica noticia de que 200 inmigrantes habían fallecido en Lampedusa, mientras trataban de escapar de la pobreza extrema y del hambre que padecen en sus países.

Los trabajadores y trabajadoras extranjeros que tratan de llegar a los países de la Unión Europea, arriesgando para ello su vida y la de sus familiares, se cuentan por cientos de miles. Pero la pesadilla de estos obreros no termina tras su llegada a los países europeos; aquí se enfrentan a un nuevo drama: son explotados sistemáticamente por la burguesía monopolista, siendo sometidos a unas condiciones de vida infrahumanas. Sufren en sus carnes, codo con codo con los obreros españoles, el parasitismo de la clase burguesa, las agresiones de la patronal… Y demás “bondades” del capitalismo.

Los obreros inmigrantes constituyen una fuente de fuerza de trabajo barata, fácilmente explotable, y que el burgués no duda en aprovechar, al poder imponer salarios aún más precarios y jornadas laborales interminables.

El trabajador inmigrante huye de su país, donde el imperialismo permite la existencia de una amplísima masa de asalariados pobres y hambrientos; pero cuando llegan a los países de centro imperialista su pesadilla no hace sino volver a empezar.

No cabe duda de que es el sistema capitalista el origen de todos los males que padecemos los obreros de todos los países. De este modo, los intereses objetivos de las clases trabajadoras, indiferentemente de su nacionalidad, son los mismos, siendo nuestro enemigo también común. Nada separa a un obrero español de uno marroquí, polaco o peruano: todos aspiramos a la instauración de un orden social justo, que eleve a la clase obrera al poder político y económico.

En conclusión, el Socialismo es la única salida, la única resolución posible para los males que padece nuestra clase; solo así podemos acabar con el drama de la inmigración y con la opresión a la que estamos sometidos los obreros y las obreras de todos los países.