Sin ánimo de ofender a nadie ni de cobrar ningún tipo de protagonismo banal, me he tomado la libertad (en mi escaso tiempo libre) de elaborar un boceto inicial sobre un futuro Manifiesto Comunista del siglo XXI.
¿Pretencioso? Tal vez.
¿Necesario? Depende.
Vamos allá.
En primer lugar, parto de la siguiente premisa: Las revoluciones sociales no las hacen las “personalidades”, por muy brillantes o heroicas que ellas sean. Las revoluciones sociales las hacen las masas populares. Es por ello que una de las tareas más urgentes de la actualidad, es que los trabajadores se eduquen en el marxismo del siglo XXI.
¿Qué es el marxismo del siglo XXI?
Nada que ver con el llamado "Socialismo del siglo XXI". De momento, el marxismo del siglo XXI es algo difuso y difícil de precisar debido a la increíble cantidad de tendencias, movimientos, asociaciones, debates, análisis, estudios y luchas que se están produciendo, y que están enriqueciendo directa o indirectamente el "corpus" del marxismo. El objetivo de este nuevo manifiesto, es actualizar el marxismo, incorporar y sintetizar el conocimiento presente para, desde la perspectiva marxista, añadirlo consecuentemente al "corpus" del marxismo. Y por tanto, ser la herramienta de empuje para los nuevos comunistas y hacer de guía de acción para el comunista del ahora, del siglo XXI.
Esta es la idea general que desarrollo en el prólogo del manifiesto:
En primer lugar, conceptos tan básicos como “plusvalía” o “fuerza de trabajo”, no constan en el Manifiesto original porque Marx no había llegado a desarrollarlos todavía. No hay que olvidar que Marx tiene 30 años cuando escribe el Manifiesto para la Liga de los Comunistas (organización proletaria predecesora de la Primera Internacional de los Trabajadores). También existen nuevos conceptos y cuestiones desarrolladas por el marxismo del siglo XX, y más concretamente por Lenin y Stalin, tales como la cuestión del Imperialismo y la cuestión Nacional, que se deben tener en cuenta. Del mismo modo, otras cuestiones válidas no provenientes del ámbito marxista, como por ejemplo la Doctrina del Shock descubierta por Naomi Klein, también deben considerarse e incorporarse concienzudamente al marxismo. Se hace necesaria por tanto, una ampliación y actualización del Manifiesto Comunista para mejorar la descripción de la sociedad capitalista del siglo XXI.
En segundo lugar, el mundo en el que fue escrito el Manifiesto, año 1848, ha cambiado radicalmente, y aun siendo un texto extraordinario y políticamente muy programático, no sirve para siempre ni para cualquier contexto. Es tiempo de renovar y sintetizar, con toda su profundidad y rigor, el recorrido y la evolución que ha experimentado el mundo y el sistema capitalista, así como la evolución particular que comunistas y trabajadores han sufrido desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
Además, existen diversas cuestiones que en el siglo XIX fueron secundarias, pero que hoy día cobran una relevancia incuestionable y deben ser inequívocamente consideradas por el marxismo del siglo XXI.
La primera de ellas, es el acercamiento paulatino de la humanidad a un paradigma de destrucción irreversible de la naturaleza. El cambio climático y la inestabilidad atmosférica han entrado ya en un camino sin retorno. El sistema capitalista está alterando gravemente el equilibrio natural que tantos milenios llevó consolidarse. El agotamiento de los recursos naturales y las guerras asociadas a su posesión y control, son fruto de la irracionalidad y la insostenibilidad del sistema productivo capitalista. El comunismo del siglo XXI debe luchar no sólo por superar el sistema capitalista, sino también por armonizar los intereses del ser humano con la naturaleza, para poder así garantizar la sostenibilidad de nuestro desarrollo y prosperidad.
La segunda de ellas, aún no resuelta por el marxismo, es la forma concreta de organización que debe utilizar el Partido Comunista. Pues ni Marx ni Engels ofrecieron nunca un análisis detallado de su concepción del Partido. Es dudoso que la manera en que Marx se refiere al Partido en el Manifiesto original, generalmente de forma vaga y ambigua, sea la misma que la que en el siglo XX ofreció Lenin. Es más, también es dudosa la premisa que establece el leninismo como forma de organización per se, de todo partido comunista. En realidad, muchos marxistas dan validez al leninismo porque en la práctica demostró funcionar y triunfar. Pero no está claro si esta forma de organización responde únicamente a las necesidades concretas de la coyuntura que se vivió en Rusia, o si por el contrario, es un método extrapolable a los demás países industrializados de Europa y Norteamérica en pleno siglo XXI.
La tercera de ellas, es la cuestión del lenguaje. El lenguaje marxista, por lo general, es denso y complejo. En este sentido, la tarea de los marxistas en la actualidad no puede ser otra que la de acercarse a los lectores y hacer que sus textos sean más asequibles al público general. Es importante desarrollar textos didácticos que simplifiquen las cuestiones más complejas, sin que por ello se pierda un ápice del espíritu crítico y científico del marxismo. Además, algunos conceptos y definiciones que se descubrieron y desarrollaron para la sociedad capitalista del siglo XIX, han evolucionado y cambiado. Por tanto, es indispensable redefinir esos términos.
La cuarta y última cuestión, hace referencia al combate de todas las doctrinas pseudocientíficas, dogmatismos modernos, corrientes de pensamiento postmodernistas y un sinfín de tendencias aberrantes, algunas con siglas comunistas, que no existían en el siglo XIX y que en pleno siglo XXI ponen en duda el razonamiento, la ciencia, el progreso, los valores éticos y la inteligencia humana.
Es por estas razones por las que es necesaria la reelaboración del Manifiesto Comunista.
Los objetivos fundamentales del presente Manifiesto, además de sintetizar y difundir la teoría marxista, y con ella el conocimiento de la realidad presente, son:
1. Ser la herramienta para una futura y necesaria unificación del atomizado movimiento comunista.
2. Hacer de guía de pensamiento y acción anticapitalista en la actualidad, es decir, hacer de punto de partida para aquellos interesados en combatir el capitalismo, cambiar el mundo y pensar por sí mismos.
No conviene olvidar que para transformar el mundo, primero hay que conocerlo. Y para conocerlo, necesitamos un método, una herramienta que logre profundizar y describir satisfactoriamente la realidad objetiva que nos rodea. Esta herramienta no es otra que la ciencia, y si nuestro ámbito de estudio es la sociedad humana, la primera y única ciencia social desarrollada hasta la fecha es el marxismo.
Hasta aquí la primera parte del prólogo. En la segunda parte viene la explicación de los orígenes y fundamentos del marxismo, pero aún no he acabado de elaborarlo suficientemente.
De todas formas, aunque yo haya elaborado este boceto, no implica que no podáis cojer libremente este texto y utilizarlo para lo que creáis más conveniente.
En fin, de entrada supongo que habrá que resolver algunas cuestiones, como por ejemplo, ¿correcciones?, ¿creéis que es buena idea?, ¿que podría ser útil?, ¿que es necesario?, ¿que es viable?, ¿que se puede o debe elaborar en grupo?, ¿de ser así, qué grupo?,...
Yo por mi parte, e independientemente de vuestra opinión, seguiré elaborando, analizando, recopilando y sintetizando información. Lo que me ocupa ahora, aparte de acabar el prólogo, es de recoger TODO lo que va a contener este nuevo manifiesto. Y eso me llevará varios meses de aquí por delante.
Saludos a todos.