Es evidente que la lucha por la Dictadura del Proletariado no llegará a desarrollarse nunca en el primer mundo capitalista hasta que no se desarrolle un movimiento proletario y por tanto, comunista, que evolucione desde las tesis marxistas hasta la coyuntura actual.
El proletariado es minoritario en el primer mundo, y dentro de él, la conciencia de clase proletaria entre sus miembros aun es mucho más minoritaria. Nos enfrentamos a un sistema capitalista que está mucho más asentado de lo que pensamos y que prácticamente ha logrado erradicar la conciencia de clase entre el proletariado, así como el número de proletarios y la homogeneidad de la clase proletaria.
Desde Marx, la estructura de clase del proletariado ha sido radicalmente transformada por la burguesía. En el marco de la división internacional del trabajo, los proletarios han ido ocupando lugares muy distintos en la larga y compleja cadena de la producción social, hasta llegar a ser irreconocibles incluso entre ellos mismos.
¿Qué es un proletario?
Teóricamente, aquel que sólo posee su fuerza de trabajo.
Por tanto, erraremos si consideramos proletario al obrero que tiene una hipoteca o un piso en propiedad. Ellos ya no son proletarios, ni quieren ser considerados por más tiempo "clase baja". Son asalariados y el movimiento comunista debe comprender que muchos proletarios y obreros no se identifican como tales. Es necesario considerar y combatir la conciencia que la burguesía ha imprimido sobre ellos. Pero parte de esa conciencia establecida también la ha propiciado el "movimiento comunista", que durante muchas décadas ha tirado de los clásicos y de la inercia que proporcionó en su momento el auge del socialismo real. Las organizaciones comunistas llevan demasiado tiempo asentadas en un discurso superficial, reduccionista e inamovible sobre las clases y la conciencia de clases, que ha impedido el acercamiento entre proletarios y comunistas.
Es una tarea urgente la de comprender realmente de qué forma ha cambiado el mundo y la composición de clase de los proletarios, que hoy en día se define por su heterogeneidad y complejidad, no sólo en lo productivo, sino también en lo ideológico.
Por otro lado, proletario es ya un término prácticamente desusado. Hay que partir de la base de que muy pocos quieren sentirse "clase obrera" o "clase baja". Por ello, intentar desarrollar un movimiento comunista con una política orientada a la clase del proletariado referiéndonos a ellos desde una perspectiva caduca e inadaptada, hacen que el movimiento comunista sea muy poco atractivo.
De ahí también la necesidad de readaptar los términos sin perder ni un ápice del espíritu combativo del marxismo.
Saludos.
El proletariado es minoritario en el primer mundo, y dentro de él, la conciencia de clase proletaria entre sus miembros aun es mucho más minoritaria. Nos enfrentamos a un sistema capitalista que está mucho más asentado de lo que pensamos y que prácticamente ha logrado erradicar la conciencia de clase entre el proletariado, así como el número de proletarios y la homogeneidad de la clase proletaria.
Desde Marx, la estructura de clase del proletariado ha sido radicalmente transformada por la burguesía. En el marco de la división internacional del trabajo, los proletarios han ido ocupando lugares muy distintos en la larga y compleja cadena de la producción social, hasta llegar a ser irreconocibles incluso entre ellos mismos.
¿Qué es un proletario?
Teóricamente, aquel que sólo posee su fuerza de trabajo.
Por tanto, erraremos si consideramos proletario al obrero que tiene una hipoteca o un piso en propiedad. Ellos ya no son proletarios, ni quieren ser considerados por más tiempo "clase baja". Son asalariados y el movimiento comunista debe comprender que muchos proletarios y obreros no se identifican como tales. Es necesario considerar y combatir la conciencia que la burguesía ha imprimido sobre ellos. Pero parte de esa conciencia establecida también la ha propiciado el "movimiento comunista", que durante muchas décadas ha tirado de los clásicos y de la inercia que proporcionó en su momento el auge del socialismo real. Las organizaciones comunistas llevan demasiado tiempo asentadas en un discurso superficial, reduccionista e inamovible sobre las clases y la conciencia de clases, que ha impedido el acercamiento entre proletarios y comunistas.
Es una tarea urgente la de comprender realmente de qué forma ha cambiado el mundo y la composición de clase de los proletarios, que hoy en día se define por su heterogeneidad y complejidad, no sólo en lo productivo, sino también en lo ideológico.
Por otro lado, proletario es ya un término prácticamente desusado. Hay que partir de la base de que muy pocos quieren sentirse "clase obrera" o "clase baja". Por ello, intentar desarrollar un movimiento comunista con una política orientada a la clase del proletariado referiéndonos a ellos desde una perspectiva caduca e inadaptada, hacen que el movimiento comunista sea muy poco atractivo.
De ahí también la necesidad de readaptar los términos sin perder ni un ápice del espíritu combativo del marxismo.
Saludos.