El día 2 de octubre del 2014 falleció György Lázar, que durante 12 años fue primer ministro de la República Popular Húngara. Técnico de profesión, ingresó en el Partido Comunista en 1945. Trabajó durante muchos años en la Oficina de Planificacion de Hungría, de la que llegó a ser presidente. Entre 1975 y 1987 fue primer ministro. En verano de 1987 fue elegido vicesecretario del Partido (el secretario general era por aquel entonces János Kádár). En mayo de 1988 fue apartado de la dirección por los reformistas, junto con otros veteranos miembros del partido. Entonces se retiró de la política, se jubiló y dimitió de su escaño en el Parlamento.
El Partido Obrero resalta su labor luchando contra la corrupción y valora su fidelidad al partido y a János Kádár. Hay una parte importante en el artículo del Partido Obrero en recuerdo de Lázár: tomó las riendas del gobierno en 1975, sustituyendo a Jenő Fock. Durante el gobierno de Fock se habían realizado reformas para introducir una economía liberal y se había empezado a aplicar reformas en la dirección del capitalismo. Se creó así una capa social de intelectuales pudientes con un nivel de vida superior al de obreros y campesinos. Eran los primeros síntomas de que se estaba avanzando en la dirección del capitalismo. Lázár intentó detener ese proceso, manteniendo la economía socialista y fortaleciendo las relaciones con la URSS. Fue por eso objeto de las críticas de los reformistas, que tenían incluso apoyo dentro del partido (Miklós Németh o Ferenc Havasi). Se enfrentó también con el creciente burocratismo.
Durante su gobierno se construyó la central nuclear de Paks, que hoy día provee a Hungría de la mitad de la electricidad que consume en un año. Favoreció el desarrollo industrial del país y mejoró las condiciones de vida de los ciudadanos, por ejemplo a través de su programa de viviendas. No pudo, sin embargo detener el avance del capitalismo y fue de los primeros que fueron apartaron de la dirección del partido cuando los reformistas se hicieron con la dirección.
No pertenecía al Partido Obrero, pero no dejó de ser comunista (a diferencia de muchos de los dirigentes de los años ochenta).
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El Partido Obrero resalta su labor luchando contra la corrupción y valora su fidelidad al partido y a János Kádár. Hay una parte importante en el artículo del Partido Obrero en recuerdo de Lázár: tomó las riendas del gobierno en 1975, sustituyendo a Jenő Fock. Durante el gobierno de Fock se habían realizado reformas para introducir una economía liberal y se había empezado a aplicar reformas en la dirección del capitalismo. Se creó así una capa social de intelectuales pudientes con un nivel de vida superior al de obreros y campesinos. Eran los primeros síntomas de que se estaba avanzando en la dirección del capitalismo. Lázár intentó detener ese proceso, manteniendo la economía socialista y fortaleciendo las relaciones con la URSS. Fue por eso objeto de las críticas de los reformistas, que tenían incluso apoyo dentro del partido (Miklós Németh o Ferenc Havasi). Se enfrentó también con el creciente burocratismo.
Durante su gobierno se construyó la central nuclear de Paks, que hoy día provee a Hungría de la mitad de la electricidad que consume en un año. Favoreció el desarrollo industrial del país y mejoró las condiciones de vida de los ciudadanos, por ejemplo a través de su programa de viviendas. No pudo, sin embargo detener el avance del capitalismo y fue de los primeros que fueron apartaron de la dirección del partido cuando los reformistas se hicieron con la dirección.
No pertenecía al Partido Obrero, pero no dejó de ser comunista (a diferencia de muchos de los dirigentes de los años ochenta).
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